764 Zenbakia 2021-09-22 / 2021-10-20

Gaiak

50 aniversario de la muerte del poeta de Lodosa Ángel Martínez Baigorri

AGUINAGA ALFONSO, Maialen

Doctora en Literatura española y profesora emérita de lengua y literatura española en EEMM

Ángel Martínez Baigorri (1899-1971) es una de las figuras poéticas más destacadas de la poesía navarra del segundo tercio del siglo XX. Jesuita, filósofo, teólogo, experto lingüista y conocedor del griego y latín, excelente conversador, hombre de salud muy delicada y de exquisita sensibilidad, con muchos achaques y recaídas, fue intervenido quirúrgicamente diecisiete veces en su vida por problemas gastrointestinales. Su vocación poética, salvo algunos poemas previos en España (Martínez Baigorri 1999: 30), surge en Nicaragua, a donde llega en septiembre de 1936 y donde permanecería hasta 1946, tras estancias en Nueva Orleans (Estados Unidos) para someterse a varias operaciones, El Salvador desde 1951 a 1954 y posteriormente imparte su magisterio en la Facultad de Letras de la Universidad Iberoamericana de México desde 1954 hasta 1961. Pasa el año 1961-62 de convalecencia en el sanatorio “Durán” de Costa Rica.

Posteriormente, en 1962 vuelve a Managua, como profesor, donde muere en 1971. Dar testimonio de Dios con su poesía es su objetivo porque afirma que la palabra poética tiene raíz divina. Que la palabra sea lo que significa, eso es ser hacedor de la palabra. Como lector de Juan Ramón Jiménez coincide con él en su interés por la palabra justa y exacta. Sacerdote y poeta son anverso y reverso de la misma moneda. En la introducción a Dios en blancura (1960) identifica Eucaristía y Euloguía (Martínez Baigorri 2000: 306/307):

No nos podemos olvidar, dentro de esta Aclaración, de la relación esencial, hasta llegar a la igualdad de sentido, que en los Evangelios y en San Pablo tienen las palabras eujaristéin y eujaristía con euloguéin y euloguía, como tampoco de la relación de complemento esencial que tomaron en los labios de Jesucristo el pan y la palabra.

Sus Poesías Completas comprenden doce poemarios en dos volúmenes atendiendo a la clasificación de su editor Emilio del Río. Fue un escritor prolífico. M. Concepción de Andueza, que escribió una tesis doctoral sobre su poesía, dice que dejó escritos más de veinticinco mil folios (Martínez Baigorri 1999: 27) y fue autor de veintiocho libros de gran calidad, porque los doce poemarios abarcan a su vez varios libros.

Poeta denso en su afán de buscar la palabra justa y llena de sentido. Sin embargo, escribe dominado por la inspiración: “Esto es lo mejor y lo peor de mi poesía: que ella se me imponga –desde el sentimiento, el asunto y hasta la clase de versos– y que yo no haya sabido nunca –o casi nunca– imponerme a ella” (Martínez Baigorri 1999: 66). No busca la brillantez ni la estética por sí misma. Toda su poesía es filosófica, teológica y mística en intensa trabazón. Por eso se sirve de símbolos que expresen conceptos. A veces puede resultar desnuda, llena de elipsis, densa. Juega con las palabras, los hipérbatos, las paradojas o los paralelismos para extraerles todo su sentido. Sobre la inspiración de su poesía a modo de arrebato emocional, dice Ignacio Elizalde (1980: 173-174) quien compartió tres años (1938-1941) con Ángel Martínez Baigorri en el Colegio de Centro América:

yo que algunas veces le acompañé en sus excursiones poéticas y observé cómo le brotaba el verso, en medio del campo, podría desvelar los secretos y los estímulos de su inspiración. Más de una vez, emocionado, fuera de sí, cogía la pluma y con una rapidez y facilidad maravillosa trasladaba al papel, sentado sobre un ribazo del camino o sobre el tronco de un árbol, los versos luminosos, sugeridores, sensitivos, que expresaban la emoción poética del momento.

Ángel Martínez Baigorri fue acogido como poeta nicaragüense por los propios poetas oriundos y, como tal, figura en antologías de la poesía nicaragüense de Pablo Antonio Cuadra, Ernesto Gutiérrez y Ernesto Cardenal. Este último decía: “su poesía ha tenido para mí un carácter sacramental” (Fernández-González en Martínez Baigorri 2000: 38). Y cuando corrigió la primera versión de Nicaragua canta en mí, titulado previamente En la sonrisa del ángulo, le comenta a su antiguo profesor: “Me parece muy buena y la más nicaragüense que se ha escrito” (Martínez Baigorri 1999: 71).

Ángel Martínez Baigorri.

Nicaragua canta en mí es el primer poemario con que se abren sus Poesías Completas. Según Emilio del Río, editor de sus Poesías Completas, es la etapa más conocida de la poesía de Martínez Baigorri. Comprende poemas desde su llegada al país centroamericano en 1936 hasta 1942. Se compone de ciento sesenta y seis páginas en gran formato, en su primera edición de 1968. Sobrepasa ampliamente los poemarios habituales que no suelen llegar a las cien páginas. Es un canto a la naturaleza nicaragüense y a sus habitantes. Destacan los veinte poemas dedicados a la “ceiba”, lo mejor de esta obra según Pilar Aizpún (Martínez Baigorri 1999: 31). Incluye varios poemas a ciudades nicaragüenses y españolas; a personas como los pobres “Campistos”, mujeres “Rosibel, Aurora, Piedad”, “el negrito”; a poetas como Rubén Darío y otros poetas amigos. Es una poesía simbólica pero reducida a un solo símbolo en tres variantes: ángel, río y rosa. Su concepción poética y sus símbolos han sido estudiados por Pilar Aizpún (Martínez Baigorri 1999: 26). Es un poeta renacido en Nicaragua donde muestra una naturaleza violenta, torrencial con sus contrastes suaves, que añade a los propios rasgos de su personalidad navarra. Si bien su amigo y también poeta Juan Bautista dice: “(Ángel) no es un poeta descriptivo sino esencialmente lírico –y, como tal los elementos de fuera solo actúan como funcionales de su intuición– nos devuelve escarchados de alma, como hechizados poéticamente” (Bertrán 1978: 28). Refiriéndose al símbolo del Río dice en carta a su amigo Ignacio Ellacuría en agosto de 1952 (Martínez Baigorri 1999: 327):

También ella (su carta), como V. dice de mi Río, muestra un alma y eso es lo principal. Es tan natural como el río de que ese Río nació, con todo lo que éste lleva de realidad, con toda su realidad: el fuera y el dentro de su realidad, el caudal que corre y el impuso que la mueve, y el sentido de ser agua, de correr y de ser movida, todo su ser de río: el símbolo no buscado sino entrañado en toda realidad, sentido y símbolo que en su término tiene que ser trinitario en sí y, para nosotros trinitario por la Palabra que, encarnada, viene a revelárnoslo.

A lo que responde Ignacio Ellacuría: “Nunca leí cosa tan honda y vital”

Es un buen momento para leer o releer la extensa y rica obra de este poeta navarro de alcance universal, amigo de poetas nicaragüenses, de españoles en el exilio mexicano y de célebres figuras del celuloide americano a quienes conoció en viajes a Estados Unidos por motivos de su enfermedad gastrointestinal y por predicar ejercicios espirituales a conocidos actores como Humphrey Bogart o Shirley McLaine en Hollywood. En este 50 aniversario de su muerte en Managua el 5 de agosto de 1971, queremos unirnos a algunos homenajes que se están celebrando en su pueblo natal, Lodosa. Nicaragua seguirá cantando a través de su poesía. Allí se redescubrió como poeta. Anualmente se celebra un Certamen poético que lleva su nombre “Ángel Martínez Baigorri” en su pueblo natal Lodosa. Si las tumbas de los escritores son sus libros, animamos a valorar y saborear su gran legado poético.

Concluimos este breve recuerdo de tan gran poeta con un fragmento de su poesía titulada “Pueblos de España” incluido en Nicaragua canta en mí. Es un poeta entre dos mundos y así se refleja en estos versos en una poesía conceptual cargada de sentido, esencial:

Pueblos de España al lado de los montes,
Siempre a las dos orillas de mi vida
Paso por ellos y a mi paso hay brotes
Con luz de un río eterno en dos orillas.

Bibliografía

AIZPÚN, Pilar (1994): “Naturaleza y trascendencia. Los símbolos en la poesía de Ángel Martínez Baigorri”, en Príncipe de Viana, nº 203, pp. 667-690. 

------------------ (1994): “Dos visiones del Estrecho dudoso: España y América (Ángel Martínez Baigorri y Ernesto Cardenal)”, en RILCE, 10, 1, pp. 15-26. 

ANDUEZA, María C. de (1973): Poesía de Ángel, tesis doctoral en la UNAM, México, 468 pp. 

BERTRÁN, J. Bautista (1978): Ángel poseído. Martínez Baigorri. Introducción, selección y notas, Barcelona, Libros Río Nuevo, Ediciones 29. 

ELIZALDE, Ignacio (1980): “Ángel Martínez Baigorri. Un gran poeta navarro enraizado en Nicaragua”, Letras de Deusto, nº 19, enero-junio, pp. 171-178. 

ELLACURÍA, Ignacio (1958): “Ángel Martínez, poeta esencial” en Revista Cultural, El Salvador, Universitario de Cultura, julio-diciembre, pp. 123-164. 

FERNÁNDEZ-GONZÁLEZ, Ángel-Raimundo (2003): Historia literaria de Navarra: el siglo XX. Poesía y Teatro, Pamplona, Gobierno de Navarra (Institución Príncipe de Viana).  

MARTÍNEZ BAIGORRI, Ángel (1999): Poesías Completas, 2 volúmenes, edición de Emilio del Río e Introducción al primer volumen de Pilar Aizpún, y al segundo (2000) de Ángel-Raimundo González, Pamplona, Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra.  

PAASCHE, Rosamaría (1991): Ángel Martínez Baigorri, místico conceptista, Pamplona, Departamento de Educación y Cultura del Gobierno de Navarra, “Colección literaria navarra”. 


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