
Gaiak
50ª edición del Festival Internacional de Cómic de Angouleme
El último fin de semana de enero, del 26 al 29, se ha celebrado la 50ª edición del Festival Internacional de Cómic de Angouleme (Festival International de la Bande Dessinée).

Durante cuatro días, autores, profesionales y aficionados se reunieron en la ciudad para conocer las últimas novedades editoriales de toda Europa. Y las exposiciones anuales en los espacios de la ciudad, que se organizan de forma excelente, este año han sido extraordinarias: Junji Itó, Philippe Druillet, Ryoichi Ikegami, Julie Doucet, Margueritte Abouet, Colours!, Elle résiste, elles résistent. Además, con motivo del 50 aniversario, se organizó la exposición especial L 'Attaque des Titans, de Hajime Isayama.
Todo un barrio dedicado a los más jóvenes, una Manga City, clases magistrales de los mayores creadores, conferencias, cinco grandes carpas, decenas de creadores, cientos de expositores, miles de personas…
Es difícil explicar a alguien ajeno al mundo del cómic el alcance del Festival; la ciudad francesa de Angouleme respira cómic en cada rincón: fachadas de muchos edificios, nombres de calles en forma de bocadillos, contenedores de basura, farolas, todo se viste de viñetas y el último fin de semana de enero se convierte en el paraíso, la meca y el destino de los amantes del noveno arte.
Pero la ciudad ha sabido crecer alrededor de las viñetas e implicar a la mayoría de sus ciudadanos y agentes incorporando el cómic a su día a día, más allá de la duración de su prestigioso Festival Internacional. Cuenta con una escuela de BD referente en Europa, museos, centros de documentación y numerosas iniciativas creativas relacionadas con ellos, start-ups, editoriales e industrias derivadas abundan en la zona.

Y como en Euskal Herria hay muchos creadores y más aficionados, no es difícil encontrarse cada año por las calles de la ciudad con un gran grupo de vascos a los que une su pasión por el cómic.
Algunos estaban trabajando en stands, como Joseba Larratxe Josevsky, que presentaba Joana Maiz con la editorial Félès; o el incansable Marko, promocionando La brigade des souvenirs con Dupuis, participando en dos batallas de dibujo y dedicando ejemplares en el stand de Bamboo; también pudimos ver al zarauztarra Bertol Arrieta presentando L’Écume des nuages, editado por Bang.
Mientras, otros negociaban la venta de los derechos de sus obras con algunas editoriales francesas y belgas, como los hermanos Xabier y Martín Etxeberria, Harriet, Mikel Begoña o Iñaki Holgado.

Aun a riesgo de que alguien se me olvide (pido perdón de antemano), me atrevo a citar a algunos de los que nos encontramos por las calles de Angouleme: Dani Fano, Julen Ribas, Belatz, Aritz Trueba, Garluk Agirre, Koldo Azpitarte y los responsables de las editoriales Astiberri y Harriet, los habituales del Xabiroi, amigos y aficionados. Y es que este es también un punto de encuentro para compartir las alegrías y las penas de esta solitaria profesión.
Porque el Festival de Angouleme hay que saborearlo sin prisas, disfrutando de los sentidos, de la cultura, deteniéndose en el olor a libro nuevo y original antiguo, sintiendo el frío de la calle y el calor de los amigos. Y acabar, siempre, con una sonrisa y la promesa de volver al año siguiente.