Asociacionismo vasco americano: Laurak bat de Buenos Aires Asociación Vasco Navarra de la Habana. 1877 Asociacionismo vasco americano: Laurak bat de Buenos Aires Asociación Vasco Navarra de la Habana. 1877 Begoña Cava Mesa Ama Euskaria. Bere Semeak gu Ameriketan zenbat arkitzen geran! ta Urrutitik maiteago degu anbat. Madre Euskaria. Cuántos hijos tuyos nos encontramos en América y cuánto más lejos más te queremos. Pedro María Otaño. Alkar.1904 El Asociacionismo Vasco americano de tiempo contemporáneo, enlaza estrechamente con el proceso inmigratorio vasco, que como ya sentenció tempranamente el jesuita vascofrancés Pierre Lhande, corresponde a "ese impulso atávico" que según parece, tiene un significado especial e induce a que en cualquier tiempo sea crítico coyunturalmente, o con mecanismos reguladores de repulsión o de atracción en América y la Península , un vasco decida abandonar su "Tierra Madre" y decida trasladarse temporalmente o asentarse definitivamente en tierras americanas. La búsqueda de mejores posibilidades de vida y el progreso social, hace de América "el ideal mítico y esperanzador" como solución de vida para alaveses, vizcaínos, guipuzcoanos, navarros y vascofranceses. América fue polo de atracción, ámbito de libertad y de éxito; muchas veces también de fracaso, para miles de emigrantes vasconavarros que arriesgaron juventud y salud, con gran espíritu emprendedor, hacia el logro de sus metas, aún a costa del abandono de solar, familia y patria. El estudio realizado sobre Laurak Bat de Buenos Aires y ciertas referencias de mi investigación sobre el Asociacionismo Vasco cubano, me permiten presumir ciertas hipótesis de forma que queden refrendados algunos principios comunes del comportamiento asociativo de los vascos inmigrantes en América. Como bien es sabido la necesidad de estrechar lazos y el amor a la tierra, dieron origen en América desde los siglos XVII y XVIII a una serie de Cofradías y Hermandades vascas. Las cuales remontándonos en eltiempo, pueden ya identificarse con el reforzamiento del sentimiento de identidad de aquella colectividad vasca en las denominadas "Indias Occidentales". Son entre otros, los ejemplos de la Hermandad y Cofradía de nuestra Señora de Aránzazu de gran transcendencia socioreligiosa tanto en Lima Perú como en el Virrenato Mexicano (1681). Fachada de la Sede Social de Arrecifes. Buenos Aires. De otra parte, numerosos inmigrantes de origen vasco así como de segunda y tercera generación, se vincularon a las Sociedades Económicas de Amigos del País de tanta importancia en la maduración ideológica y económica de aquellos territorios ultramarinos. Precisamente el Asociacionismo vasco americano tendrá sus antecedentes históricos y ciertos referentes asociativo benéficos en el modelo ilustrado que representó la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. La expansión de la Bascongada por América se produjo desde la década de los años 70 del siglo XVIII, figurando un buen contingente de socios americanos como contribuyentes activos en la financiación de los fondos de la Bascongada. Surgirán luego aquellas otras Sociedades, como la pionera de Manila en 1781, así como las de Lima, Mompox, Quito, Guatemala, Chiapas, San Juan; y algo más tardíamente, las Sociedades de México, Caracas y Buenos Aires, desarrollándose en pleno proceso de independencia de sus territorios. También las Sociedades de Amigos del País de Cuba, luego Sociedades Patrióticas y Académicas, arraigaron y perduraron. Es de destacar que antes de que se promulgase por Real Cédula los Estatutos de la Sociedad de la Habana 1792 , ya había sido fundada en 1787 una Sociedad en el Oriente de la isla, con sede en Santiago de Cuba. Por otra parte, en el siglo XIX al unísono con el incremento de los flujos migratorios hacia América, no es extraño que al igual que otras muchas colectividades gallegos, canarios, catalanes, irlandeses e italianos fuera gestándose en la segunda mitad del siglo XIX un Movimiento Asociativo VascoAmericano. Entre los múltiples significados y contribuciones reales que América representa en la etapa contemporánea, una principal es sin duda la de ser tierra de Libertad y acogida, a la vez que espacio y medio generoso en el que ver recompensado el esfuerzo individual y colectivo del inmigrante. La inmigración vasca planteó pronto necesidades de organización, no sólo manteniendo el espíritu lúdico festivo tradicional, conservador de la idiosincrasia vasca, sino ante la necesidad y el reclamo de solidaridad y voluntariado social. Algo que cobró aún mayor sentido en tierras queridas pero muy lejanas del lugar de origen. Celebración en el patio de Euskaldunak Denak Bat. Arrecifes. Así, nos serán conocidos los primeros brotes de Asociacionismo cuando surgen fondas vascas o en el Buenos Aires del siglo XIX, en el mismo barrio de la Constitución, asiento de una fuerte colonia vasca que allí se ubica y en donde incluso se crean frontones. Son los primeros pasos hacia la configuración de aquellos gérmenes asociativos que desembocaron en la formación de las Sociedades de Socorros Mutuos (1857) promoviendo ayuda efectiva a los inmigrantes enfermos, o incluso fraguando medios prácticos de utilidad burocrática entre autoridades del nuevo País receptor. Sin duda la constitución de "Bolsas de Socorro y Auxilio" son objetivos sociales que afortunadamente se recogen como principios básicos en los Estatutos de los Centros y Asociaciones Vasco Americanas que poco a poco fueron constituyéndose. En concreto en el Acta Fundacional de 1877 de la Sociedad Laurak Bat de Buenos Aires, la ayuda al emigrante constituyó un artículo fundamental, como también se significará en los Estatutos de la Asociación Vasco Navarra de La Habana, nacida en 1877, y en el propio Centro Euskaro de la capital cubana desde el año 1908. Factor de gran peso en el origen de tales Sociedades consta el deseo de conservar rasgos de identidad propios. Aquellos que destacan a los Vascos como grupo colectivo dotado devalores específicos como la lengua, una cultura propia, costumbres y las tradiciones vascas. En definitiva, aquellos vascos fueron adquiriendo cohesión como colectividad y conciencia como grupo étnico con carácter propio, del ser euskaldun, en sus asentamientos americanos. Esta profunda añoranza de la colonia vasca consideró una necesidad el mantenimiento del amor a "Ama Lur" y la promoción de vínculos solidarios de apoyo entre la misma colectividad. Durante el siglo XIX nació por tanto el Asociacionismo vasco argentino, como un modelo preciso de ayuda mutua en el área del Plata, de enorme significación que le destaca como pionera en el contexto del asociacionismo vasco americano. Centro Laurak Bat. Iñaki Deuna 1997. La fundación de Laurak Bat (1876 1877) Argentina entre 1830 y 1950 fue el país que absorbió más del 10% del total de la emigración europea a América. Sin duda se erige en uno de los países receptores más atentos al hecho, pues desde 1862 y a la vista de los contingentes llegados se había constituido la Comisión Protectora de Inmigración, como instrumento idóneo para el control del fenómeno inmigratorio. Definitivamente, Argentina por sus múltiples potencialidades y extensión, como por su economía exportadora agrícola ganadera y su necesidad de mano de obra abundante, era un país atractivo para el inmigrante europeo, y en especial para el español, y no es de extrañar que también para el inmigrante vasco. Éste dirigió sus miras hacia un país con interesantes expectativas de movilidad social junto a la razón idiomática que sin duda favoreció decisivamente el proceso, permiténdoles una más fácil socialización. Está claro por tanto, que los vascos se constituyeron en el segundo grupo étnico más numeroso en Argentina, dedicado sobre todo, desde muy pronto, a la cría del ganado ovino, en los pastos del sur de la provincia porteña. Vascos fueron también muchos de aquellos trabajadores que en las estancias, en