386 Zenbakia 2007-03-16 / 2007-03-23
Este trabajo tiene por objeto dar a conocer la importancia que la revista La Baskonia destinó a difundir el arte en todas sus manifestaciones a la numerosa colectividad vasca de fines del siglo XIX hasta 1920. Se trata de una publicación fundada en Argentina y con proyección hacia distintos países de América además de España y las provincias vascongadas de ambas vertientes del Pirineo. La revista, aparecida en Buenos Aires entre 1893 y 1943 con el nombre de La Vasconia. Revista Ilustrada, modificó su grafía a partir de 1903, con caracteres vascos llamándose desde ése año, La Baskonia.
En razón de la relevancia de esta publicación, se ha considerado de interés rescatar de los ejemplares aparecidos entre 1893 y 1920, las distintas manifestaciones de arte que difundió a través de sus páginas, notas, pequeñas biografías, reseñas de las exposiciones en las galerías de Buenos Aires, reproducciones de pinturas y escultura que realizó regularmente, no sólo de artistas vascos, sino universales, y promovió la de muchos desconocidos que enviaron sus dibujos, óleos o fotografías de sus trabajos. La revista, constituye una valiosa fuente para investigadores e interesados en general acerca de los temas que abordó y permite la realización de otros trabajos dado la variedad de sus temas.
La fotografía y la arquitectura contaron con importantes espacios en la difusión de estos temas. Regularmente aparecieron fotografías de iglesias, ermitas, catedrales, caseríos, antiguas universidades y otros edificios históricos. En algunos casos, la ilustración era un antiguo dibujo o grabado.
La divulgación de estas expresiones a lo largo de décadas, constituyó parte fundamental de la construcción de la identidad vasca, por el desconocimiento en general de las manifestaciones de la propia cultura de su país por parte de los inmigrantes. La revista contribuyó de este modo, no sólo con la colectividad radicada en Argentina, sino con grupos de otros orígenes. Dejó un legado histórico cultural de relevancia, que con el transcurso del tiempo, ha sido revalorizado con estudios e investigaciones que se realizan permanentemente acerca de la misma. Portada de La Baskonia.
Se ha delimitado el tiempo de este estudio (1893-1920) (más de 900 ejemplares), por estimarse que es un período extenso en la vida de la revista para confeccionar un índice de los pintores y escultores dados a conocer en sus páginas. Se incluyeron referencias a otras manifestaciones artísticas, como la caricatura y la fotografía no sólo por la importancia que le dio la revista, sino a su creciente revalorización en los últimos años.
Las fuentes utilizadas para este trabajo fueron diversas: ejemplares fotocopiados provenientes de bibliotecas privadas y centros vascos del país y la digitalización completa de sus archivos. La difusión generalizada a través del sistema DVD que dispusiera el Gobierno Vasco-Eusko Jaularitza —Documentos Urazandi— (2003), ha renovado el interés por los estudios en torno a la revista. El acceso a sus páginas gracias a esta modalidad permite ampliar la información, como en el caso del presente trabajo, a pintores, dibujantes, escultores o fotógrafos, a la vez que conocer otros que no trascendieron pero contribuyeron a la difusión de la cultura.
El estudio ha presentado diversas dificultades. Una de ellas fue respecto de la calidad de las ilustraciones con escasa visibilidad de título, imágenes o autores dado que el digitalización se realizó de ejemplares originales en el estado en que fueron hallados en diferentes destinos. Una importante cantidad de reproducciones de cuadros están identificados sólo con el apellido del pintor, otras son anónimos o como ilustraciones de notas sin alusión a la obra o al autor. La utilización de seudónimos o sólo iniciales significó una búsqueda adicional, no siempre eficaz para esclarecer la verdadera identidad o autoría.
Ejemplo de ellos, son artículos titulados Bellas Artes donde se reproducían óleos, dibujos o esculturas, sin consignar autoría. Algunas de ellas con título, y otras, no. Se observaron obras identificadas con palabras en euskera, y otras, sin referencia alguna. Una importante reproducción de obras pictóricas pertenecían a coleccionistas argentinos o el lugar donde se las exhibía, por ejemplo museos de Bilbao, San Sebastián o Buenos Aires.
Se registraron dificultades para identificar a algunos pintores porque firmaban sólo con su apellido, otros con iniciales y algunos con sobre nombre, por ejemplo, Pachi. La búsqueda de información adicional, permite aclarar algunos de ellos; otros son desconocidos o probablemente no trascendieron con sus obras. II. Caracterización de la revista
La Vasconia apareció por primera vez en Buenos Aires, el 10 de octubre de 1893 y se publicó hasta 1943. Su título original fue La Vasconia Revista ilustrada, era de carácter decenal y se accedía a ella por suscripción. Sus oficinas estaban en Avenida de Mayo 781 Posteriormente en calle Méjico 524 y en 1910, en Belgrano 1389. La noticia decía: La Baskonia. Revista Ilustrada Éuskaro-Americana de Historia, Literatura y Artes. 1. Propietarios y fundadores
Fueron sus propietarios y fundadores, el vasco natural de Bermeo, José Rufo de Uriarte, nacido el 26 de agosto de 1867 quien estuvo a cargo de la dirección durante 39 años hasta su fallecimiento el 27 de noviembre de 1932. El otro fundador fue Francisco de Grandmontagne y Otaegui nacido el 30 de septiembre de 1866. La obra periodística de ambos inmigrantes dejada en la Argentina, merece ser destaca cada una en su dimensión.
Se destaca que tanto Uriarte como Grandmontagne, desplegaron una importante labor intelectual. El contacto con hombres de la política, las letras y las artes en sus diversas manifestaciones, fue intenso y productivo. 1.1. José Rufo de Uriarte Inchausti
José Rufo de Uriarte, dedicó todos sus afanes y fortuna a la concreción de esta revista. Durante casi cuarenta años concurrió diariamente a sus oficinas sin “haber faltado a su cita con los lectores”.
Desde 1893 a 1903, ejerció la dirección junto con Francisco de Grandmontagne y partir del retiro de éste último, Uriarte, continuó con la dirección de la revista trabajando en solitario, llevándola adelante hasta su fallecimiento. Además de esta actividad, dejó una obra de gran valor documental. Había publicado 39 volúmenes de 576 páginas cada uno además de otras publicaciones muy apreciados en la colectividad como: “Los baskos en el Centenario (1910)” y “Los baskos en la Nación Argentina” (1916-1919) y 30 volúmenes del Almanaque La Baskonia1. 1.2 Francisco de Grandmontagne y Otaegui
Francisco de Grandmontagne y Otaegui. Grandmontagne comenzó sus colaboraciones con La Vasconia a partir del número 2, con una biografía sobre Doña Catalina de Eraúso —La monja alférez— con grabado de tapa. Lo hizo con el nombre de Luis Jaizquibel seudónimo que utilizó desde ése momento, y en la mayoría de sus escritos, alternando algunas veces con su nombre y apellido completo, otras, sólo con sus iniciales.
Del País Vasco y desde los primeros números colaboraron Fermín Herrán, Indalecio Bizcarrondo —Vilinch— y Victoriano Iraola con poesías y más adelante con caricaturas como ya se dijera. Posteriormente se incorporaron firmas de prestigio tanto cultural como político, como los ya nombrados Unamuno; Baroja, Arturo Campión, Carmelo de Echegaray y Ramiro de Maeztu.
