El atrio de la iglesia de Placencia de las Armas, Soraluze El atrio de la iglesia de Placencia de las Armas, Soraluze (Artículo publicado en Ondare 5, Cuaderno de Artes Plásticas y Monumentales, pp. 189 223. Eusko Ikaskuntza) Ramiro Larrañaga Fernández de Arenzana Se ha realizado una importante obra de restauración en el pórtico de la iglesia parroquial de la villa guipuzcoana de Placencia de las Armas. Su entramado es uno de los más bellos conjuntos del arte popular vasco de talla en madera y por ello ha merecido la calificación y propuesta para monumento histórico artístico. Pero antes de entrar en la descripción de este pórtico y de su pequeña historia, es obligado anotar algunas noticias que afectan al templo al que sirve de complemento. «La fundación de las iglesias de Guipúzcoa nos dice Gorosabel es coetánea a la población del territorio a que pertenece y, por consiguiente, para calcular el origen de aquellas hay que averiguar desde cuándo data cada pueblo» . Sin embargo, a causa de que nuestras poblaciones, bajo el concepto de agrupamiento en vecindad, son bastante anteriores a las fechas de las correspondientes cartas pueblas por las que se constituyen en ciudades, villas o ante iglesias, resulta que tienen que ser otros documentos, si los hay, los que deben informarnos en este aspecto. En lo concerniente a Placencia, su villazgo data del año 1343, así como este nombre, pero hay constancia de su iglesia desde el siglo anterior mediante cierto documento del año 1267 referido al poblado de Soraluze, nombre primitivo de la población . También existe otra referencia del año 1215, recogida por Andoni Astigarraga en una publicación de la Editorial Ekin, de Buenos Aires, referida a la iglesia de Soraluze, aunque este dato requeriría una rigurosa confrontación histórica. Maqueta del atrio de la iglesia parroquial de Santa María la Real de Soraluze Placencia de las Armas, que se encuentra cedida y depositada en el Museo de San Telmo, de San Sebastián, desdeel año 1986. En esta transcripción que sigue hallamos una clara mención de los que disfrutaron el patronazgo de esta y otras iglesias próximas. Además confirma la antigüedad señalada por L. Murugarren: «Doña María González de Olaso, casada con Fernán Yañez de Gamboa, a quien el rey D. Sancho IV concedió los patronatos de Olaso, Eibar, Soraluce, y Régil, por real carta de 3 de abril de 1293, hijo de Lope Fernández de Gamboa, vecino que fue de Zumaya, y nieto de Juan López de Gamboa, que en 1267 había también obtenido del rey Alfonso el Sabio los mencionados patronatos» . Al haber emparentado esta familia con los Abendaño, por matrimonio de María López de Gamboa, Señora de Olaso, con Martín Ruiz de Abendaño, que murió en 1410 durante el asedio de Antequera, son los de este linaje quienes durante muchos años gozarán el patronato de estas iglesias, «por haberlo obtenido a perpetuidad D. Martín de Abendaño y Gamboa, vasallo de Enrique IV, caballero de gran mérito, destacado como uno de los más importantes personajes de la historia de Guipúzcoa» . Pero como todo es efímero, parece ser que terminó el privilegio de esta familia con Diego de Abendaño, patrón mercenario, durante el primer cuarto del S. XVII, al que se citará más abajo como parte interesada en un litigio referente a obras de construcción y ampliación en la iglesia placentina. Pasó a beneficiarse el Duque de Ciudad Real, bajo cuyo patronazgo se llevó a cabo la construcción del pórtico o eleiz atari que nos ocupa. Recogemos el nombramiento de uno de los registros de Lope de Isasti , que menciona a esta iglesia de Placencia con otras de la cuenca del Deva, como pertenecientes al arciprestazgo de Mondragón y a la diócesis de Calahorra, añadiendo: «La iglesia parroquial es de la advocación de Nuestra Señora de la Asumpción, que la sirve un vicario y seis beneficiados con muy buena renta, porque el vicario goza quinientos ducados y los beneficiados a trescientos cincuenta. El patrón de la iglesia es V. Magestady por merced suya el Duque de Ciudad Real, Conde de Aramayona» . Precisamente, a causa de este patronazgo de calificación real sigue llamándose actualmente Parroquia de Santa María la Real. Concuerda la anterior con esta otra cita extraída del Archivo Histórico Provincial de Protocolos de Oñate por Javier Elorza, administrativo del Ayuntamiento de Placencia de las Armas, investigador y entusiasta colaborador en la historia local: «El año de 1622 se le dieron al Duque de Ziudad Real, Patrón Mercenario de la Yglesia Parroquial de esta Villa, las dos terceras partes de los frutos dezimales de dicha yglesia, es decir 1.334 reales de vellón y 28 maravedís. Conforme a la carta partida, la tercia parte correspondía a los clérigos y beneficiados de dicha parroquia» . La transcripción del texto más expresivo del aludido litigio demuestra que a partir de su resolución cambiaron las circunstancias, hasta entonces adversas, para la continuación de las obras parroquiales, porque es en el S. XVII cuando se realizan grandes ampliaciones y reformas merced a una mejor administración del importe de los diezmos que, al parecer, se llevaba casi en su totalidad Diego de Abendaño, quizá haciendo uso de las prerrogativas de sus antepasados, y en particular de uno de igual nombre, Señor de la Casa de Olaso, que fue cabeza del bando gamboino durante las pendencias de los Parientes Mayores. El documento refleja con fidelidad y detalle la situación de la administración parroquial, bastante desastrosa, y que al ser superados los obstáculos en los años siguientes dio lugar a que, entre otras mejoras realizadas, se construyera el pórtico que hoy podemos admirar. Se conserva el legajo en el Santuario de Loyola , cuyo archivero, el Rvdo. P. José Ramón Eguillor, nos facilitó hace algún tiempo su copia traducida. Dice así la principal parte argumental: «PARESCER DEL CORREGIDOR. Por parte de la Villa de Placencia, en esta muy noble y leal provincia de Guipúzcoa, fui requerido con la real provisiónque va por cabeza para que hiciese información de la necesidad que tenía la iglesia de la dicha villa de acabarse y de hacer retablo y ornamentos y otras cosas, y que tanto tiempo ha que había cesado la fábrica, y porque, como más largamente de ella consta, y habiendo citado a Don Diego de Avendaño, patrón que es de la dicha iglesia por merced de V. Magd. de las informaciones que las partes dieron y de lo que he hecho de oficio y lo que vi por vista de ojos habiendo ido a la dicha Villa, parece, está muy mal reparada y por acabar y con mucha indecencia, y que cuando llueve, no puede parar la gente, y cuando hay aire, de desclavarse alguna tabla con que está cubierta y de matar y descalabrar a los que cogiere cesó el edificio de ella el año pasado de mil y quinientos ochenta y ocho por no tener con que proseguir las obras, y está muy empeñada que tiene ciento cincuenta ducados de renta de fábrica, que vale la primicia, que es de la iglesia y que la mitad y más se gasta en los gastos ordinarios de cera, aceite y otras cosas, y que lo demás se ha acudido al desempeño de la dicha iglesia y que los diezmos valen siete mil reales aunque conforme dos arrendamientos que están presentados por parte del dicho Don Diego, que lleva todos los diezmos, paresce no se han arrendado más de a razón de cinco mil reales al año verdad es que tiene por el contrario pagado algo adelantado, como de ellos consta De estos cinco mil reales y de lo que de ordinario valen los frutos y diezmos paga el dicho Don Diego a cinco beneficiados que sirven la dicha iglesia ciento y diez ducados cada año, y mas el subsidio y escusado Asimismo paresce, ansí por las probanzas de entrambas partes como por la declaración que hicieron los oficiales ante mí, que para acabarse la dicha iglesia por la traza que se comenzó y conforme está acabado el crucero Para alzar las paredes y bóvedas y tejado serán menester más de doce mil ducados, y asimismo no tiene retablo la dicha iglesia en el altar mayor,y, conforme a la capacidad de la capilla y calidad de la dicha villa, serán menester ocho mil ducados. Los ornamentos, también tienen mucha necesidad, principalmente de los frontales, que son pocos y rotos, que serán menester de tres a cuatro mil ducados. La Villa no tiene propios porque no tiene más de lo que vale la renta de la alcabala, que puede valer veinte y dos o veinte y tres mil maravedises, y de estos paga a Vª. Magd. por su encabezamiento cuarenta y dos ducados, de manera que para los gastos ordinarios y para pagar los réditos del censo que tomaron para la curación de la peste, se reparte siempre entre los vecinos. Tienen también la mitad de una herrería y molinos de barrenar arcabuces y mosquetes para la fábrica de armas que Vª Magd. allí tiene, que les renta en cada un año setenta y ocho ducados, de los cuales pagan en cada un año sesenta de réditos del censo de mil y cuarenta y dos ducados que tomaron para la fábrica de la dicha herrería y molinos, y el resto se consume en los reparos que cada un año tiene necesidad de dicha herrería De suerte que no le quedan propios algunos ni se entiende que hay de donde poder sacar lo necesario para acabarse la dicha iglesia y acudir a sus reparos si no es contribuyendo algo el dicho Don Diego de Avendaño como persona que lleva los diezmos, y así vistas las necesidades de la iglesia y lo mucho que tiene que hacer para acabarla, y que por lo menos para estar con alguna decencia, conviene levantarse las paredes de toda la dicha iglesia y hacer el tejado a su medida, lo cual costará, conforme la información dada por el dicho Don Diego ocho mil ducados de levantar las paredes y cuatrocientos y cincuenta el tejado que esto es ahora lo más necesario Me paresce que Vª Magd. debe mandar al dicho Don Diego diese alguna cosa del valor de los dichos diezmos cada un año, con que ahora se fuese esto haciendo, y a las bóvedas, retablos y ornamentos se podría acudir adelante. Esto me paresce Vª Magd. haga, entendiendo comomás a vuestro real servicio convenga. En Azcoitia a doce de junio de mil y seiscientos y seis años. El Licenciado Juan del Espinar. «PARESCER DEL OBISPO. Habiéndose mandado por cédula real de Vª Magd. del veinte y ocho de Mayo del año pasado supiese y me informase qué necesidad es la que hay de que la iglesia de la villa de Plasencia, de la muy Noble y muy Leal Provincia de Guipúzcoa, se acabe de hacer y fabricar, y se pongan en ella los retablos y ornamentos necesarios, y la fábrica que tienen, y que diezmos se pagan y quién todo lleva, y lo que más la dicha real cédula contiene habiéndola aceptado con la reverencia debida, su cumplimiento, a causa de estar yo actualmente ocupado en el de otras, sus cédulas reales en este monasterio real y hospital real de las Huelgas de Vª Magd. cometí y encargué al doctor Salazar, visitador general de mi obispado, quien, cumpliendo con lo a mí por la dicha real cédula mandada guardando el tenor de ella y su comisión, vista la dicha iglesia ocularmente, hizo la información y auto que con esta van originalmente escrita en todo y en parte en trece hojas, inclusa la dicha real cédula original, y porque Vª Magd. me manda por ella en víe relación firmada de mi nombre con parescer mío de lo que en ello se debe hacer, demás que tengo particular noticia de las cosas de la dicha iglesia por la haber visitado con las demás de aquella Provincia, personalmente de ellas.he procurado ser informado muy en particular, y considerado todo y vista la dicha información, soy del siguiente: Que para acabar de cerrar la dicha iglesia de pared que está abierta desde la capilla mayor abajo, aunque los cimientos están levantados hasta la mitad en el coro, son menester diez mil ducados. Y para hacer la torre de las campanas, cuatro mil ducados, y para hacer el retablo sin dorar, cuatro mil ducados, y si se hubiese de dorar, costará otros cuatro mil. El echar los tejados costará mil quinientos ducados. Tiene de ornamentos cuatro ternos razonables, tres viejos,ocho casullas, tres capas, dos frontales para el altar mayor, cinco cálices y uno dorado, y así paresce estar razonablemente por ahora. La iglesia tiene de primicias, un año con otro, ciento y cincuenta ducados, y estos ducados están arrendados a cienta y ochenta. Tiene cinco mil quinientos y once reales sobrados, como ha constado del alcance final de la visita próxima. Patrón de la iglesia es Don Diego de Avendaño por merced, según parece, de Vª Magd., y hacienda los diezmos estos años en cinco mil y ciento y cuarenta y tres reales, y lo que valen en especie constará de la información que son siete mil reales. De estos paga a cinco beneficiados que hay para el servicio de la iglesia, ciento y diez ducados, y doscientos reales de subsidio y escusado. Según lo cual, y que el patrón no consta que hasta aquí haya dado nada, la necesidad que al presente tiene la dicha iglesia, para cuyo reparo, aunque es grande la suma que en la información hay y se sabe que los oficiales se alargan en las obras, todavía con lo que mas tiene la iglesia, se gaste en lo más necesario e importante a disposición del ordinario y sus visitadores, o como más Vª Magd. Servido sea, cuya real persona guarde Ntro. Señor como la cristiandad ha menester y yo menor capellán de Vª Magd. pido en los cuotidianos sacrificios. Huelgas, veinte de julio de mil y seiscientos y seis. El Obispo de Calahorra». «Y vistas por los dichos señores del Consejo las dichas diligencia y paresceres, juntamente con la contradicción y demás dicho y alegado por el dicho Don Diego de Avendaño ante el dicho corregidor que hizo las dichas diligencias, proveyeron un auto señalado de sus rúbricas y señales del tenor siguiente: AUTO. En la villa de Madrid a diez días del mes de mayo de mil y seiscientos y siete años. Visto por los señores del consejo de su majestad las diligencias hechas de pedimiento de la villa de Plasencia por el Obispo de Calahorra y la Calzada y por el Licenciado Juan de Espinar, corregidor de la Provinciade Guipúzcoa por su majestad, y sus paresceres en razon del edificio de la iglesia parroquial de la dicha villa de Plasencia y lo dicho y alegado por Don Diego de Avendaño, como interesado y persona que lleva los diezmos de la dicha villa, dijeron que mandaban y mandaron dar provisión de su majestad para que el dicho Don Diego de Avendaño, por tiempo y espacio de treinta años primero siguientes, dé para el edificio de la dicha iglesia la tercia parte de lo que valieren los diezmos de la dicha villa de Plasencia, sacado lo que da para su congrua a los beneficiados de la dicha iglesia y lo que paga de subsidio y escusado, y lo que así montare la dicha tercia parte se ponga en poder de una persona legallana y abonada, para que con cuenta y razón se gaste en la obra de la dicha iglesia y ornamentos de ella y no en otro efecto y cosa alguna. Y así lo proveyeron y mandaron. Y en conformidad del dicho auto, en once de mayo del año pasado de seiscientos y siete, se dió y libró carta y provisión de su majestad dirigida al Corregidor de la dicha Provincia de Guipúzcoa o a su lugarteniente en el dicho oficio, para que él lo guardase, cumpliese, y ejecutarse. Después de lo cual paresce que, en diez y seis de julio de dicho año pasado de seiscientos y siete, por parte del dicho Don Diego de Avendaño y Gamboa, se presentó ante los señores del dicho consejo una petición del tenor siguiente: Muy poderoso señor: Diego de las Cuevas en nombre de Don Diego de Avendaño y Gamboa en el pleito con los vecinos y parroquianos de la Villa de Plazençia, afirmándose en la suplicación que tengo interpuesta y, si necesario es, interponiéndola de nuevo de la sentencia dada por algunos del vuestro consejo, por la cual condenaron a mi parte a que por espacio de treinta años contribuya con la tercia parte de los diezmos que lleva en la dicha villa para la fábrica de la iglesia parroquial de ella, su tenor presupuesto y hablando con el debido respeto, digo que por la A. se ha de mandar enmendar y revocar,por lo siguiente: Lo primero, por lo general Lo otro, porque, conforme a la costumbre inmemorial que siempre ha habido en la dicha Villa y en todo el Obispado de Calahorra, de cuya diócesis es, los parroquianos tienen obligación a reparar y edificar sus iglesias, la cual costumbre es legallana y bastante para inducir la dicha obligación en las personas de los parroquianos y exonerar de ella a los interesados en los diezmos Lo otro, porque la obligación de los que llevan los diezmos es sólo reparar las iglesias de suerte que no se caigan, pero no hacerlas de nuevo, y las partes contrarias, por su propia autoridad, como personas por cuyo cargo había de cobrar la obra de la dicha iglesia, la comenzaron a hacer con mucha suntuosidad y desigual proporción de la que, convenía al lugar, que sólo tiene hasta doscientos vecinos.. Lo otro, porque es continuación de la dicha obligación que a ellos incumbe, no sólo comenzaron a hacer la dicha iglesia sin requerir a mi parte, antes la continuaron muchos años hasta que ahora de nuevo movieron este pleito a mi parte sólo a fin de hacerle molestia por sus fines particulares. Lo otro, porque mi parte les da la congrua sustentación al cura y beneficiados en vez de las primicias que habían de llevar conforme a la costumbre de aquel obispado, las cuales ha dejado para la fábrica de la dicha iglesia, y vale en cada un año más de ciento y cincuenta ducados, y conservando y reparando la dicha iglesia en el estado antiguo, bastarán las dichas primicias, con lo cual viene a estar libre mi parte de cualquiera obligación. Por todo lo cual a V.S. suplico enmiende y revoque la dicha sentencia absolviendo a mi parte, sobre que pido justicia y costas, y ofrézcome a probarlo necesario. El Licenciado Don Alonso de Vargas de la Carrera. Diego de las Cuevas. «Y vista la dicha petición por los dichos señores del consejo, mandaron dar traslado a la parte de la dicha villa de Placencia, y se notificó a Diego Garcia de Meñaca como a su procurador ensu nombre, y por no haber respondido ni dicho ni alegado contra ello cosa alguna por parte del dicho Don Diego de Avendaño, se le acusó la rebeldía y se concluyó el dicho negocio, y en este estado está y queda el dicho pleito en el dicho oficio, como de él consta. A que me refiero, y para que de ello conste, el pedimiento de la dicha Villa de Azpeitia y mandado de los dichos señores del consejo, di esta fe en la Villa de Madrid a tres de Agosto de mil y seiscientos y doce años, y en fe de ello, lo firmé y lo signé. En testimonio de verdad, Juan Gil de Cogollos, escribano» Para completar brevemente ciertas noticias sobre los acontecimientos históricos referentes a obras de mejora en la iglesia parroquial, existen algu.nas entre los años 1532 45. Figuran extractadas en un pequeño trabajo que realizamos hace unos años . Y si cotejamos todo ese conjunto de datos se obtendrán los siguientes resultados: Que la primitiva iglesia debió ser muy pequeña y rústica, quizá del tamaño de una casa de vecindad y con un torreón o atalaya que la distinguiría, en la que estarían dispuestas las campa nas, permaneciendo en ese estado hasta que se amplió la nave central, única existente, es decir, por un espacio de tres siglos. Pasaría otro más hasta la construcción del pórtico, y otros tres más desde entonces hasta ahora: más de setecientos años en los que numerosas generaciones soraluzetarras han acudido a su iglesia para practicar su religión católica. Se intuye cual pudo ser el itinerario o acceso en el acusado desnivel existente: mediante una rampa o camino que ascendería desde la misma orilla del río Deva, entre las actuales calles Kalebarren y Santa Ana y a través del espacio que ahora ocupa el edificio del Ayuntamiento (data del S. XVIII). Probablemente, estos terrenos de acceso, así como el de la actual Plaza Nueva, fueron pertenecidos de Loiola etxea, solar ubicado en la actual Cooperativa Placencia. La iglesia soraluzetarra, de color gris acero, con su torre todavía altivaa pesar de que actualmente está rodeada de mayores niveles habitados, a causa del accidentado terreno, cumple esa singular misión externa de los templos parroquiales en cada pueblo. ¿Qué sería y qué aspecto ofrecería una población sin su respectivo templo parroquial y su torre? La iglesia es un símbolo de cada lugar y su permanente vigía que alerta con la voz de sus campanas de cualquier acontecimiento. Anuncia con alegre repiqueteo, desde el inicio de las fiestas hasta el fallecimiento de un vecino con el toque de agonía, para seguir con el profundo y grave tañer por el difunto. Además, en Placencia, mediante el agresivo doblar de la «Santa Bárbara» (viejo nombre de la campana mayor) se informa a los vecinos el deber de contribuir a la extinción de un incendio que se haya producido. Se ha solido anunciar también por este medio la inminente llegada de una tormenta. Todo eso y mucho más significa la parroquia. Y en ella está el pórtico que ha solido cobijar procesiones durante los días lluviosos, así como nuestros juegos infantiles; que fue testigo en nuestro bautizo y en el último y definitivo tránsito de nuestros mayores y amigos. Y centrándonos ya en el pórtico, hemos optado por resumir noticias documentales y comentarios que se han ido reuniendo en estos años, con cuyo contenido trataremos de ofrecer conjuntamente los aspectos histórico técnicos que diversas personas del mundo del arte y de la información han emitido sobre esta cuestión. Será, quizá, la mejor forma de plasmar en este trabajo literario cuanto se corresponda con su construcción el año 1666, como con su restauración, finalizada a principios de 1983 y su inauguración celebrada el 24 de abril de este mismo año. Pórtico de Placencia de las Armas. (Foto Berrueta) Hace casi cuarenta años, fuimos testigos de una visita que realizó a Placencia José M.ª Donosty, cronista oficial de San Sebastian, con la exclusiva idea de contemplar el pórtico. Fue una de las primeras inquietudes que se fueron sucediendo parapromover su restauración. D. José M.ª Aguirrebalzátegui () que tanto se ocupó del Archivo Provincial de Protocolos de Oñate, publicó en la parte literaria de los programas de festejos de Placencia de los años 1969 y 1970, interesantes notas que había extraído de los legajos correspondientes. En ellas queda condensada esa pequeña historia del atrio. Estas son las más importantes: «Hagamos historia basándonos en los datos fidedignos que nos suministran los legajos de protocolos del entonces escribano público de la Villa, Juan de Hernizqueta, que se conservan en el Archivo Histórico Provincial con sede en la antigua Universidad de Oñate. Fue en los primeros días del año 1665 cuando de Placencia salió para la ciudad de Logroño la solicitud firmada por Domingo de Gárate, como mayordomo de obras de la iglesia parroquial de Santa María la Real, en la que se solicitaba licencia para construir el pórtico, pues se afirmaba al Sr. Obispo de Calahorra y La Calzada en la solicitud que "la dicha iglesia se halla rasa y sin portalada, de la cual precisamente necesita para hacer las procesiones que se acostumbran, porque lloviendo se pierden los ornamentos y se causa indecencia sin devoción, y también para los bautizos que se sacan los niños a la puerta, y con su licencia se haga la dicha portalada y gradas cubiertas, gastando lo necesario para ello de los bienes de dicha iglesia". Llegó de Logroño la solicitada licencia extendida por el Provisor y Vicario General don Juan Francisco de Maldonado, que el solicitante don Domingo de Gárate puso inmediatamente en conocimiento de los curas de la parroquia, don Ignacio de Orduña y don Joan Abad de Ugalde, el 18 de abril de 1665. El 17 de mayo, domingo, durante la misma conventual, el señor cura dio lectura a la publicata "en alta e inteligible voz en lengua castellana y bascongada declarando este auto y que en su virtud se pondría esta tarde, después de Vísperas, en las puertas de la casa principal del Concejo la condición para la obrade carpintería del cobertizo dando a quien se rematare todos los materiales al pie de la obra y que se remataría en los tres días de Pascua y se había escrito a los curas de las iglesias parroquiales de Vergara, Elgoibar, Eibar y Elgueta para que pudiesen venir algunos car pinteros..." Consta también que la traza (proyecto) fue encomendada y realizada por Antonio de Anziondo, maestro carpintero de Deva. Se realizaron cuatro subastas o "almonedas" los días 17, 24, 25 y 26 de mayo de 1665. El encabezamiento de las actas de estas subastas comienza con estas palabras: "En las puertas principales de la Casa del Concejo de dicha Villa, que están a la calle y plaza pública, se celebró la almoneda de dicho cobertizo. Francisco de Mendiola, jurado de la Villa, puso un cabo de vela encendida en la calle pública..."». Como aclaración a este último párrafo, diremos que la celebración de la «almoneda» o la expresión «puesta en candela y almoneda» consistía en admitir las ofertas de quienes acudían a la puja mientras se consumía el cabo de vela que se encendía a la vista de todos los asistentes. Se nos dice que nadie pujó en la primera subasta. Inició la segunda, con su oferta, el maestro carpintero elgoibarrés Domingo de Cruzelegui con una cantidad de 6.000 reales y con la promesa de ejecutar la obra para las fiestas de agosto, pero tras varias ofertas que se sucedieron, quedó en vigor hasta la siguiente sesión la de Andrés de Aldeta, de Bergara, en 3.950 reales de vellón. La tercera almoneda sucedió sin oferta alguna. Para la cuarta, que se celebró el 26 de mayo, se formularon nada menos que veinticuatro pujas que fueron rebajando el precio hasta que quedó definitivamente establecida y adjudicada por ser la más ventajosa la de PEDRO DE ALDAZABAL, vecino de Placencia, maestro carpintero, por la cantidad de 2.075 reales. Habían acudido, además del placentino, cuatro maestros carpinteros de Bergara, uno de Elgoibar y otro de Deva. Placencia de las Armas: La plaza nueva con su famosafuente, al fondo el pórtico de la iglesia parroquial. (Foto Berrueta) Para la madera ripia quedó encargado, en tercera almoneda, Martín Ruiz de Aguirre, probablemente natural de Bergara, quien se comprometió en disponer toda la madera necesaria, «80 estados a nueve reales cada uno, para el día de Santiago próximo». Y Andrés de Beiztequi Egoza se comprometió por su parte a traer a pie de obra «catorce maderos de seis estados cada uno, de la anchura señalada en la traza, labrados y de toda satisfacción». Este último, pudo ser familiar de Lorenzo de Beiztegui Egoza, veedor y superintendente sustituto de las Reales Fábricas de Armas de Placencia en 1635, natural y vecino de la villa. También tomamos estos párrafos del escrito de Aguirrebalzátegui: «El 22 de octubre de 1665 se firmó la escritura para el aporte de la teja necesaria entre Domingo de Gárate, mayordomo, y Pedro de Irazabala, "maestro texero, vecino de Larrresou, en el reino de Francia, y sus fiadores Pedro de Iraola Larreategui y Martín Ruiz de Aguirre, vecinos de Placencia, que harán y cocerán un horno de nueve mil tejas a 36 reales de plata el millar, puesto en la texera". Las rejas corrieron a cargo de Antonio Fernández de Betolaza, de Elgoibar, y costaron 1.200 reales de vellón. El 6 de mayo de 1666, Lázaro de Aranceaga dio su conformidad a la obra poniendo, no obstante, unos pequeños reparos con el compromiso de solucionarlos por 800 reales. Para el pago de las obras hubo de sacar la iglesia un censo de 200 ducados de plata que se redimirán al cobrar la primicia y se vendan los frutos del año, pues no tiene otros fondos por ser de patronato laical". El dinero de este censo fue aportado por Juan de Orduña, de Placencia, en monedas de 8 y 4 reales». Además de los intervinentes ya nombrados, hay que señalar los siguientes: Alcalde ordinario de la villa: Domingo de Yraolagoitia. Autor de los planos: Antonio de Anziondo, de Deva. Mayordomo sustituto: Francisco de Iraola Larreategui. Testigos: Domingo de AguirreZengotita, Andrés de Mendiola, Domingo de Goenechea, Pedro de Irure, Domingo de Aldazábal Aseguinolaza, Pedro de Unamuno, Martín de Churruca, Martín Pérez de Unamuno y Arizaga, Ignacio de Aldazábal, Pedro de Calegoen, Francisco de Ugarcalde, etc. Algunos acuerdos municipales, como el que sigue, vienen a configurar las circunstancias en que se desarrolló aquella adjudicación de obra. El Ayuntamiento, en sesión de 27 de septiembre de 1665, presidido por Domingo de Yraolagoitia y con asistencia de Pedro de Unamuno, síndico procurador, y los regidores Martín de Churruca, Domingo de Goenechea y Andrés de Mendiola e Iturriaga, adoptó este acuerdo: «Otrosí decretaron de conformidad, que a Pedro de Aldaçabal, maestro carpinterio vezino de esta Villa en quien se remató la manufatura de la portalada y cobertizo de la Yglesia parroquial de Ntra. Sª Sancta María la Real desta dha. villa, se le acuda con mil y seiscientos reales de la Limosna que los vezinos y moradores desta dha. villa ofrecieron para ayuda de azer la dha. Portalada y cobertizo, y esta cantidad se le da además de los dos mil y setenta y cinco reales en que se le remató la dha. manufatura conforme la traza y condiciones con que se le remató por todas las pretenziones que tiene de mejoras que ha echo en la dha. Obra fuera de la traza y condiciones con que se le otorgó la escriptura y con calidad y condición que no aya de pretender mas sobre las dhas. mejoras y no de otra manera». La lectura de este acuerdo indica que Pedro de Aldazábal, excelente tallista, debió esmerarse muchísimo en el trabajo hasta tal punto que superó y rebasó las obligaciones contraídas, consciente de que trabajaba para su propio pueblo y que su obra sería perdurable. Hay que pensar también que contaría con el estímulo de algunas personas que le animarían en su curiosa y artística labor, circunstancias estas que obligaron al Ayuntamiento a premiarle, si bien al concederle una cantidad suplementaria a la de su contrata, la última parte del acuerdonos demuestra que pusieron coto a las aspiraciones creadoras del artista. Poco después, el 1.º de octubre, informaba el examinador de las obras Lázaro de Aranceaga, de Vergara, que «la dicha obra y su manufactura está.firme y en toda seguridad y buena y bien labrada y conforme arte y según la traza». Como remate a la ejecución de esta importante obra, aparece un acuerdo municipal de 11 de abril de 1666, en el que siendo alcalde Francisco de Yraola y Larreategui los Ayuntamientos cambiaban todos los años el día de San Miguel , con asistencia del síndico procurador Domingo López de Yturriaga, menor, y regidores Domingo de Goenechea, mayor en días, Domingo López de Yturriaga, mayor en días, y Domingo de Yraola Insausti, ante el escribano Joan de Hernizqueta, es del tenor literal siguiente: «Decretaron de conformidad, que para ver las cuentas del gasto que ha echo Domingo de Gárate, mayordomo que fue de la Yglesia Parroquial de Ntra. Sª Sancta María la Real de la dha. Villa el año último pasado de seiscientos y sesenta y cinco en la fábrica de cobertizo de la dha. yglesia, nombraban y nombraron a Juan de Aramburu, cajero, y al dho. Domingo López de Yturriaga, regidor, y sobre ellas den su parezer». La reja del pórtico debió ser colocada bastantes años antes que la que últimamente había en el presbiterio de la iglesia parroquial. Se ha visto que fue un forjador elgoibarrés, Antonio Fdez. de Betolaza, quien la hizo para el atrio. No cabe entonces confusión con otro dato del 24 de noviembre de 1768 que dice: «Se remató en Lucas de Camino, maestro arquitecto residente en Azcoitia, la obra de hacer una cancela (verja) para la iglesia parroquial, según traza (trazado, planos) dispuesta por el maestro Xabier Ignacio de Echeverría en 2.940 reales de vellón». Este Echeverría era vecino de Azpeitia y a finales de ese mismo año realizó algunas reparaciones en los tejados, capillas y pilastras, y alineó una de las paredes del pórtico. La verja que hubo en el interior, frente alaltar mayor, se encuentra actualmente en la capilla de Altos Hornos de Vergara, por causas que no viene al caso relatar aquí. Más de un placentino ha solido ir a verlas con cierta nostalgia... Otra de las reformas se verificó, por entonces, en las escaleras de acceso al pórtico y de éste hasta la iglesia. Y resulta curioso observar que quien diseñó las renovaciones fue un coronel de Artillería, don José de Parrón, Director de las RR.FF. de Armas, que se sintió un placentino más a la hora de colaborar por el pueblo. Pero el principal protagonista en el arte que se contempla en el atrio soraluzetarra es Pedro de Aldazabal. Y no debe causar extrañeza que en una población que durante medio milenio ha venido dedicándose a la industria armera haya habido destacados artesanos en el trabajo de la madera. No olvidemos un importante gremio, el de los cajeros, que en el curso de todo ese tiempo se dedicó a encepar en millares de armas de fuego de todo género las cajas o culatas de nogal, por procedimientos enteramente manuales, que a veces decoraban con artísticas o quiméricas figuras cuando su destinatario era algún destacado personaje. Sospechamos, por lo tanto, que este artista (así como otros de igual nombre y apellido que figuran en el registro parro .quial, entre ellos otro muy famoso, fallecido en Barcelona el 13 9 1821, que fue maestro examinador en las fábricas de armas de Ripoll, no sería ajeno a la práctica de este arte, porque difícilmente puede explicarse de otra forma la habilidad en el manejo del formón, la gubia, el escoplo, o la azuela, bajo un depurado conocimiento del dibujo y de la estética. Otro aspecto a destacar en Aldazábal es el que se advierte en la misma ejecución del trabajo: se ve que «sentía el pueblo», a sabiendas de que realizaba una obra duradera. Sentir el propio pueblo es a nuestro juicio el más puro de los afectos que puede exteriorizar públicamente una persona. Bastantes comentaristas, desde sus secciones informativas, han venido ocupándoseen estos pasados años sobre el pórtico placentino. Destacaremos entre ellos a Luis Pedro Peña Santiago por antigüedad e insistencia en sus escritos, al propugnar la restauración. Hace bastantes años escribía lo siguiente: «La parroquia de Placencia guarda además una joya. Es su magnífico pórtico de madera tallada, único en su género en la provincia de Guipúzcoa y en unas cuantas provincias a la redonda, si exceptuamos en distinto carácter el de la Colegiata de Zenarruza, en Vizcaya. Hace poco, el año pasado (me refería a 1966) el pórtico de Santa María la Real cumplió nada menos que trescientos años. Me parece que para celebrarlo no se le dió ni una mano de aceite de linaza o de xilophine». Y añadía: « ...tengo además la ligera impresión quisiera confundirme que este valiosísimo testimonio de nuestra arquitectura popular no ha sido declarado todavía monumento provincial, ya que leída la relación de monumentos histórico artísticos provinciales, no aparece, y nos queda la duda de la coletilla final, un tanto ambigua y de manga estrecha, o ancha, según se tome» . Y seis años después, en el mismo periódico, insistía preguntándose: En torno a Placencia de las Armas ¿qué vamos a hacer con el atrio de la iglesia parroquial de la Asunción? Y como para entonces se había realizado cierto informe por técnicos y expertos de la lucha antitermítica (extinción de las termitas), añadió a su comentario algunos párrafos del informe, que contiene estos elogios: «El conjunto de maderas que sostienen el tejado es bellísimo; pies derechos, correas, tornapuntas, ménsulas, barrotillos y lar gueros, son labrados a golpe de mazo y escoplo o gubia. Es obra de nuestros artesanos, no frío e impersonal trabajo de máquina. Nos hace pensar esto que el carpintero que ejecutó esta obra, no solamente era un buen maestro de lo blanco (artífices que tallaban y construían artesonados y retablos) SINO QUE ERA ADEMAS UN GRAN ARTISTA» . Fueron así despertándose inquietudes en otros ámbitos. Senos informa que los últimos Ayuntamientos, presididos por Alberto Lersundi, Gonzalo Akizu y Jesús M.ª Akizu, fueron atendiendo al proyecto, cada uno en su etapa respectiva. Gustavo Kraemer Koeller, catedrático de Bellas Artes, restaurador y químico profesional fue quien redactó el proyecto general. Pero antes de proceder a la transcripción íntegra del informe del Dr Kraemer, es necesario mencionar e inscribir como figura destacada en esta restauración artística del pórtico parroquial a su ejecutor: IGNACIO DE MIGUEL «ITXASOI», baserritarra del caserío Itsasoegi, magnífico tallista en madera, por afición, aunque mecánico de profesión para ganarse la vida, que emprendió previamente la tarea de preparar una maqueta del atrio a escala 1:20. Confeccionada con esmero y como digno preludio de la labor que ejecutaría después, estuvo expuesta en el salón del Ayuntamiento desde primeros de 1979. Tenemos, pues, en Iñaki un autodidacta de gran mérito que honra la parcela artística local, bastante abandonada en enseñanza durante estos últimos lustros, desde que desaparecieron las academias de dibujo y de música, así como otras actividades tradicionales en las que destacados artesanos siempre sobresalieron. Existen museos que ofrecen todavía sus trabajos a la curiosidad del público. Vayamos con la lectura del estudio realizado por el Dr. Gustavo Kraemer Koeller: INFORME TECNICO Núm. 33/73 El pórtico de talla rural del año 1666, de la iglesia parroquial de Santa María la Real en Placencia de las Armas (Guipúzcoa); historial y conveniencia de su restauración. Octubre, 1973. Por deseo del Director técnico del Instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte, Don Gonzalo Perales Soriano y a consecuencia de una solicitud del Excmo. Sr. Gobernador de Guipúzcoa a la Dirección General de Bellas Artes, he visitado en el día 3 de Octubre de 1973 Placencia y realizado las oportunas averiguaciones sobre su estado y los procedimientos necesarios para su conservación. También se hantenido amplias conversaciones con el Sr. Alcalde de Placencia de las Armas, que ensenó al que suscribe el amplio expediente que se conserva en el Ayuntamiento sobre el pórtico, y con el Sr. Cura párroco. De todo esto resulta la siguiente: Historial del pórtico: Su realización en el año 1666 se confirma por el año tallado en una de las vigas principales. Coincide el dibujo de la talla con los aleros del ayuntamiento que está en frente, si bien el edificio del mismo es más antiguo. También la iglesia gótica , es bastante más antigua que el pórtico. Hay que suponer que en una reforma de todo el recinto, iglesia, ayuntamiento y plaza de la fuente (lateral al Ayuntamiento) se construyó el pórtico (de unas dimensiones de más que 300 metros cuadrados), escaleras que subieron de la plaza hasta la iglesia y se reconstruyó el ayuntamiento. A lo largo del tiempo sufrió el pórtico daños considerables y ha sido objeto de reparaciones, en parte muy poco conscientes del último siglo (según la forma del trabajo de carpintería entonces realizado lo suponemos, fecha exacta se ignora) la construcción se derrumbó parcialmente. Se sustituyó una pilastra de madera por una de piedra (aparentemente recogida en algún sitio, porque no coincide en nada con las auténticas columnas de piedra de la iglesia que lateralmente hay) y se montaron vigas no talladas en cierta cantidad, colocando piezas talladas en sitios falsos, cortándolas o ajustándolas en forma muy lamentable. En 1962, el estado del pórtico nuevamente estaba en acusada deficiencia, sin que de parte de la parroquia se pensaba en más que cerrar el mismo totalmente, porque al Sr. Cura molestaban los bailes que se realizaban en su cercanía. Se desarrolló cierta disputa de la cual se guarda curiosa documentación, pero así por lo menos se llegó a estudiar de nuevo el problema de su conservación y en 1963 se realizó, con un presupuesto de unas 65.000 pesetas por parte de la villa, una reparación que eliminó el peligro inmediato de su hundimientomediante suplementos de hierro, puntales adicionales, etc. y en año siguiente, con una subvención de unas 25.000 de la Diputación se arregló el tejado y las goteras, preservando de esta manera el pórtico del peligro in mediato, si bien su talla sufrió en esta ocasión algo más por los necesarios cortes etc., para hierros y puntales. Desde entonces la villa empezó a tomar nuevamente cariño a su pórtico y al recinto antiguo, alrededor de la iglesia, Ayuntamiento, etc. y comenzaron estudios de una nueva ordenación del sector con el plan de reconstruir las antiguas escaleras (actualmente ramplas poco aceptables), etc. Actualmente se realizan las reformas del edificio del Ayuntamiento, exactamente en su estilo antiguo. En el expediente existe también algún aparatoso informe en que se propone ciertos bajos de conservación (y que son lamentablemente poco acertados e incluso contraproducentes o falsos) y se pide un precio (en 1969) que aún hoy, después de los conocidos fuertes aumentos de costos representan el doble de lo realmente necesario. El Ayuntamiento no lo realizó. Habiendo cambiado entre tanto, tanto el Sr. Cura que el Sr. Alcaldo, se llegó a un nuevo entendimiento y se acordó acudir al Sr. Gobernador Civil de Guipúzcoa, que se ocupa del problema y después de una visita personal del Sr. Gobernador, se presentó la solicitud ala Dirección General de Bellas Artes. El Pórtico y su estado actual El pórtico es enteramente de castaño, cubre todo el frente de la iglesia y tiene una dimensión de aprox. 