Muy empinada como casi todas las calles paceñas, la Sagárnaga[1] es una de las arterias más tradicionales del centro de La Paz. Plagada de turistas, hoteles y tiendas de artesanía, [2] es aledaña a la basílica barroca de San Francisco y también al mercado de las brujas, donde se venden fetos momificados de camélidos para ofrendar a la Pachamama.[3] De la Sagárnaga escribió el gran escritor boliviano Jaime Sáenz que “por su espíritu y por su atmósfera, por los signos imponderables que el tiempo y los habitantes han señalado, pocas calles se le comparan”.[4]
La calle lleva su nombre en honor al abogado Juan Bautista Sagárnaga (1766-1810), uno de los grandes héroes de la independencia boliviana y jefe de infantería durante el levantamiento antiespañol de 1809.[5] La insurrección fue aplastada por las fuerzas realistas de Goyeneche[6] y los líderes del levantamiento, incluido Juan Bautista, fueron ejecutados sin miramientos.
Pero la trayectoria boliviana de la familia Sagárnaga no comenzó con Juan Bautista, sino una generación antes, con su padre, Manuel Sagárnaga y Arizaga, nacido en Durango (Bizkaia), bautizado en la iglesia de Santa Ana el 1 de enero de 1732 y fallecido en La Paz hacia 1802. No se sabe demasiado de su juventud,[7] pero sí que hacia 1760 viajó a América y se asentó en La Paz, donde se casó con una criolla, María Carrasco, perteneciente a una familia de hacendados locales. También que ocupó diferentes cargos administrativos coloniales, como teniente tercero de aduanas o tesorero de las Cajas Reales.
La glorificación de los restos de Murillo y Sagárnaga en 1940.
Los descendientes del matrimonio Sagárnaga-Carrasco pueblan Bolivia hasta el día de hoy. Varios de ellos han sido figuras muy notables de la historia del país. Veamos a algunos:
Ya hemos mencionado a Juan Bautista Sagárnaga. Su hermana, María Manuela (1768-1857) es también heroína de la independencia y formó parte del grupo de mujeres de clase alta que apoyaron al levantamiento organizando reuniones, recaudando fondos o fabricando balas.[8] Pagó por ello un alto precio: su esposo sufrió el exilio y ella fue deportada a la inhóspita región selvática de Caupolicán. Aun así, tuvo una larga vida y pudo ser testigo de la independencia y de las primeras -y turbulentas- décadas de la república.
Maria Manuela Sagárnaga fue, además de todo lo anterior, abuela de Modesta Sanjinés Uriarte y Sagárnaga (1832- 1887):[9] escritora, poeta, periodista, profesora y traductora, pero sobre todo pianista y compositora y una de las grandes figuras de la música boliviana del s. XIX. Fundadora de la Sociedad Filarmónica de La Paz, compuso piezas religiosas, pero también mazurcas, galopas o valses. Calles y escuelas, un teatro municipal y una casa de la cultura paceña llevan su nombre.
Urna funerario de Bautista Sagárnaga, cripta de los heroes.
Su hermano, Bernardino Sanjinés Uriarte y Sagárnaga (1822-1897) fue diputado nacional, alcalde de la ciudad de La Paz y varias veces ministro. Una calle paceña lleva su nombre. El nieto de Bernardino, Mario Sanjinés Uriarte (1920-2018), fue fundador del Movimiento Nacionalista Revolucionario y tuvo una muy destacada participación en la revolución nacional de 1952.[10] Después fue embajador, ministro de diferentes carteras, secretario privado del presidente Paz Estenssoro[11] y también alcalde de La Paz.[12]
Pero volvamos al héroe Juan Bautista Sagárnaga. Su hijo, Manuel Sagárnaga Arze (1800-1866), fue testigo con apenas nueve años de cómo le aplicaban el garrote vil a su padre. Más tarde, todavía muy joven, participó en las principales batallas de la independencia y de la guerra con Perú. Defendiendo su país fue herido de gravedad, obtuvo en batalla el grado de general del ejército, llegó a ser jefe del Estado Mayor y ministro de guerra.[13] Una calle en La Paz lleva su nombre.
Bernardino Sagárnaga (1844-1905), nieto de Bautista Sagárnaga, también fue músico y siendo apenas un niño formó parte de la Compañía Lírica y cofundó, junto a su prima Modesta, la Sociedad Filarmónica de la que fue además su primer director. Su hijo, Elías Sagárnaga (1872-¿?) fue un reconocido científico, salubrista, médico y cirujano militar, escribió numerosos artículos científicos y varios libros, el más conocido es Recuerdos de la Campaña del Acre de 1903 sobre sus experiencias como médico en la guerra con Brasil y en el que constató cómo las fiebres palúdicas causaban dos veces más bajas que las balas enemigas. Una calle paceña lleva su nombre. Su hija, Elena Sagárnaga Aguerre (1896-1988), tuvo una reconocida trayectoria filantrópica y presidió la Cruz Roja boliviana y el Hogar Villegas, reconocida institución dedicada al cuidado de niños y niñas huérfanas.
Calle Sagárnaga.
Por último, acabamos esta breve relación con Manuel B. Sagárnaga (1895-¿?) violinista formado en París y músico de muchos talentos: pionero en recopilar y recuperar el folklore y el acervo musical indígena en una época en la que lo nativo era observado con menosprecio, director durante 23 años del Conservatorio Nacional de Música de La Paz, compositor de piezas como Adiós montañas mías, La Espina o En Voz Baja, director artístico de Radio Illimani y de su orquesta de planta: la Clásica Illimani, que cada tarde interpretaban en directo por la radio piezas de los grandes compositores europeos,[14] música magistral que flotaba ingrávida por el aire enrarecido de la atmósfera de La Paz, en el corazón de los Andes, a 3600 metros sobre el nivel del mar.
[1] Hemos respetado la grafía original de los apellidos, que puede diferir de la forma en la que se escriben actualmente.
[2] Además, en su nº 161 vivió la poeta chilena Violeta Parra y allí compuso Gracias a la vida, su canción más universal.
[3] La Pachamama es, como se sabe, la Madre Tierra, una de las principales deidades de la cosmogonía andina.
[4] Sáenz, J. (2012) Imágenes paceñas. La Paz: Plural: 47.
[5] Los alzamientos de 1809 en Chuquisaca y La Paz son considerados los primeros movimientos anticoloniales en la América española.
[6] Jose Manuel de Goyeneche (1776-1846) teniente general del ejército realista, hijo del baztanés Juan de Goyeneche y Aguerrevere.
[7] Castro, sin establecer sus fuentes, afirma que Sagárnaga era un hombre adinerado ya antes de viajar a América y que poseía en Durango “tierras por mayorazgo” que después fue ampliando comprando los terrenos colindantes “por el exorbitante valor de 100.000 pesos en 1798” En: Castro, M. (2012) “De padres, fantasmas e hijos: las relaciones familiares de Pedro Murillo”. Ajayu. vol.10, nº 2. Véase también: Asin, J. (2009) “El apellido Sagárnaga en Vizcaya, el Alto Perú y Bolivia”. Revista Raíces. nº 3.
[8] Mujeres encabezadas por Vicenta Juaristi Eguino, hija de vasco y figura central de la independencia. Muchos/as protagonistas del proceso independentista fueron descendientes de vascos/as, en general de primera generación, como Zudañez, Azurduy, Loayza, Goyzueta, Muñecas, Ballivian, Zúñiga, Olañeta, Urcullu o Mendizabal. También hay vascos en las tropas realistas, como Oliden, Alipazaga, Urquijo, Urrutia o Goyeneche. Véase: Iraegi, A. y Cuentas, N. (2019) La distancia y el olvido. Vascos y vascas en la historia de Bolivia.
[9] La madre de Modesta Sanjinés fue Manuela Uriarte Sagárnaga, hija de Maria Manuela Sagárnaga y su primer esposo Francisco Ignacio de Uriarte Uribaren. Como en todas las familias, los nombres van pasando de generación en generación y en esta abundan los Manueles y Manuelas, los Bernardinos y las Modestas.
[10] Considerada, junto a la mexicana y la cubana, una de las tres grandes revoluciones americanas del s. XX, la revolución promovió la reforma agraria, terminó con la servidumbre indígena, nacionalizó las minas y estableció el voto universal.
[11] Líder indiscutible de la revolución del 52, Paz Estenssoro es también descendiente de una familia vasca, los Estensoro –con una sola s- afincada en Bolivia al menos desde el s. XVII.
[12] Su hermano Hernán Sanjinés Uriarte también fue un destacado revolucionario y ocupó diversos cargos políticos y diplomáticos.
[13] Lo fue durante el gobierno del presidente José Ballivian Segurola, hijo del santurtziarra Jorge Ballivian y nieto del azpeitiarra Sebastián de Segurola y el primero de los cuatro Ballivian que fueron presidentes de Bolivia.
[14] Sagárnaga también fue, eventualmente, actor e hizo el papel de ministro de guerra en Hacia la gloria, conocida película boliviana de 1932.