La revista fue un medio fundamental en la difusión de autores vascos desconocidos hasta esos años en el Río de la Plata, algunos de ellos radicados en Argentina y otros en las bascongadas. Entre estos últimos se mencionan a los ya nombrados, Resurrección María de Azkue; Emilio Bobadilla- Fray Candil- Ignacio Zóleta; Felipe Arrese y Beitía; Francisco López Alén —Méndiz Mendi—; Estanislao Jaime de Layburu de San Sebastián, Eugenio Gabilondo, conocido como Calei-Calé; Pedro Otaño y el político y crítico de arte, Rodrigo Soriano y Aldamar. III. Los temas de la revista 1. Diversidad de temas
“La Baskonia” publicó una diversidad de notas que incluyeron asuntos de interés general para la colectividad, si bien predominan las informaciones referidas al País Vasco, a la política, y a la cultura en todas sus manifestaciones. En general ningún tema fue dejado de lado, algunos fueron desarrollados invariablemente a lo largo de su existencia, casi en forma permanente con mayor o menor grado de profundidad por parte de los escritores o periodistas que los redactaban. Se editaba en castellano, si bien traía importante cantidad de notas en euskera, poesías, diálogos humorísticos y caricaturas y hasta ilustraciones de tapa con epígrafes en vascuence algunas con traducción, y otras, no. 2. Biografías
Estuvieron destinadas a rescatar la memoria de vascos cuyos antecedentes constituían ejemplos por sus estudios, valor, heroísmo u obras. El número de ellas solamente escritas por Grandmontagne, permiten valorar la importancia que la redacción destinó a este género mediante el cual las generaciones de aquellos años, como las posteriores, tuvieron acceso al conocimiento de la personalidad de hombres y mujeres de las más variadas profesiones como: escritores, políticos, baskófilos, historiadores, marinos, médicos, arquitectos, ingenieros, industriales y ganaderos argentinos, pintores, músicos y religiosos, por mencionar algunos. Entre la gran variedad de temas, merecen destacarse a los fines del presente trabajo: 3. Pintura, escultura y caricatura
Mediante la reproducción de distintas obras de arte, se destinaron significativos lugares a su difusión. Regularmente aparecieron imágenes de paisajes, personajes, escenas campestres —vascas y criollas— además de pequeñas biografías o reseñas con la historia de los autores y de sus obras.
Uno de los primeros pintores dados a conocer por la revista, fue el argentino Martín A. Malharro (1865-1911). En 1894, representó a “Iparraguirre a la edad de 32 años”2 y al año siguiente ilustró con nueve dibujos el cuento “Palacio Tenebroso” de Gabriel Larrea de Castaño3. Uno de esos dibujos, (una mano con tijera cortando un periódico), fue utilizado posteriormente por la revista y durante varios años, como símbolo gráfico de la Sección Porrusalda.
Ángel Larroque. Entre los argentinos, figura Ángel Della Valle (1855-1903); Teodoro Erenchún; Jorge Soto Acebal (1891-1974) y Severo Rodríguez Etchart (1865-1903); Entre los vascos, el bilbaíno Ángel Larroque (1874-1961); el madrileño de origen vasco, Valentín Zubiaurre (1879-1963); los hermanos Arrúe y Marie Garay con su obra “Recolección de tomates en Ciboure” por mencionar sólo a algunos. De los universales Francisco de Goya, Tiziano, el húngaro Mihály Munkácsy o H. Sperling.
En escultura, destacaron a Plácido Zuloaga (1834-1910); el argentino Rogelio Yruritia (1879-1950); bajos relieves del argentino, Mateo Alonso, Isidoro Konti; Ricker, el francés Carrier Belleuese y Andrea Moch, nacida en París, quien llegó a la Argentina un tiempo antes del Centenario para participar con otros artistas convocados para la realización de monumentos previstos para esos festejos.4 Esta francesa era además pintora y escritora y realizaba trabajos en Bilbao y en Buenos Aires, donde instaló su Academia de Dibujo, Pintura y Escultura, en calle Belgrano 1387-1er.piso5. Realizó varias exposiciones de óleos, acuarelas, pasteles, dibujos, bajorrelieves y gobelinos6. Varios de sus dibujos ilustraron la tapa de la revista.
Otros pintores fueron Anselmo Guinea (¿-1906), Ignacio Zuloaga (1870-1945); el peruano Teófilo Castillo (1857-1922) y los hermanos José, Ramiro y Alberto Arrúe7, y con los años, Mauricio Flores Kaperotxipi (1901-1997) sus inicios, estudios en Europa y más adelante, sus exposiciones en las galerías de arte argentinas.
