289 Zenbakia 2005-02-18 / 2005-02-25

KOSMOpolita

Imágenes de la emigración vasca a través de las fotografías públicas y privadas

MANFREDI, Matteo



D Familia de emigrantes Vascos.

urante la evolución historiográfica de los últimos treinta años, muchos historiadores han coincidido en afirmar que las imágenes son una forma importante de documento histórico. Estas fuentes, de hecho, no se limitan en confirmar cuanto ya se sabía, sino innovan propio en el ámbito de las adquisiciones históricas más significativas. Por esas razones hoy en día, la fotografía y las imágenes vienen, pues, consideradas como cualquier otro tipo de fuente, es decir, caracterizadas por sus propios límites y ventajas. A pesar de eso, todavía son muy pocos los investigadores que fundamentan sus tesis en las imágenes y en las fotografías1 . Esa precariedad que caracteriza las relaciones entre investigadores e imágenes fotográficas, sin embargo, nace de una paradoja que caracteriza nuestros procesos de formación cultural. Actualmente, de hecho, si por un lado las imágenes desempeñan miles de papeles distintos en las sociedades contemporáneas, por el otro nuestra formación cultural sigue siendo caracterizada exclusivamente por la lectura y la crítica de los textos. No es una casualidad, pues, que, en los años sesenta, el historiador inglés Raphael Samuel definiera a sí mismo y a otros especialistas de la historia social de su generación como “analfabetos visuales”2 . En fin, para estudiar un acontecimiento histórico a través de las imágenes seguimos encontrándonos en una situación de falta de coordinadas metodológicas para interpretarlas. En el caso específico de la historia de las emigraciones vascas que caracterizaron la Edad Contemporánea, además de este problema de carácter general, hay que tener en cuenta de otros factores que se dificultan la labor del historiador. En primer lugar, no existe una bibliografía de referencia. E segundo lugar, a pesar de que haya una gran cantidad de material fotográfico ese es poco asequible y difícil de manejar porque caracterizado por una evidente heterogeneidad. De hecho, mayoritariamente se trata de imágenes realizadas por diferentes personas, en distintos contextos geográficos y sociales, y que, además, se refieren a diversos momentos históricos. De todas formas, a pesar de que de las fotografías producidas durante el desarrollo y la evolución de las migraciones vascas estén caracterizadas por una evidente heterogeneidad podemos distinguir dos grupos predominantes de imágenes. Inspección femenina.

El primer grupo es relativo a aquella producción realizada por los mismos protagonistas de la experiencia migratoria así que, normalmente, se hallan en los llamados archivos de la memoria familiar. En el segundo grupo, en cambio, encuentran cabida todas aquellas imágenes sacadas o comisionadas por observadores externos tales como: periodistas, sociólogos, representantes de instituciones, profesionales de la fotografía, etc. Las imágenes que conforman los dos grupos, al ser caracterizadas por distintas modalidades técnicas de representación, y también por diferentes finalidades, suelen ser muy diferentes entre sí hasta configurarse, a veces, como opuestas.

Las fotografías que se hallan en los archivos familiares, por ejemplo, solían responder a finalidades específicas para completar los mensajes de la comunicación familiar. Esas imágenes, efectivamente, constituían una ayuda esencial en la abundante correspondencia epistolar. En la lejanía producida por la emigración era esencial, de hecho, transmitir a las familias documentos en los que quedase patente el estado de buena salud y de bienestar; a la vez, hacía falta demostrar que no se había producido algún olvido del pasado para así confirmar una sustancial continuidad con las comunidades de origen. En resumen, a través del envío de las imágenes fotográficas, por un lado, lo que se intentaba realizar era, en cierta medida, una reunificación - digamos - virtual de la unidad familiar; por el otro, este tipo de comunicación iconográfica era funcional a la creación de mensajes apologéticos de la experiencia migratoria en los que se subrayaban casi exclusivamente los buenos resultados conseguidos por los mismos protagonistas, como si fuese imprescindible demostrar la positividad de la elección hecha. Un testimonio de esta actitud lo encontramos también en un artículo intitulado “No vayáis a América” publicado en El Anunciador Vitoriano n. 306 de abril de 1881 en el que se lee: Ellis Island. Visitas medicas.

"Lo que más seduce a las inexpertas labriegas es, los retratos que traen de tal o cual amiga que al marcharse de su pueblo era una joven de maneras toscas y vestir pobre, y aparece en el retrato perfectamente peinada, vestida de seda con el indispensable reloj con su cadena, y un hermoso abanico, en fin convertida en una señorita de acomodada familia"

Lo que los emigrantes pretendían era, entonces, transmitir la imagen de que “la fortuna les sonríe y de que han adquirido el gusto moderno por el confort y la calidad de vida3 .”

En cambio, en el marco de las imágenes realizadas por observadores externos a la experiencia migratoria se hallan muchos trabajos caracterizados por finalidades diametralmente opuestas a las que definían la comunicación entre emigrantes y familias. Por ejemplo, durante el siglo XIX se realizó toda una serie de documentales, normalmente requeridos por las mismas instituciones de los países receptores, que ilustran, a veces con un estilo casi cinematográfico, los controles, las inspecciones y visitas médicas imprescindibles para la aceptación de los inmigrantes en los países de acogida. Estos reportajes, respondían a finalidades propias de los controles policiales y tenían como objetivo principal la descripción “realista” de los emigrantes que acababan de llegar. Normalmente, de hecho, solían ser realizados en los lugares-símbolos de la emigración, como el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires o, también, el edificio de Ellis Island de Nueva York. Otro ejemplo de representación fotográfica realizada por operadores externos a la experiencia migratoria es relativo a los trabajos de los fotógrafos profesionales de gran envergadura internacional (entre los cuales destaca la obra de Lewis H. Hine) que, por entonces, con sus fotos, intentaban describir críticamente las sociedades de acogida, subrayando las diversidades de los sujetos representados y, sobre todo, su pertenecer a un mundo preindustrial. En fin, otra consideración que merece ser subrayada es relativa al hecho que la producción profesional, durante la evolución histórica de los mismos flujos migratorios, ha vivido cambio paulatinos, pero evidentes. Inspección de los equipajes.

En conclusión, las fotografías, al constituir una referencia a los acontecimientos cotidianos o excepcionales, que afectaron a las vidas de los protagonistas de entonces pueden aportarnos todavía mucha información para profundizar nuestro conocimiento de la experiencia migratoria vasca pero, al habernos enterado de que esta producción respondía a unas finalidades especificas, sería limitante conformarse con considerar estas fotos como meros reflejos de la realidad histórica vivida, por entonces, por los mismos protagonistas. Por ese motivo, para analizar de una forma más articulada la historia de la emigración vasca a través de las imágenes fotográficas se hace preciso, pues, confrontar materiales realizados por distintos autores y, sobre todo, fijarse en las finalidades especificas que caracterizaban el mensaje iconográfico de los diferentes documentos. 1 BURKE P., Visto y no Visto, Madrid 2002 2 SAMUEL R., The Eye of History , en su obra Theatres of Memory vol.I Londres 1994, pp. 315-336. 3 SOUTELO VÁZQUEZ R. ; Imágenes en la distancia: reflexiones sobre fotografía y emigración, en Estudios migratorios latinoamericanos, n.51-2003, Pág. 490