Los genes y el euskera Los genes y el euskera Jose A. Peña, Miguel Alfonso Sánchez, Susana García Obregón Desde hace décadas, se acepta por la mayor parte de los antropólogos físicos que no existen las razas en nuestra especie. Recientemente, con motivo de la llegada a término de la secuenciación del genoma humano, se ha podido leer en algunos medios que, al ser la mayor parte de nuestros genes monomórficos y por tanto presentar tan solo una variante (por demás, común a todos los individuos de cualquier latitud), se demostraba la no existencia de razas humanas. Pues bien, esto no es completamente cierto. Bastaría con que solamente el uno por ciento del genoma fuese polimórfico, pero con variantes específicas y privadas en cada continente, para que pudiésemos hablar de razas continentales. Es decir, lo importante no es la cantidad de las diferencias sino la forma en que éstas se reparten entre las poblaciones. Y esta es precisamente una de las áreas de estudio de la Antropología física. Después de acumular datos durante mucho tiempo, se ha encontrado que la mayor parte de la variabilidad genética de nuestra especie es intrapoblacional y sólo una pequeña parte interpoblacional. Dicho de otro modo, la mayor parte de las diferencias pueden encontrarse entre individuos de un mismo continente y tan solo unas pocas variantes genéticas aparecen exclusivamente en uno u otro continente. Todo lo anterior, sin embargo, no es óbice para que continuemos estudiando la diversidad genética en diferentes regiones del ADN y diferentes poblaciones, con el objetivo de conocer con más detalle el origen de Homo sapiens y su historia evolutiva. Concretamente, algunas poblaciones son especialmente interesantes porque presentan ciertas diferencias respecto a sus vecinas, por lo que resultan muy útiles como herramientas para entender mejor los procesos que afectan a la evolución del patrimonio genético de nuestra especie. Entre éstas se encuentra la población vasca, en la que algunas frecuenciasgénicas son llamativas, no por ser únicas en el mundo, sino por ser diferentes a las frecuencias de las poblaciones más próximas y similares a las de otras más alejadas. Consecuentemente, se han centrado numerosos trabajos en la búsqueda del origen de los vascos, proponiéndose por ejemplo un antecesor común con algunas poblaciones minoritarias del Cáucaso y también un menos probable antecesor común con poblaciones bereberes del Norte de Africa. También se ha argumentado un posible origen in situ, fruto de un cierto aislamiento o de un muy pequeño tamaño de su población en algún momento de su historia. Probablemente haya que esperar todavía algunos años para que, contando con más datos sobre diferentes genes en poblaciones remotas de todo el mundo, pueda desvelarse finalmente el secreto. Pero hay otro aspecto del patrimonio genético de la población vasca que poco a poco va mostrando algunos resultados reveladores. Se trata de la heterogeneidad genética observada entre las diferentes comarcas de su área de asentamiento. En efecto, desde hace años se viene observando que hay diferencias estadísticamente significativas en las frecuencias de algunos genes entre muestras poblacionales de Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Norte de Navarra y País Vasco francés, hecho para el cual se está buscando explicación. Una hipótesis que en su día se manejó implicaba la existencia de diferentes tribus antecesoras que habrían dado lugar a subpoblaciones locales genéticamente diferentes. En la actualidad, al menos para nuestro grupo de investigadores, se muestra con una mayor pujanza la hipótesis por la cual una tasa variable de mestizaje con poblaciones próximas habría dado lugar a un cierto grado de heterogeneidad genética entre las subpoblaciones vascas. No puede decirse que las barreras geográficas hayan determinado un alto grado de aislamiento de la población vasca durante siglos. Por ello, una alternativa plausible son las barreras culturales y más concretamente las barreras lingüísticas.Según esta hipótesis, surgida a la luz de diferentes trabajos que hemos realizado sobre algunos genes especialmente informativos en diferentes poblaciones del País Vasco y Norte de Navarra, el euskera habría actuado como una barrera, limitando los emparejamientos entre individuos portadores de diferentes idiomas. Por ello, las poblaciones de regiones que tradicionalmente han estado en contacto con otros idiomas y otros patrimonios genéticos, habrían experimentado un mayor grado de mestizaje y mostrarían diferencias en sus frecuencias génicas con las poblaciones más interiores y por tanto menos mestizadas. Con el objetivo de analizar esta posibilidad desde otro ángulo, decidimos abordar el estudio de los apellidos de la Comunidad Foral de Navarra. En primer lugar, porque la población de Navarra ha participado de ambos idiomas con una extensión e intensidad variables a lo largo de, al menos, los últimos quinientos años. Y en segundo lugar porque los apellidos se encuentran establecidos entre nosotros con una antigüedad que en promedio podríamos situar en no menos de cinco siglos y también porque se heredan de una forma que guarda mucha relación con la herencia genética. De este modo, partiendo de listados de apellidos representativos de todas las comarcas, mediante la construcción de matrices de distancia genética entre subpoblaciones y utilizando análisis estadísticos multivariantes apropiados, se ha observado una clara separación entre las comarcas situadas al Norte de Navarra, tradicionalmente vascófonas, y las comarcas del Centro y Sur, donde la influencia del castellano ha sido notable durante mucho tiempo. La comarca de Pamplona, aglutinadora de flujos migratorios provenientes de todas las regiones, aparece con una posición intermedia, como una síntesis de los subconjuntos poblacionales que se detectan en el ámbito geográfico de la Comunidad Navarra. En definitiva, aunque son precisos todavía análisis más detallados y exhaustivos, los resultados de genes y apellidosson coincidentes, revelando que, al menos en buena medida, la heterogeneidad genética observada entre las diferentes subpoblaciones que componen el patrimonio genético vasco tendría su origen en una barrera lingüística al flujo génico y, en consecuencia, en un grado variable de mestizaje. Extensión aproximada del euskera durante los últimos cinco siglos. Jose A. Peña, Miguel Alfonso Sánchez, Susana García Obregón, Dpto. de Biología Animal y Genética. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea Euskonews & Media 166.zbk (2002 / 5 / 10 17) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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