En cuanto a la caricatura, La Baskonia le brindó particular interés. En su mayoría los dibujantes fueron españoles destacados por la calidad de sus trabajos. Algunos de ellos ilustraron la tapa de la revista durante varios años y otros enviaron regularmente sus colaboraciones. Uno de ellos fue Pedro de Rojas, cuyos dibujos aparecen en 19038. Sobresalieron Manuel Mayol —“Heráclito”— y José María Cao (1862-1918), quienes provenientes de España, se instalaron en Buenos Aires. Ambos fueron caricaturistas de la revista Caras y Caretas.
Victoriano Iraola envió regularmente sus trabajos con diálogos o versos en euskera que ilustraron ejemplares de 1895 a 19209. Por su parte José Arrúe y Cabanas Oteiza, enviaban distintas pinturas y cuadros caricaturescos con diálogos también en euskera.
Otros profesionales, fueron: M. de Sayas, Goncho y Pelele, seudónimo del argentino Pedro A. Zavalla. 4. Fotografía
La profusión de fotografías y su calidad de impresión, permiten valorar la importancia que la revista dio desde sus orígenes a la ilustración de la misma. Su nombre ya lo anunció en el primer número. La Vasconia. Revista ilustrada. Desde los primeros ejemplares, reprodujo grabados y retratos, muchos de ellos sin consignar autoría, pero en general de gran calidad de impresión. Si bien la revista no daba a conocer los nombres de sus fotógrafos, es evidente que lo mismos eran profesionales de experiencia.
Llaman la atención, por ejemplo, las fotografías de la parte comercial, hotelería, instalaciones de aserraderos o industrias de distinto tipo, maquinarias, y cabañas. Similar destino tuvieron las fotos de animales de raza, campeones en la exposiciones rurales o ejemplares adquiridos en la Exposición Rural de Buenos Aires; construcciones de viviendas rurales y urbanas de vascos de prestigio que habían hecho fortuna y ostentaban el progreso económico con sus estancias y modernas instalaciones algunas de gran lujo y confort.
Las fotos documentan una parte de la sociedad de ése entonces de la Argentina próspera y de inmigrantes que lograron alcanzar esos niveles económicos. Sin embargo la revista, no dejó testimonios fotográficos de inmigrantes que andaban a la deriva o que se trasladaban al interior del país a realizar trabajos más rudos en condiciones geográficas y climáticas menos favorecidas.
Se destaca la difusión que realizó en cuanto a los Concursos Fotográficos que se hacían regularmente tanto en Argentina como en Euzkadi. Premios, la reproducción de los trabajos y las galerías de los primeros daguerrotipistas de aquellos años, permiten apreciar el grado de valoración de esta manifestación artística.
Eran frecuentes los concursos de fotografía que se promocionaban por intermedio de la revista, se otorgaban importantes distinciones, los nombres de los participantes y los trabajos premiados con comentarios de interés. Cada nota relacionada a un biografiado, fue ilustrada con una fotografía, grabado o en su defecto un dibujo alegórico o caricatura.
En 1895, por ejemplo, apareció una fotografía del escritor Juan José García Velloso10, firmada por el daguerrotipista y fotógrafo ingles Alejando S. Witcomb, quien años más tarde se convertiría en el afamado propietario de la galería que llevaría su nombre en calle Florida 59 de la ciudad de Buenos Aires donde expondrían entre otros, pintores baskos ya consagrados.
Para esos años, se publicaban fotografías del bilbaíno Macario Marcoartú (1858-1905), propietario de una de las casas de esta actividad más importante de Bilbao Marcoartú, fue además pintor de temas vascos y sus trabajos, especialmente de representaciones históricas, se reprodujeron en la revista a lo largo de los años.
Isaac López Mendizábal. Muchas fotografías son de origen anónimo, particularmente las de nuestro país, pero un número importante de ellas, consignaban autoría. Hacia principios del siglo XX, aparecen las de Isaac López Mendizábal (1879-1977) corresponsal en Tolosa.
Otros fotógrafos de interés artístico fueron E. Guinea, Vicente Aguirre que enviaba registros de paisajes guipúzcoanos, Rambrandt con escenas rurales y Clemente Arraiz, de Álava. Generalmente la revista no consignaba referencias de sus corresponsales gráficos, a veces denominados “corresponsales artísticos”. Por esta razón se cuenta con escasa información acerca de ellos.
Uno de los fotógrafos que trascendió en la revista por la calidad y número de sus trabajos fue Indalecio Ojanguen (1887-1972), quien firmaba sus trabajos sólo con su apellido. Tuvo una trayectoria destacada durante las décadas de 1920 y 1930. Este singular profesional documentó caseríos, poblaciones, iglesias, paisajes, deportistas, escenas de la vida cotidiana y diversos acontecimientos sociales que hoy constituyen una fuente de información por su valor testimonial.
Revisten también importancia las fotografías de fiestas populares y ceremonias que atestiguan la conservación de las tradiciones, los trajes típicos, las danzas y las festividades de cada lugar. Las fotografías de Ojanguren constituyen “el ojo” actual de la historia no sólo de La Baskonia sino de los lugares, sus personajes o acontecimientos que permiten apreciarlos visualmente tal como fueron en décadas anteriores. Captó escenas, tipos humanos, “momentos justos” en una escena, gestos significativos o de mayor expresividad de sus personajes.
Ojanguren fotografió músicos con sus instrumentos, cabalgatas que recorrían las calles, caseríos desconocidos o pertenecientes a personajes históricos. Del punto de vista arquitectónico e histórico, las fotos de los caseríos constituyen un importante rescate testimonial, si se tiene en cuenta que algunos de ellos fueron destruidos por la acción del tiempo, la guerra, el avance de carreteras o la modernización de poblaciones. Este profesional, también excursionista y aficionado a la montaña, fue conocido como “Fotógrafo Águila” o “El águila”.11 IV. Estilos, modas y cambios
Las décadas del 10 y del 20 introdujeron cambios importantes en el diseño de la revista, en la presencia de nuevos artistas y en la ausencia de otros. Respecto de la presentación de la revista, se observa la irrupción del art nouveau, también llamado estilo “floral” que se plasmó principalmente en el diseño de la tapa y en la diagramación interior, en títulos y textos. Fotografías, notas o poesías, fueron profusamente ilustradas con flores, guardas, guirnaldas de gusto refinado, inspiradas en formas de la naturaleza y otros detalles que definieron este estilo.
El diseño de la tapa se mantuvo durante las dos décadas mencionadas con iguales motivos que la hicieron atractiva y moderna para esos años. Hasta la grafía de sus títulos indicaba la adhesión a esta moda que se imponía desde Europa y que en el contexto porteño quedó arraigado no sólo en las publicaciones populares, sino en la arquitectura, diseño de muebles y objetos decorativos.
No fue ajena la revista a las influencias de la Gran Guerra. Durante cuatro años, la presencia de notas sobre arte, fotografías e información en general sobre estos temas decayó considerablemente. No obstante, en Buenos Aires, para esos años, se había gestado un importante movimiento cultural con la creación de galerías de arte de prestigio, exposiciones, coleccionistas y notable crecimiento del poder adquisitivo de comerciantes vascos que invertían en la compra de obras pertenecientes a pintores de fama o escultores consagrados. El retrato se impuso como moda y hasta la misma Sección Comercial de la revista divulgó la presencia de estos profesionales que trabajaban en sus talleres o en domicilios particulares.
Es de señalar además que a finales de la Primera Guerra Mundial se inauguró en Argentina el Primer Salón de Artes Decorativas.12 Varios artistas argentinos fueron sus impulsores, pero La Baskonia participó escasamente de estos movimientos sea con su difusión o con el aporte del patrimonio de artistas de origen vasco que gozaban para esos años de gran prestigio.
