150 Zenbakia 2002-01-11 / 2002-01-18

Elkarrizketa

Sabin Salaberri: "La sede de los estudios superiores de música debería estar en Bilbao"

DIAZ DE MENDIBIL, Ismael

Elkarrizketa: Sabin Salaberri Sabin Salaberri, músico "La sede de los estudios superiores de música debería estar en Bilbao" * Traducción al español del original en euskera Ismael Diaz de Mendibil Últimamente Álava ha dado un buen número de músicos prestigiosos, la mayoría de los cuales ha estudiado con el profesor Sabin Salaberri. No resulta fácil resumir la trayectoria de este alavés cuya vida ha girado en torno a la música desde su ingreso en el seminario. Responsable de la "Schola Cantorum" del seminario de Vitoria Gasteiz, fundador del coro Araba, profesor de la escuela de música Jesús Guridi, jefe y director de estudios... En vista de su trayectoria, en 1996 fue nombrado miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Salaberri no sólo ha impartido clases de música, sino que además ha compuesto varias obras para orquesta y coro, tales como "Gabonetako hiru kantak", "Gora Araba", "Oroimenez", "Guridi, ehun urte", "Gurea da" y "Mendirik mendi". Al igual que su conciudadano Vicente Goikoetxea, Sabin Salaberri es todo un músico. Sabin, ¿cómo vive a sus 66 años, ya jubilado? Los músicos nunca nos jubilamos, porque como nuestro trabajo es creativo, nunca dejamos de trabajar. Claro que ahora ya no estoy sujeto a un horario fijo y oficialmente estoy jubilado. Sin embargo, sigue acudiendo diariamente a la Escuela de Música. Sí, pero éste será el último año. Sigo siendo el responsable de varias clases de música y me veo obligado a decir que tengo unos estudiantes buenísimos. Por lo que hemos podido saber, usted también fue un alumno brillante, que además pasó por el seminario. Sí. Ya sabe, por aquel entonces muchos jóvenes estudiábamos allí. Yo ingresé en el seminario gracias al sacerdote de mi pueblo, Aramaio. Para muchos era la única alternativa para poder seguir estudiando. De no haber sido por eso, dudo que hubiera salido de Aramaio. Así es como vine a Vitoria Gasteiz. Bien. Pero no me ha confirmado si fue usted un buen alumno. Según mis hijos, sí. Cuandoles enseño mis calificaciones, siempre me dicen lo mismo: "Aita, con estas notas, seguro que no tenías amigos". Yo les respondo que sí, que tenía muy buenas calificaciones y que además todavía sigo conservando aquellas amistades que hice. ¿Llegó a ordenarse sacerdote? Sí, fui sacerdote durante diecisiete años. Ya sabe, cuando uno ingresa en este tipo de instituciones, no vislumbra otra alternativa y deja todo lo demás. Pero a medida que los años pasan, uno se da cuenta de que el mundo es mucho más amplio. No lo hace de un día a otro, sino poco a poco. Abres los ojos y ves que hay otras alternativas... El mundo del seminario era muy pequeño. Allí no tenían cabida las miles de cosas que descubría día a día. ¿Cómo reaccionó la sociedad cuando dejó el sacerdocio? Lo dejé con unos 40 años. La sociedad de entonces no aceptaba ese tipo de decisiones. En ocasiones me llegaban críticas muy severas: "Nadie te obligó a tomar ese camino. La decisión fue tuya. ¿Por qué escogiste ese camino? ¿Para luego abandonarlo?". Ya sabe, éramos muy jóvenes cuando ingresamos en el seminario. Dejó ese camino por otro. Unos años más tarde contrajo matrimonio y tuvo varios hijos. En cualquier caso, quiero dejar bien claro que no me arrepiento de mi decisión. La vida es como es. El seminario me brindó la ocasión de estudiar, algo que de lo contrario me hubiera resultado muy difícil. Además, siendo sacerdote viví unos momentos preciosos, muy hermosos. Trabajábamos con mucha ilusión y no me avergüenzo de nada. Hágase a la cuenta: en el seminario de Vitoria Gasteiz estábamos unos 800 alumnos y ahora,en cambio, debe haber unos ocho. ¡Menuda diferencia! De modo que no fue sacerdote de un pueblo o responsable de una determinada iglesia, sino un profesor que ejercía la docencia en el seminario. Sí, tras terminar mis estudios me quedé en el seminario, como profesor. Al dejar el sacerdocio seguí en el mundo de la enseñanza, primero en la ikastola Olabide y unos años más tarde en la escuela de músicade Vitoria Gasteiz. Siempre he girado en torno a la música. Cuando Carmelo Bernaola era director de la escuela de música de Vitoria Gasteiz, fui nombrado jefe de estudios y desde entonces sigo allí. En la escuela tenemos músicos muy buenos, de todo tipo, bien sean de música clásica o de rock. Allí te puedes encontrar tanto con el director de orquesta Juanjo Mena como con un miembro del grupo de rock Hertzainak. Puede que sea fruto de la casualidad, pero muchos músicos de nuestro país han trabajado su vocación con sacerdotes. Es curioso, sí. Me gustaría realizar un profundo análisis sobre ese aspecto. A principios del siglo pasado hubo buenísimos organistas en nuestro país, como por ejemplo Guridi o Zubizarreta... Todos esos músicos