351 Zenbakia 2006-06-09 / 2006-06-16
La Sociedad Coral de Bilbao cumplirá en el mes de agosto 120 años en el desarrollo de la música en general y de la coral en particular. Su dilatada e ininterrumpida existencia le convierten en el coro más antiguo del estado y su presente en uno de los coros amateurs más reconocido y solicitado. Por todo ello, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando le otorgó su Medalla de Honor el pasado año, y por los mismos motivos la Sociedad Coral de Bilbao ha sido candidata al Premio Príncipe de Asturias de las Artes en la presente edición.
El mismo espíritu audaz que inspiró a sus fundadores perdura hoy en esta institución, que lejos de ser un elemento trasnochado de la Villa de Bilbao se mantiene vigente con una gran y variada actividad. Sus esfuerzos por mantener el interés hacia su trabajo no siempre lograron el éxito deseado pero en la actualidad, la Sociedad Coral de Bilbao vive uno de sus mejores momentos. Teatro Romano de Orange. 160 coralistas junto con la Orquesta Nacional de Lyon, julio 2005. De los concursos a la ópera vasca
Esta realidad es fruto de una historia que comenzó por el empeño de un grupo de aficionados al canto que se juntó para ir a Durango a participar en el Concurso de Orfeones de la Fiestas Euskaras de la localidad. La victoria en el concurso animó a los coralistas a fundar la Coral con el maestro Cleto Zabala como director. A finales del siglo XIX y principios del XX el movimiento coral conoció sus mejores años en toda Europa. Se fundaban coros en torno a una iglesia, un partido político o una asociación de cualquier tipo, en todos los pueblos y ciudades. Era tal la afición al canto coral que las más importantes conmemoraciones y efemérides culminaban con un concurso de orfeones. La Coral trabajó con éxito este campo y en sus primeros 19 años de historia concurrió a 17 certámenes obteniendo el Primer Premio en todos ellos. Así, durante estos años se convirtió en una estampa habitual los regresos triunfales del coro que era recibido por miles de aficionados en la “Estación del Norte” y acompañados entre vítores y aclamaciones al ayuntamiento. Barcelona, Madrid, Burdeos, Biarritz, Santander Pamplona, o Verviers en Bélgica fueron algunas de las ciudades que premiaron la buena labor del coro que dirigía Aureliano Valle.
En 1905 la Sociedad Coral adoptó dos decisiones trascendentales para su continuidad: renunció a acudir a nuevos concursos e incorporó de forma definitiva la voz femenina trasformándose en coro mixto. En esta nueva etapa optaron por impulsar a nuevos creadores propiciando los estrenos de numerosas óperas y zarzuelas: “Maitena” de Charles Colín (1909), “Mendi Mendiyan” de José Mª Usandizaga (1910), “Lide ta Ixidor” de Santos de Inchausti (1910), “Mirentxu” de Jesús Guridi (1910), “Deboika” de José Power y Pedro Martínez (1914) y “Amaya de Jesús Guridi (1920). Su compromiso por la ópera vasca le llevó a realizar el encargo de estas obras a jovencísimos compositores que culminarían brillantes carreras musicales. Aquellos éxitos tuvieron como gran protagonista al maestro Jesús Guridi que durante veinte años dirigió al coro. Los grandes estrenos
La carestía de las nuevas producciones llevó a nuevos planteamientos centrando la actividad del coro en los conciertos sinfónico-corales. Pero se mantuvieron en su empeño en dar a conocer obras de autores universales que por distintas circunstancias no se habían estrenado en España. Así destacadísimas composiciones de genios como Mozart, Brahms, Franck, Wagner, Schumann, Schubert, Bach, Grieg, Berlioz, Bizet, Schmitt o Mendelssohn se interpretaron por primera vez en España gracias a la Coral de Bilbao. En 1913 estrenaron “Un Requiem Alemán” de J. Brahms y en 1934 hicieron lo propio con el “Requiem” de Verdi, pero todavía en 1956 ofrecieron por primera vez en el estado “Vísperas solemnes de un confesor” de Mozart. La Coral de Bilbao.
