Osos, caballos, gallos, zorros y lobos Osos, caballos, gallos, zorros y lobos Francisco Tiberio La representación y las referencias de toda índole a algunos animales adquiere un especial interés en el Carnaval. Osos, caballos, gallos o zorros tienen destacada presencia en estas celebraciones festivas. Amplios y variados son los significados y simbolismos que en este contexto pueden dárseles. El oso es posiblemente uno de los referentes más claros e interesantes, con presencia en abundantes cortejos de Carnaval como en las localidades navarras de Arizkun o Ituren y Zubieta, por citar solamente algunos de los casos. Al parecer el oso toma su nombre de "orsus", comienzo, debido a la tradición a que el osezno en el momento de nacer es informe y su madre debe lamerlo hasta proporcionarle su aspecto. El oso ocupa dentro del folklore un lugar de gran relevancia. Aunque está considerado como animal devorador, se le erige en protector de aldeas, parajes y animales domésticos, por lo que su culto queda unido al de San Blas. Está considerado como señor de todas las plantas textiles flexibles, que en cierta manera guardan relación con algunos aspectos del Carnaval. Pero su máximo interés estriba en su condición de animal lunar, por sus apariciones y desapariciones estacionales. En este sentido, su conexión con el Carnaval es total. Toda Europa mantiene la creencia de que el 2 de febrero el oso sale de la guarida en la que hiberna para observar las condiciones climatológicas y astronómicas. Si la luna está llena, vuelve a su cubil, el invierno todavía se prolongará: pero si ese día abandona su refugio, quiere decir que nos encontramos en la última Luna nueva de Invierno, la Primavera está próxima. Este día, el 2 de febrero, festividad de la Candelaria, es en el sentido estricto la fecha más temprana posible de Carnaval. Representando en el Carnaval al oso, que simboliza también la idea de renacimiento tras la muerte, pretendiéndose tal vez, acelerar la llegada de la primavera,la irrupción de las nuevas y renovadas energías. La creencia popular interpreta que el oso lleva en su vientre las almas de los muertos y por ello se le considera señor de las almas y de y de la caza. Simboliza también el aspecto religioso del inconsciente y de la lujuria, la ira y la gula. Por su simbolismo lunar se le conceden cualidades maternales y femeninas sin olvidar su aspecto terrible y devorador. El caballo desempeña en algunos casos un papel fundamental, como el Zaldiko de Lantz (Navarra) o el Zamalzain de las mascaradas suletinas. A juzgar por la gran cantidad de pinturas rupestres en las que aparece representado, el caballo puede tener connotaciones de animal sagrado o mágico. Tal vez quienes lo pintaron pretendían conseguir más fácilmente su captura o su fecundidad. Si bien el Zaldiko es más tosco que el Zamalzain, ambos son similares en su aspecto general: un armazón de madera recubierto que muestra en uno de sus extremos una representación más o menos esquematizada de la cabeza de un caballo y en el otro lado una cola de equino. Son portados por personas que les imprimen movimiento. En las respectivas representaciones carnavalescas en que intervienen son herrados y Zamalzain, incluso, castrado. Significativo resulta que Zamalzain sea el que mejor baila de todos los personajes de las mascaradas suletinas. Esto enlaza con la importancia que siempre han tenido las danzas de animales, a las que se confiere una inspiración mágica. Las interpretaciones dadas a Zaldiko, Zamalzain y otros caballitos de estas características son variadas, Pueden ser descendientes de un antiquísimo animal Dios con un doble significado: o una vieja divinidad o una representación del espíritu de la abundancia dentro del universal rito de la primavera. El herrado y castración sería el proceso de domesticación vivida por el caballo. Algunas versiones los consideran como la típica figura de los chamanes y los sitúan en relación con el totismo y los ritos de iniciación. Mientras variasteorías lo abordan desde una óptica sexual, otra señala que irían unidos al viaje de las almas, al transporte de los muertos. En cuanto al gallo, está conceptuado como animal solar y símbolo de la vigilancia y ocasionalmente, de los celos, la lujuria o la ira, siendo capaz de poner en fuga al propio león. El gallo está también muy presente en el Carnaval, con un especial protagonismo en el juego de gallos o "oilar jokua" de los niños, de por ejemplo, el valle navarro del Baztan. También hay claros referentes del gallo en las cuestaciones, en las que se recogen entre otros productos, huevos y gallinas. Además, generalmente, una pluma de cola de gallo corona los gorros de una buena parte de los personajes y elementos del Carnaval. Como dato significativo diremos que los documentos indican que en el siglo XVI abundante número de personas se disfrazaban totalmente de gallo. También hay constancia de que los niños, desde principios del siglo XIII, organizaban peleas de gallos el día de Jueves Gordo. Al gallo se le atribuye también la particularidad de ser protector contra las enfermedades de garganta. El zorro, con clara presencia en el carnaval de Luzaide (Navarra) que incluye tradicionalmente un acto denominado "Axeri ta tupinak" (el zorro y la marmita), o en las mascaradas suletinas, en las que desempeña un destacado papel, siempre ha estado considerado como criatura engañosa, astuta y símbolo del mismo diablo, por lo que de alguna manera sería necesario protegerse ante él. En algunas localidades guipuzcoanas, durante las cuestaciones, los jóvenes ejecutan en las puertas de los caseríos un baile denominado "azeri dantza", danza del zorro. Finalmente, en otros lugares como Ataun (Guipúzcoa) al jueves anterior a Carnaval lo denominan "Otsabilko", que literalmente se traduce como algunos interpretan el término latino "lupercalia" : "recoger para el lobo" . Los niños piden de casa en casa chorizo, jamón o huevos y cantan una canción relativa a un lobo que traerán del bosque.La pretensión final era, posiblemente, satisfacer al lobo con comida para que no atacara a los ganados. Otros investigadores vislumbran simbolismos y ritos de iniciación y de paso a la edad adulta. Francisco Tiberio, periodista.
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