252 Zenbakia 2004-04-30 / 2004-05-07

KOSMOpolita

Los nuevos vascos (I de II)

AUZA, Gonzalo

Los nuevos vascos (I de II) Gonzalo Javier Auza

La búsqueda identitaria parece ser un proceso individual y colectivo sin fin, especialmente en los países de fuertes y diversos flujos migratorios, como muchos latinoamericanos.

En un contexto de globalización y de creciente homogeneización cultural, esa búsqueda aparece como una respuesta contracultural cada vez más notoria y son importantes sus consecuencias sociales en todo el mundo.

La construcción de la identidad vasca no es ajena a esta dinámica y, así, vemos que en algunos países que recibieron fuerte aporte migratorio de ese origen es cada vez más importante la demanda de vías para encauzar esa exploración personal.

Por otra parte las nuevas tecnologías de la comunicación abren nuevas posibilidades a la construcción identitaria; mediante la disposición de información amplia y variada, la facilidad para el encuentro e intercambio personal, la oferta de formación cultural, etc.

Si bien no es un medio exclusivo ni excluyente, Internet está inaugurando algunas posibilidades que debemos saber aprovechar quienes deseamos darle facilidades para armar su itinerario personal a todos los peregrinos de la identidad, sobre todo aquellos descendientes de vascos que viven fuera de Euskal Herria. Modalidades

Tratándose de identidad no podemos aceptar posiciones canónicas. Hay tantas identidades como personas en el mundo.

Así es que también existen muchas maneras de ser o de sentirse vasco y diversos grados de afinidad con esa veta identitaria entre quienes tienen aportes de muchos pueblos en su sangre, como sucede entre millones de “vascos” de América.

¿Por qué mi amiga que tiene dos apellidos vascos, que escucha a Gozategi y lleva un lauburu en el pecho no puede sentirse vasca a su manera, sin que ello conlleve un compromiso institucional dentro de la comunidad vascoargentina ni signifique un problema para su identidad marcadamente local? ¿Acaso no se puede llevar con orgullo la identidad étnica sin compromisos de otra especie, ni conflictos con otras identidades complementarias? ¿O acaso no le estamos ofreciendo propuestas atractivas? ¿Hasta qué punto la identidad vasca puede desarrollarse en paralelo con otras identidades? Es la pregunta para todos los que descendemos de europeos y contamos con una nueva patria a la que amamos... En el caso de Argentina incluso deberíamos pensar si de algún modo para ser un buen argentino no es necesario ser un buen vasco... o un buen genovés... o un buen gallego... o un buen piamontés... o un buen polaco...

Además de las diversas modalidades de identidad existen de modo latente o efectivo muchas afinidades con la cultura vasca entre quienes no tienen esta ascendencia y quizá desconocen casi todo sobre ella, pero se sienten atraídos por alguno de sus aspectos... jugadores de pelota paleta, profesores de letras, aficionados a la música, etc., etc. Una mayoría... ¿silenciosa?

Si reconocemos un resurgir de las identidades locales en todo el globo y en nuestras instituciones no necesariamente crece de modo importante el número de socios... no hay coincidencia entre la demanda social y la respuesta institucional.

Es lógico suponer, entonces, que mientras una minoría de vascos participa de manera activa de las instituciones de la colectividad, existe un número importante de personas que potencialmente buscan su identidad por otros medios, desligados del tradicional ámbito organizativo de la diáspora; o no están consiguiendo hacer efectiva su demanda potencial.

Y así sucede. El sitio de lnternet de la Fundación Vasco Argentina Juan de Garay, por poner sólo un ejemplo, recibe mensualmente más de 20.000 visitas; y muchas de esas personas son individuos con ascendencia vasca que se contactan por primera vez con el mundo vasco –especialmente el ámbito institucional- y esa conexión es el primer paso de una búsqueda identitaria: numerosos matrimonios jóvenes buscan nombres vascos para poner a sus futuros hijos, muchos adultos mayores –luego de criar a sus hijos y ya con disponibilidad de tiempo- inician una investigación genealógica sobre su familia, muchos jóvenes que no están relacionados con las instituciones vascas saludan por correo electrónico con palabras balbuceadas en euskera y rastrean materiales culturales... y así podríamos continuar con los ejemplos. Estas personas, sin embargo, pueden no sentirse especialmente atraídas por la mayoría de las propuestas culturales de las casas vascas.

Todo esto nos habla de un conjunto grande de personas a las cuales deberíamos dar respuesta para sus búsquedas individuales, según sus criterios, tiempos y modalidades. Hay un número enorme de vascos –especialmente en Latinoamérica- en estado de latencia que sólo necesita una excusa para comprometerse en su búsqueda identitaria... ¡Y pueden ser mayoría!... pues son millones los descendientes de vascos en este continente.

Esta situación debe imponernos gran parte de nuestra agenda a las casas vascas. Amén de dar respuesta a quienes ya pertenecen a las organizaciones establecidas, debemos buscar los modos de dar respuesta a estos nuevos públicos que se acercan al mundo vasco, aunque los modos de pertenencia que busquen no sean los que tradicionalmente hemos aceptado.

No sólo eso, sino que además debemos salir a buscarlos, si hacemos una lectura social correcta.

En Argentina –quizá el país que más vascos recibió en todo el mundo- se pueden realizar estimaciones que alcanzan o sobrepasan a los 3,5 millones de personas que tiene sangre vasca por algún costado. Si consideramos que podríamos salir al encuentro de sólo el cinco por ciento de esas personas, estamos hablando de 175.000 individuos: es decir, ¡diez veces la cantidad de socios actuales de todas las euskal etxeak del país!

Si esto que mencionamos está sucediendo en muchos países al mismo tiempo, el potencial de los nuevos vascos es de magnitudes enormes. Los amigos de lo vasco

Todo lo anterior sin mencionar que también existen potencialmente muchos amigos de lo vasco, que se conectan a través de la música, la gastronomía, el turismo, los negocios, etc., etc... ¿quién no ha oído el caso del joven sin ascendencia vasca que empezó a estudiar euskera para comprender las letras de Negu Gorriak? ¿Cuántas personas aficionadas a la buena comida son un campo fértil para acercarlos a la gastronomía vasca y, con esa excusa, a todo el mundo cultural vasco? ¿Cuántos hombres de negocio podrían encontrar causes ideales para comerciar con Euskal Herria? ¿Cuántos viajeros por Europa se han fascinado con Vasconia y nos han contado de sus experiencias y su interés por conocer un poco más del pasado y el presente de este pueblo? A todos ellos, descendientes de vascos y amigos de lo vasco, debemos encontrarlos. Menu KOSMOPOLITA Aurreko Aleetan Inicio > EM 252 > Kosmopolita -->

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