industrias cárnicas y lácticas, en los saladeros o como"changadines", ejerciendo como mano de obra poco cualificada. Sin embargo el trabajador vasco fue especialmente estimado por su esfuerzo, y honradez. Y pronto, igualmente, muchos ahorradores con el beneficio de su esfuerzo adquirieron tierras (por ejemplo en las Pampas) que al subir su valor años después, proporcionaron grandes beneficios económicos. Este capital acumulado promovió nuevos negocios de tierras, casas de comercio, comercio lanar, conduciéndoles al ascenso social que les identifica como una determinada elite en tierras argentinas. Fachada del Centro Vasco "Unión Vasca Sociedad de Socorros Mutuos" (Ex Laurak Bat) de Bahía Blanca, Buenos Aires (Argentina). Sin embargo, no todos los inmigrantes vascos tuvieron éxito o hicieron fotuna, tal y como se narra en la novela "Teodoro Foronda" de Francisco Grandmontagne. Por el contrario muchos vascos tuvieron que regresar por enfermedad o con sus pequeños ahorros, pero aún así, el emigrante vasco tuvo en la Argentina durante el siglo XIX empleo y salario seguro frente a la situación de inseguridad y pobreza reinante en el País Vasco. Precisamente un País que ve finalizar hacia 1876 la III Guerra Carlista con la abolición total de los fueros. Y en cuyo seno la sociedad vasca apostaba por cambios profundos y formales, que potenciaran las bases para la modernización económica que traerían a su vez, ruptura y quiebra de valores tradicionales. Muchos de aquellos defensores de los Fueros y las libertades vascas que habían luchado en las tres guerras carlistas, se trasladarían al continente americano llevando a cabo trabajos como mano de obra cualificada y no tan especializada, lo cual constituye, de igual modo, un factor que determinó su partida para asumir un nuevo rol laboral. También 1876 es un momento histórico en Argentina pues las discusiones sobre la potenciación o no de la emigración protegida o espontánea se deja sentir en dos períodos legislativos, que condujeron finalmente a la sanción de la celebérrima Ley deInmigración y Colonización del 19 de octubre de 1876 (conocida por la Ley Avellaneda). Esta circunstancia en 1876 no deja de ser coincidencia histórica pues en este mismo año nace el primer núcleo asociativo institucional en Buenos Aires: Laurak Bat ("Las cuatro una"). Celebración en la "Sociedad de Socorros Mutuos" (Ex Laurak Bat). Bahía Blanca, Buenos Aires (Argentina). Una institución que se funda por voluntad decidida de un grupo de vasco navarros, que actúa con un planteamiento de intenciones muy preciso. Efectivamente, el asociacionismo vasco argentino se manifiesta en 1877, cuando un grupo de inmigrantes ya radicados en la capital bonaerense y en un status de elite decide crear la Sociedad Laurak Bat de Buenos Aires (la decana en la historia del Asociacionismo Vasco Americano). Dada la brevedad exigida en esta publicación me referiré a ella sucintamente en sus características más representativas y evolución histórica posterior. Los trece pioneros del Asociacionismo vasco argentino acordaron unánimamente formar una Sociedad que aspiraba a realizar una serie de objetivos considerados fundamentales, que fueron contemplados en sus primeros Estatutos. Fines estatutarios que han permanecido, salvo retoques, en posteriores reglamentos, casi inalterables desde 1877 hasta nuestros días. Fueron los siguientes: Formar un centro de reunión destinado a los vasconavarros. Conservar el amor al País Vasco desde Argentina. Organizar una propuesta anual por la Abolición Foral. Patrocinar actividades culturales. Ayudar al emigrante vasco español (sic). Para 1878 sus doscientos cuarenta y ocho socios, habían asumido los objetivos y las actividades que configurarán en el futuro las órbitas de funcionamiento de los centros vasco argentinos. La social vinculando a la colectividad en fiestas y reuniones que posibilitaron la socialización de los vascos en su propia lengua vernácula y su transmisión; la cultural compuesta por el mantenimiento de aquellos rasgos culturales de latradición vasca: danza, canto, música; la deportiva con su incuestionable rol en el desarrollo del deporte del juego de pelota en sus variantes y finalmente, pero no por ello con menor transcendencia, la asistencial mostrando la eficacia del apoyo psicológico y protector al emigrante que alcanzó cotas de indudable valor en la efectividad de pagos de pasajes, ayuda a los vascos enfermos, huérfanos, y catástrofes naturales. El signo cultural y político de Laurak Bat contó de igual modo a comienzos del nuevo siglo con una actitud definida hacia la ideología Sabiniana, presente ya entre un sector amplio de socios desde finales del siglo XIX que a su vez, no pudo evitar el desarrollo de resistencias y disensiones en el propio seno social de la Institución. La orientación nacionalista del Laurak Bat generando "un espíritu completamente basko" (Memorias de Laurak Bat, 1899 1909; La Baskonia, 1900 1904) manifiesta sin género de dudas un replanteamiento coherente de la ideología nacionalista y la estrecha vinculación de este modelo vasco argentino con el centro de gravedad ideológico que significaba el País Vasco. El mantenimiento de la cultura vasca sirvió no sólo para conferir cohesión a los socios, sino para transmitirla a sus descendientes, lo que sirvió de poderoso instrumento que neutralizó la disolución de la identidad del colectivo social vasco argentino a través del paso del tiempo. De la consolidación de los años 20 al relanzamiento del modelo 1940 1950. A lo largo de los "felices 20" Laurak Bat de Buenos Aires siguió confirmando su hegemonía como institución pionera de los vasco argentinos. Su evolución con ritmo progresivo, le sitúa como modelo de cohesión del colectivo vasco en Argentina. La conmemoración de su Cincuentenario en 1926 con destacados actos y actividades lúdico culturales, fue apoyada por los 900 socios, lo que demuestra el grado de vinculación tan receptiva del colectivo al "espíritu" que animaba al magnífico edificio social de la calle Belgrano.Las noticias de sus actividades benéfico culturales confirman el rigor de la Institución, en la que también se aprecia el propio debate político que luego fue incrementándose en la década de los años 30. Las consecuencias de la Guerra Civil Española también impactaron en su propio seno. Las bajas sensibilizadas en su colectivo social así lo evidencian; pero la interpretación de este descenso debe atender también a la noticia de la desaparición del edificio de la sede social. En tal tiempo se había producido obligatoriamente la demolición del edificio por obras de ampliación de la calle Belgrano, según dictó la Autoridad Municipal Bonaerense. Como vemos, estos factores explican un "tempo" de inercia en la centenaria institución. Algo que se comprueba en las Memorias de la Sociedad, cuando se nos indica y transmite: "la apatía y el escepticismo de los socios", así como "el encono pasional existente por aquellos días". La construcción y posterior inauguración 21 de octubre de 1939 del nuevo edificio, coincide con la formación en Buenos Aires del Comité Pro Inmigración Vasca presidido por D. José Urbano Aguirre. Este Comité promovió el allanamiento de aquellos reparos que obstaculizaban la llegada de exiliados vascos a la nación argentina. Por ello, los Decretos del Presidente Ortíz de 1940, favorecieron la arribada de aquellos exiliados y expatriados, flujo cualitativamente valioso que implicó muy distintos efectos entre la colectividad vasca de Buenos Aires. Entre los que hoy nos ocupa resaltar, se debe valorar la labor realizada por aquellos en favor del Movimiento Asociativo Argentino. Fue por tanto el espíritu de los recién llegados, así como el carisma de los nuevos exiliados, uno de los factores decisivos en el relanzamiento de la Institución del Laurak Bat. De esta forma, no sólo se intensificó su definición, sino que su acción vertebradora sirvió de valioso