137 Zenbakia 2001-09-28 / 2001-10-05

Gaiak

Andima Ibinagabeitia en América

AULESTIA, Gorka

Andima Ibinagabeitia en América Andima Ibinagabeitia en América * Traducción al español del original en euskera Gorka Aulestia La revista más popular publicada por los vascos en el exilio fue Euzko Gogoa, un extraordinario transmisor de la cultura tradicional y moderna, que dirigía el sacerdote Jokin Zaitegi. Sin embargo, mención especial merece uno de sus más fervientes colaboradores, Andima Ibinagabeitia. El escritor vizcaíno partió hacia Guatemala en 1954 con la intención de trabajar en la citada revista, colaborando con gran entusiasmo. En el presente artículo daré cuenta del trabajo que Andima realizó en Guatemala y en Venezuela. De su estancia en Guatemala cabe destacar los ensayos, traducciones, informes e introducciones de nuevos libros en Euzko Gogoa; su obra cobra una inmensa importancia en los ámbitos de la prosa y de la traducción, así como en el ensayo y la literatura crítica. La temática versaba por lo general sobre Euskal Herria, el nacionalismo, el euskera y la literatura vasca. En cuanto a su estancia venezolana, que se prolongó durante 11 años, A. Ibinagabeitia se presenta muy crítico con respecto a otra esferas, como la política (EAJ PNV), Euskaltzaindia y el euskera batua, la Iglesia, la burguesía vasca, etc. Andima Ibinagabeitia nació en Elantxobe el 26 de enero de 1907. La amistad que su padre, Galo, mantuvo con Sabino Arana marcaría para siempre la vida del joven. Los años transcurridos en los conventos jesuitas afianzaron su amor por el euskera y Euskal Herria. En 1935, hallándose en la ciudad belga de Marneffe y cuando poco le faltaba ya para su ordenación sacerdotal, abandonó la Compañía de Jesús y se puso a trabajar de oficinista en la fábrica "Explosivos de Galdácano". Se encontraba trabajando en Trafaria (Portugal) para la citada empresa vizcaína cuando estalló la Guerra Civil, finalizada la cual en 1943 regresó a Bilbao para, en clandestinidad, ponerse al servicio del Gobierno Vasco y de los aliados. Sin embargo, ante el peligro de serapresado por la policía franquista, en 1947 decidió marcharse a París. A la izquierda Orixe, a su lado Zaitegi, a la derecha del todo Andima Ibiñagabeitia junto a otros amigos. Durante dos años (1954 1956), A. Ibinagabeitia, además de tomar parte en la dirección y redacción de Euzko Gogoa, escribió un sinfín de artículos en pos del euskera, en ocasiones para infundir ánimos a los jóvenes autores de Euskal Herria, y otras veces para reprochar a la jerarquía eclesiástica vasca la actitud que mantenía frente a los vascos. Las discrepancias que mantenía respecto a J. Mirande, G. Aresti y Txillardegi sobre el euskera batua no le impidieron entrever el futuro del euskera y de la literatura vasca. Ibinagabeitia respaldaba la propuesta del dialecto guipuzcoano de R.M. Azkue, sin por ello oponerse a la unificación del euskera. De cualquier forma, divergía especialmente de los proyectos reformadores de F. Krutwig. Brevemente, daré cuenta de la obra que A. Ibinagabeitia publicó en Euzko Gogoa. El escritor de Elantxobe empezó a colaborar en la citada revista antes incluso de partir hacia América; así, desde su creación en 1950 hasta febrero de 1954, fecha de su llegada a la capital guatemalteca, escribió más de 50 artículos. Algunos de los 12 escritos que publicó en total en Guatemala recogen capítulos de libros como Birgili'ren idazlanak osorik (1966), traducciones de las Bucólicas y Geórgicas de Virgilio (junto con la traducción de La Eneida, realizada por S. Onaindia). Tradujo asimismo el libro Mitología Vasca de J.M. Barandiaran. Por otra parte, cabe destacar la asiduidad con la que durante su estancia en Guatemala colaboraba en revistas vascas como BIAEV, Euzkadi, Euzko Deya, Euzko Gaztedi, Gernika, Karmel, Olerti y Zeruko Argia. Tras solventar los problemas que surgieron en torno a Euzko Gogoa, a mediados de febrero de 1956 A. Ibinagabeitia partió hacia Caracas, y el cambio geográfico afectó sobremanera a su vida personal. Desde el punto de vista laboral, renunció a un puestode trabajo fijo y remunerado para pasar a una situación de desempleo; desde la perspectiva social halló en la Euskal Etxea de Caracas una mayor solidaridad y conoció a otros exiliados como Martin Ugalde, Vicente Amezaga y Toribio Etxebarria. En el aspecto político, se mostraba más comprometido. La constatación de que muchos de los vascos que se daban cita en la Euskal Etxea no empleaban el euskera en su relación cotidiana le rompía el corazón, como bien puede desprenderse de las siguientes palabras: "Eta gainera emengo euzkotarrak... Ikusiko bazenitu... Ez da aien artean erdera baizik aditzen... Ai gure Parisko euskal billeratxoak: nun zerate? Zearo erderari emanak, vasco itza maizegi aoan, baiñan egiñetan maketo utsak. Egia erran, emengo eusko etxea arrora urbildu nintzan egunean, lur iota gelditu nintzan, euskerakiko ango ibillerak ikusi ta. Zer uste ote dute emengo abertzale diruzale eta erdelzale porrokatuok. Ni ez naiz etxe artara urbiltzen... Erderaz aritzeko kalea ere aski zait. Beraz ez dizut emen gure girorik arkitu, Txomin, erbesteko giro zitalena baizik." (1956 VI 3) "Si vieras los vascos de por aquí... No hablan más que en castellano... Ay, nuestras queridas reuniones vascas de París, ¿dónde estáis? La gente está totalmente castellanizada; pronuncian en exceso la palabra vasco, pero son puros maquetos. La verdad es que el día que entré en esta eusko etxea me sentí totalmente decepcionado ante el tratamiento que le daban al euskera. A ver qué se creen estos avariciosos abertzales castellanizados. Yo ya ni me acerco a esa casa... Para hablar en castellano, me basta con la calle. Aquí no he encontrado nuestro ambiente, Txomin, sino el más mezquino de los escenarios que pueda ofrecer el exilio". En lo que respecta a la temática de sus escritos, así como durante su estancia en Guatemala en las publicaciones Euzko Gogoa se inclinaba por el euskera y la literatura vasca, en adelante se sintió atraído por la política, como atestiguan los numerosos artículosque publicó en Irrintzi y Eman. En 1956, tras la celebración de la I. Euskal Biltzarra, dirigió duras críticas a su partido (EAJ PNV) y al Gobierno Vasco por proponerse suscribir un convenio con los republicanos españoles, alejándose de tal modo de la senda independentista de Sabino Arana. En el ámbito cultural, su vascofilia no supuso ningún obstáculo para que criticara a Euskaltzaindia, la Real Academia de Lengua Vasca. En el ámbito social destacan los reproches que Ibinagabeitia dirigió a la burguesía vasca, en especial a los nacionalistas acaudalados que se abstuvieron de colaborar en las tareas de fomento del euskera, advirtiéndoles de que algún día recibirían su merecido por el desinterés que reflejaba su egoísmo. Los problemas laborales, las dificultades de adaptación al nuevo entorno, la incomunicación, la distancia, la incertidumbre sobre la fecha de regreso y la añoranza de su país natal durante su larga estancia en Venezuela sumieron a este escritor vizcaíno en periodos de soledad, extenuación y depresiones que no obstante logró superar en su afán por mantener viva la llama de la cultura vasca. El euskera, lengua que una endémica diglosia por poco fulminó, estaba en peligro de extinción. Por eso, A. Ibinagabeitia se sirvió de los únicos instrumentos de los que disponía para enaltecer su querida patria: el euskera y la literatura vasca. El distanciamiento de su país lo llevó a crear dos revistas (Irrintzi y Eman) en las que no dejó de colaborar, para que sus raíces no cayeran en el olvido. Para A. Ibinagabeitia América simbolizaba un oasis de libertad que consiguió salvar su vida y preservar el euskera, aunque jamás durante los veinte largos años que permaneció en el exilio dejó de soñar con el regreso a su querida patria. Falleció en noviembre de 1967, el Día de Todos los Santos, en Caracas. Más información en: http:// Fotografías: Colección "Bidegileak" nº8 y nº20, cuadernos que recogen las biografías de Andima Ibinagabaitia y Jokin Zaitegi Euskonews & Media137.zbk (2001/9 28/10 5) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria