763 Zenbakia 2021-07-28 / 2021-09-22

Gaiak

Literatura vasca y fútbol

KORTAZAR, Jon KORTAZAR BILLELABEITIA, Jon

Cuando el Grupo de Investigación LAIDA inició la investigación sobre Literatura vasca y fútbol y  publicó el libro Egungo euskal literatura eta Futbola [Literatura Vasca actual y Fútbol], comenzaron a llegarnos preguntas que cuestionaban la importancia de la iniciativa. Una primera interrogaba sobre la relación entre  literatura y fútbol, como si fueran dos mundos separados, a pesar de que en los últimos años los Clubs de fútbol vascos han puesto en marcha espacios culturales que han hermanado el deporte y  las letras. La Fundación Athletic Club ampara  el espacio cultural “Fútbol y Letras”, que la pandemia no ha podido interrumpir. Y Donostia Kultura y el Ayuntamiento de Donostia impulsan los encuentros “Korner. Fútbol y Cultura”. La segunda se refería a la presencia el tema del fútbol en la literatura vasca: ¿Qué escritores han tratado el tema?

El prejuicio que mantiene que no existen puentes entre el mundo de las letras y el fútbol sigue su marcha. Cabe preguntarse de dónde proviene esa opinión. Desde luego la Dictadura franquista utilizó el deporte, y el fútbol en concreto,  como medio publicitario para adormecer a las masas. Esa manipulación fue evidente y duradera, aunque, por contra, los clubs vascos  se sirvieron del fútbol en sentido contrario para reforzar la identidad vasca. Esa corriente de opinión que defiende que el fútbol es el opio del pueblo está aún viva en diversos sectores sociales. Quisiéramos citar un poema de Gabriel Aresti para confirmar esa actitud contraria al fútbol:

 “Tafernak utz, /kanpofobailak utz,/gizonak;/zinemak utz,/nobedadeak utz, /andreak”.

[Dejad las tabernas,/ dejar los campos de fútbol,/ vosotros los hombres;/ dejad los cines,/ dejad las novedades, / vosotras las mujeres].

Egungo euskal literatura eta futbola,
Mari Mar Boillos, Jon Kortazar (arg.).

Aresti pidió que los hombres y las mujeres dejaran la sociedad de consumo. A ellos les pidió, nos tememos que sin mucho éxito, que dejaran de acudir a los campos de fútbol.

Pero hubo un tiempo en que los intelectuales y fútbol fueron de la mano. En el momento en que se inicia la vanguardia los escritores admiran a los deportistas. Siempre se citan como ejemplo la “Oda a Platko” de Rafael Alberti en la que elogia al portero del Barcelona en un memorable partido de final de Copa que el Barcelona jugó y ganó contra la Real Sociedad en Santander y  la respuesta que escribió en su contra  Gabriel Celaya en “Contraoda del poeta de la Real Sociedad”. En el ámbito de las letras en euskara habría que mencionar, aunque se escriben por razones poco vanguardistas, los poemas dedicados a los deportes rurales y el conocido poema “Palankari bati” [A un lanzador de palanka] de Lauaxeta, poeta que en su trabajo periodístico realizó más de una vez crónicas  de los partidos del Athletic.

Odolean neraman,
Joan Mari Irigoien (Elkar argitaletxea).

Si prestamos atención a la producción literaria de nuestros días podemos exponer que existen escritores vascos que han tratado el tema futbolístico en su obra. En el libro Egungo euskal literatura eta futbola, editado por Mari Mar Boíllos y Jon Kortazar, se examinó la producción de estos géneros literarios: novela, teatro y bersolarismo y además se atendió a la novela  Aquella edad inolvidable (2012) de Ramiro Pinilla y se analizó la relación entre novela y cine en el caso de la adaptación de El otro árbol de Guernica (1967) de Luis de Castresana. El trabajo no pretendía abarcar todo el corpus, por lo que estamos realizando un segundo volumen con las producciones literarias en torno al fútbol en otros géneros literarios. En este artículo comentamos algunas obras que tocan el tema del fútbol en la literatura escrita en lengua vasca, y ya entramos a responder la segunda pregunta.

Aiora Sampedro ha analizado las siguientes novelas que se centran en el tema del fútbol. Bernardo Atxaga inició la serie con la obra Gizona bere bakardadean (1993)/ El hombre solo en la que la selección de Polonia que juega el Mundial de España tiene un lugar protagonista en la trama. En Nevadako egunak (2013) / Días de Nevada incluye un pequeño recuerdo de su madre en Eibar  en el pasaje o pieza, como le gusta decir al autor, “Izaskun Eibarren”/ “Izaskun en Eibar”,  y ahí narra una pequeña broma que le gastan a un jugador del Athletic. La afición al fútbol de Kirmen Urie ha quedado plasmada en dos de sus novelas. En Bilbao-New York-Bilbao (2008) contó un partido en una video consola, y en esto fue un precursor, y las aventuras de la selección de Euzkadi en la novela Elkarrekin esnatzeko orduan (2016)/ La hora de despertarnos juntos.

Si en esas obras el fútbol mantiene un lugar periférico, el escritor Joan Mari Irigoien, que antes de escritor fue jugador, ha publicado dos novelas en las que el fútbol obtiene un lugar central. En la narración  Odolean neraman (2004) [Lo llevaba en la sangre] cuenta la experiencia de un jugador de la cantera vasca en su devenir deportivo. La perspectiva cambia en la novela Derby (2019) donde desarrolla un argumento humorístico en torno a la rivalidad de las aficiones de dos equipos vascos.

Ezker hanka falta zuen,
Lutxo Egia (Susa argitaletxea).

Los hermanos Martin y Xabier Etxeberria obtuvieron el diario inédito del jugador Kepa Areso, componente de la selección Euzkadi, y sobre ese texto construyeron la novela Ez dadila eguzkia sartu (2006) [Que no se ponga el sol], donde desarrollan el tema de la importancia de la propaganda ligada al deporte.

Harkaitz Cano realiza una pequeña mención al fútbol en su novela Twist (2011) /Twist, creando casi un pequeño relato donde el deporte se convierte en símbolo de la nostalgia y de la felicidad en la infancia. Los tres protagonistas juegan un pequeño partido en la playa y el narrador relata: “Pero si Diego Lazkano ha de elegir un momento entre todos aquellos que compartió con Soto y Zeberio, si tuviera que apartar uno solo, elegiría sin dudarlo aquél, porque es un momento blindado de felicidad, pura dicha sin nada que lo ensombrezca, la cumbre de la alegría infantil”.

Sin embargo, no termina en esos autores las referencias al fútbol en la novela vasca. Jon Alonso se refiere en su novela Hodei berdeak  (2003) a un partido memorable entre el Chantrea y el Eibar. Mikel Taberna ha titulado “Rinus Xiburu” un capítulo de su obra Alkasoroko Benta (2013) donde describe a un personaje que entrena a un equipo de jóvenes, que por eso le llaman Rinus, como un entrenador holandés de la época de la Copa del Mundo de Alemania. El protagonista, Gerena, de la novela Ezker hanka falta zuen (2005) de Lutxo Egia escribe  crónicas del Sestao River, pero las menciones al fútbol son escasas en la obra.

En el relato pueden citarse 10 cuentos y 7 autores, y es un género literario en alza, puesto que las publicaciones de los clubs que patrocinan los encuentros entre Literatura  y Fútbol prefieren publicar relatos por su versatilidad y su facilidad de publicación. Por eso puede que sea interesante diferenciar los cuentos que se publicaron por iniciativa de los autores y los que fueron impulsados por los Clubs en sus diferentes variantes de apoyo a la creación y a la lectura.

En la primera sección cabe citar el relato “Aurkako taldeko atezaina” (1997) [El portero del equipo contrario] de Harkaitz Cano, un relato de humor negro y que recuerda otro de Eduardo Sacheri, en el que un familiar será el encargado de esparcir las cenizas de un tío en el campo de fútbol del equipo de sus amores.  Aritz Gorrotxategi ha publicado dos relatos centrados en el lanzamiento del penalti. Uno de sentido trágico “Zazpi pausuak” (2002) [Los siete pasos] y otro de acento cómico  “Gol heretikoa” (2009) [El gol herético]. Koldo Izagirre ha unido conciencia política y fútbol en la historia de dos amigos que un 1 de mayo y bajo la dictadura franquista recorren el camino desde su casa hasta la playa en “Hondartza” (2016) [La playa] y describen el ambiente de la ciudad en un día de huelga general. Xabier Montoia ha contado en “Loria omen zion halabeharrak gordea” (2010) [Tenían reservada la gloria] el descenso al fracaso de tres amigos futbolistas que estaban destinados a una carrera deportiva brillante. Y Ana Malagon en  “Zaborraren minutuak” (2017) [Los minutos de la basura] ha narrado la dura relación entre un hijo y su padre. 

