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Euskaragaz egizu Match!
Cada vez más población sabe euskera. Sin duda, el resultado de una política educativa y lingüística que ha tenido éxito y referente en muchas regiones con lenguas minoritarias. Y el porcentaje aumenta al referirse a la población de 16 a 24 años.
Los datos de uso son menos positivos, especialmente si nos alejamos de los ámbitos formales. Parece que a medida que estos jóvenes van creciendo, el uso del euskera se pierde o se debilita.
A esto hay que añadir que demográficamente la juventud es cada vez menor y que el porcentaje de inmigrantes aumenta en nuestro país. Si el futuro del euskera está en manos de los más jóvenes, tenemos que tener en cuenta a todas las personas que quieran desarrollar su proyecto de vida en Euskal Herria.
Ante esta situación, decidimos constatar de primera mano las verdaderas actitudes de la juventud bilbaína respecto al uso del euskera. Queríamos saber por qué no utilizaban el euskera fuera del ámbito educativo o formal, en el caso de las personas que conocían la lengua, y qué obstáculos deben afrontar quienes no conocen el euskera o están aprendiendo.
Con la ayuda de la BBK Kuna, Euskaragaz egizu Match! (¡haz Match con el Euskara!) pusimos en marcha una comunidad de aprendizaje, con unos jóvenes de 16 a 24 años con diferente nivel de conocimiento del euskera; aproximadamente un tercio de jóvenes nacidos en Bilbao o en algún municipio de Bizkaia y escolarizados en los modelos D y B; otro tercio de jóvenes o nacidos en Euskadi y escolarizados en el modelo B con padres extranjeros; y un tercer tercio de jóvenes nacidos en el extranjero y que residan en la Comunidad Autónoma Vasca entre 2 y 5 años.
Los principales objetivos del programa eran, por un lado, eliminar prejuicios, estereotipos y obstáculos en torno al euskera; por otro, cambiar la visión y la relación de cada persona con el euskera; y, por último, tomar conciencia de la importancia de implicarse en el futuro del euskera.
Metodología
Para la consecución de los objetivos planteados se ha utilizado la metodología de Innovación Social GizarteLAB diseñada y desarrollada por Eusko Ikaskuntza.
GizarteLAB desarrolla las capacidades sociales de los jóvenes, fomentando el aprendizaje colectivo y la superación de retos en cooperación. Plantea la evaluación de vulnerabilidades, prototipado de soluciones y escalado de experiencias, donde se combinan modelos de innovación social, metodologías ágiles, desarrollo de capacidades de innovación y metodologías de evaluación relacional. Destaca especialmente el desarrollo de competencias y el diseño de iniciativas experimentales desde la perspectiva de los jóvenes.
Asimismo, se ha buscado en todo momento un clima de confianza y respeto mutuo entre los jóvenes.
A lo largo de los cinco talleres se trabajaron los prejuicios, estereotipos y emociones que asociamos a la lengua; se hizo un diagnóstico con las posibilidades de uso o aprendizaje del euskera, con los obstáculos y las soluciones; se imaginó un futuro deseable y se construyó un relato entre todos; se diseñaron sus proyectos para fomentar el uso del lenguaje y facilitar el aprendizaje, y se construyeron prototipos.
En la valoración, lo más valorado han sido el clima generado por los partícipes, la dinámica participativa y la construcción de un relato común.

En los talleres se trabajaron los prejuicios, estereotipos y emociones que asociamos a la lengua.
Conclusiones
Existe una tendencia generalizada a hablar de jóvenes sin preguntar. Culpabilizar y responsabilizar a los adultos de las situaciones que hemos generado. Y, como no podía ser de otra manera, existen políticas de juventud desarrolladas por organizaciones maduras, políticas de euskera, políticas educativas… que recogen un profundo conocimiento de las personas adultas, pero que no preguntan a los jóvenes lo que realmente sienten, quieren y necesitan.
El alto conocimiento del euskera entre la población infantil y juvenil de la CAPV es, sin duda, un éxito del sistema educativo vasco. La amplia implantación del modelo lingüístico D ha permitido que la mayoría de nuestros jóvenes y adolescentes sepan euskera. Pero algo falla en el sistema porque muchos jóvenes relacionan el aprendizaje del euskera con una mala experiencia (cuando no es traumática). De hecho, también se menciona la segregación lingüística que se produce con frecuencia en el ámbito escolar.
Según las últimas investigaciones sobre el uso del euskera, los jóvenes no muestran un discurso claro y concreto ante el euskera. En el caso de jóvenes con familias euskaldunes, pueden tener más referencias, pero para la mayoría, el ámbito educativo es el único medio para recoger ideas, valores o referencias al euskera.
Un agente importante, muchas veces olvidado, es la enorme carga emocional del lenguaje. Los y las jóvenes participantes relacionaron el euskera con las emociones (positivas y negativas), los recuerdos (positivos y negativos) y las experiencias (positivas y negativas). Si queremos que nuestros jóvenes se impliquen más en el futuro de la lengua, quizás deberíamos fijarnos en el vínculo afectivo con ella.
En el diagnóstico realizado en los talleres se ha puesto de manifiesto con frecuencia la dificultad para aprender la lengua o las dificultades para comunicarse en euskera en diferentes ámbitos (sobre todo en las ciudades), aunque cabe destacar que nunca se ha cuestionado el valor del euskera ni la necesidad de mantener vivo el euskera (aprendiendo y utilizándolo).
Los amigos, las relaciones informales, el mundo digital y el ocio juegan un papel importante en la construcción de la identidad de los jóvenes. Por ello, es imprescindible acercar el idioma a espacios donde los jóvenes se sientan seguros, cómodos y satisfechos.
También está claro que entre la juventud predomina el objetivo funcional del euskera como requisito necesario para poder trabajar en Euskadi, lo que en cierto modo perjudica la dimensión identitaria y cultural.
Es necesario crear referentes euskaldunes en el mundo real de la juventud, más allá de los grupos politizados, feministas y ecologistas, pero sin descartarlos. El fomento de la cultura en euskera y la creación audiovisual, tanto en cantidad como en calidad, sería un paso inmejorable.
También es imprescindible realizar innovaciones profundas en las formas de enseñar euskera muy motivadoras que profundizan en la función comunicación.
Por último, cuando se trabaja con un grupo de jóvenes de estas edades, es posible que se pierda de vista el contexto histórico y la evolución de la lengua. Habría que hacer hincapié en los valores y características peculiares del euskera y su trayectoria histórica para tener en cuenta los logros y debilidades del sistema actual.
Es posible que con estos talleres no se hayan producido cambios radicales en las actitudes de este grupo de jóvenes hacia el euskera. Pero sí hemos detectado pequeños detalles, ligeras variaciones de perspectiva y, sobre todo, vincular el euskera a una actividad divertida en la que los jóvenes se han sentido escuchados, seguros y sin juzgar. Pensamos que hay algo.
(Traduccion automática de Elia-Elhuyar)