modelo de acción irradiadora en sus objetivos de difusión cultural y de dimensión claramente nacionalistaen diferentes latitudes de Argentina (1940). Su crecimiento cuantitativo en número de socios inaugura de alguna forma, una nueva dimensión que posibilitó recursos y dotación generosa a la causa de los exiliados vascos en el contexto espacial latinoamericano. Fiesta por San Ignacio de Loyola 1997. Asociación Euskal Etxea de Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut (Argentina). El relanzamiento del Movimiento Asociativo en los años 40 contó con la vocación dinamizadora de los exiliados a través de proyectos en los que Laurak Bat siempre figuró a la cabeza. El número de Centros creados ascendió en la década de 1943 1953 a un total de doce instituciones nacidas en Costa, Pampa, e interior del espacio argentino. Se redoblaron objetivos educacionales y culturales (enseñanza del euskera, folklore, publicaciones, imprentas, nuevas instituciones) en los que la mujer asumió un decisivo papel. El Asociacismo Vasco Argentino en definitiva, buscó a lo largo de los años 50 el mantenimiento de la identidad, logrando a su vez una nueva visión globalizadora a nivel nacional en Argentina, promoviendo la F.E.V.A. (Federación de Entidades Vasco Argentinas Eusko Argentinar Bazkun Alkartasuna) en 1955, a la que se vincularán más de veinticinco Centros, para posteriormente integrarse en opción continental, a través de la C.E.V.A. (Confederación de Entidades Vasco Americanas). Los orígenes del Asociacionismo Vasco Cubano Según voz autorizada, en este caso la de José Martí, entre 1878 y 1898 se vivió en Cuba "Un reposo turbulento". Las conspiraciones, la pervivencia de guerrillas, y los móviles independentistas contra España no cesaron, pese a la aparente normalización de la sociedad cubana. Por este tiempo en España, las Cortes con miopía extraordinaria, rechazaban reformas y el mismo estatuto de autonomía para Cuba. Mientras tanto el 95% de la producción del azúcar cubano salía con destino a los EE.UU. Es en el contexto, conocido como la segunda fase de la Independencia cubana cuando el AsociacionismoVasco Cubano inicia su andadura. Parece ser que desde 1877 y en circunstancias harto difíciles de la Guerra Cubana de los Diez Años, un sector de vascos residentes en La Habana, antiguos inmigrantes, deciden y promueven la Asociación Vasco Navarra de Beneficencia, el primer modelo de asociacionismo contemporáneo cubano. Como su propio nombre indica, su objetivo primordial fue la ayuda y colaboración de la colonia vasco navarra, con especial énfasis en los enfermos o emigrantes con dificultades, a la vez que procuraba repatriaciones a la península. No conocemos hasta el momento los nombres de aquellos primeros fundadores de 1877 por carecer de la primera memoria constitución. Pero, sí es posible extraer datos sugerentes de aquellas memorias que se conservan, como por ejemplo la primera que he podido localizar fechada el 8 de julio de 1888. En esta Memoria también se señala el lema "Laurak Bat" y en ella el secretario de la Asociación, D. Pascual de Otamendi, daba cuenta, junto a la comisión directiva presidida por D. Antonio Tellería, como los 24 vocales de la misma (Sres. Unanue, Salterain, Larrazabal, Vergara, Urquijo, Zumeta, etc.) y los 12 vocales suplentes más los honoríficos además de dos natos (los facultativos médicos de la Asociación) y el tesorero, que seguían en el cumplimiento del espíritu de la Institución, nacida en 1877 y aupada por una minoría de vascos residentes en La Habana. De hecho, en 1888, se priorizaba en actuaciones divididas en Comisiones de recursos, y de quintas y embarques. Como es fácil interpretar, la coyuntura de postguerra que se vivía aconsejaba destinar con preferencia los fondos de atención social aquellos mozos vascos navarros enfermos o sin posibilidades de pagos de pasajes (160 ptas.) para retornar a la península. Contaba la Asociación con una sucursal en Sagua La Grande, además de sumar socios en 15 poblaciones cubanas, salvo en Santiago. Esta ausencia notoria, lleva a preguntarnos si el peso de la movilización, marcadamente independentista,y la guerra encendida primero en el Oriente, pudo de hecho condicionar la escasa participación de los vascos afiliándose en esta área cubana, o la dificultad de poder crear en un ámbito tradicionalmente insurrecto, una nueva sede de la Asociación. Lejos de descender las utilidades líquidas de la Asociación en estos tiempos que se definen como de "calamitosos", se había logrado un saldo favorable. Un beneficio derivado de las cuotas sociales y del beneficio resultado de una magnífica corrida de toros celebrada el 23 de octubre de 1887 en La Habana. En la que pudo destacar el maestro italo vasco Mazzantini y Eguía. Estos ingresos permitieron que los socorros ordinarios y extraordinarios se cubrieran. El saldo de recursos permitió incluso que fueran invertidos en valores, como por ejemplo en acciones del Ferrocarril de Cárdenas y Júcaro, además de las acciones del Banco Español de La Habana. En el caso que nos ocupa también hallamos pruebas de la tradicional religiosidad de las Asociaciones Vasco Americanas. Conocemos puntualmente la celebración de la festividad de la Patrona de la Asociación y de la colonia vasco navarra que era "la santísima Virgen de Begoña". Lo que se tradujo en actos religiosos y festejos de brillantez a los que la colonia residente en La Habana se sumó. Allí las actuaciones desde el punto de vista ordinario permiten saber de las dietas que se entregaban a la casa de salud "La Benéfica", dependiente del Centro Gallego, por enfermos varios y atenciones médicas, por socorros a domicilio, y pasajes individuales a la península. Los donativos "extraordinarios" remiten, durante el ejercicio de 1887 88, a las víctimas de la grave epidemia de viruela padecida en Santiago, pasajes de varias familias indigentes y el mantenimiento de enfermos crónicos, huérfanos, además de pechar con los gastos de los enterramientos de fallecidos vasco navarros. Merece la pena una pequeña acotación sobre el número de socios. La lista de socios de 1888, se conserva íntegra ydetalla la procedencia, origen y residencia de sus miembros. La capital, La Habana, aportaba 555 socios, que en mayoría (299) eran de origen vizcaíno, luego estaban los guipuzcoanos (128) y finalmente alaveses, navarros, vascofranceses y algún riojano. Con todo nuestro respecto a la magnífica obra de Jon Bilbao "Amerikanuak", los vascofranceses sí pudieron vincularse a esta Asociación. Los hallamos afiliados en 1888, 1909, 1911, 1932 y hasta 1948. Bien es cierto que en minoría, pero no hubo ningún tipo de imposibilidad en su afiliación, como el autor parece indicar, en una breve nota de su interesante y pionero trabajo. Es más, en 1898 su número creció con respecto a la cota del año 1888. En aquel año de 1888 la Asociación tenía un total de 802 socios en la Isla de Cuba. Su domiciliación y cómputo de cuotas permite situarlos en las principales calles de la capital: Mercaderes, San Ignacio, Paseo del Prado, Oficios, Paseo de tacón, OReilly, Infanta o Factoría. Instalados ya en 1898, la evolución del asociacionismo vasco cubano ya en aquel año, nos permite de igual modo conocer aquella sociedad dual de blancos y negros. Aquellos cubanos que experimentaron la guerra y el término del dominio español, afrontando la nueva situación comprendieron que se les presentaba una realidad tripolar: Cuba, España y los EE.UU. de América. La sociedad cubana viviría intensas conmociones. Por lo pronto, en 1898 la Isla poseía 1.572.797 habitantes pero se había observado una caída en relación al anterior censo de 1887. La disminución tuvo que ver con la guerra, con la reconcentración poblacional del mandato de Weyller, el descenso de natalidad, la paralización de la emigración, y el aumento de defunciones. La Habana seguía siendo el centro político y de actividad finaciera e industrial. Una