El cine vasco hoy El cine vasco hoy Josean Gómez Convendría empezar diciendo que sería más preciso denominar al "cine vasco" como "cine hecho por vascos", ya que como tal, la industria cinematográfica vasca es prácticamente inexistente y el cine hecho por vascos, ya sea dentro de la Comunidad Autónoma o fuera de ella, es, no sólo numéricamente importante, sino además prestigioso. Las causas por las que el mejor "cine vasco" se produce principalmente en Madrid se deben fundamentalmente a la carencia dentro de la Comunidad Autónoma Vasca de unas productoras cinematográficas estables que funcionen dentro de los esquemas industriales en los que se mueve la cinematografía estatal. Se ha discutido mucho si el cine es arte o industria, pero en todo caso si es arte, será un "arte industrial" y si es industrial será una "industria artística". No se puede negar que es arte, pero sin una estructura industrial no puede llegar al público para el que está destinado. En el caso vasco, a ese doble carácter artístico industrial habría que añadirle el de embajador cultural de una lengua, unas tradiciones y una cultura propia que se desean potenciar. La cinematografía es una actividad perfecta para este fin. Siendo la producción cinematográfica una actividad de gran complejidad técnica y artística cuyo dominio se adquiere con la práctica, y teniendo la explotación cinematográfica nacional un carácter en gran medida de "supervivencia"con un mercado que mejora día a día pero que aún es insuficiente para podcer financiar una industria cinematográcia propia, se comprenden las enormes dificultades que deben atravesar los productores para realizar sus proyectos. Pero cualquier producción cinematográfica cuando está en fase de proyecto debe poder equilibrar los cálculos de Financiación Explotación, para definir de qué forma va a recuperarse la inversión realizada. La capacidad de recuperación a través de la taquilla es muy relativa dentro de la exhibición nacional. Es por esta razón que elMinisterio de Cultura, dentro del que está englobada la actividad cnematográdica, articula una serie de ayudas (subvenciones) sin las que sería prácticamente imposible producir cine. Estas subvenciones son: anticipadas (para el caso de nuevos reliazadores con presupuesto máximo de 100 millones de pesetas), o a porcentaje de taquilla o de inversión para el resto de las producciones. En el caso vasco, estas subvenciones se complementan con las que concede el Gobierno Vasco a las producciones realizadas por empresas establecidas dentro de la Comunidad Autónoma Vasca. Con estas ayudas parece que producir cine no es tan difícil, pero la realidad nos dice lo contrario. En primer lugar, siempre se habla de recuperación y no de beneficios, ya que éstos últimos son tan difíciles de conseguir que no se plantean. El presupuesto medio de una producción nacional está alrededor de los 250 millones de pesetas y los presupuestos de las películas más exitosas rondan los 500 millones. Con una cantidad menor es difícil realizar un producto que cuente con un reparto atractivo (con "nombres") y un rodaje y postproducción con unos medios técnicos que posibiliten un producto a priori interesante para el espectador. Además, hay que añadirle los gastos de promoción, copias y publicidad que pueden suponer un 30% del presupuesto y sin los cuales no puede lanzarse la película. Estos gastos los adelanta la distribuidora y luego los descuenta del porcentaje de taquilla que debe darle al productor. ¿Pero qué ocurre si no hay una distribuidora interesada en la película y que confíe en que ésta va a hacer la taquilla al menos suficiente para recuperar ese gasto? Sencillamente, que la película no se distribuye, o se distribuye mal, no se estrena, o se estrena mal, no llega a los cines y nadie la ve. Este último caso, que parece extremo, ha sido el más común en el denominado "cine vasco" que se realizó en la década de los ochenta y principios de los noventa. Son más de cuarenta las películas subvencionadaspor ambos gobiernos, central y autonómico, de las cuales podemos recordar seis o siete títulos, mientras que el resto permanece en el olvido. Estas cintas se producían porque se podían financiar gracias a las ayudas, pero no se daba prioridad al hecho de realizar productos interesantes y que llegaran al público. En el País Vasco no se creó una mínima infraestructura industrial que ayudase a generar nuevos productos a través de la recuperación de la inversión realizada en los anteriores, y los profesionales, técnicos y actores que deseaban continuar haciendo cine tuvieron que elegir entre irse a Madrid o continuar subsistiendo aquí. Directores como Imanol Uribe, Montxo Armendáriz, Julio Medem, Pedro Olea, Alex de la Iglesia, Enrique Urbizu,... trabajan en Madrid, al igual que un importante plantel de técnicos y actores creados en las producciones que se realizaron en esos años. La falta de una política industrial en el desarrollo de la cinematografía que se realizó en el País Vasco ha originado que los resultados obtenidos después de tantas producciones que incluso propiciaron que se hablara del fenómeno del "cine vasco", sea que lo mejor de esa cinematografía viva, cree y trabaje en Madrid. Josean Gómez, director de producción de películas como Boca a Boca, Extasis y Malena es un nombre de tango
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