Ponerse en el medio, quitarse de en medio (crónica de un guionista vasco) Ponerse en el medio, quitarse de en medio (crónica de un guionista vasco) Juan Agirre Sorondo PLANTEAMIENTO De imaginación no anda corto, sabe relatar historias con desenvoltura y si anda inspirado hasta es capaz de sorprender con chispazos de ingenio. Ha decidido echarse al ruedo del negocio audiovisual con aspiraciones de profesionalismo. Para eso, por lo común, habrá completado algunos cursillos (ni muchos ni pocos, los justos) o hecho algunos pinitos en el llamado "campo amateur", bien sea el teatro, el video o en alguna televisión local. Con unos folios en el cartapacio, nuestro guionista (él o ella, pues hasta tanto no se impongan los guionistos, los periodistos o los columnistos de prensa somos todos hijos del mismo común) se presenta en el despacho de una productora. De una productora de televisión. Al otro lado de la mesa, el interlocutor recorre con mirada indolente las hojas pulcramente impresas y hace algunos comentarios técnicos; eso es al menos lo que supone nuestro personaje a tenor de la jerga del todo incomprensible para él: "El público está cansado de los talk show, ahora las cadenas nos piden sobre todo sitcom para los praintaim, a ser posible con mucho cromakey y realizado en pal 16:9". ¡Bienvenido al Medio! Su sueño se ha consumado: ya es Guionista Profesional para una Productora de Televisión. Ebrio de entusiasmo se pone a trabajar en un programa que tiene previsto su estreno a las pocas semanas. No cabe en sí de gozo, un gozo que se convierte en teresiano éxtasis el día que recibe un chequecillo en forma de anticipo. Y aún le espera lo mejor: ver su nombre sobre la pantalla escrito con todas y cada una de las letras después de la palabra "Guión" o "Gidoia". Lástima que pase a la velocidad del Correcaminos. NUDO A un capítulo sigue otro, a un programa otro más... Trabaja sin desmayo, y mientras idea un programa para la nueva parrilla, escribe y reescribe los espacios quedeberán grabarse inmediatamente. Por supuesto, en sus horas libres tiene que ver mucha televisión, casi toda, puesto que ahora es un profesional del Medio: lo que se emite en la cadena amiga, en la oficial, en las del pajarito y la codificada; y no bastante con eso, debe tener además en cuenta que en el mercado internacional se cazan productos interesantísimos que podrían adaptarse... "¡Hay que estar al tanto de lo que se hace en el Medio, chaval!". No... si lo cierto es que el Medio le gusta y le interesa, pero de vez en cuando también apetece esquinarse un poco... Coincide delante de la máquina del café con un colega que se interesa por sus condiciones de trabajo: "¿Has firmado contrato? ¿Piensas exigir todos los derechos de autor que te corresponden según la Ley de Propiedad Intelectual? Al menos, ¿les obligarás a incluir la cláusula de reserva de derechos de comunicación pública?... ¿O no has pensado en nada eso?". La verdad es que con tanto trabajo... E mail: gidoigileak@jet.es. Asociación Profesional de Guionistas del País Vasco. Con estas coordenadas en la agenda, nuestro escribidor ya tiene a dónde dirigirse para conocer sus derechos y obligaciones de cara a la negociación de su contrato. La asociación gremial le permite adentrarse en la cara oculta de este oficio en Euskadi: sus sombras y sus luces... de gas. Comprueba que la situación de los aborígenes es, comparativamente con los guionistas de Barcelona, Madrid y ya no digamos Europa o Estados Unidos, digna de un arrabal proletario de Dickens o remedo de un campo algodonero a lo Kunta Kinte. Los derechos que la ley les reconoce son sistemáticamente vulnerados y su trabajo, además de pagado sin larguedad (paradójicamente, el espectacular aumento de la producción televisiva ha traído consigo la devaluación del guionista), se lo apropian a todos los efectos las productoras y/o las cadenas, que pueden explotarlo a su antojo sin contar con su opinión. Es decir, el guionista se inventa, define y estructura un programade televisión, y a partir de ahí los productores se arrogan la libertad de comerciar, revender, prolongar, adaptar, traducir, editar, etc., etc., sin importarles un pito que una obra de creación sea inalienable de su autor. En suma, la propiedad intelectual en Euskadi, en lo que toca a esta profesión, ha retrocedido hasta el siglo XIX. DESENLACE Tras hacer números, nuestro/a joven guionista comprende que sus ingresos no le permiten establecerse como trabajador autónomo, de modo que renuncia a regular su situación y se sumerge económicamente. Cifra sus esperanzas futuras en que una productora lo contrate como "guionista de plantilla", que con un trabajo estable, regularmente remunerado y amparado por la legislación laboral forman la aristocracia del Medio. Aunque también éstos han de contemplar en silencio cómo sus derechos de autor les son usurpados. Dado que el movimiento se hace andando, pergeña unas cuantas ideas y las distribuye por las principales productoras del país. Una de ellas responde positivamente y recibe una oferta para marchar a trabajar fuera del País Vasco. Dicen que allí la tensión es enorme, que los guionistas están sometidos al implacable tribunal de las audiencias, que sobre su cabeza pende día y noche amenazadoramente la guillotina del despido, que las estrellas son insufribles, que... "Tal vez se dice el guionista , pero al menos tendré ocasión de conocer lo que es trabajar con dignidad. Justo y por entero, en el Medio...". Juan Agirre es escritor
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