2 Zenbakia 1998-09-18 / 1998-09-25

Gaiak

1998, Año de luces

GUTIÉRREZ, Juan Miguel

1998, Año de luces 1998, Año de luces Juan Miguel Gutiérrez La época del Festival de Cine es un momento particularmente adecuado para hacer un resumen sobre lo que ha sido la cosecha cinematográfica del período comprendido entre las muestras del año 97 y el actual. El balance no puede ser más positivo en lo que se refiere a expansión del cine vasco fuera de nuestras fronteras. Gracias a una serie de circunstancias, no casuales ya que la calidad de las cintas está en el origen de ellas, nuestras películas han podido ser vistas en todo el mundo gracias a los festivales de cine a los que han sido seleccionados, inclusive, en múltiples ocasiones cosechando premios en los mismos. Secretos del Corazón de Montxo Armendariz, producida por Imanol Uribe, que venía con sendos galardones otorgados por los Festivales Internacionales de Berlín y Chicago era seleccionada para el Oscar de la Academia de Hollywood a la mejor película de habla no inglesa, mención que no consiguió pero que trajo el glamour de la Meca del cine hasta el último rincón de Euskal Herria. En clave intimista, con el pudor, claridad y calidad de mirada que caracteriza al realizador vasco, el espectador asiste al descubrimiento que un niño maravilloso Andoni Erburu hace del mundo de los mayores, sus secretos, silencios, mentiras, heroísmos o mezquindades que constituirán el entramado social en el cual deberá vivir y gracias a cuyo descubrimiento, como si fuera un rito iniciático, podrá acceder al mundo de los adultos. Perdita Durango confirma la potencia visual y narrativa de Alex de la Iglesia y supone el acceso de un realizador vasco aunque toda la temática como el tratamiento narrativo y estético no tenga nada de euskaldun al mundo de producción de la industria americana. Los actores Javier Bardem y la portorriqueña Rossie Pérez componen la desgarrada pareja de Romeo Dolorosa y Perdita Durango buscando un amor loco en medio de una salvaje carrera hacia la muerte en el marco de los desiertos de Nuevo Méjico.Las cifras puestas en manos del bilbaíno Alex de la Iglesia para la realización del film son las más altas con diferencia que ha podido disponer un realizador vasco. Air Bag de Juanma Bajo Ulloa fue durante mucho tiempo líder de recaudaciones del mercado español, hasta que en los últimos tiempos ha sido superada por Torrente, El brazo tonto de la ley. A la identificación de cine vasco con cine minoritario, de temáticas casi exclusivamente dramáticas cuando no sórdidas, responde esta cinta llena de iconoclástia, humor de sal gorda y libertad, que aunque, he de reconocer que no termina de convencerme, si ha obtenido éxito de público y taquilla, fenómeno éste insólito en el panorama industrial del cine en Euskadi. Julio Medem prosigue, fuera de las coordenadas subvencionadoras del Gobierno Vasco, su carrera de realizador vasco, trasmitiendo temáticas universales a través de una mirada y estilo inequívocamente euskaldunes. Sus películas Tierra (presentada en Cannes en 1996) y Los amantes del círculo polar (seleccionada para la sección oficial de la Mostra de Venezia en la edición de este año) son una muestra de su buen hacer y de la sugerente utilización de elementos rítmicos y plásticos ligados a la mentalidad vasca en la composición de sus historias. Un ejemplo claro de cine y estilo vascos rabiosamente modernos en medio de la universalidad de sus historias. Contra viento y marea, en un campo en el que la competencia es particularmente fuerte, habitualmente copada por los grandes estudios de animación americanos, Juan Bautista Berasategui prosigue con la realización de largometrajes de dibujos animados. Ahmed, principe de la Alambra es una muestra del dominio de la técnica, su compromiso con el euskera y la perfecta adecuación de temáticas universales al publico vasco. Una sorprendente obra que dosifica su narración de forma armoniosa conjugando a la perfección visiones adultas e infantiles. No son las únicas cintas vascas, pero si las mejores de este curso. Demuestranbien a las claras la sorprendente vitalidad del cine vasco y siguen poniendo de manifiesto algunos de los defectos congénitos de nuestro cine: La práctica ausencia del euskera como lengua vehicular de los filmes y la disociación entre algunos de los mejores realizadores vascos y la política subvencionadora del Gobierno Vasco que no accede a ellos por varias y complejas razones. En el terreno del cortometraje de entre las varias cintas estrenadas este año conviene citar Txotx (galardonada en el pasado Festival Internacional de Cortometrajes de Bilbao), de Telmo Esnal y Asier Altuna, y que rodada en euskera, relata, ayudado por una excelente ambientación e interpretación , una historia de terror rural. Cien maneras de hacer el pollo al chilindrón de Kepa Sojo y Por un infante difunto, celebrado cortometraje ganador del premio de la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes del realizador alavés Tinieblas González. Sin abandonar el terreno de las filmaciones en celuloide no convendría olvidar la excelente producción en soporte vídeo: Bemar, de Ion Andueza; Musca Domestica, de Xabier Berzosa; Verde, de Iñigo Royo; Historias de una cama, de Berta Santiago y Juan Egia y El coleccionista, de Pedro Alonso quedamos a la espera de poder visionar los recién concluido largometrajes Peccata minuta, de Ramon Barea; El hermano pequeño, de Enrique Urbizu o los que se anuncian próximos como Sí quiero, de Eneko Olasagasti y Carlos Zabala; Zulo, de José Antonio Vitoria; Jone sube al cielo, de Joseba Salegi; Yoyes, de Elena Taberna; Muertos de risa, de Alex de la Iglesia; Viaje de ida y vuelta de Nuria Ruiz Cabestany o en animación: La isla del cangrejo de Josean Muñoz y el último trabajo de la productora Dibulitoon: El ladrón de sueños, pero esto será otra historia que tal vez podamos relatar el año que viene por estas mismas fechas. Juan Miguel Gutiérrez es realizador de cine y presidente de la sección cinematográfica de Eusko Ikaskuntza.