Surgieron varios galeristas y coleccionistas, como Jorge Echayde, Jorge Semprún o Tomás de Oategui, cuyas obras privadas se reproducían regularmente en la revista ilustrando la tapa, con alusiones a nuevas adquisiciones o cedidas en préstamo a la Sociedad Laurak Bat de Buenos Aires para las exposiciones que se realizaban periódicamente.
Hacia 1908 arribó al país la pintora y escultora Andrea Moch, de origen francés, que como se dijera precedentemente, se vinculó afectivamente al director de la revista. Esta situación gravitó considerablemente en la publicación pues durante todo el período estudiado, su presencia en la misma fue permanente con notas, dibujos, reproducciones de paisajes, óleos y comentarios de arte.
Llama la atención en ese período que la intensa vida artística de esos años en Buenos Aires, se reflejó escasamente, por ejemplo respecto de las exposiciones en los salones de arte o bellas artes. Iguales ausencias se notaron con referencias a artistas vascos o de este origen, consagrados en Europa y que exponían en el país.
Recordamos que para los festejos del Centenario (1910), concurrió Ignacio Zuloaga, “que con 36 obras fue el artista más representado en la muestra”13. En la Exposición Internacional de Bellas Artes se le concedió una sala especial dado el valor de sus trabajos y el prestigio del cual gozaba, y a quien algunos llamaban en aquellos años, “el pontífice Zuloaga”14, y Ramiro de Maeztu lo elogiaba en la revista que nos ocupa, con particular elocuencia.
La reseña que realiza la revista respecto de esta Exposición, señala entre otras cosas, que si bien la presencia de Zuloaga fue importante, “en sus cuadros no se advierte traza de baskismo” y refiere que son “contadísimos los cuadros de firma y asuntos euskaros”. La nota pone de manifiesto una particular visión de su autora, Andrea Moch, que lamenta la ausencia de otros pintores euskaros de ambas vertientes del Pirineo.15
Destaca Gutiérrez Viñuales, en su obra “Argentina y España. Diálogos en el arte (1900-1930)”16, que a partir de ése año se produjo en la Argentina un importante “intercambio cultural con España y las naciones americanas en especial con Argentina”. Este aporte no se vio reflejado en la revista teniendo en cuenta que, como el ya nombrado Zuloaga, por ejemplo, era uno de los referentes vascos más destacados.
Valentín Zubiaurre. Los últimos años de la década del veinte no fueron pródigos en general en información acerca del quehacer cultural tanto en Argentina, en América como en el País Vasco. Se destacan los dibujos caricaturescos de Victoriano Iraola, que aparecieron regularmente hasta su fallecimiento en 1920 y los trabajos de Cabanas Oteiza con diálogos en euskera. Se repitieron obras de Valentín Zubiaurre como “Los Versolaris” a la vez que se publicitaron sus exposiciones y difundió la donación de esta obra al Museo de Bellas Artes de Buenos Aires.17
Regoyos, Ángel Larroque y otros ya conocidos por el público argentino contaron con espacios breves o irregulares en la publicación. La obra de los hermanos Arrúe por su parte fue dada a conocer con periodicidad, y hasta publicitaba en la parte comercial la venta de colección de las postales caricaturescas de José Arrúe.18 Bibliografía
1. AGID, Gloria, María Teresa Dondo de Barcia, Sabrina Fainschtein y Ana María Smtdt Museo de Arte Español “Enrique Larreta” Guía Didáctica Instituto salesiano de Artes Gráficas, ciudad de Buenos Aires, 2003
2. BASUALDO, Adrián Gualdoni Vascos en el arte argentino. Apuntes para una historia de artistas consagrados de origen vasco al desarrollo del arte plástico Nacional. Los vascos en la Argentina. Familias y protagonismo. Fundación Argentina “Juan de Garay”, Buenos Aires, 2000
3. BELLIDO GANT, María Luisa Derroteros del arte latinoamericano en España en Arte Latinoamericano del Siglo XX. Otras historias de la Historia Rodrigo Gutiérrez Viñuales (director) Prensas Universitarias de Zaragoza
4. FLORES KAPEROTXIPI, Mauricio Arte Vasco Pintura-Escultura-Dibujo-Grabado Editorial Vasca Ekin, Buenos Aires, 1954
5. GUTIERREZ VIÑUALES, Rodrigo Argentina y España Diálogos con el arte (1900-1930) CEDODAL, Buenos Aires, 2003.
6. KOVADLOFF, Santiago-Sylvia Iparraguirre- Diana B. Wechsler Pintura Argentina Panorama del Período 1810-2000 Volumen dedicado a Impresionismo y Paisaje Banco Velox. Buenos Aires
7.MOCH, Andrea Del Cantábrico al Plata, Tipografía “La baskonia”, Buenos Aires, 1909
8.MOCH, Andrée Impresiones de Buenos Aires Editor Aniceto López Buenos Aires, 1939
9. RODRÍGUEZ QUEREJAZU, Luis F. La casa de don Enrique Larreta Los vascos en la Argentina. Familias y protagonismo Fundación Argentina “Juan de Garay” Buenos Aires, 2000 Fuentes
1. Colección privada de La Vasconia años (1893-1904) 2. Colección Urazandi en sistema DVD del Gobierno Vasco- Eusko Jaurlaritza, Vitoria-Gasteiz, 2003 (1893-1943) 1 PATRÓN, Adriana y Alberto Irigoyen Artetxe “A modo de introducción” Revista Éuskaro Americana La Baskonia (1893-1943) Documentos URAZANDI Eusko Jaurlaritza-Gobierno Vasco Sistema DVD Vitoria-Gasteiz, 2003 2 La Vasconia, 10 de octubre de 1894 No. No. 37 p.13 3 La Vasconia, 10 de febrero de 1895 No. 49 pp.156-157-158 4 RATO de SAMBUCCETTI, Susana I. Los monumentos del centenario Todo es Historia No. 454 mayo/2005 p.64 5 La Baskonia, 10 de mayo de 1910 No.598 p.II 6 La Baskonia, 20 de octubre de 1916 No.830 p.26 7 La Vasconia, 20 de octubre de 1899 No.218 p.18 8 Pedro de Rojas (Perico), era un dibujante y caricaturista sevillano. En 1903 recibió un importante premio de caricatura en España. Se radicó en Buenos Aires en 1906 contratado por la revista P:B:T: si bien trabajó en distintos medios periodísticos. Fue director de dibujantes de Crítica. Se agradece dato aportado por el doctor Rodrigo Gutiérrez Viñuales de la Universidad de Granada 9 Victoriano Iraola escritor en lengua euskara y dibujante, colaboró con la revista desde los primeros años (1895) hasta su fallecimiento en 1920. Escribía poesía en euskera, y con el tiempo enviaba desde San Sebastián interesantes caricaturas o sátiras sociales. Firmaba las notas como V. Iraola. 10 La Vasconia, 30 de noviembre de 1895 No. 78 fotografía de tapa 11 Se agradece al señor Fernando López Permisán, familiar de Ojanguren, y perteneciente a “Lizardi Multimedia”, la importante información que enviara sobre el fotógrafo desde el País Vasco, 22 de junio/2005 12 GUTIERREZ VIÑUALES, Rodrigo Argentina y España. Diálogos en el Arte (1900-1930) CEDODAL Buenos Aires, 2003 p.35 13 GUTIERREZ VIÑUALES, Rodrigo Argentina y España. Diálogos en el Arte (1900-1930) CEDODAL Buenos Aires, 2003 p.20 14 La Baskonia, “Los pintores baskos en el país” No. 356 20 de agosto de 1903 p.403 15 La Baskonia, “Los pintores baskos y la Exposición de Arte del Centenario”, No. 613 10 de octubre de1910 p.9 16 Op.cit. 17 La Baskonia, 10 de noviembre de 1920 No.976 p.57 18 La Baskonia, 10 de enero de 1920 No.946 si mención de página Sección Comercial :: El arte y la construcción de una identidad vasca. La Baskonia (1893-1920) (II/II)