Los festivales de literatura “Letras y Fútbol” y “Korner” han impulsado la publicación de relatos en torno al fútbol, y además han propiciado la presencia de escritoras en ese ámbito. Karmele Jaio exploró las relaciones de pareja en el relato Gure pasioak (2014) [Nuestras pasiones], en el que con un humor sutil y delicado cuenta la conversión de una escritora en aficionada al fútbol, mientras su marido realiza el camino contrario, de aficionado al fútbol a lector empedernido. Un personaje que tiene un poder especial  (si él está presente el Athletic no recibe ningún gol) es el protagonista de  “Ez dadila baloirik sartu” (2018) [Que no entre el balón]. La autora cuenta en paralelo la historia de familia del protagonista y la del Athletic Club de Bilbao.

Beti oporretan, Harkaitz Cano
(Susa argitaletxea).

Aritz Gorrotxategi ha desarrollado el tema de la nostalgia de un fútbol ya pasado que se opone al deporte sujeto al mercado  que el protagonista del relato, Niko, observa en un recorrido que realiza en “Futbola iraganean gertatzen da” (2019) [El fútbol sucede en el pasado]. En este género resulta sorprendente el ejercicio vanguardista que Harkaitz Cano ha realizado en Zitagolak (2014) [Citagoles, Goles con cita]. En un ejercicio de imaginación muy bien planteado el autor se pregunta qué sucedería si un jugador que marca un gol llevara bajo su camiseta de su equipo una cita literaria que enseña al público. Y lo que sigue en el relato es un brillante ejercicio de ironía.

Otros géneros literarios muestran una producción no tan abundante. Por ejemplo Karlos del Olmo ha analizado la obra de teatro Jokoz kanpo/ Fuera de juego (2014) de Mikel Pagadizabal, Nagore Aranburu y Anartz Zuazua. En este género habría que citar también el interesante cabaret bilbaíno  Yo soy Pichichi (2018), de Lander Otaola.

El ensayo tiene una cierta presencia en castellano. Mencionaremos aquí los textos de  Galder Reguera (Hijos del fútbol, 2017) y Eduardo Rodrigálvarez  (Un soviético en la Catedral, 2014). Es probable que el ensayo más conocido sea el de Ander Izagirre y su Mi abuela y diez más (2016), del que se ha realizado una edición en euskara Amona eta beste hamar (2018) en traducción de Julen Gabiria. Existe una edición de un cómic de Unai Iturriaga y Alfonso Zapico: Diamanteak, Urrea eta Ikatza [Los diamantes, el oro, el carbón], impulsado por l Fundación Athletic Club.

La autobiografía es un género literario que ha estimulado Galder Reguera, responsable de los Encuentros “Letras y Fútbol”.  Así Ainhoa Tirapu, la exportera del Athletic femenino ha publicado Bizitza eskukadaka [La vida a puñados]. La obra paralela en castellano se titula Togo de Óscar de Marcos.

Al acabar el relato Zitagolak Harkaitz Cano escribe: [Desde entonces se bifurcaron los caminos, y la literatura y el fútbol van cada uno por su lado].

El recorrido que acabamos de realizar por la novela, el relato, el teatro, el cómic y la autobiografía ha mostrado que eso no pasa, que no es así, que literatura y fútbol pueden recorrer juntos el mismo camino.

Permanece, pues, viva la invitación que Jorge Valdano realizó en el prólogo a su antología Cuentos de fútbol: “Si te gusta el fútbol piérdele el miedo a las letras, si amas la literatura no creas que el balón es un objeto siniestro”. De esa forma cae el muro entre intelecto y fútbol y se construye un acuerdo entre ellos.


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