25 metros de anchura y 10 de profundidad, más una parte lateral de aprox. 7 x 8 metros. Su problema estructural es la subida desde su frente hasta la puerta de la iglesia que comprende un desnivel de unos 5 metros. Su talla es típica de la región. Si no llevase el año de su elaboración puesto, el que suscribe habría optado por una fecha anterior, por objetos (inferiores de importancia) que conoce de Navarra. El trabajo se realizó enteramente con la antigua herramienta de la «azuelade peto» como se puede comprobar, midiendo anchura y longitud de cada corte de la herramienta. Esta técnica de tallar columnas, vigas, etc. en la construcción ha sido muy desarrollada en las Vascongadas y Navarra. El trabajo realizado en esta forma ofrece un efecto óptico extraordinario a partir de cierta distancia de observación; parece muy plástica la talla aunque tenga poca profundidad. Actualmente falta casi la mitad de las piezas talladas, parcialmente repuesto por madera lisa o, incluso, por una columna de piedra, estilo toscano (siendo las columnas auténticas de las partes laterales, piedras montadas en forma cuadrada). Por otra parte existen referencias de sobra para recomponer todo el pórtico grande, solamente la pequeña parte lateral carece ya de referencias y no se puede restaurar. Según el criterio del que suscribe, el objeto es muy digno de ser restaurado totalmente. Resulta que en la restauración del edificio del Ayuntamiento, se tallaron ya unos cabezales de una forma muy aceptable por algún carpintero local. Consideramos que con la herramienta antigua conseguía copia muy cerca de los originales de la talla. Se acordó por tanto con el Sr. Alcalde que se realiza una muestra para poder juzgar mejor. Resultando que en la colección del que escribe existe un ejemplar de la antigua herramienta, se realizará una copia de la misma para esta prueba. El estado de la conservación de las maderas talladas, en general es buena. En especial no existe prácticamente ningún ataque, por insectos, salvo en la base de una columna por carcoma de minas (Rhycolus), debido al estancamiento de agua allí. En los puntos de goteras existen infecciones locales por hongos xilófagos (se determinó principalmente lencitos, pero también Dasdalera y posiblemente Irpex), pero ninguna de las especies observadas es peligrosa sin goteras. Siendo el pórtico muy expuesto al temporal en el invierno, la madera de las columnas (de unos 40 X 40 cm. en madera maciza de castaño) ha sufrido por el desgastebiótico. No obstante, también es admirable su grado de resistencia. En el dictaminado peligro (en el informe de 1969, arriba mencionado) no existe nada que se refiere a agentes bióticos. Si bien consideramos conveniente, especialmente si entra nueva madera a la obra, que se realice con el tratamiento contra el daño climático, también una impregnación con germicidas. El problema base de la conservación es la actual sobrecarga de ciertas partes mal reconstruídas que deja romper vigas sanas y la protección contra el clima. Trabajos a realizar Partimos del concepto que se desea llegar a una reconstrucción y restauración total del objeto en su forma original. Entonces se debía proceder de la siguiente manera: 1) Realizar un estudio detallado del verdadero emplazamiento de las piezas talladas y parcialmente puestas en un sitio falso. Determinar las piezas que faltan y aclarar su referencia para hacerlas de nuevo. Este estudio es factible para el que suscribe; necesitaría 3 4 días para el mismo. 2) Una vez aclarada la técnica y la(s) persona(s) que tallan (según nos consta es relativamente fácil aprender nuevamente la antigua técnica, porque hemos visto ya un caso similar, en Navarra, donde se hizo esto con éxito), se debe obtener la madera de castaño (bien seca) que salvo las columnas grandes, es fácil. Realizando entonces las piezas que faltan. Este trabajo durará por lo menos medio año, si dos personas trabajan intensamente. La supervisión de los carpinteros en su trabajo, puede atender el que suscribe. La columna que falta entera y la que parcialmente falta, es problema de la obtención del material. Se puede considerar imposible obtener en el mercado piezas de 40 X 40 cm. Por tanto hemos pensado en hacer estas piezas industrialmente por el método de «Verbundholz» que permite obtener tamaños de cualquier dimensión, partiendo de tablas de la madera que se desea. Esta técnica está hoy ya tan perfeccionada que se construyen armaduras de grandes naves etc. de esta madera compuesta.En España se realizó recientemente incluso una chimenea para vapores de la fabricación de coque, con 10 X 10 metros de luz y 46 m. altura. Por tanto la resistencia al clima es muy segura. La unión (pegada con colas especiales de urea formol melamina o fenol formol, es prácticamente invisible (una línea como una beta) y se ocultará por completo por la talla. 3) Una vez obtenido y tallado todo el material, se puede proceder a reconstruir el esqueleto del pórtico (quitando naturalmente primero el tejado). En vista de que varias vigas talladas están rotas por sobrecarga, hay que montar invisiblemente piezas de T de hierro (65 X 125 mm.) que se pueden ocultar perfectamente. Son aprox. 72 metros que faltan. Así se pueden suprimir los puntales no pertenecientes a la construcción original que de momento se pusieron para asegurar la obra. Una vez reconstruído el esqueleto, se debe realizar el tratamiento de conservación. Se aplica Poimate Standard y Poimaniz, el último producto contra el clima y se endurecen unos puntos muy locales dañados por el clima con Poimasol endurecedor. A continuación se puede clavar de nuevo la tabla, sustituyendo la podrida por las goteras (menos que una cuarta parte) y se impregna la tabla, antes de poner las tejas con Poimate Standard. Encima de la tabla se clava una hoja de plástico de 0,3 mm. de Cloruro de Polivinilo para evitar cualquier gotera futura y unos listones que permiten agarrar la masa con que se asientan las tejas. (Faltarán aprox. 1/3 por roturas etc.). Los trabajos del montaje y los tratamientos puede dirigir el que suscribe; las obras del tejado realizará cualquier contratista. Costos aproximados de la restauración La actual situación de precios, no permite hacer estimaciones muy seguras y las siguientes cifras se dan solamente a título informativo y a expreso deseo del Sr. Alcalde. Madera de castaño, vigas 3,7 m3 aprox. 70.000. Madera de castaño, compuesta industrialmente 1,35 m 3 39.000. Trabajo de tallar, 2 carpinteros aprox.150 jornales cada uno, seg. sociales, etc. aprox. 220.000. Transportes, herramientas, etc. 15.000. Estudio de la restauración y dirección de los trabajos de carpinteros, etc. desplazamientos 47.000. Tratamientos de conservación de la madera antigua y de la nueva 249.000. Trabajos de construcción en las bases y reajuste de barandillas forjadas 32.000. Montaje del esqueleto del pórtico, 4 carpinteros, 25 jornales cada uno, Seg. Soc. etc. 74.000. Reposición del tejado aprox. 330 m2 de tejas y de clavar tabla, 80 m2 tabla nueva, 330 m2 plásticos, listones, etc. (m2 aprox. 1.750 ptas. 597.500. Dirección del montaje del esqueleto por el que suscribe, desplazamientos, etc. 75.000. Hierros de T.. 43.000. Transporte, soldadura, etc. 9.000. Varios del montaje (clavos, tornillos, etc.) e imprevistos. 20.000. Total, si no hay subida de precios y salarios 1.491.000. A partir de aclarar la forma de tallar y aseguramiento de los fondos, se debe calcular entre 8 los meses en realizar la restauración. Por el informe técnico, Gustavo Kraemer Koeller Doctor Biólogo Otro informe que emitió el venerado y culto don Manuel de Lecuona, que tanto ha trabajado durante su larga vida intelectual en variadas facetas de la cultura vasca, a raíz de que el Ayuntamiento de Placencia solicitase su opinión y criterio a la vista del eleiz atari, dice también mucho sobre esta magnífica representación o muestra de arte popular vasco que se conserva en Soraluze. EL PORTICO DE LA IGLESIA Informe de carácter arqueo etnográfico. Acabo de venir de Placencia de las Armas, de realizar una inspección ocular del Atrio Porticado de su iglesia parroquial, para establecer su impor tancia; cometido en el que me fijaré principalmente en su valor arqueológico etnográfico, como obra de una modalidad constructiva muy importante antes en el País: las construcciones de madera o el uso de la madera en las construcciones. Y desde este punto de vista, en pocas palabras, me ha parecido que dicho Pórticocomo tal, es comparable a lo que como iglesia es la ya famosa iglesia de la Antigua de Zumárraga: una obra digna de la máxima atención como exponente del Arte de la madera en el País. En un País de tanta riqueza forestal como es Guipúzcoa, es natural que las habitaciones humanas al principio fueran a base de madera; madera en forma de tablones, si ya no donde los cimientos, que más bien serían a base de piedra, sí al menos desde el piso. Pero, aún después de que se empezó a fabricar de cantería la totalidad, siempre ha tenido la madera una buena participación en las construcciones, en forma, por ejemplo, de entramado de madera en las fachadas de las casas, no solo de vigas de madera y complemento de ladrillo o cepa de escorias de las ferrerías. Las iglesias mismas en la Edad Media se sabe que muchas de ellas se fabricaban por el mismo procedimiento maderero. Aun hoy se conserva en Vizcaya un ejemplar de iglesia rural de ese carácter, en Castillo y Elejabeitia. Pero, al igual de las casas y caseríos, aun después de que las iglesias normalmente se fabricaban de piedra, la madera tuvo una gran participación en una buena parte de la construcción total. Desde luego, aparte de la techumbre propiamente dicha, hay ejemplares de iglesias con bóveda igualmente de madera, como, por ejemplo, el ya citado de la Antigua de Zumárraga y el del Santuario de Arrate en Eibar, igual que aunque camufladamente en el caso de la Parroquia de Villarreal de Urretxu, de Guipúzcoa y visiblemente en el de Plencia de Vizcaya. Pero donde la madera entra como elemento en gran escala, es en los pórticos, en los Atrios y Vestíbulos porticados de casi todas las Iglesias. Ejemplar procer y modelo en la materia es el famoso Pórtico de Sta. María de Durango en Vizcaya, y el de Berástegui en Guipúzcoa, junto con multitud de iglesias más, de Guipúzcoa y de Vizcaya. Entre tales Pórticos, los hay algunos, que, además de su peculiaridad como ensamblaje de carpintería, llaman la atención por los adornos con quedecoran los frontales y las vigas y los pies derechos de la obra. Tal es el caso del Pórtico de Placencia de las Armas, para cuyo exámen, como decimos, se nos ha hecho una atenta invitación. Clasificando El caso de Santa María de Durango es ponderado por el maravillosos ensamblaje de vigas y frontales de su ancha techumbre. Así como en Guipúzcoa el caso de Berástegui se distingue por lo anchísimo del conjunto si bien con pies derechos, que, sosteniendo visiblemente la techumbre, disminuyen la espectacularidad del porticado; porticado que por lo demás es expresión de la importancia que los pueblos han concedido tradicionalmente a los pórticos de las iglesias como lugares de reunión de los Concejos Abiertos de los vecinos, aparte, si se quiere, la finalidad y función comercial, también muy importante, del caso de Durango. Placencia se distingue por lo espectacular de su porticado en pendiente, con una disposición cuasi teatral del conjunto con sus dos pisos en gradas, a modo de Escena y Proscenio del Teatro Antiguo. Todo ello protegido o en una techumbre a base de frontales y vigas, y zapatas y tornapuntas, además de bien calculadas en su punto, curiosamente decoradas en su superficie,.igual a como se decoran las piezas de un Retablo de Altar, con exquisito Arte, sin reparar en gastos. La profusión de la ornamentación inclina a un cotejo y comparación con el ejemplar de la iglesia de la Antigua de Zumárraga. Pero hay una diferencia muy marcada de estilo y época impuesta por la edad de las obras. La Antigua de Zumárraga trata la madera en estilo románico; mientras el pórtico plaentxiarra la trata en estilo Renacimiento, tendiendo un tanto un tanto, nada más al barroco, en los fustes sobre todo de las columnas o pies derechos y en las tornapuntas, que partiendo del remate de las columnas se dirigen a sostener los largos frontales del conjunto, todo en estilo Renacimiento, siglo XVII. Son muy típicos en el estilo los remates de los aleros del tejado, idénticos a muchosotros ejemplares de las casas estilo Palacio de la Provincia. Pequeños ejemplares de dibujo cuasi románico, similares a lo de la Antigua Zumárraga, los hay en el entorno plaentxiarra; desde luego un caso en el Santuario azcoitiarra de los Santos Mártires, concretamente en los frontales del piso del pórtico vestíbulo; y más cerca aún, en la propia Placencia, en la magnífica Ermita de Ezozia, cuyo frontal que sostiene el coro, ostenta una ornamentación totalmente parecida a la ornamentación de nuestras viejas kutxas, con las típicas cadenetas de rombos y el no menos típico disco solar de swásticas múltiples, todo ello finamente labrado, como es costumbre en el estilo. Para terminar este informe, tenemos que decir que la categoría del conjunto que acabamos de inspeccionar, es tal, que bien merece que se haga un buen dispendio para la conservación de una joya, que, a una con el conjunto de la Antigua de Zumárraga, constituyen ambas sendas muestras del Arte de la madera en el País Vasco, muestras, si bien de etapas muy distantes en su estilo, muy unidas por la común tradición maderera del País. Si además de «conservación se impone una «restauración a fondo y en qué proporción, lo tienen que decidir los arquitectos. Nosotros no hacemos más que recordar lo razonable que es que las Corporaciones Provinciales amparen el Arte de la madera, tan propia y natural en un País de tanta riqueza forestal como es Guipúzcoa. Oyarzun a 27 de Setiembre de 1978 Manuel de LECUONA En el programa de festejos de Placencia del año 1978 dedicamos una amplia crónica a este misma tema . Y aunque todos los artículos literarios que se han publicado por la prensa mientras han durado las obras del pórtico son dignos de ser reproducidos, señalaremos algunas referencias junto al nombre de sus autores y fecha de publicación, para que en, su caso, sirvan a quien desee profundizar más detalladamente en este proceso: En este orden de ideas y bajo un acomodo cronológico de publicación veamos algunasfrases de Joaquín de Ormaetxea. «...es un prodigioso ejemplo de talla rural vasca, una auténtica joya artística. Trescientos trece son muchos años para que las lluvias, heladas y calores no hayan dañado este bellísimo pórtico que demanda una pronta y eficaz restauración... El pórtico no tiene parangón en Guipúzcoa ni en muchas provincias a la redonda. Desde el punto de vista de arte popular se pueden citar los atrios de la iglesia parroquial de Berástegui y de San Martín de Régil, y bajo el punto de vista etnográfico el de la parroquia de Cizúrquil, pero no poseen la riqueza de talla que exterioriza el de Placencia de las Armas, lo que confiere a este pórtico de Soraluze singularidad y gran valor artístico». Otro entusiasta colaborador periodístico, Alfredo Feliú Corcuera «Zinzarri» asiduo comentarista en temas de este género a página entera, con gráficos, entre ellos una fotografía de Ignacio de Miguel, con algunas de sus tallas, presentaba una amplia crónica, El más hermoso de Guipúzcoa. Ya está restaurado el atrio de Placencia... en maqueta, de la que extraemos los siguientes párrafos: «...el atrio de Placencia es un valor social, no lo olvidemos, que merecería una atención más generosa. ...Se han traído vigas de roble antiguo de unos derribos de Bergara, y Kraemer está buscando el resto en Santander en vigas de diez o doce metros que tratará en un secadero especial.» Y refiriéndose a Iñaki «Itxasoi» pone en boca suya estas frases: « Aprendí por afición; no he tenido quien me enseñe a tallar. Tallé desde muy joven y he presentado trabajos en algunas exposiciones de Baracaldo, Tolosa, Atáun... Hago trofeos, yugos, cuadros con herramientas de caserío en miniatura, nacimientos, escenas de deporte rural y cosas así. No es gran cosa». «...Sí que lo es. Hemos insistido hasta ver el fruto de sus manos y damos fe de su talento. Un horquillo, una guadaña, un cesto, un rastrillo bastan a Ignacio para crear una original y excelente obra de arte. Somos exigentes, no prodigamoslos elogios, pero en esta ocasión podemos certificar y certificamos la limpia ejecución, el sentido de la composición, la exquisita delicadeza del escultor baserritarra, más valiosa por cuanto es autodidacta... ...A Pedro de Aldazábal le cupo hacer el atrio más hermoso de Guipúzcoa; a Ignacio de Miguel le cabe salvarlo y perpetuarlo». . No debe faltar en una recopilación de opiniones de esta naturaleza la que Juan San Martín ofrecía en uno de sus amenos trabajos euskéricos que semanalmente nos ofrecía en la Hoja del Lunes: «Baina, arestian esan bezala, Plaentziako elizak duen gauzarik bereziena zera da, "Eliz ataixa"; bai bere zurezko arkitekturaren aldetik eta bai apaingarrizko zura lan ederren aldetik. Zurezko lan ederrak badira Euskal Herriko elizetan, Durangoko Santa Marian bezala, baina Plaentziakoak beste era baterako egitura du eta orokortasunez begiraturik guzietan ederrena dugu. Plaentziakoak egitura bikaina du: zutoi, gapiro, euskarri, trabez eta abar eta guziak ederto tailutuak. Merito handidun lana da». En la siguiente entrevista mantenida por Miren Jone Azurza con el técnico Gustavo Kraemer y publicada en el periódico Deia (18) , podemos apreciar algunos matices de interés que conforman en buena medida la documentación de las obras de restauración del pórtico: «La obra de restauración del pórtico de la iglesia parroquial de Placencia de las Armas, en Guipúzcoa, está en estos momentos parada por falta de fondos, sin los cuales es imposible adquirir el material para construir las columnas de roble laminado cuyo emplazamiento y dimensiones se han averiguado con exactitud a pesar de las dificultades que ofrecía. Lleva a cabo el trabajo de restauración Gustavo Kraemer, especialista en conservación de monumentos de arte, que ha trabajado en obras de reconstrucción de bastantes edificios artísticos en Alava, Guipúzcoa y Vizcaya. D.: ¿Cuál es el problema que técnicamente supone la restauración del pórtico de Placencia de las Armas? GUSTAVO KRAEMER: Lacomposición actual es un desastre. La mayor parte de las columnas no están en su debido emplazamiento y el con junto dista mucho de la gracia que originariamente tenía, verdaderamente genial. Una vez que hemos visto que las piezas fueron talladas con exactitud, solucionamos el problema de cómo era en realidad. Así, descubrimos que el pórtico no era cúbico como ahora, sino ligeramente cónico de modo que el escalonamiento permitía apreciar todas las columnas casi desde cada ángulo de mirar. No tenemos certeza del punto de colocación de una de las colum nas, pero por deducción no puede ser otro que el que hemos maquetado. El problema técnico ha consistido en dar con la arquitectura original. La clave consistió en que las dimensiones de las tallas de las vigas se repe tían con exactitud. Hemos buscado las cajas de cada columna, y a base de tanteos, hemos dado con el quid. Lamentablemente, cuando pusieron la calefacción cambiaron el nivel del suelo cortando las bases de cinco columnas originales. De ellas, tres ya no tienen solución porque no podemos quitar la calefacción, pero las otras dos las repararemos también. D.: ¿En qué momento se encuentra el proyecto? G.K.: Está parado por falta de fondos para adquirir el material preciso para reconstruir las columnas que deben tallarse de nuevo. Se trata de roble en forma de madera laminada que se va compactando a base de capas que se pegan con colas especiales. Hay que hacer bloques de 55 por 55 centímetros y de 6 a 7 metros de longitud. La madera debe tener una humedad relativa, para secarse definitivamente una vez encolada, con objeto de que luego no se deforme. Son operaciones que se hacen mejor en la temporada de verano. D.: ¿Cuánto es el dinero que falta en realidad? G.K.: Algo más de la décima parte del costo total. Antes de que se pro duzcan costos mayores, podemos trabajar durante seis meses. Por eso, aun que el volumen total no se sabe con exactitud, creemos que con un par de millones podríamos adelantar bastante. D.: Son enormes esas columnas de madera de roble laminada. ¿Cómo tienen previsto su manejo? G.K.: Creo que no habrá problema técnico alguno. Las columnas, efectivamente, pesan más de una tonelada pero ya está previsto el modo de trasladarlas durante el proceso de fabricación. Por otro lado, una de las in cógnitas es cuántas piezas deberán repararse de las existentes en la actualidad, para que puedan aprovecharse bien. Hay que seguir y el mismo trabajo lo irá diciendo. D. : El nuevo pórtico ¿podrá aguantar otros seiscientos años? G.K.: El pórtico auténtico data de 1666, por lo que tiene trescientos trece años. Siendo como es de madera tallada, su resistencia ha sido formidable. Espero que la técnica actual no sea peor que la de hace tres siglos. El deterioro de las piezas se ha debido a putrefacción de la madera y en muchos casos por arreglos mal concebidos. Ahora impregnaremos toda la madera de materias anticorrosivas y si no se la maltrata, puede durar incluso más tiempo que antes». Durante el año 1980 continuaron los preparativos y gestiones para llevar a cabo la restauración definitiva del pórtico parroquial. Kraemer procedía a concretar detalles y «preparar el trabajo con intención de iniciarlo el 1.º de junio tallando las piezas que faltan para dejarlas tal y como eran al principio» según escribía Txema Urcelay . Peña Santiago, volvía una vez más sobre esta restauración felicitándose ahora del «rescate de ese importante testimonio de nuestro arte» . A principio del año 1981, ante el peligro de derrumbamiento de algunas partes del pórtico, se ordenó acordonarlas para evitar desgracias. Verificaron entonces una visita los señores Aingeru Zabala, director de Museos, Archivos y Bibliotecas del Gobierno Vasco; Jesús Baroja, arquitecto de la Consejería de Cultura; y Juan San Martín, delegado en Guipúzcoa de la Dirección General del Patrimonio Histórico Artístico, coincidiendo todos ellos en que era precisa una acción inmediata. Esto es, al menos lo quedecía la prensa . Efectivamente, vemos en el expediente de la restauración del pórtico, que obra en el Ayuntamiento de Placencia, un presupuesto para el apuntalamiento del mismo, presentado por la empresa Construcciones Goiti, S. Coop., de Elgoibar, que lleva fecha de 6 de febrero de 1981, cuyo importe asciende a 240.000 ptas. También obran en él diversos datos técnicos y facturas cuya descripción y detalle no considera
Webgune honek cookieak erabiltzen ditu, propioak zein hirugarrenenak. Hautatu nabigatzeko nahiago duzun cookie aukera. Guztiz desaktibatzea ere hauta dezakezu. Cookie batzuk blokeatu nahi badituzu, egin klik "konfigurazioa" aukeran. "Onartzen dut" botoia sakatuz gero, aipatutako cookieak eta gure cookie politika onartzen duzula adierazten ari zara. Sakatu Irakurri gehiago lotura informazio gehiago lortzeko.