635 Zenbakia 2012-07-27 / 2012-08-31
El presente trabajo de investigación, tiene por objeto rescatar pasajes de la historia del primer Centro Vasco de Chascomús, (1952-1960). En este sentido, cabe destacar que Chascomús es una ciudad, que obtuvo esta denominación, por medio de la firma de un Decreto del día 14 de julio de 1.873. La ciudad se encuentra ubicada a unos 110 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, y tiene una rica historia que se remonta a los primeros años de nuestra vida independiente.
Esta región bonaerense estuvo vinculada al gran proceso inmigratorio que tuvo lugar en el siglo XIX, como parte de una política del Estado Nacional, diseñada a partir de la aprobación de la Ley Nacional Nº 817, la cual, reglamentará de que manera se podrá sustanciar la inmigración a nuestro país. El propósito de esta política de Estado, fue atraer a nuestro país gente que vivía en Europa, con el fin de poblar nuestros extensos territorios.
A tal efecto, se conformaron algunas compañías colonizadoras que se asentaron en el viejo continente, para promocionar entre los posibles candidatos a viajar a la Argentina, los beneficios que lograrían si tomarán la determinación de emigrar. Es importante destacar lo establecido en el artículo 45 de la Ley nacional de Inmigración, donde queda estipulado: “Todo inmigrante, siempre que acredite suficientemente buena conducta, y aptitud para el desarrollo de cualquier industria, arte u oficio útil, gozará del derecho de ser alojado y mantenido a expensas del Estado argentino durante 5 días siguientes a su desembarco”.
Resulta importante mencionar que el gobierno argentino se haría cargo de los pasajes de los inmigrantes, como así también, de la posibilidad de que los inmigrantes puedan acceder a una parcela de tierra, semillas y herramientas para desarrollar la labranza.
Primer Centro Vasco. Grupo de baile.
Entre el 1.876 y las primeras décadas del siglo XX llegaron al país cinco millones de personas, entre ellos los vascos y fue a partir de la expansión del ferrocarril al sur, que tuvo lugar entre los años 1.865 y 1.970, lo que posibilitó la inmigración hacia el interior del país y de nuestra provincia, convirtiéndose en el motor de la economía, basando su accionar en el traslado de personas y mercaderías.
El ferrocarril que se había trazado hacia la zona de Chascomús, partía desde Plaza Constitución (Buenos Aires), llegando a Barracas norte en el año 1.866, continuando su destino hacia Chascomús. En este sentido, la primera sección del Ferrocarril del Sud, se habilitó un 14 de diciembre de 1865. En el mismo existían originalmente unas 11 estaciones:
Plaza Constitución, Barracas actual Avellaneda, (donde estaban los talleres de la empresa), Lomas de Zamora, Glew y San Vicente (actualmente Alejandro Korn), Donselaar, Ferrari (hoy Coronel Brandsen) y Jeppener (hasta donde se habilitó la línea provisoriamente el 14 de agosto de 1.865).
Seguidamente los rieles se continuaron hacia la estación Altamirano, para más adelante llegar a Gándara, donde se afincó una importante colonia de vascos. Finalmente los rieles se siguen construyendo hasta llegar a Chascomús, convirtiendo provisoriamente a esta última estación, en punta de rieles.
Para llevar adelante este trabajo de investigación, utilicé dos fuentes principales: El diario “El Argentino de la ciudad de Chascomús”, y el Diario de la colectividad vasco-argentina “Eusko Deya” editado en la ciudad de Buenos Aires y fotografías de la época, donde quedan testimoniadas las visitas a la ciudad de Chascomús, de los Lehendakaris José Antonio Aguirre y Jesús de Leizaola.
Los vascos de Chascomús, han estado siempre presente acompañando la propia historia de la ciudad y la región, aportando sus costumbres, conocimientos y labores. Estos rasgos, han caracterizado a los miembros de esta etnia, como poseedores de valores, principios y una gran predisposición al trabajo.
Muchas veces nos preguntamos porque desde su temprana instalación en la región chascomunense, no se agruparon en una sociedad, y tal vez, no lo creyeron necesario. Pero ello no impedía que en sus hogares y con sus vecinos, continuaran cultivando las costumbres de su Patria lejana, como así también, estar al pendiente de los hechos que allí en Europa se desarrollaban y reunirse cuando era necesario, como en el mes de julio de 1901, en defensa de las Leyes Viejas.
Este período del primer Centro Vasco, que finaliza en 1960, los vascos de Chascomús, viven su epata más gloriosa, al recibir en el corto plazo, la visita de dos lehendakaris vascos, José Antonio Aguirre (en la fotografía) y Jesús de Leizaola.
Muchos años pasaron, casi medio siglo, hasta que otra generación de vascos y sus descendientes, comenzaron a evaluar la posibilidad de organizar un Centro Vasco. Cabe destacar en esta labor, a un grupo de entusiastas vascos locales, liderados, según nos muestran las fuentes consultadas, por el señor Martín Larralde, quien además, era un cultor de todo lo relacionado con lo vasco y poseedor de una definición política sobre la Nación de sus antepasados, impecable, la cual, predicaba a sus paisanos cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo.
En el año 1952 y con la ayuda y colaboración del Laurak Bat de Buenos Aires, Acción Vasca y otras instituciones de la región, como así también, del Delegado del Gobierno vasco, se dan los pasos necesarios para sentar las bases de la Euskal Etxea de Chascomús. La importancia de la presencia vasca en la región, favoreció la pronta expansión del Centro Vasco, que poco a poco, fue dando forma a sus actividades culturales, deportivas y festivas, año tras año.
Casi promediando este período del primer Centro Vasco, que finaliza en 1960, según las fuentes consultadas, los vascos de Chascomús, viven su epata más gloriosa, al recibir en el corto plazo, la visita de dos Lehendakaris (presidentes) vascos, José Antonio Aguirre y Jesús de Leizaola.
A partir de la consulta de las fuentes escritas antes mencionadas, hemos tratado de reconstruir una etapa, que de ninguna manera fue menor, de la organización social de los vascos de Chascomús. El no haber podido acceder a más documentación (correspondencia, actas, cartelerilla de propaganda, etc.), no nos ha permitido tener una idea más acabada sobre esta primera parte sobre la vida institucional de los vascos de Chascomús. Pero igualmente, hemos cumplido con el objetivo, al poder, a través de las fuentes disponibles, sacar a luz, una rica historia y apreciar quienes fueron sus actores, para que los vascos y vecinos de Chascomús, puedan tomar contacto con una pequeña parte de su historia, que humildemente formará parte de la historia general de la ciudad de Chascomús.
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