El Estatuto en su perspectiva histórica El Estatuto en su perspectiva histórica Gregorio Monreal * Sakatu Autonomi Estatutua kontsultatzeko * Pulse para consultar el Estatuto de Autonomía Al referirnos a la perspectiva histórica del Estatuto podemos tomar en consideración dos aspectos distintos: o los antecedentes de una lucha multisecular por mantener la autonomía tradicional, es decir los Fueros, con derivaciones que llegan hasta este siglo, o lo que aconteció durante la Transición a la democracia, entre 1976 y 1979. Para los vascos la experiencia del autogobierno es un dato esencial de su historia como pueblo, no es una novedad contemporánea inducida de manera más o menos artificiosa. Todo el mundo sabe que existió un Estado el Reino de Navarra hasta el año 1841. Como todo el mundo sabe que Alava, Guipúzcoa y Vizcaya fueron formaciones políticas ampliamente autónomas hasta 1876. Pero el gran público, los políticos, e incluso muchos académicos, conocen mal las circustancias de la desaparición de este régimen de autogobierno, pese a que ha condicionado de una manera decisiva la evolución política contemporánea del pueblo vasco. Voy a señalar un elemento esencial de la cultura política tradicional de Vasconia, que estuvo presente en la crisis foral como lo ha estado en los intentos de recuperación de la autonomía en esta centuria. En los últimos siglos la comunidad de los territorios se ha considerado como un sujeto político, al dar por sentado que era titular de un poder originario con virtualidad constituyente. Se pensaba que el pacto era la forma de entrar en relación con otras instancias ya fuera el rey en la Monarquía absoluta o atemperada, ya los poderes que le sustituyeron en el Estado constitucional . Se creía tener derecho a mantener relaciones bilaterales, a establecer relaciones horizontales y no verticales. Por esa razón, con el advenimiento del Estado que se inaugura en Cádiz en 1812, el principio de la unidad constitucional se constituye enel gran escollo para replantear pacíficamente la inserción dentro de España. Hay que destacar que no se discutía en principio la unidad política vigente durante muchos siglos: el problema aparece o se encona cuando desde el centro se establece una ecuación cerrada entre unidad política y unidad constitucional. Se sentía que esta última estaba en contradicción con la cultura política del país: es verdad que en 1841, en las circustancias conocidas, Navarra pasó por la unidad constitucional, pero no la aceptaron Alava, Guipúzcoa y Vizcaya.Cánovas del Castillo la impuso por la fuerza en 1876. El régimen del Convenio Económico navarro a partir de 1841 o de los Conciertos Económicos de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya desde 1878 no llegaron a oscurecer la idea, al menos en esta parte de Vasconia, de que eran sucedáneos de lo que el país quería. Y de ahí que cuando al amparo de coyunturas favorables se dan pasos para alcanzar cotas más elevadas de autogobierno, se tiene un cuidado exquisito en salvar los principios, en señalar que la autonomía posible que se pide no implica la renuncia a los derechos históricos que corresponden al país, el primero y fundamental el poder originario. Así en el Manifiesto de las Diputaciones de 1917, o en los primeros Estatutos de la II República. No hay que perder de vista este horizonte al referirse al origen del Estatuto de 1979, en el que obviamente hay también otras muchas preocupaciones. Pero en la fase final de elaboración del Estatuto de Gernika, se incluyó la cláusula de reserva de los derechos históricos para no romper el tracto ininterrumpido de reivindicación de la bilateralidad. Otros señalarán que la historia se manifestó también en el Estatuto por otras vías, al invocarse como título para competencias extraordinarias que contiene el texto de Gernika. Ahora bien, como apuntábamos al principio, situarse en una perspectiva histórica requiere mencionar otros datos coetáneos de la elaboración del Estatuto. En primer lugar al problema previode la falta de apoyo en Vasconia Occidental a la Constitución del Estado y al escaso entusiasmo en la Oriental , Constitución que Cataluña y Galicia habían aceptado plenamente. La legitimación tambaleante de la Carta Magna dejaba al Estatuto como una oportunidad última de recuperar la vía de la Reforma Política. Recordemos hoy el duro debate que se produjo en el seno del vasquismo político en torno a la vía estatutaria, y la apuesta firme que realizó en su favor el Nacionalismo democrático. Recordemos también que la apuesta se pudo ganar merced a la alianza con los socialistas, pese a las reticencias iniciales que éstos manifestaron en puntos importantes como los Conciertos Económicos, la educación o el orden público. El tiempo ha puesto de relieve que aquélla fue una alianza válida: permitió una mayoría cómoda favorable al Estatuto en el seno de la asamblea de Parlamentarios vascos, tuvo capacidad para arrastrar o dejar en situación incómoda a una derecha entonces muy poco autonomista, permitió superar cualquier problema en Alava, e hizo posible que el artículo 2º del Estatuto consagrara el derecho de Navarra a formar parte de la Comunidad Autónoma. Y permitió, aunque con estrecho margen, que en el referendum los votos favorables al Estatuto superaran el 50% en las tres provincias. El Estatuto había conseguido tres importantes objetivos: con la reserva de los derechos históricos salvar los principios de la tradición política vasca y no está de más recordar que en los momentos más impensados los principios tienen también una vertiente pragmática, de utilidad . Dar después la mejor solución posible en aquella coyuntura y con aquella relación de fuerzas a la cuestión de la territorialidad; y, por último, dotar al país de un amplio poder político. Quizás el logro más significativo, el de mayor alcance, estuvo en establecer en los artículos 40 a 45 que las relaciones financieras entre el Estado y la Comunidad Autónoma se regirían por el sistema tradicional de los ConciertosEconómicos. Quizás habría que expresarse en otros términos al hablar de la historia del desarrollo del Estatuto. El principio de pacto político presente en el nacimiento del texto de Gernika se dejó de lado en la ejecución de su articulado, que fue confiada a una de las partes. Pero lo mucho e importante que se ha hecho en la Comunidad Autónoma Vasca en estos últimos veinte años tiene que ver con la decisión de los que, con incertidumbre y en circustancias notablemente difíciles, tuvieron la visión de apostar por el posibilismo estatutario. Gregorio Monreal Zia, Director de la RIEV y Miembro de la Comisión Redactora del Estatuto. Euskonews & Media 51.zbk (1999 / 10 / 22 29) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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