sabían tocar el órgano. Fundaron coros en los pueblos de Euskal Herria y de ese modo la música se popularizó en la sociedad. Así es como empecé yo en Aramaio. Nos cogían de pequeños y ,casi sin darnos cuenta, estábamos aprendiendo solfeo. Estudiábamos música en la iglesia del pueblo. De esta manera se puede vislumbrar la gran influencia que ha tenido la iglesia en la música. Ahora que ha mencionado los coros, usted ha formado parte del coro Araba. Sí, fue una parte importante de mi vida. Cuando el coro se fundó en Vitoria Gasteiz, yo todavía estaba en el seminario y me llamaron para dirigirlo. En el coro Araba me encontré con un montón de ex alumnos del seminario. Hice muchos amigos y eso me cambió la vida. No sé si me abrieron los ojos o conocí otras perspectivas, pero lo cierto es que mi mentalidad cambió. Empecé a barajar otras posibilidades. Por otra parte, dado que estábamos en la época franquista, la censura tenía un gran peso y más aún sabiendo que el grupo Araba era vasquista. Cambiando de tema, ¿ustedes los músicos son gente extraña? Empleamos un lenguaje especial para expresar nuestros sentimientos y deseos. En ocasiones resulta difícil entrar en una conversación entre músicos y más aún entender lo que dicen, pero es normal,porque empleamos un lenguaje especial. En los últimos años se habla mucho sobre los estudios de música. La sede de los estudios superiores de música, por mucho que hayan peleado Bilbao y Vitoria Gasteiz, estará finalmente en Donostia. Ha sido una decisión condicionada por la política, porque atendiendo a las condiciones reales, el lugar más apropiado es Bilbao, no Donostia. Por una parte, porque alberga el mayor número de alumnos y por otra, porque realiza más actividades culturales. Las cosas son como son. Vitoria Gasteiz, por mucho que sea mi ciudad, y aunque algunos se me enfaden, no reúne las mejores condiciones. Las autoridades municipales de Vitoria Gasteiz quieren construir un auditorium. De llegar a cumplirse sus expectativas, se erigirá un auditorium con un aforo de 1500 personas. ¿Qué opina al respecto? En Vitoria Gasteiz no tenemos necesidades de ese tipo, muy poca gente acude a los conciertos del Teatro Principal. Por lo que a oír música se refiere, lo que tenemos es más que suficiente. Las autoridades dicen que el escenario del Teatro Principal es demasiado pequeño para montar espectáculos, pero eso es otra cosa. Es posible que haga falta para ver espectáculos, pero para ver conciertos desde luego que no. Construimos el mejor de los aeropuertos, pero no tenemos viajeros. Construimos el mejor recinto ferial (el actual Buesa Arena), pero no tenemos animales. Se planificó una inmensa residencia para ancianos en Lakua (donde están las oficinas del Gobierno Vasco), pero luego no había mayores suficientes como para llenarla. En su opinión, ¿qué futuro le espera a la música en el siglo XXI? Vienen músicos muy buenos y en ese sentido soy optimista. Pero no les resultará fácil, porque la mayoría de las veces la sociedad no entiende a los artistas. Siempre ha sido así y más aún en los tiempos que vivimos. El artista siempre avista más lejos que la sociedad. Cuando necesita aplausos, nadie le aplaude; los recibe cuando ya está en la cima y ya no los necesita. Antes de dar comienzo a la entrevista me comentaba que procura vivir más pausadamente. Sin embargo, aún le quedará algo que pedir a la vida... Por una parte me doy cuenta de que la sociedad tiene muchos aspectos negativos; pero, aun siendo así, siempre tenemos que seguir adelante. Si no, ¿qué sería de nosotros? Yo creo que, poco a poco, podemos arreglar muchas cosas. Por otra parte, considero necesario dialogar, tanto en el ámbito político como en las demás áreas sociales. Es la única forma para solucionar los problemas, porque nuestra comunicación se basa en la palabra. ¿Personalmente? ¿Como Sabin Salaberri? Poca cosa. Ya que la enseñanza me apasiona, me gustaría seguir en contacto con los alumnos. Mis alumnos estudian música porque quieren y trabajar de esa manera resulta muy agradable. Tenemos muchos economistas, periodistas e informáticos, pero todos ellos son necesarios. Los músicos, en cambio, no somos necesarios, pero la vida sin nosotros no sería tan bella. Sus amigos lo describen como un hombre bueno y sincero. Tengo amigos y enemigos, como todo el mundo, pero parece ser que usted sólo ha hablado con los amigos. Nunca he ocultado mis ideas. Me han llegado a pedir que me olvide de mi condición de vasco, pero claro, me he negado. También me han propuesto entrar en la política alavesa, pero descarté la idea. Siempre he tenido muy claro cuál es mi camino. De joven me aconsejaron que estudiara biológicas, pero cabezota como soy, dije que no, que lo mío era la música. Dicho y hecho. Fotografías: Ismael Diaz de Mendibil Euskonews & Media 150.zbk (2002/1/11 18) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria