166 Zenbakia 2002-05-10 / 2002-05-17

Gaiak

Julian Apraiz Sáenz de Elburgo. Intelectual y portaestandarte de una saga familiar vasca (1848-1910)

REBOREDO OLIVENZA, José Daniel

Julian Apraiz Sáenz de Elburgo. Intelectual y portaestandarte de una saga familiar vasca (1848 1910) Julian Apraiz Sáenz de Elburgo. Intelectual y portaestandarte de una saga familiar vasca (1848 1910) José Daniel Reboredo Olivenza Pese a los meritorios avances conseguidos en los últimos años, la historia de la cultura en el País Vasco no ha desvelado aún las incógnitas que se refieren a ciertas personas y a su influencia dentro de la comunidad de la que formaron parte. Este es el caso de Julián Apraiz Sáenz de Elburgo, del que trataremos de dar una visión de su vida familiar, intelectual, ciudadana y cosmopolita; de su relación con intelectuales vascos, españoles y extranjeros y de su participación en múltiples instituciones culturales de la época que le tocó vivir. El presente trabajo de investigación no pretende ser ni una biografía novelada ni una novela histórica, sólo aspira a rescatar del olvido una figura clave de la historia intelectual vasca. Todos los seres humanos pertenecen a un ambiente, que ayuda a desarrollar la personalidad de cada uno, y por ello el estudio de la figura de Apraiz no sería posible sin reflejar el país en el que vivió. Julián de Apraiz y Javier Luque. Foto: Enciclopedia Auñamendi El siglo XIX fue una época de conflictos bélicos para el País Vasco (guerra de la Independencia y guerras Carlistas) que paralizaron las actividades sociales y culturales. A partir de mediados de siglo se inició un desarrollo cultural cuya génesis fueron las tertulias, las primeras instituciones culturales y la labor de personas que trabajaban en lo que podemos denominar cultura pública (enseñanza primaria, secundaria, superior y profesional). Con el paso del tiempo, se sumaron a las mismas otras como los Ateneos, las Academias (Observación, Cervántica, etc.), así como instituciones lúdico culturales (Círculos, Casinos, etc.). En este ambiente bélico, de inestabilidad política, de caciquismo, de reivindicaciones forales y de esfuerzos culturales personales,cabe destacar la labor de intelectuales como Julián Apraiz, Fermín Herrán o Ricardo Becerro de Bengoa. Partiendo de la Revolución de 1868 y de las libertades que la misma reconocía a la sociedad española, pueden comprenderse en profundidad las razones y las motivaciones históricas del renacimiento cultural que se extiende visiblemente desde entonces hasta la caída de la Segunda República. Las bases del mismo se establecieron entre 1869 y 1876; y a partir de la década de los ochenta el relanzamiento cultural corrió parejo a las libertades de expresión (Ley de Prensa de 1883) y a la labor de la Institución Libre de Enseñanza. De las generaciones culturales que pueden establecerse siguiendo una metodología convencional (1868, 1898 y 1913), Apraiz realizó su principal labor en la primera, aunque hasta poco antes de su muerte siguió trabajando en aquello que había ocupado gran parte de su vida. Las posibilidades del hombre son las de su mundo y las de su época. Según interpreta el mundo, así vive. El grupo social, la conciencia de éste y el grupo de entusiastas alaveses entre los que se encontraba Julián Apraiz, en los años que engloba esta reseña biográfica; fomentó una creación cultural acorde a la época, que reflejaba la importancia de las personas para cualquier proyecto intelectual y de vida. José Daniel Reboredo Olivenza, Doctor en Historia Euskonews & Media 166.zbk (2002 / 5 / 10 17) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria