4 Zenbakia 1998-10-02 / 1998-10-09

Gaiak

Lezetxiki, treinta años después

ARRIZABALAGA, Álvaro

Lezetxiki, treinta años después Lezetxiki, treinta años después Alvaro Arrizabalaga El yacimiento de Lezetxiki, excavado entre 1956 y 1968 por un equipo encabezado por José Miguel de Barandiarán, vuelve a ser objeto de atención en estos últimos años, a raíz de las nuevas campañas de excavación que desarrollamos en el lugar desde 1996. Lezetxiki es un depósito emblemático de la Prehistoria vasca por diferentes motivos y, muy en particular, por la presencia en el sitio del resto antropológico más antiguo recuperado en Euskal Herria. Se trata además de un yacimiento de gran potencia (superior a los nueve metros de estratigrafía), con una buena representación cultural (con posibles niveles del Paleolítico inferior, medio, superior y Edad del Bronce), una riqueza media de hallazgos y algunos períodos clave bien representados (fundamentalmente, las más antiguas evidencias y la transición del Paleolítico medio al superior). La necesidad de retomar los trabajos de campo en Lezetxiki viene dada por dos circunstancias: el progresivo deterioro del testigo estratigráfico dejado en su día por J.M. de Barandiarán y la aplicación de nuevos medios de estudio a un yacimiento cuya reconstrucción ha resultado siempre problemática. En relación con el primer aspecto, es necesario recordar que el yacimiento está constituido por un canal kárstico (una cueva en forma de túnel) parcialmente destruido. El testigo norte de la excavación clásica se sitúa bien protegido por la visera del túnel, pero no así el sur, que durante treinta años ha conocido el ataque de la lluvia, de la tala del pinar allí localizado y de algún que otro vándalo. Hoy en día, el terreno es ya de propiedad municipal y el depósito se encuentra protegido por un cierre perimetral. Próximamente se culminará esta tarea con la organización de una cubierta para el área de excavación y la recuperación naturalística de su entorno inmediato. Un segundo objetivo de la excavación radica en clarificar algunos aspectos oscuros de laexcavación clásica, recurriendo en la medida de lo posible a nuevos recursos técnicos descubiertos desde 1968. Un aspecto poco atendido en la época era el de la cronología absoluta, debido a que el método del carbono 14 daba entonces sus primeros pasos. Actualmente existen múltiples variables para obtener una datación absoluta y nos proponemos explorar todas las posibilidades de las mismas. También se ha ampliado significativamente la gama de análisis paleoambientales a realizar, al tiempo que se ha mejorado su resolución. Un nuevo muestreo en la superficie que excavamos desde 1996 (unos seis metros cuadrados) permitirá conocer mejor el desarrollo del yacimiento y de sus ocupaciones durante los al menos 100.000 últimos años. Finalmente, existe una última circunstancia externa al yacimiento que le proporciona un nuevo contexto, inimaginable hace treinta años. A menos de trescientos kilómetros de Lezetxiki, en las inmediaciones de Burgos capital, se vienen recuperando durante la última década numerosos restos óseos de treinta y tres individuos depositados en la Sima de los Huesos de Atapuerca, hace unos 350.000 años. Se da la circunstancia de que algunos de los húmeros localizados en Atapuerca son casi idénticos en morfología y medidas al clásico resto de Lezetxiki, encontrado en 1965. Aunque ello no implique forzosamente una relación directa entre ambos sitios, parece evidente (así lo interpretan al menos los investigadores del equipo de Atapuerca) que esta proximidad formal de los fósiles puede dar a entender cierta similitud desde el punto de vista cronológico. El tiempo corroborará o desmentirá sin duda esta posibilidad, que de ser cierta multiplicaría por tres los cálculos más optimistas dados hasta la fecha en relación al resto de Lezetxiki, alejándolo de una relación filética con el tipo humano de Neanderthal (en este caso, deberíamos tomar como referencia un tipo humano previo). En estas circunstancias, resulta fácil suponer que nos encontramos en una fase denuestro trabajo de ilusión extrema, a pesar de que no hayamos concluido aún la excavación de la segunda de las nueve unidades estratigráficas diferenciadas en el yacimiento clásico. Ilusión sólo truncada por la perspectiva de que en un plazo medio el trazado del Tren de Alta Velocidad correspondiente a la Y ferroviaria vasca pase al mismo pie de la cueva, destruyendo su contenido, así como el de los yacimientos próximos de Laminen Eskatza, Kobaundi, Lezetxe, Lezetxikiko Harpea y Oterreta II. Esperemos que el proceso de alegaciones al trazado previsto permita evitar lo que supondría una pérdida patrimonial irreparable. Tan sólo en Lezetxiki estimamos que cerca del 60 % del sedimento no ha sido todavía excavado. Alvaro Arrizabalaga es presidente de la sección de Prehistoria y Arqueología de Eusko Ikaskuntza Sociedad de Estudios Vascos