542 Zenbakia 2010-07-23 / 2010-07-30
Pello Mari Otaño llegó a la Argentina por primera vez en el año 1875, cuando contaba solamente con 18 años. Entre los móviles de su viaje podemos mencionar su deseo de conocer el mundo y evitar hacer el servicio militar. Luego regresaría a Euskalherria, al no figurar en la lista de jóvenes de Zizurkil que debían hacer el servicio militar. Pello Mari retorna nuevamente a la Argentina en el año 1880 y permanece aquí por una década.
Pello Mari enfermó de asma y tenía problemas para cantar sus versos, con lo cual, comenzó a escribirlos. Sus oficios en América según la revista La Baskonia, fueron diversos, entre ellos: “peón de campo, tenedor de libros, poeta, alambrador y pastor”, tal cual lo señala en sus versos sobre la pampa argentina.
En el año 1890 regresa a Donostia, donde el día 11 de junio de 1891 contrae matrimonio con Magdalena Alberdi Arozena, en la Iglesia del Buen Pastor. De dicha unión, nacen tres hijos en Euskalherria: Bernardo en 1892; Mikel en 1894; y Joxetxo en 1896. Sus actividades en la capital guipuzcoana fueron: de tendero, escribiente y empleado.
Nuevamente Pello Mari Otaño decide regresar a la Argentina y serán sus amigos quienes sufraguen los gastos de su tercer y definitivo viaje. El día de su despedida el Orfeón Donostiarra le dedicó un concierto y éste, como una retribución, les dedicó tres versos. Pello Mari Otaño partió del puerto de Pasajes el 26 de enero de 1898, y contaba con 40 años de edad. En esa oportunidad al embarcarse hacia América manifestó: “No me voy por mi propia voluntad, sino por necesidad y me llevo conmigo tres niños y su madre, si quiere alguien acercarse a mí haré lo que pueda y lleno de felicidad”.
Cuando Pello Mari llegó a América afirmó:
Pero quiero volverme
Por el mismo Camino que traigo
Para entregar mis huesos
A mí querida tierra que me vio nacer
Ya en la República Argentina, Pello Mari Otaño se afincó en Pehuajó, una pequeña aldea en el oeste de la Provincia de Buenos Aires, fundada en el año 1883. Fue un período muy productivo para el poeta. En tal sentido, organizó una nueva sede en Pehuajó y escribió muchos poemas. Cabe destacar que traía consigo dos cartas para presentarse ante las autoridades del Laurak Bat de Buenos Aires.
Cuaderno de Pello Mari Otaño.
En Pehuajó, Argentina, Pello Mari y su esposa tuvieron tres hijas: Teresa, nacida el 20 de septiembre de 1899; Juanita, nacida el 18 de marzo de 1903 y Malentxo nacida el 28 de enero de 1907. En el año 1904 se traslada con toda su familia a Buenos Aires, tomando contacto con los directivos del Centro Vasco Laurak Bat y será en ese momento cuando se convierte en “el primer maestro de euskera” para niños y adultos por el término de dos años. Resulta importante recordar que en esa época no existía ninguna metodología de enseñanza del euskera, ni libros específicos. Pero Pello Mari Otaño conocía la gramática y las enseñanzas de Arturo Campion, lo cual aplicó para la enseñanza en las aulas de Buenos Aires de la lengua vasca. Lo singular de su período de maestro de euskera, más allá de ser el primero en la Argentina, fue que tomaba evaluaciones en el Colegio Nacional Carlos Pellegrini, dependiente de la Universidad de Buenos Aires.
Pello Mari Otaño publicó muchos poemas en la Revista La Baskonia entre los años 1904 y 1906 y en el año 1907 trabajó en una nueva opera “Lora” (Flor), la cual, preparó junto a Ortiz San Pelayo.
La familia de Pello Mari Otaño dejó la ciudad capital en el año 1907, para trasladarse a la ciudad de Firmat (Provincia de Santa Fe), para cumplir con un contrato laboral con la Empresa agrícola. En tal sentido, Pello Mari trabajó en el Censo Agrícola y en la lucha contra la tucura (langosta), lo que dio lugar a un nuevo poema que ilustra la situación.
También Pello Mari realizó un trabajo de colaboración para el centenario de la “Revolución de Mayo”. Pero cuando regresó a la localidad de Perez, en la Provincia de Santa Fe, su salud se agravó, falleciendo un 7 de mayo de 1910, a los 53 años.
Su muerte ocasionó innumerables repercusiones. En este sentido, Bersolaris y personalidades de la cultura en general homenajearon al muerto a ambos lados del atlántico, con consideraciones hacia su persona y versos. Pello Mari tuvo una evolución política ya que de republicano pasó a ser foralista y al final de su vida fue nacionalista, tal cual, lo confirman sus versos sobre: Cuba, Nosotros y los nuestros y El abuelo y el nieto.
El fue el gran Sabin
El que nos creó
Ese nacionalismo
Que hoy tanto amamos los vascos Bera izan zan, Sabin aundiya
Ondokitatu (sortu) ziguna
Gaur euskaldunok hainbeste maite
Degun dierritasuna (alberzaletasuna)
Y más adelante:
Recojamos su bandera
Intentémoslo
Enseñando a los que no la saben
La doctrina del que fuera maestro Jaso dezagun bere bandera
Egiñ zaigun alegiña
Es dokitenai erakutsiyaz
Maisu zanaren dotriña
Para finalizar, haremos moción a los últimos versos conocidos de Pello Mari Otaño dedicados a la Argentina, más precisamente al centenario de la Revolución de Mayo. En los cuales, pone en acento en su simbólico “Sol de Mayo” que viene asomando como la Revolución que inicia el proceso de nuestra Independencia. Revolución de la cual, se cumplían en ese momento 100 años.
Que el sol de mayo
Que todos saludamos con cariño
Libere la tierra vasca y
Todas las que se encuentren cautivas Denok maitaro agurtzen degun
Maiatzeko eguzkiyak
Aska ditzala Euskal lurra ta
Katibu dauden gutiyak
Han pasado 100 años desde la desaparición física de Pello Mari Otaño, y estamos seguros que si hoy estuviera junto a nosotros, se encontraría dando testimonio del euskera, la cultura vasca y los derechos que le asisten como Nación a los vascos, en nuestra Universidad Nacional de La Plata.
Pello Mari Otaño (1857-1910): Los años de Zizurkil