
KOSMOpolita
Por una pedagogía de la indignación
A menudo, sensibilizada por los contactos con personas de Colombia en la situación actual, cuestiono una pedagogía en la que sepamos dar respuesta de manera más eficiente a la realidad en la que está inmersa este país. En esas andaba cuando he topado en “Pedagogia da indignação cartas pedagógicas e outros escritos”. Paulo Freire. São Paulo: Editora UNESP, 2000, pg. 81, las palabras que lo explicitan
“A rebeldía é ponto de partida indispensável, é deflagração da justa ira, mas não é suficiente (...) A mudança do mundo implica a dialetização entre a denúncia da situação desumanizante e o anúncio de sua superação, no fundo, o nosso sonho.”
(La rebeldía es un punto de partida indispensable, es el estallido de la justa ira, pero no es suficiente (…) El cambio del mundo implica la dialectización entre la denuncia de la situación deshumanizante y el anuncio de su superación, en el fondo, nuestro sueño.)
Y es al hilo de esta preocupación que resulta ser un placer para mí no solo intelectual sino también experimental, poder recibir en estos momentos tan dolorosos para Colombia, una voz entrañable y profesional como la de Alejandro Romero Sarmiento a cuya familia siempre y desde la década de 1970 he permanecido vinculada en las diferentes circunstancias de mi vida. Espero que este canal de comunicación nos sirva a ambos para una real evolución personal alejándonos de tóxicos fanatismos, obstinaciones y variadas manipulaciones así como de no deseadas dispersiones, sino más bien que nos ayude a profundizar en un momento histórico en el que parece reinar la confusión hasta hacernos creer que hayamos podido perder el norte. La cuestión esencial podría estar en saber discernir entre lo que creemos y ser conscientes realmente de lo que nos está pasando.
Imposible permanecer neutral ante tanta violencia estructural, desfachatez de libre mercado, pobreza real, narcotráfico y miseria poblacional. No existe pedagogía que lo aguante. Se siente una gigantesca indignación. Quizás sea esta y no otra la pedagogía del momento.
Fando, como acostumbramos a llamar a Alejandro, es profesional de la imagen (video, documental y fotografía) en la* universidad pública de Popayán. Este departamento del Cauca al suroccidente de Colombia es el más azotado tradicionalmente por la pobreza, la violencia y el clasismo. La universidad pública tiene mucha tradición y mucha militancia política*, escenario privilegiado para poder experimentar la situación actual con la crudeza y el realismo correspondiente.
A continuación transcribo la conversación mantenida con Paola Sáenz y Alejandro Romero (Fando), colaboradores ambos en una universidad pública colombiana.
Paola:
Hola Arantxa. Me encanta conectar contigo y conocernos por este medio. Espero pronto tengamos la oportunidad de conversar personalmente. Perdona la tardanza en mi respuesta, suelo atender muchas cosas a la vez y escribirte merece un tiempo importante, de claridad mental y buen humor. A veces, las tareas cotidianas cansan y hacen que uno no escriba con amor. Escribir con amor, paz, calma es muy importante.
¿Quién soy?
Cuando dices una palabra, ¿quieres decir literalmente una palabra, una sola palabra?
Si es así, yo creo que la palabra es Disciplina.
Si es un poco más extenso puedo decir que soy Profesional en el área de ciencias de la educación, consultora académica en educación superior para la articulación curricular, la investigación, la práctica pedagógica, educativa e investigativa y la evaluación para la calidad en entornos físicos y de formación online.
La Universidad del Cauca es una de las universidades públicas con sede en Popayán. Popayán, la capital del Departamento del Cauca, es llamada la ciudad blanca y es considerada ciudad universitaria dado que 9 universidades reciben estudiantes cada semestre.
Popayán tiene un peso histórico importante en el país en todas las épocas: prehispánica, conquista, colonia y fue clave en la independencia. De allí que haya sido, es y será, epicentro de tensiones entre indígenas, negros (afro descendientes), campesinos y herederos de españoles; uno de sus escenarios de tensión es el territorio y con el narcotráfico, a estos grupos se une la policía, los militares, algunos políticos y políticas corruptos, la guerrilla y otros grupos armados ilegales.
17 egresados de la Universidad del Cauca han sido presidentes de Colombia.
