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Diversidad y convivencia en Navarra. Euskera e identidades nacionales
Traduccion automática de Elia-Elhuyar
Este libro se enmarca dentro del convenio de colaboración entre Eusko Ikaskuntza y el Gobierno de Navarra. Desde el año 2019, en cuatro años, el Grupo Operativo de Eusko Ikaskuntza se ha reunido con los agentes sociales, políticos y sindicales de Navarra, con los expertos académicos, con los responsables de la administración y con los ciudadanos en general, para responder a la pregunta: ¿Es posible construir la convivencia en la sociedad navarra desde el respeto a la diversidad?
Partiendo de la evidencia del conflicto, Eusko Ikaskuntza ha considerado necesario reflexionar sobre la confianza, la posible politización del euskera, el choque de identidades nacionales y el papel de la Administración de Navarra. Todos estos temas son los expresados por la ciudadanía en general y por los propios agentes sociales y políticos, a través de las relaciones que hemos mantenido en estos cuatro años en ambientes muy diferentes. Por tanto, el recorrido que se presenta a continuación ha querido responder a estas preguntas. 206 ciudadanos navarros han participado expresando sus opiniones, inquietudes y propuestas.
2019: Primera fase. Juntamos al grupo con los expertos en la materia para que elaboraran el diagnóstico inicial. Lo llevamos a los grupos de ciudadanos de Castejón, Berriozar y Baztan para recoger su opinión. En total, 91 personas participaron en esta fase.
Dos fueron las fuentes de conflicto que surgieron una y otra vez: la gestión del euskera y la excesiva polarización en el ambiente político. En nuestra opinión, ambos escondían un conflicto entre diferentes identidades nacionales y, por lo tanto, el objetivo de la siguiente fase era identificar bien los obstáculos a la convivencia.
2020: Segunda fase. Formamos un Grupo de Expertos, provenientes del mundo académico y político, que celebró cinco reuniones. El objetivo de la reflexión era la concreción del concepto de convivencia y la elaboración de los posibles elementos. Esta reflexión fue contrastada con otros dos grupos: el Foro Social de Navarra, formado por miembros de la cultura, el sindicalismo, el periodismo y el euskera, y la Mesa Ciudadana de Navarra. Este último estuvo formado por técnicos municipales de euskera y/o cultura de todo el territorio navarro. Para entonces estaba claro que el euskera era un tema polémico que aparecía una y otra vez, pero que en realidad era una especie de iceberg, porque debajo había un choque de identidad nacional.
2021/2022: Tercera fase. El objetivo fue identificar retos y responsabilidades para fomentar la convivencia. Para ello partimos de una afirmación recogida en 2020: el fortalecimiento de la democracia supone un riesgo de homogeneización y, por tanto, la clave de la reflexión sobre cómo se mitigó el clima de desconfianza que se percibe en la sociedad navarra. ¿En qué consiste la confianza? ¿Quién tiene responsabilidad directa en la construcción de la confianza? Para reflexionar sobre ello, se organizó un Consejo Asesor, compuesto por un conjunto de agentes y expertos que pidieron a los miembros del grupo que hicieran sugerencias y consejos sobre el tema. Este grupo realizó seis sesiones.
El 16 de junio de 2021 organizamos en CIVICAN la jornada "Nuestros desacuerdos: trabajar la confianza entre diferentes". Además de Navarra, conocimos de la mano de expertos experiencias en Cataluña e Irlanda del Norte.
Ese mismo año, a petición de algunas fuerzas políticas del Parlamento de Navarra, se presentaron en mayo los resultados del proyecto. Y en la jornada “El euskera en Navarra: actitudes y oportunidades” organizada por el Topagune de Navarra, en octubre.
Ese mismo año se realizó un diálogo de 13 profundidades a personalidades relevantes de diferentes perfiles ideológicos y de diferentes lugares del ámbito político navarro.
2022/2023: Cuarta fase. Propuestas. El punto de partida fue la hipótesis de que, en el nuevo contexto político, la joven generación renunciaría a la polarización extrema, aumentando el clima de confianza en las cuestiones nacionales, lingüísticas y políticas y sociales, aunque lógicamente el conflicto no desaparezca. Para ello organizamos tres grupos de jóvenes teniendo en cuenta la variable geográfica y política:
La juventud no politizada de Navarra. Celebramos dos reuniones con jóvenes de Bera y Tudela respectivamente. Aquí queríamos medir la influencia de la variable geográfica y, por tanto, existían diferencias notables en los discursos entre jóvenes de Iparralde y Hegoalde.
La juventud más politizada de Navarra. A este grupo de jóvenes de todo el territorio navarro y de todo el espectro político se le pidió que analizara las opiniones de los grupos no politizados para identificar problemas y claves. Y, en ese sentido, proponer a los agentes sociales o políticos los consejos o medidas a adoptar.
El Grupo Promotor de Eusko Ikaskuntza ha elaborado una serie de propuestas dirigidas a la Administración, a la sociedad navarra y a todos los partidos políticos. Para ello, una vez clasificadas las inquietudes y sugerencias recibidas durante estos cuatro años, se quiso debatir las propuestas con personas con una visión plural. Con este objetivo se organizó en marzo de 2023 el "Seminario entre diferentes" en función de diversos factores que inciden en la diversidad territorial de Navarra: territorio, género, identidad nacional, cultura, religión e ideología. Así, 28 personas del mundo académico, político y social nos reunimos para debatir sobre todo esto.

"Seminario entre diferentes" para trabajar la diversidad de Navarra.
Detalle de resultados y sugerencias
Identidad y diversidad navarra. No está claro en qué se basa la navarridad, porque hay muchos componentes, pero sí que existe, y se representa Navarra “plural”. Todo el mundo está orgulloso de ser navarro. Sin embargo, no está claro que haya un vínculo identitario fuerte que garantice la convivencia necesaria. Es necesario, eso sí, el reconocimiento mutuo, es decir, el respeto y el rechazo del lenguaje bélico en el debate social y político.
Euskera
La lengua es el tema que más polémica y desconfianza suscita, el hecho de que el Euskera sea oficial en todo el territorio y, por tanto, la desaparición de la zonificación es la principal exigencia de un gran sector de la industria vasca. En el otro extremo se encuentra la consideración del euskera como patrimonio navarro, que sólo admite el apoyo para su desarrollo en su “ámbito natural” y las medidas de fomento que se adoptan fuera de él se consideran imposiciones. Y, en cierta medida, nos encontramos en un núcleo central con una gran variedad de agentes sociales y políticos, partidarios de la difusión del euskera, pero manteniendo el carácter de voluntad, haciéndolo con prudencia y de forma progresiva.
Pero, ¿cómo se entiende el conocimiento del euskera como un derecho o una obligación?
Si todos los navarros están de acuerdo en que el euskera es la lengua de Navarra, hay que cambiar la forma de nombrar el problema.
Los vascos deben entender que los derechos deben entenderse en el contexto, que no son abstractos. Y los desconfiados en euskera no pueden decir que supongan una vulneración de sus derechos. Para que esta actitud cambie es necesario dotar al euskera de prestigio y rendimiento pragmático.
Y ahí se incluye el papel de la Administración de Navarra, que no puede ser neutral en la cuestión lingüística, y llama la atención que su prudencia no se exprese en otras cuestiones.
Hay que inventar nuevas direcciones discursivas con el objetivo de lograr un consenso sociopolítico.
Las propuestas se han realizado en torno a estos tres puntos:
- Oficialidad del euskera
La clave está en lograr un amplio consenso social, basado en el principio de que tener dos lenguas, vivas y sanas, enriquece Navarra y es bueno para la convivencia.
Habría que reconocer que el euskera es una lengua de toda Navarra, en un proceso lento y progresivo, y para ello hay una parte importante de la responsabilidad de las instituciones forales y locales.
- El euskera en la educación
La Administración debería hacer un mayor esfuerzo a la hora de ofrecer modelos, cada vez más seguidores impulsando el modelo A en lugar del modelo G. Y hay que pedir también a los partidos políticos que inicien un debate más tranquilo.
- Valoración del euskera en la Administración
Hoy es el tema que más debate social genera, porque también estamos hablando de cuestiones “materiales”. La Administración de Navarra, a través de mayorías consensuadas, aunque no sean del agrado de toda la población, debería diseñar políticas sobre perfiles lingüísticos para sus puestos de trabajo, tomando conciencia de los objetivos y las consecuencias y fomentando siempre un debate racional.
Identidades nacionales y convivencia entre navarros
La principal razón por la que el euskera es fuente de polémica es que en el fondo oculta un choque entre dos identidades nacionales. Habría que aclarar que la difusión del euskera no implica necesariamente una ampliación del nacionalismo vasco, en contra de lo que muchos creen. Esta opinión es muy sólida en la sociedad navarra y de ahí la desconfianza de unos y el esfuerzo de otros. Es cierto que existe una relación lineal entre el conocimiento del euskera y la adhesión al nacionalismo vasco, pero esto no quiere decir que una sea la causa de la otra. Todas las personas que se sienten cercanas al nacionalismo vasco no saben euskera y no todas las personas que saben euskera están cerca del nacionalismo vasco.
Hoy tenemos una Navarra representada, con una identidad construida en torno a elementos simples y poco racionales. Hablamos de emociones, afectos, sentimientos. En ocasiones son un obstáculo para iniciar un debate sereno. Hablar de confianza en Navarra es hablar también de afectos y sentimientos, que hay que entender para lograr la eficacia. Por lo tanto, el mero debate racional no tiene éxito en el tema del euskera o de los símbolos si no se trabajan las emociones y los sentimientos. Hay que buscar el equilibrio, pero hay que aceptar todos los símbolos identitarios.
La identidad es un tema amplio y para algunos no es garantía de cohesión. Y es más, no hay por qué buscar cohesión, sino convivencia democrática. La clave está aquí, en nuestra opinión, en que en la sociedad navarra hay que primar la cultura democrática en un ambiente il.
Otro elemento de cohesión es el que a menudo aparece en la comunicación interna, entre regiones, entre ciudadanos… la conveniencia de crear espacios. Y se pide a la Administración que canalice esas relaciones, sobre todo entre los navarros del Norte y del Sur. La descentralización administrativa también ayudaría.
Y más allá, se ve necesario que en algunos foros los agentes sociales, sindicales y políticos se comprometan a respetar las normas de confrontación democrática. Tenemos que reconocer, dicen, que en Navarra hay dos identidades nacionales y es legítimo buscar democráticamente los objetivos. Los propósitos homogeneizadores son perjudiciales para la convivencia.
(Traduccion automática de Elia-Elhuyar)