546 Zenbakia 2010-09-17 / 2010-09-24
Otoño de 1873. La nave “El Filántropo” naufraga en las cercanías de Medano Blanco en las costas del sudeste bonaerense, en medio de un feroz temporal.
Las familias afincadas en las cercanas tierras de Nicanor Duarte corren a socorrer a los náufragos encabezados por el mismo Nicanor. Este a su vez, da aviso al comandante de las guardias nacionales con asentamiento en Cristiano Muerto, Angel Ignacio Murga, quien llega al lugar del siniestro junto a diez milicianos para colaborar con el socorro de los náufragos y proteger los bienes que transportaba la nave.
General Mariano Necochea. Estatua ecuestre que se halla en el preciso lugar en el cual el 12 de octubre de 1881 se izó la bandera argentina en el palo mayor del navío “El Filántropo”, en la plaza central Dardo Rocha.
Foto: Juan Manuel Scotti.
La tragedia fue el ejemplo perfecto de la necesidad de fundar un pueblo cabeza de partido , tal como lo deseaba Murga desde tiempo atrás, junto a un puñado de pioneros a los que logró contagiar esa ilusión, incluido el juez de paz Victorio De La Canal.
Reunidos en el establecimiento de Nicanor Duarte, los vecinos redactan un petitorio solicitando a las autoridades de la Provincia de Buenos Aires la creación de una localidad cabecera en aquel territorio inhóspito. Fueron innumerables los distintos impedimentos burocráticos con los que se enfrentaban Murga y su gente. Estas incluían la expropiación de tierras a descendientes de héroes de la independencia como Eustoquio Díaz Vélez quienes definitivamente lograron acordar un precio tal vez justo por sus propiedades. Mientras tanto los malones seguían devastando la región. Los registros constan de sucesivos ataques en 1872, 1874 y 1876 siendo el del 74 el más grave ya que atacan la residencia de autoridades dando muerte a familiares directos de De La Canal. Los malones eran salvajes y sorpresivos ataques de indios a los asentamientos como fuertes, fortines y pequeñas poblaciones. Estos se pusieron aún más peligrosos cuando aprendieron a manejar armas. No solo saqueaban mercaderías, la mujer blanca era un bien preciado a quienes mantenían cautiva en una vida de penurias. Aquellas quienes intentaban escapar, por ejemplo, le despellejaban la planta de los pies entre otras crueldades.
Nuevamente en 1877 Angel Ignacio Murga convoca a los vecinos del lugar a una nueva reunión en cercanías del Arroyo Zavala y de ese encuentro surgió la designación del propio Murga a que viaje a la capital provincial a exponer y convencer a las autoridades la necesidad de fundar una ciudad que nuclee, organice y proteja a los habitantes de la región. Murga nació el 19 de julio de 1842 en Dolores, Provincia de Buenos Aires. Hijo de Segundo Murga y Carmen Picado. Sus ancestros, héroes de la independencia argentina tienen sus raíces en el ayuntamiento de Ayala, partido judicial de Amurrio, Alava.
Finalmente el 12 de octubre de 1881 Murga funda el soñado pueblo al que nombra “Necochea” en honor al General Mariano Pascual Necochea , siendo esta localidad cabeza del partido homónimo distante a unos 528 Km. de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Aquel día de primavera se cuenta que el sol brillaba a gusto y esa mañana resonaban cohetes y bombas. Fue una gran fiesta popular en la que abundó la alegría y se degustó carne asada con cuero. En el centro de la plaza se colocó el palo mayor de “El Filántropo” a modo de mástil para izar el pabellón nacional en la plaza central “Dardo Rocha” . Hoy en ese preciso lugar se halla la estatua ecuestre del General Necochea. Mariano Necochea luchó valientemente junto al General José de San Martin (héroe y líder de la independencia de Argentina, Perú y Chile). El Gral. Necochea se destacó de sobremanera en las batallas de Chacabuco y Maipú. Comandó la caballería en la batalla de Junín. Gracias a su heroica intervención se debieron gran parte de las victorias logradas por los criollos en la guerra por la independencia.
General Mariano Necochea.
Foto: Archivo Histórico de la Nación Argentina.
En la flamante ciudad Murga se desempeña como presidente de la municipalidad, juez de paz y presidente de la comisión de fomento para dar comienzo al desarrollo de esta población que hoy es un punto de referencia infaltable entre los sitios elegidos a la hora de vacacionar en Argentina. Para los habitantes de estas tierras Necochea es un vocablo tan autóctono como ningún otro. La causa, las distintas corrientes migratorias que llegaron a Argentina desde tierras vascas que fueron distribuyéndose en el territorio, enraizándose en él hasta punto tal que resulta imposible o tarea muy difícil en otros casos distinguir o aislar “lo vasco” de “lo argentino”. Los euskaldunes que poblaron estas tierras supieron mimetizarse con el gaucho, con el indio, con hombres y mujeres de la ciudad; y hasta aislarse en la absoluta soledad fácil de hallar en una basta región. Todos estos fenómenos son la causa de la presencia vasca en Necochea desde sus albores como ciudad, como pueblo, incluso antes.
La temprana presencia vasca en el poblado es la antesala que las características actuales de la ciudad posee: toponimia vasca por donde se le mire. Ya en la segunda mitad del siglo XIX estaba en auge la confitería Laurak Bat. Más tarde, en 1913 se funda la Sociedad de Beneficencia y Socorros Mutuos “Euskadi”. Luego, el 15 de abril de 1945, nace el centro vasco “Euzko Etxea” el cual se ha convertido en una de las casas vascas de referencia en el mundo. Todos los años como es tradición, convoca a sus fiestas a miles de necochenses y visitantes. Estas incluyen el Día de San Ignacio de Loyola el cual comienza con danzas y música en las calles recorriendo las casas de los pioneros hasta llegar a la iglesia donde se celebra la Santa Misa. A esta tradición popular en su conjunto se la llama “El Alegre Despertar”; también en junio se lleva a cabo “La Quema de la Sorgina”; el 24 de agosto “El Día de la Cocina Vasca”, entre otras celebraciones. Ante tanto alboroto euskaldun en este punto del planeta, no pudo desviarse la ruta del singular Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, mejor conocido como “El Vasco de la Carretilla” quien en su primera aventura llega a Necochea un 20 de enero de 1936 al mediodía procedente de La Dulce. Se hospedó en el hotel Larraza donde inmediatamente sus pares vascos le ofrecen una comida homenaje. Abandona la ciudad el 2 de febrero del mismo año a las 17 horas hacia la ciudad de Buenos Aires con un grato recuerdo en su corazón siendo Necochea junto a Trelew las dos ciudades que más cariño y asistencia le brindaron a su paso.
Sorprendida por el Siglo XXI, esta ciudad convoca cada temporada estival a miles de familias turistas que por la tranquilidad, variedad de ofertas y por sobre todo la calidad de sus habitantes, hacen de Necochea un lugar único.
Fuentes:
Archivo General de la Nación Argentina Museo Histórico Regional de Necochea Ecos Diarios Centro de Estudios Marítimos de Necochea Libro “El Vasco de la Carretilla: 14 años a pie por la República Argentina, 1935-1949”, Txema Urrutia, Editorial Txalaparta, 2001. ISBN: 8481362204, 9788481362206. Biblioteca del Centro Vasco Arbola Bat, Junín, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Biblioteca de la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires.