395 Zenbakia 2007-05-18 / 2007-05-25

Gaiak

Recordando al Padre Madina

MURUA, Imanol

Director de Oñati Abesbatza



E Luis Mallea. sta entrevista se le realizó a Luis Mallea (1908-2003), quien tuvo motivos sobrados para conocer al Padre Madina, por ser coetáneo y porque convivió con él durante muchos años en los distintos destinos que le deparó su vida: en Oñati, en Burgos, en Argentina y en Nueva York. El padre Mallea fue director del Coro Lagun Onak de Buenos Aires.

¿Cómo y cuándo os conocisteis?

Nos conocimos en los cursos de Latín y Humanidades en 1920. Madina estaba en el tercero de latín cuando yo comenzaba el primero.

¿Desde cuando notaste que sobresalía en sus aptitudes musicales?

Siendo él novicio, lo conocí tocando el Armonium en las misas de Comunión de los domingos y fiestas. Madina no se conformaba con interpretar obras ajenas. Pronto comenzamos a escuchar otras tonadas y ritmos propios, sin haber saludado siquiera los rudimentos de la composición musical. Parecería que la música le brotaba como algo natural ante el instrumento. Aún recuerdo una especie de marcha final, que todos escuchábamos con fruición al término de la celebración eucarística.

¿En la época oñatiarra y burgalesa, qué remarcarías? ¿El ambiente que le rodeaba, estudios y demás, le ayudó para cultivar sus aficiones musicales?

Había mucho ambiente para la música, hasta llegar a formar conjuntos musicales que actuábamos en las diferentes iglesias en sus fiestas patronales, incluidas actuaciones en la famosa Catedral burgalesa. Pronto conocimos al zumaiarra José María Beobide, organista de la Merced (jesuitas), destacado compositor y notable improvisador al órgano. También conocimos al joven músico Antonio José, burgalés, fusilado en la guerra civil, que orientó a Madina sobre las claves de la música moderna, e incluso le dedicó algunas de sus composiciones para piano. Bajo la dirección musical de José María Beobide, Madina comenzó los estudios de composición con normalidad, dejando sorprendido al maestro por la facilidad con que asimilaba la técnica y los secretos de la composición. En este ambiente burgalés transcurrieron cinco años, en los que Madina puso de manifiesto su talento excepcional y su recia personalidad para la creación musical, tal como lo manifestó su maestro Beobide, quien le animó a lanzarse a la creación musical, ya que lo veía muy dotado para el oficio. Los estudios musicales los simultaneó con los religiosos.

Una vez en la Argentina, ¿cómo se introdujo en el ambiente musical argentino? ¿Fue a través de lo vasco y del folklore vasco? ¿su carácter le ayudó en ello? ¿su labor sacerdotal supuso rémora para su desarrollo musical?

En la Argentina, a donde fue destinado en 1932, pronto se relacionó con los músicos de entonces: con Athos Palma, Director del Conservatorio musical de la Nación (Buenas Aires), haciendo un breve curso de composición con él. Igualmente se relacionó con los más destacados maestros de música: Juan José Castro, Gilardo Gilardi, Alberto Ginastera, etc. En los primeros años, se hizo conocer principalmente como compositor, a través de las actuaciones del coro Lagun Onak. Más adelante (a partir de 1946) se dedicó al Saski-Naski, al folklore vasco. Su labor sacerdotal no le supuso ninguna rémora para su desarrollo musical.

¿Qué relaciones tuvo con el Coro Lagun Onak?

Los primeros años el Lagun Onak fue su órgano de difusión en los conciertos. Fue el que estrenó su “Missa pro Fide et Patria”, su “Tríptico de Navidad”, su “Oratorio “La Cadena de Oro”, una obra de órgano, a cargo de Hermete Forte (no recuerdo el título de la obra), y otras (bastantes) obras menores, que aparecen en los programas del coro Lagun Onak. Cuando se inició su andadura con el Saski Naski, no tuvo tanta relación con el coro.

Tengo oído que alguna obra ó algunas obras quiso que se las cantara el Coro Lagun Onak, sin saber que fueran de él (bajo seudónimo de compositores conocidos) ¿Podrías contar lo que pasó en esos casos? ¿Autores, obras, circunstancias,...?

Eso lo tengo relatado en el libro “Bodas de oro del Lagun Onak”.

Comprobado lo que dice el P. Luís Mallea sobre el asunto en dicho artículo y lo que dice la biografía del Padre Madina, difieren en algunos detalles, pero concuerdan en que el Padre envió al coro, entre otras canciones el “Aita Gurea” bajo seudónimo de autores vascos conocidos.

Dejando a un lado otros detalles, ¿cuándo se estrenó el “Aita Gurea” del Padre Madina? ¿Lo fue con solista? ¿Sabes qué ha pasado con el original del “Aita Gurea”? ¿Lo cantó muchas veces el Lagun Onak bajo tu dirección?

El “Aita Gurea” lo estrenó el Coro Lagun Onak en la Catedral de Buenos Aires, sin solista. Nunca lo hizo con el Solo. La partitura original se hallaba en mi tiempo en el archivo del Coro. Desde su estreno en 1947, con mucha frecuencia estuvo en los programas del Coro.

En la época norteamericana también coincidiste con el Padre Madina en Nueva York. ¿Siguió su labor musical con el mismo empeño? ¿Siguió relacionándose con los amigos, en el terreno musical, de Argentina? ¿Dio charlas o conferencias musicales?

En la época norteamericana ambos coincidimos, aunque yo llegué unos años después de él, y el Padre Madina se ocupó de que me asignaran una parroquia. El Padre Madina estaba entregado a la composición de sus grandes obras para orquesta. Estaba en muy buenas relaciones con la editorial de música “Edwin F. Kalmus” de Nueva York, donde publicó bastantes de sus composiciones. Tuvo tanta amistad con esa gente, que le regalaban muchas partituras -tamaño bolsillo- de obras maestras de compositores, para su conocimiento y estudio, que le ayudaron mucho en su labor de compositor. Su relación con los amigos músicos argentinos era fluida y durante su estancia en Norteamérica, la “Voz de América” de New York emitió semanalmente sus comentarios y críticas musicales. “A todo artista que llega a Nueva York, preferentemente españoles, entrevisto en mi programa”, nos dice en cierta ocasión.

¿Qué personajes conocidos, en el mundo político, social o musical, recuerdas que se relacionaran con él? Me refiero a Argentina y Nueva York.

Estuvo siempre en muy buenas relaciones con la Delegación del Gobierno Vasco en la Argentina, integrado por Ramón Aldasoro, Presidente, y los Consejeros Ixaka López Mendizábal, Pablo Artxanko, Santiago Kuntxillos, José Mari Lasarte, Joakin Ganboa, Bruno Mendiguren y otros. Fue amigo del lehendakari José Antonio Agirre. Estuvo en muy buenas relaciones con el mundo musical argentino. Tanto durante su estadía en Buenos Aires, como luego en Nueva York, tuvo parte muy activa en todo lo que fuera vasco. Muy conocido para la familia euskalduna en Nueva York, era muy solicitado también como amigo y sacerdote en celebraciones de carácter social, religioso o patriótico.

¿Recuerdas que compusiera para interpretes famosos? En cierta ocasión que le hicieron esa pregunta contestó:“que recuerde en este momento para Nicanor Zabaleta, Teresa Berganza, José Iturbi, cuarteto de Budapest...”. Posteriormente lo hizo para el mundialmente conocido cuarteto de guitarra Los Romero. Escribió el libro “De música vasca” editado por la editorial Ekin en Buenos Aires en 1943.