Toma de decisiones y poder Toma de decisiones y poder Garbiñe Mendizabal Furundarena La igualdad de género se refiere a la ausencia de discriminación basada en el sexo en la asignación de recursos, oportunidades o beneficios y garantiza iguales derechos e igual acceso, disfrute y control de todo tipo de recursos. Entre estos recursos se encuentra la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en el poder en todos los ámbitos: sociales, económicos, políticos, culturales,... y en la esfera doméstica. El patriarcado es la ideología que da cobertura a la dominación masculina de propiedad y control en todos los niveles de la sociedad y, que mantiene y opera el sistema de discriminación de género. Este sistema de control se justifica en términos de ideología patriarcal, un sistema de ideas que se basa en la creencia de la superioridad masculina y, algunas veces, en el planteamiento de que la división del trabajo por género se basa en la biología o incluso en la tradición. A menudo, la ideología patriarcal incluye la afirmación de que las estructuras (incluido el gobierno patriarcal) no son discriminatorias y que las cosas se deciden por el bien de toda la ciudadanía. La división del trabajo por género ha supuesto la asignación tradicional a las mujeres de la crianza de las criaturas, el cuidado de las personas y las labores domésticas, todo ello sin remuneración y sin reconocimiento social, así como, el predominio de sentimientos afectivos sobre la racionalidad. Estos son entre otros los factores que frenan el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad y de poder. El mundo de lo público está organizado según el "universo masculino" (horarios, tiempos, no corresponsabilidad familiar, falta de servicios sociocomunitarios,...) es decir, al margen de la esfera privada y por tanto, de las mujeres. Asimismo, el poder ha estado ligado al dinero y a la masculinidad, lo que también explica la escasa presencia de mujeres en estas esferas. "Las mujeres reconocemosque nuestra condición jurídica y social ha mejorado en algunos temas importantes en la última década pero dicho progreso ha sido desigual: las desigualdades entre los hombres y las mujeres han persistido y los principales obstáculos permanecen, trayendo consigo graves consecuencias para el bienestar de todas las personas". (Declaración de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres de Naciones Unidas, Beijing, 1995, párrafo 5). Citemos algunas cifras: La presencia de las mujeres en el 2001 en "altos cargos" (Direcciones, Viceconsejerías, Secretarías generales y Consejerías) del Gobierno Vasco supone el 26,8% frente al 70,7% de los hombres. En 1999 las diputaciones forales tenían una representación femenina de altos cargos de un 16,1% frente a un 83,9% de hombres. En el Parlamento Vasco las diputadas han evolucionado hasta un porcentaje del 34,7% en el 2001, y en las Juntas Generales el dato es de 26,5% de presencia de junteras en el 1999. (Algunos datos no suman 100% porque hay cargos sin nombrar. Progresivamente las mujeres han ido entrando en los ámbitos reservados a lo masculino, aunque con serias resistencias para conseguir la democracia paritaria y para acceder a la cumbre donde se concentra el poder verdadero. Cuanto más poder y mayor prestigio, menor presencia de mujeres, es decir, mayor es la discriminación. Las mujeres suponemos el 50% de la población y su participación equitativa es un imperativo democrático, así como el cumplimiento escrupuloso de los derechos humanos de las mujeres. Es decir, la democracia no va si las mujeres no están. La ideología feminista tiene como objetivo la abolición del patriarcado y por tanto la consecución de la igualdad de género real y efectiva. En su evolución desde sus raíces en el siglo XVIII, ha ido desarrollando conceptos y estrategias para llevar adelante las propuestas. El acceso de las mujeres a la toma de decisiones y al poder constituye una reivindicación del feminismo y es entendida como una estrategia cualitativa.El concepto y la estrategia de empoderamiento es un proceso individual y colectivo, lleva la palabra poder incluida en él y tuvo su máxima visibilidad en Beijing. Hace referencia a la superación de la discriminación, así como a la posibilidad que las mujeres tomen mayor control sobre sus vidas y puedan decidir para mejorar su propio bienestar y el de toda la sociedad. El poder, de esta manera, se concibe como un recurso ineludible para la consecución de la plena igualdad. Se entiende el poder para hacer, el poder para decidir, con otras y otros; no poder sobre los otros y las otras. Asimismo, las evaluaciones que realizan las distintas instituciones sobre las políticas de igualdad confirman que a pesar de los avances conseguidos, el proceso de igualdad de género va demasiado lento y las mujeres siguen pendientes de alcanzar la plena ciudadanía. En este sentido, la participación en la toma de decisiones y en el poder se configuran como verdaderas herramientas cualitativas para la consecución de la igualdad real. De ahí su aparición como objetivos en los últimos Planes de Igualdad gubernamentales. Las mujeres venimos hace tiempo reclamando la necesidad de establecer un nuevo pacto social basado en la democracia paritaria donde mujeres y hombres compartamos las responsabilidades familiares, el ámbito del trabajo remunerado y el ámbito del poder. Los roles tradicionales fundamentalmente la posibilidad de la maternidad , impiden a las mujeres desarrollarse profesionalmente y aspirar a cargos de responsabilidad en la toma de decisiones y de poder. La asignación tradicional a las mujeres de la crianza de las criaturas, el cuidado de las personas y las labores domésticas; el predominio de sentimientos afectivos sobre la racionalidad, los estereotipos sobre el ejercicio del poder; entre otros son factores que frenan el acceso de las mujeres a asumir cargos con mayores responsabilidades y jerarquía en el desarrollo de sus carreras profesionales. El mundo está organizado segúnel "universo masculino" (horarios laborales, la no implicación de los hombres en sus responsabilidades domésticas y de cuidado, la falta de servicios socio comunitarios, es decir, la no conciliación entre la vida familiar y laboral) y no es compatible para las mujeres por sus roles de esposa y madre. Las mujeres profesionales asumen generalmente los estereotipos femeninos sobre el ejercicio del poder, deciden no interesarse por el poder y dejan de pelear por asumir cargos con mayores responsabilidades. El poder ha estado ligado de manera ancestral al dinero y a la masculinidad. Todo lo anterior puede explicar en parte, la escasez de mujeres en cargos de importancia en prácticamente todo el planeta, aunque en algunos casos hay una tendencia a ir constatando una creciente presencia de las mujeres en estos ámbitos. Aunque también habría que admitir que el proceso va demasiado lento. Garbiñe Mendizabal Furundarena, Asesora y formadora en Políticas de género Fotografías: Están publicadas en la revista EMAKUNDE Nº35 y 32 Euskonews & Media 208. zbk (2003 / 04 25 / 05 09) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
Webgune honek cookieak erabiltzen ditu, propioak zein hirugarrenenak. Hautatu nabigatzeko nahiago duzun cookie aukera. Guztiz desaktibatzea ere hauta dezakezu. Cookie batzuk blokeatu nahi badituzu, egin klik "konfigurazioa" aukeran. "Onartzen dut" botoia sakatuz gero, aipatutako cookieak eta gure cookie politika onartzen duzula adierazten ari zara. Sakatu Irakurri gehiago lotura informazio gehiago lortzeko.