de las grandes y cosmopolitas ciudades de América, alfabetizada, y con predominio blanco (72%). Era el núcleo preferido para el emigrante por su actividad portuaria, mercantil y hasta militar. Sin embargola sociedad cubana era globalmente en 1898 eminentemente rural, y a la vez una sociedad analfabeta (63%), en el que las mujeres curiosamente, jugaron un papel activo en los cuadros ocupacionales de la industria. Pese a toda esta coyuntura difícil, la Asociación persiste. Mantiene reglamentos y fines: "Amor a Euskaria y voluntad de socorrer al desvalido", ahora a costa de pagos gravosos en las casas de salud, costeando los cada vez más frecuentes enterramientos en el Panteón Laurak Bat, del Cementerio Colón, de propiedad de la Asociación, o sufragando nuevas repatriaciones. Los 578 socios existentes en este momento en la Asociación hacían añorar a la comisión directiva, que la colonia vasca en la capital aún podría incrementarse con otros 700 vascos residentes, no afiliados, que según se computa para una población existente en la capital de 235.981 habitantes permite evaluar a la comunidad vasco navarra de La Habana como cuantitativamente reducida, (0,54%), aunque cualitativamente muy relevante. La captación de nuevos asociados, por la obligación moral de haber nacido en suelo vasco, luchaba contra "apáticos, indiferentes o descarriados", tal y como ellos los califican; con claves identificables de un sentimiento diríamos ya quasi nacionalista . Finalmente, la Asociación, contando en 1898 99 con 41 alaveses, 92 guipuzcoanos, 102 navarros, 284 vizcaínos, 17 vascofranceses, 13 cubanos y 9 socios de otras provincias, apostaban por la victoria contra los que denominaban el "yankee invasor" en sus Memorias sociales de 1898 1899. El año 1899 selló la reconciliación y la voluntad común de construir la unidad nacional cubana. El asociacionismo de viejo cuño logró adaptarse a la nueva sociedad cubana mientras duró la ocupación militar y durante la República cubana en 1901. Sus móviles humanitarios y de solidaridad, además de potenciar al máximo la atención a los enfermos y desfavorecidos, dio señales de acogida al nuevo inmigrante que volvería a llegar a la Isla Cubana a comienzosdel nuevo siglo. Las Asociaciones vascas de Cuba facilitaron el acceso al inmigrante ante las nuevas directrices cubano norteamericanas en política migratoria. Así lo asumió la Asociación Vasco Navarra, hasta por lo menos el año 1948. Esta institución más que centenaria, dio prueba fehaciente del importante papel llevado a cabo por el Asociacionismo vasco cubano desde sus orígenes en 1877. De aquella semilla nacería en 1908 el Centro Euskaro de la Habana a instancias de D. Pedro Orue y otros entusiastas vascos con la intención de mantener la identidad vasca y el amor a la tierra natal. La institución nació con objetivos aglutinadores: sociales, culturales y benéficos con el lema "Guztiak Bat" (Todos Uno). Su papel junto a la Asociación Vasco Navarra perduraría hasta prácticamente 1959, suspendidas ambas debido a la normativa dictada por el gobierno revolucionario cubano de 1959 frente a las Asociaciones existentes en la Isla. La actualidad de las Colectividades Baskas en América Las colectividades sensibilizaron desde la década de los años 70 cambios substanciales. El fin de la Dictadura Franquista y la suspensión del flujo migratorio desde los años 50 condicionaron el posible "recambio" al colectivo de aquellos vascos vinculados a las Asociaciones y Centros Latinoamericanos desde antiguo. En el caso argentino, la Dictadura militar y su mantenimiento de 1976 a 1983 determinó negativamente el tradicional nexo de unión de los Centros con el País Vasco. Celebración del Aniversario del "Centro Basko Toki Eder". Argentina. De igual modo la propia evolución monolineal del régimen político Castrista en Cuba, confiere una especial circunstancia a la vigencia del modelo vasco cubano. En estos años contemporáneos enfilando el III Milenio se demanda