Fando:
Recuerdo que la última vez que nos vimos fue allá por el cambio de milenio, estaba yo en la universidad. Soy cineasta, trabajo en cine y televisión, mi esposa es pedagoga y ambos terminamos aquí en el Cauca. Los dos trabajamos en la universidad pública de la región del Cauca. Tiene un activismo social muy importante porque este departamento ha sufrido históricamente el abandono del Estado por la violencia sistemática que al mismo tiempo pareciera convenirle a alguien. Por esta razón la industria y el crecimiento del empleo en las comunidades, ha estado y está muy truncado.
Paola:
Yo soy Licenciada en Psicología y Pedagogía (a quienes nos formamos como profesores nos titulan como Licenciados), hice una Maestría en educación. Ambos programas los cursé en la Universidad Pedagógica Nacional en Bogotá. En 2016 me ofrecieron un cargo en una Universidad en Popayán donde trabajé 2 años y luego me vinculé a la Universidad del Cauca como Coordinadora de un Proyecto anclado al Plan de Desarrollo Institucional de la Administración actual, llamado “Unidad Pedagógica de las Licenciaturas”. El año pasado me gradué del Máster Universitario en Educación y Tic (e-Learning) de la Universitat Oberta de Catalunya y mi TFM se basó en análisis de factores que inciden en el rendimiento académico de quienes son evaluados a través de una prueba estandarizada nacional llamada Saber Pro (recibí Matrícula de honor por mi trabajo). Me interesa mucho la investigación y hago lo posible por fortalecerme en ello.
Arantxa: A nivel cultural ¿qué te llama la atención en la situación actual?
Paola:
Expertos antropólogos afirman que un cambio cultural requiere de 50 años y probablemente lo que está sucediendo hoy sea consecuencia de algo que se empezó a gestar en la década de los 70. En la década de los 80 y en los noventa, el narcotráfico además de hacernos vivir un ambiente de miedo con sicarios, carros bomba, tomas guerrilleras y atentados, enseñó a muchos sobre todo en zonas rurales que se puede conseguir dinero fácil y que puede ser mucho más atractivo recoger hojas de coca que trabajar la tierra con otro tipo de cultivos o cuidar animales porque con la coca era y es más fácil tener efectivo en el bolsillo sin tener que “matarse” días enteros trabajando para otros. En los 90, la corrupción iba en ascenso y con el cambio de modelo económico, con la apertura, muchas empresas se fueron a pique, grandes multinacionales hicieron desaparecer gran parte de la industria colombiana. El cambio de milenio trajo tecnología muy avanzada que barrió muy rápido con muchas empresas nacionales, la corrupción siguió en ascenso y los gobiernos fueron entregando a la empresa privada la salud, la educación y el sistema de pensiones. Año a año tenemos más incertidumbre, menos estabilidad laboral y económica, es más caro enfermarse y debemos quejarnos para que nos presten el servicio por el que pagamos, la tasa de desempleo es mayor, las mujeres pensamos dos y hasta tres veces la posibilidad de tener hijos porque no tenemos tiempo para verlos crecer y nos vamos volviendo más agresivas y menos tolerantes al machismo y a las burlas del gobierno, a los engaños de las familias que siempre han manejado los hilos en este país y a las injusticias. Todos los días vemos que suceden cosas, que señalan a los culpables, pero también vemos que no pasa nada. Sentimos que ninguno de los políticos es realmente castigado por no cumplir con lo que le fue encargado. Ningún militar de alto rango ni sacerdote de la cúpula es castigado por violar niños; ningún policía es castigado por asesinar estudiantes encapuchados; a los grandes estafadores que contratan con el Estado les dan casa por cárcel. Matan a la gente en la calle por robarle el celular y vemos en los noticieros videos de habitantes de la calle (indigentes) robando partes de los carros cuando paran en los semáforos y luego entregárselas a la policía y no pasa nada. Tenemos hambre. Vemos que otros disfrutan lo que nosotros sembramos, sin mover un dedo y no pasa nada. El cambio cultural tiene que darse porque ya no tenemos nada que perder. Todo este miedo contenido, esta rabia de ver que no pasa nada, esta inseguridad e incredulidad en los dirigentes, tiene que hacernos explotar y cambiar.
Fando:
El Cauca es multicultural, están las comunidades negras, las comunidades indígenas y las comunidades campesinas que también han estado en conflicto por una necesidad de poder reivindicar sus peticiones. A veces también chocan entre ellas. Pero como consecuencia de este caos en el que estamos, la gente se está organizando de tal manera que ya no somos los afro, los indígenas y aquellos los campesinos sino identificándonos como “nosotros el pueblo”.
Arantxa: ¿Cómo está siendo la respuesta de los jóvenes a la realidad actual?
Paola:
El pensamiento de las y los jóvenes de hoy es producto del modelo de formación por competencias. Un modelo que privilegia a los que más tienen y que excluye a quienes no tienen oportunidades. Es una generación sin oportunidades, una generación que sobrevive y que prefiere contagiarse de covid al salir a una marcha, que dejar de manifestarse. Ellas y ellos son quienes afirman con más fuerza que ya no tienen nada qué perder. Es una generación de comunicación en red, se mueven por redes sociales, siguen tanto a grandes analistas políticos, economistas y educadores, como a reggaetoneros y vendedores de humo. Trabajan mientras estudian y se interesan por hacer parte de grupos de investigación. Salen a marchar porque creen en el cambio. Caminan desde Popayán hasta Bogotá, como lo hicieron en 2019, porque todo es experiencia, porque se debe vivir el presente y porque hay resistencia para hacerlo. Lideran marchas. Las jóvenes y los jóvenes de hoy, ponen a las niñas y los niños a leer nombres de personas asesinadas para que los demás respondan “asesinados por el Estado” como si se tratara de una novena de aguinaldos; componen arengas contra el presidente y contra la policía. Construyen escudos, se protegen con ellos volviéndose escudos humanos y se hacen llamar desde 2019 “Primera línea” a ellas y ellos este año se unieron algunas de sus madres y se hacen llamar “madres 1a línea”. Las y los profesores de las y los jóvenes colombianos crecimos escuchando a Jaime Garzón con su programa humorístico de crítica al gobierno y aún son vigentes sus discursos acerca de qué hacen y para dónde van los dirigentes del país. Garzón murió asesinado en 1999 y hoy lo recordamos como si nos hubiese hablado hace una semana desde la Universidad Nacional Garzón nos enseñó a no tragar entero, nos enseñó que el gobierno es corrupto y nos dolió su muerte. Aún hoy cuando veo videos de él, se llenan de lágrimas mis ojos. Los jóvenes y las jóvenes de hoy son más valientes que yo. Actúan a pesar del miedo y no quieren guardar silencio.
Fando:
Son los jóvenes, afro, indígenas, campesinos, de ciudad, de la zona rural…, los que están llevando esto adelante. A la generación que estamos cumpliendo los 40/45 años nos despertaron porque nosotros éramos como un dragón dormido quedándonos en el cuento de que para progresar había que trabajar como fuera. Nos comimos el cuento de la carrera de ratas y muy pocas personas lograron la vida que soñaron. Yo particularmente nunca pensé verme en una situación así en mi carrera artística, porque antes que profesional me siento artista.
Arantxa: ¿Cómo das lugar en tu vida artístico-profesional a la pedagogía de la indignación?
Fando:
Preguntándome qué había hecho yo con mi carrera profesional y más aún con mi carrera artística. He empezado a hacer cierto tipo de cosas como vídeos… sin aval de la universidad, no salgo en nombre de la universidad, como máximo pongo la identificación de la universidad para que no piensen que soy infiltrado de la policía ni nada de eso… siempre pensando cómo apoyamos esta lucha para que las generaciones futuras puedan tener por lo menos el atisbo de país que siempre hemos querido. La generación de mis papás también luchó, perdieron y se acomodaron, luego nos tocó a nosotros y ahora les toca a ellos.
En el medio de todo esto están los actores multiculturales. El Cauca y concretamente Popayán es un crisol de culturas. Existen también gentes que no apoyan las reivindicaciones culturales, viven de sus ancestros del tiempo de la república y la independencia, son en general familias descendientes de la conquista española. No solo no apoyan la indignación que sentimos sino que se oponen frontalmente.
Arantxa: ¿Qué consideras de la información que en general se transmite sobre la situación colombiana actual?
Paola:
Los canales principales, Caracol y RCN, muestran poco y lo acomodan. Algunas emisoras de radio entrevistan a quienes pagan para ser entrevistados y desinforman. Pocas personas de manera independiente han decidido mostrar una realidad desde diferentes puntos de vista. En casa dejamos de ver televisión hace tiempo por cansancio a las mentiras y a la mala calidad y nos hicimos seguidores de youtubers que nos ayudan a ver desde puntos más críticos, distintos a los medios de comunicación nacionales, la situación. Ellos son: Ariel Ávila y La Pulla. Ariel Ávila, invitado hace poco por el Departamento de Educación y Pedagogía de la Universidad del Cauca para compartir un momento de reflexión, tiene videos como este y La Pulla, videos como este. Afortunadamente estos son influencers que también son seguidos por las y los jóvenes del país, quienes afirman que los medios de comunicación nacionales son mentirosos y prefieren hacerlos a un lado y usar las cámaras que cargan en sus teléfonos para también mostrar la realidad de lo que sucede. Esto también alienta y anima a querer el cambio a seguir fortaleciéndose desde el pensamiento crítico y la autonomía, conceptos que han sido trabajados con mayor dedicación en las dos últimas décadas y que empiezan a evidenciar en algunas y algunos jóvenes, sus retoños. Esos retoños, son mi esperanza. Desde mi escritorio, día a día escribo y publico datos, acciones y propongo estrategias para darle un giro a la formación de maestras y maestros. Yo no marcho. Ya marché cuando fui estudiante. Ya marché cuando fui profesora de la Pedagógica. Ya marché en 2019 y hoy, tengo un trabajo que me permite proponer cambios, un trabajo que me permite hacer las cosas de manera diferente y trabajar por seguir promoviendo el cambio. Esa es mi forma de protestar porque yo tampoco quiero más de lo mismo.
Fando:
Sale la policía y todo es correr y caos, pero nunca hay un momento para pensar y dejar hablar a estos muchachos y muchachas que son los que le ponen el pecho a todo. Hacer esto ha sido mi intención pero tampoco ha sido fácil porque hay mucho perfilamiento judicial, ponerle la cara a una cámara a veces genera desconfianza. Me gustaría acercarme a la guardia indígena y también porqué no a la policía del país que por cierto también les han subido los impuestos y les cuesta cada vez más salir a hacer la compra al mercado.
Hay un aspecto que me preocupa en este diálogo que estamos teniendo y es que el artículo se vaya a basar en una percepción sólo mía porque yo a pesar de verme afectado por la situación, solidario y empático no soy yo el protagonista de la historia. Pertenezco a la generación que ya está siendo reemplazada, a la generación que en su momento no peleó porque básicamente se acomodó, esta es una cruz que yo creo que siempre cargaré. Mi situación personal es muy distinta a la de estos muchachos, estuve en una universidad privada donde no había problemas de falta de planta profesoral, ni que se cancelaran semestres por falta de dinero. Oportunidades muy distintas de las que tienen los jóvenes aquí cuando ven que la universidad pública se desfinancia y hay un montón de despilfarros en otras cosas como cargos burocráticos que no sirven para nada. Pienso que tú quieres unas opiniones más reales más de a flor de piel, más de primera línea. Estaba pensando en buscar unas entrevistas más reales hechas a los de primera fila, ya que nuestra situación no es la del 70% del país.
Arantxa: Quiero expresarte que recibir tus mensajes, tu forma de hablar, lo que me cuentas, tu grado de espíritu crítico para contigo mismo, me parece muy interesante. Estas conversaciones las considero yo entre personas que nos conocemos hace tiempo, conozco tu entorno familiar hace tiempo y este entorno conoce, hace tiempo también, mi proyección personal en tierras colombianas. Es una conversación entre nosotros para así sentirnos más responsables y más conscientes del entorno y del medio en el que vivimos. Es pedagogía más que periodismo, es ahí donde me coloco.
