446 Zenbakia 2008-06-27 / 2008-07-04
Manu Muniategiandikoetxea, pintor y escultor bergarés, empieza a ser muy conocido fuera del País Vasco, especialmente en Madrid, y es algo de celebrar, ya que no reniega de la pintura por la pintura.
En esta exposición, el público puede volver a disfrutar de parte de las esculturas que compusieron la muestra realizada en el Koldo Mitxelena de Donostia-San Sebastián, hace escasas fechas, acompañadas de las pinturas que también exhibió.
Las esculturas son de dos tipos: unas que responden a un proyecto urbanístico y recuerdan a esqueletos de edificios de retorcidas formas; otras que, o bien remiten a elipses entreveradas, o a esferas armilares. En cualquier caso, responden a la necesidad del autor de indagar en la representación espacial.
Los tres cuadros representan temas distintos. En el primero, un astrónomo, escudriñando el espacio con un telescopio que, vagamente, se asimila a alguna de las esculturas del autor. En el segundo, la representación pictórica de dos de las esculturas. Y el tercero, a un hombre que observa desde un bosque a oscuras, de tonalidad ocre azulada, como si fuera observado con algún sofisticado sistema de visión nocturna.
La obra de Muniategiandikoetxea progresa en la medida que no pierde curiosidad por estudiar la representación del espacio, ni la pictórica. Por lo cual es de deducir que sería un buen escenógrafo de la realidad o de lo que creemos que ésta es.
Ramuntcho Robles Quevedo