Años más tarde, continuando con su empeño en dar a conocer nuevas obras estrenaron junto a la Sinfónica de Bilbao y Rafael Frühbeck de Burgos -director titular de ambas formaciones musicales- el “Carmina Burana” de C. Orff.
Pero también protagonizaron estrenos con carácter mundial como los de “Los Cuadros Vascos” de Guridi (1931), el oratorio “Castilla” de Arámbarri, la cantata “Illeta” (1955) y la ópera “Gernika”(1987) de Escudero, el oratorio “Gernika” de Gorka Sierra (1990), la ópera “Medea” de Theodorakis (1991) y “Euskadi, Euskarari Abestia” (1995) de Bernaola. Cecilio Gerrikabeitia, un presidente para recuperar la gloria
La actividad de la Coral se mantuvo durante décadas protagonizando los ciclos de Conciertos Sacros de Bilbao, reposiciones de zarzuelas y óperas vascas... Pero con los años comenzó a languidecer y a perder sus activos: los coralistas. En vísperas de la celebración del Centenario, Cecilio Gerrikabeitia asumió la presidencia con el reto de no sólo llegar a los 100 años sino de recuperar el prestigio del pasado. Su primer objetivo fue dar con un director que reorganizara el coro y tras varios intentos consiguió con Gorka Sierra diseñar una estrategia a largo plazo que colmara las aspiraciones de la Coral. Y tras veinticinco años como presidente, más de un centenar de giras y salidas por España, Francia, Portugal, Alemania, Puerto Rico, y tan solo hace un mes por Tokio, se ha llegado donde se quería. Hoy las distintas formaciones de la Sociedad Coral de Bilbao ofrecen más de cincuenta conciertos anuales. Su implicación y vinculación con Bilbao es tan estrecha que no hay acontecimiento o celebración que no cuente con el concurso de la Coral. Así, el coro ha participado en la inauguración de las principales infraestructuras como el Metro, el Museo Guggenheim, el Palacio Euskalduna o el Aeropuerto de Loiu. Ha cantado para conmemorar los centenarios de la Universidad e Deusto, la Cámara de Comercio, el Hospital de Basurto, la Escuela de Ingenieros o el Athletic.
En estos últimos años, la Coral ha actuado con la práctica totalidad de las orquestas españolas, así como con la Nacional de Puerto Rico, las Sinfónica de Moscú y de Saint Petesburgo, la Nacionales de Toulouse, Lyon y Burdeos. La Royal Philarmonic Orchestra, la Sinfónicas de Budapest, Berlín, Aquisgran y Dresde, La de Cámara de París o la Metropolitana de Tokio. Le han dirigido las batutas de Ros Marbá, Odón Alonso, Miguel Angel Gómez Martínez, García Asensio, Theo Alcántara, José Ramón Encinar, Víctor Pablo Pérez, Juanjo Mena, Arturo Tamayo, Mstislav Rostropovich, Michel Plasson, George Prete, Aldo Ceccato, Gianandrea Noseda, John Nelson, Jerzy Semkow y Yutaka Sado entre otros. En la Quincena Musical de San Sebastián, 2005.
Su proyección internacional propició la llegada a Bilbao de un proyecto cultural creado en Nantes con el título “la Folle Journée”, que antes llegó a Lisboa, y desde hace dos años también se celebra en Tokio. Pero el carácter dinámico y emprendedor de esta entidad cultural queda reflejado en su composición actual. La Institución cuenta con tres coros que mantienen su propio calendario de conciertos. Así, la Coral propiamente dicha o coro mixto, tiene cerca de 150 componentes. El Coro Euskeria, formación juvenil que sirve de paso intermedio antes de acceder al coro mixto, suma más de 30 voces de chicos y chicas que descubren toda la belleza del Barroco y del Renacimiento con su canto. El Coro del Conservatorio, con setenta niños, mantiene la cantera de futuros coralistas con excelentes conocimientos musicales ya que todos ellos estudian algún instrumento. Además, el Conservatorio de Grado Medio de la Sociedad Coral de Bilbao posee tres formaciones orquestales y una banda de música, donde los alumnos de su conservatorio completan su formación musical.