mayor participación y compromiso futuro a los jóvenes basko americanos. Es necesario promover mayor esfuerzo combinado a ambas orillas del Atlántico. Frente al distanciamiento en actitudes y objetivos de estos jóvenes del 2000, esnecesario viabilizar una mayor voluntad integradora con el apoyo institucional. Una cooperación evidente y real desde la llegada de la Democracia, y el logro del Estatuto de Autonomía Vasco, asumida por el propio Gobierno Vasco. Cabe recordar por este motivo, las principales conclusiones, dimanadas del II Congreso Mundial de las Colectividades Vascas del Exterior (Vitoria Gasteiz. Octubre, 1999). Las 74 delegaciones de los 125 Centros Vascos oficialmente reconocidos (de ellos, 78 radicados en América Latina) debatieron acerca de la promoción de la identidad, desde el sentido que le otorgara Julio Caro Baroja (una identidad "dinámica"). Los vascos del exterior han manifestado su decidida identificación con la cultura de la paz, rubricando la integración socio cultural, política y económica, comenzando por sus propios Centros Vasco Americanos, deseando que irradie al resto de la sociedad de sus países de origen. Esta dinamización de objetivos comunes se proyecta asimismo hasta la Comunidad Autónoma Vasca. Razón por la cual el Lehendakari Ibarretxe los definió como "embajadores de lujo". La reafirmación de una intercomunicación en materia comercial y económica vasco americana, (además de todos los planes de índole educativa y cultural), manifiesta un valor de lo vasco en sí mismo, y la renovación actualizada de la identidad de los vasco americanos en sus países de referencia ("eman da zabalzazu munduan frutua"). Al respecto recordamos como el estudio de las Cofradías representa una vía de especial interés científico para la reconstrucción de la vida social, los ritmos cotidianos, y de la propia vida religiosa de una comunidad. Faltan estudios elaborados sobre las Asociaciones y Hermandades Americanas, pero son de destacar las siguientes aportaciones: Lohmann Villena, G. La Hermandad de Aránzazu de Lima en Los vascos y América. Ideas, Hechos, Hombres. Madrid. 1990. Luque, E. La Cofradía de Aránzazu de México. (1681 1799). Pamplona. 1995. Relaciones interpersonales e institucionalesen la Cofradía de Arazanzu en Emigración y redes sociales de los Vascos en América. U.P.V. Vitoria Gasteiz. 1996. LauriN, A. Diversity and Disparity. Rural and Urban confraternities in Eighteenth Century México en A. Meyers y D. E. Hopkings (Eds). Manipulating the saints. Wayasbah, Hamburg. 1988. Bazarte Martínez A. Las Cofradías de españoles en la ciudad de México. (1525 1869). U.N.AM. México. 1989. Pescador, J.J. Devoción y crisis demográfica: la Cofradía de San Ignacio de Loyola (1761 1821) en Historia mejicana Vol. 39. Tellechea Idígoras. J.I. El Colegio de las Vizcaínas de la ciudad de México en Vascos en América. Ob. cit. VV.AA. Los vascos en México y su Colegio de las Vizcaínas. México 1987. CAVA, Begoña. La Sociedad Laurak Bat de Buenos Aires. Gobierno Vasco. Vitoria Gasteiz. 1992. El Asociacionismo Vasco en Argentina. Política Cultural. En Emigración y Redes sociales de los Vascos en América. U.P.V. Vitoria Gasteiz. 1996. Los treces fundadores reunidos en 1876 en el café Milán de la calle Cangallo 410: fueron Daniel Lizarralde, José Antonio Lasarte, Juan Sebastián Jaca, Francisco Beobide, Hilario Mayora, Francisco Aranguren, Anselmo Gomendio, Canuto Lasaga, Juan M. Elgarresta, Ramón Sorondo, Vicente Ganuza, José Manuel Berasetegui y Pablo Larburu. Dr. Begoña Cava Mesa, Profesora Titular de la Cátedra de Historia de América de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Deusto Bilbao Euskonews & Media 72.zbk (2000 / 3 / 24 31) gratuita | Abonnement gratuit | Free subscription Eusko Ikaskuntzaren Web Orria webmaster@euskonews.com http://ikaskuntza.org/cgiBanner/banner.cgi?datos=ejgvordena&link=www.euskadi.net http://ikaskuntza.org/
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