
KOSMOpolita
Bernardo Acha Lascaray, el republicanismo vitoriano del siglo XIX
Nacido en Vitoria el 5 de enero 1854. Falleció en Madrid el 12 de enero de 1927. Hijo del armero-grabador eibarrés Antonio de Acha y Urain y de la vitoriana Evarista Anastasia Lascaray y Armentia, hermano del coronel de ingenieros D. Martín Acha Lascaray –quien planificara y dirigiera las obras de construcción de los cuarteles de Loyola en San Sebastián y el cuartel de caballería de Vitoria, entre otras obras–.
Los Acha Lascaray eran nietos de Jean Bernard Lascaray, quien procedente de Ciboure arrendó una empresa de velas de sebo de la que deriva la actual empresa de cosméticos LEA. La familia Lascaray siempre consideró a Francia como su segunda patria, no siéndoles ajenas ni su cultura ni su lengua. Si Martín fue un militar claramente aliadófilo en la Primera Guerra Europea, Bernardo siempre fue partidario de una alternativa republicana para España.
La esposa de Bernardo, Polonia Ros de Olano, falleció en Madrid diez años antes que él en un trágico accidente, siendo arrollada por un tranvía. No tuvieron descendencia.
De ideología republicana, Bernardo consideraba que los viejos fueros vasco-navarros habían de cobrar nueva vida en un régimen democrático. Comenzó como articulista bajo el amparo de Fermín Herrán, junto a personajes como Sebastián Abreu, los Apraiz (Julian, Odón y Ramón), Daniel Ramón Arrese, Eugenio Atauri, Manuel Iradier, Herminio Madinabeitia, Gabriel Martínez de Aragón, Ramón Ortiz de Zarate y otros. Fue uno de los impulsores del Partido Republicano Histórico de Vitoria.

Bernardo Acha Lascaray en Vitoria con su cuñada Emilia Aguirre Davalillo.
Publicó algunos artículos sobre la “cuestión vascongada” en el periódico de Vitoria La Libertad, defendiendo un foralismo liberal y en contra de las tesis bizcaitarras pro estatuto vasco. Consideraba que el regionalismo, o un posible “Estado Vasco” no harían sino debilitar la autonomía de las provincias y sus fueros históricos. Fue director de El Porvenir Vasco, diario vespertino de Bilbao.
Gracias a la ayuda recibida de Bernardo Acha fue precisamente como Ramiro de Maeztu comenzó su carrera de escritor, colaborando con el periódico dirigido por aquel, quien guardaba amistad con la madre de Maeztu, doña Juana Whitney.