
Artisautza
César Alcoz. Forja artística y restauración: Proceso
La materia base para su trabajo es el hierro dulce, bien el conocido F-112 y el F-116, y a veces hierro antiguo preveniente de viejas construcciones derribadas. Cuenta para ello con amigos en la zona Estella que le avisan cuando hay posibilidades de compra de este tipo de material, aunque suele ser más complicado de trabajar por ser generalmente de peor calidad.
Una vez diseñado el elemento, se procede a preparar la materia prima bien cortando la plancha de chapa, la barra, las varillas, o lo que sea necesario.
El proceso principal del herrero es, en primer lugar, el transformar la materia prima, el duro metal de hierro, en un elemento maleable, mediante su ablandamiento por medio del calor, proceso que se llama “caldear”. Para ello los herreros usan la fragua y el carbón vegetal. César usa el gas propano, ya que según él es más rápido, limpio y se controla mejor la temperatura del metal.
Una vez el metal está en su punto, y que el herrero conoce por el color que toma el hierro, empieza el trabajo de malearlo, bien sea en el martillo pilón, o en el yunque. Si el proceso lo requiere se volverá a calentar la pieza de nuevo.
Luego si es necesario se unen por fusión, soldadura, tornillo o remache, las diversas piezas o partes que componen el objeto deseado.
Terminada la pieza suele darle una patina de cera para que tenga un grato brillito, y en caso de que la pieza sea para en el exterior, un barniz impermeable para evitar la oxidación. No le gusta pintar y “camuflar” el color natural del hierro si no es necesario.
Cuenta en su taller con los elementos necesarios para su trabajo: sierra de cinta, tronzadora de metal, taladro de sobre-mesa, electro-esmeriladora, soldador, fragua a gas propano, yunques, extractores, un pequeño martillo pilón de accionamiento neumático, compresor, polipasto, etc. así como las oportunas herramientas, como martillos, tenazas, tajaderas, punzones, etc.
Me llama la atención la minuciosidad de César. Cada herramienta tiene su sitio preciso, todo en orden, en un taller limpio, y con mucha luz. Un espíritu perfeccionista que se percibe en el trabajo y que también lo aplica al taller.