Me comentas que te preocupa que aparezca sólo tu opinión, bueno tu opinión, la de Paola si es tan amable y la mía pero es la percepción que quiero. ¿Acomodados? No sólo tu yo también pero eso no quiere decir que carezcamos de opinión y conciencia crítica en este momento, cada uno desde nuestro entorno y circunstancia opinamos y decimos lo que nos pasa, esa percepción no es completa pero tampoco quizás la de los que están en primera línea o que consideramos que están en la primera línea. Creo que todas y todos deberíamos de estar en la primera línea allá donde nos corresponda cada uno desde su percepción y aporte. Nunca por muy opinión personal que sea es opinión exclusivamente personal, percibimos y vivimos en un medio y en un entorno. Parece que nos cuesta ser responsables siendo desconocidos. Todos estamos en la primera línea en lo que nos toque en el día a día. Entiendo lo que me quieres decir pero no excluyo lo nuestro en absoluto y me parece importantísimo porque somos una masa inmensa los acomodados y acomodadas, necesitamos despertarnos, analizarnos y ver como pedagógicamente podemos responder mejor desde la educación y desde una universidad a esta realidad que compartimos muchos y muchas. Todo está a flor de piel, yo también contigo a pesar de la distancia, de circunstancias diferentes, de la diferencia de edad, somos protagonistas aunque no abanderados. Opinar, sentir, percibir lo que nos está pasando, eso hacemos nada más y nada menos.
No soy periodista, ni tengo la preparación necesaria para opinar sobre una Colombia total o concreta como en este caso. Lo que pretendo es saber qué nos está pasando a ti a Paola y a mí porque todo empieza por la transformación personal “el futuro está en el origen” le escuché decir al escultor vasco Oteiza y no le faltaba razón. Cuando recibo tus mensajes siento que es este el diálogo que estaba buscando. Lo que tú me propones lo considero más un proyecto. Estamos en el primer movimiento que nos moviliza que supone ya una transformación en nosotros, esta es la pedagogía que considero válida. El diálogo entre nosotros es para mí muy necesario, se trata de un diálogo entre diferentes pero que nos une una misma preocupación: cómo vivir el momento porque en el cómo está la pedagogía.
Fando:
Como dice Paola la universidad tiene que educar en formar pensamiento crítico sin comer cuento de un lado y de otro, ni de las izquierdas ni de las derechas ni del centro, sino pensar con autonomía viendo todos los matices, no se trata de una lucha de blanco y negro sino de una multitud de tonalidades y factores.
La gota que rebasó el vaso últimamente fue la propuesta de la reforma tributaria que se iba a presentar por parte del gobierno en plena pandemia. Colombia ha sido uno de los países más lentos en realizar los planes de vacunación porque se quedó saliendo en televisión dándose palmaditas en la espalda y cuando comenzaron los países a vacunar todavía no había comprado nada. Esto va lento muy lento, los picos han estado muy fuertes y en general hay descontento porque mucha gente quedó sin trabajo, empresas que tuvieron que prescindir de empleados, gente que trabaja al día con el confinamiento y en la cuarentena no pudo salir a trabajar.
Este es el momento en que sacan la reforma tributaria en donde suben los impuestos a la gente de nivel medio y bajo y dejan quietos a los grandes capitales del país. Podría decirse que consistía en trabajar para poner al presidente donde está. La plata colombiana cada vez vale menos y el dólar cada vez sube más, el costo de vida sube desproporcionalmente a la capacidad adquisitiva. Colombia es un país caro y los sueldos no alcanzan. Todos los años existe una pelea para que suban el salario mínimo que es una miseria al tiempo que nos dicen que hay que apretarse el cinturón. Esos malos manejos esas vainas amañadas ocurren viendo que el Presidente Duque ha creado unos puestos burocráticos con unos sueldos ridículos que caen en lo que se llama la mermelada, cargos burocráticos adjudicados a los partidos que forman la coalición del gobierno para que apoyen sus medidas.
La moción de censura actual contra el ministro de defensa por todas las brutalidades policiales relacionadas con la fuerza pública contra los civiles se hundió porque la mayoría de cargos que estaban en el senado queriendo mantener sus puestos votaron en contra de sacar al ministro del gobierno. Todo esto más unos gastos absurdos de compra de no sé cuantos aviones de combate. En una Colombia donde los colegios se caen donde no hay cómo llegar a un hospital porque ni siquiera hay carreteras, donde las pensiones son malísimas y es todo un absurdo, añadiendo a esto el incumplimiento de los acuerdos de paz.
Es un malestar general por eso cerca del 70% de la población apoya el paro, hartos de este señor que habla de eufemismos diciendo que no son masacres que son homicidios colectivos que no hay personas desaparecidas sino personas no ubicadas. Ha convertido todos los organismos de control en fichas de su gobierno porque en la cabeza de cada una de ellas, contraloría, procuraduría y, fiscalía, puso a un amigo personal que nunca le va a llevar la contraria. La gente está muy cansada del pésimo financiamiento de la educación pública, de la salud, de las pensiones, de que el campo esté abandonado y firmen tratados de libre comercio con países como Vietnam. Estamos encontrando arroz importado en el mercado sabiendo que Colombia produce toneladas y toneladas de arroz.
La verdad es que toda esta realidad llevamos arrastrándola muchos años y ahora nos ha estallado en la cara.
Arantxa: Después de un estallido siempre queda algún mueble o circunstancia que se salva y desde donde se comienza la reconstrucción. Me gustaría que Diana como pedagoga expresara cual cree que es la tabla de salvación pedagógica que vislumbra en el entorno educacional en el que se mueve.
Paola:
Siempre he defendido a la Educación como el motor del cambio. Una educación basada en la investigación y en el poder de la reflexión que la investigación genera. En Colombia, en algunos casos se forman como profesoras y profesores quienes no quieren serlo y lo único que buscan es una vinculación laboral. La ley permite que un profesional de cualquier área se desempeñe como profesor y esto se debe a varias tensiones: la primera, es la tasa de desempleo nacional; la segunda, es el nivel de desempeño académico de quien se forma como profesor y quien se forma en otras áreas y la tercera es el nivel de desarrollo de habilidades para la investigación y la transformación entre quienes se forman como profesores y quienes se forman en otras áreas. Me explico: Profesionales de áreas diferentes a la educación son vinculados a instituciones educativas porque no existen profesionales de la educación formados o disponibles en las áreas en donde se necesitan ejemplo de ello, no hay un programa en Popayán que forme profesores en Ciencias Sociales y esto hace que profesionales de otras áreas como Geografía y Derecho sean vinculados como profesores. Es probable que estos profesionales de otras áreas, al no tener formación en pedagogía y didáctica sean un fracaso pero, también es probable que por tener un desempeño académico superior a quienes se forman como profesores, puedan adaptarse y aprender rápido de pedagogía y de didáctica; al menos lo básico para tratar de enseñar. Es una fortuna cuando algunos de ellos encuentran amor por la enseñanza y curiosidad por el aprendizaje y se conviertan en modelos a seguir y es una desdicha cuando profesionales de la educación no logran evidenciar la más mínima vocación por su trabajo. Por otro lado, no es muy común encontrar profesionales de la educación formados en investigación, en resolución de problemas, en análisis de datos en cambio sí es más frecuente encontrar abogados, médicos y sobre todo ingenieros con estas habilidades. Esto hace que, lamentablemente, el prestigio del profesor y de la profesora se pierda cada día más rápido. Las políticas de educación del país no están interesadas en el cambio y no promueven el desarrollo ni la formación profesional por el contrario, la sumen cada vez más en condiciones más complejas. Los esfuerzos de cualificación docente son pocos y muy limitados a la realidad de las profesoras y los profesores en el país. Si queremos cambio, debemos investigar más, reflexionar más y dejar de actuar desde la intuición o desde la ignorancia. Nuestra tabla de salvación pedagógica es definitivamente la investigación sobre nuestro entorno y la reflexión que ella deriva. Por eso investigo sobre las características que inciden en el desempeño académico, analizo datos y propongo estrategias de cambio porque si no es así, las marchas no son suficientes y no hay paro que aguante si no hay propuestas de cambio.
Un abrazo transoceánico Paola y Alejandro después de este diálogo a tres en el que me siento empapada de la entrañablemente tierna pedagogía que me habéis hecho degustar. Os considero positiva y enriquecedoramente radicales, con la radicalidad de la que nos habla el biólogo chileno Humberto Maturana en su libro “El sentido de lo humano”, he disfrutado con nuestro “lenguajear”, saboreando vuestra teoría del conocimiento pedagógico y su práctica. Hasta siempre o como decimos aquí AGUR!