149 Zenbakia 2002-01-04 / 2002-01-11

Gaiak

Las relaciones entre los escritores del País Vasco peninsular y continental

SUDUPE, Pako

Las relaciones entre los escritores del País Vasco peninsular y continental Las relaciones entre los escritores del País Vasco peninsular y continental * Traducción al español del original en euskera Pako Sudupe En primer lugar hay que poner de manifiesto que apenas se han realizado estudios en torno a la presente cuestión. La sombra de los estados español y francés es bien larga. En la misma medida en que se han esforzado y siguen esforzándose por estrechar los vínculos entre los ciudadanos de su propio estado, tratan también de poner cortapisas a las relaciones tanto sociológicas como políticas y culturales entre ciudadanos pertenecientes a distintos estados, cuando nos encontramos ya inmersos en el siglo XXI, a pesar de la unidad económica de Europa. Si a los obstáculos generados por las clases pudientes de ambos estados sumamos el escaso o, cuanto menos, irregular entusiasmo de los vascos, resulta comprensible la falta de investigaciones y la precariedad de las relaciones que se han establecido. Mi análisis se centra en las relaciones mantenidas durante el periodo que oscila desde el último cuarto del siglo XIX hasta la creación de Enbata en el País Vasco continental. Lo primero que llama la atención es el gran poder de atracción que ejercen el euskera y la fe cristiana a la hora de unir a los escritores del País Vasco continental y peninsular. A pesar de que, como bien he dicho al principio, hay realmente muy pocos estudios, no parece que en País Vasco continental aquellos que se posicionaron a favor de la República Francesa, encabezados por Elissanburu, se esforzaran demasiado por estrechar la relación entre los escritores de los dos lados de la frontera. Arrese Beitia y Duvoisin Al finalizar la segunda guerra carlista, euskaltzales tales como Antoine Abbadia y el capitán Duvoisin entre otros se apercibieron de la lamentable situación en la que se encontraban sus hermanos euskaltzales del País Vasco peninsular, por lo que en 1879 acordaron celebrar sus JuegosFlorales en Elizondo, junto con los miembros de la Asociación Eúskara de Navarra fundada por Juan Iturralde Suit, y uno de cuyos máximos impulsores fue Arturo Kanpion . Tanto este evento como los siguientes que tuvieron lugar, contribuyeron a mejorar la relación entre los euskaltzales y escritores del País Vasco peninsular y continental. Especial mención merece el donostiarra Jose Manterola, fundador en 1880 de la revista Euskal erria, en la que participaron todos los activistas culturales de ambos lados de la frontera. Arrese Beitia envió a Elizondo "Ama euskeriaren azken agurrak", que además de alzarse con el primer premio recibió magníficas alabanzas por parte de los escritores más renombrados de la época. El poema narra las desventuras del euskera junto al árbol de Gernika, declarando que los euskaldunes han perdido sus fueros debido fundamentalmente al abandono en que han sumido el euskera, y que, como consecuencia, el castellano o el francés no sólo se ha apoderado de su idioma, sino incluso de su espíritu, desencadenante de toda la desgracia. ¿Qué ha pasado? ¿Ha atacado primero el castellano o el francés, y a continuación ha venido la rendición de los euskaldunes, o han sido los propios vascos quienes, anteponiéndose al ataque, han ido castellanizándose o afrancesándose? En opinión de Arrese Beitia, quienes se han adelantado han sido los euskaldunes. El libro negro de J.M. Torrealdai, por su parte, defiende la tesis contraria. Arrese Beitia causó un gran impacto, y fue muy elogiado tanto en el País Vasco peninsular como en el continental. Se mantuvo en contacto con los mejores euskaltzales de su época, de ambos lados de la frontera. Se carteaba con el gran trabajador euskaldun el capitán Duvoisin , quien ensalzó su poema por todo lo alto, ya que opinaba, al igual que Antoine Abbadia, que se trataba del mejor poema recitado en los Juegos Florales en los últimos 25 años. Duvoisin, el más fiel de los colaboradores euskaldunes del príncipe Bonaparte, le rogabaque se mantuviera alejado de los castellanoparlantes y tratara de mantener a todos los euskaldunes unidos en el euskera y en la fe: Bayonatik Parisera eta Parisetik mundu guzira joko du zure eresia bihozgoragarriak orotan jakin dadien Eskalduna oraino bizi dela Euskalherrietan. Batasun oso bat egin bedi Eskaldun guzien artean. Erdalduna bego Erdaldun; bainan guk behar ditugu bihotz bat eta arima bat, afirmando que sólo así conservarían los fueros y harían frente a los grandes cambios que se avecinaban en Europa aludía a Bismarck , y que transformarían profundamente la estructura política. Añadía que Dios jamás abandonaría a un pueblo tan leal como Euskal Herria. El canto de Arrese Beitia era triste. No llamaba a la sublevación contra el injusto despojo de los fueros. Sin embargo, hallándose el País Vasco peninsular en estado de sitio, los organizadores de los Juegos Florales de Elizondo no se atrevieron a galardonar a Arrese. Rectifico: no se atrevieron a galardonar el poema en público, y menos aún a editarlo. Duvoisin y Antoine Abbadia comunicaron el fallo a Arrese en secreto, cuya obra se publicó en Bayona, en euskera y en francés. Al estallar la guerra en 1936, el gran activista cultural vasco Aitzol bien que se acordaba del escritor de Otxandio, tal como se desprende de sus escritos: "Si Euzkadi en vez de tener un poeta jeremíaco y llorón, hubiese tenido un poeta que hubiese enardecido a las masas para que fuesen a la lucha armada en defensa de sus derechos, hoy Euzkadi no se vería en esta encrucijada: si ir con el Gobierno legítimo o apoyar a los insurrectos" . Después de las lágrimas que Arrese Beitia hizo derramar, emergieron proyectos más prácticos: por una parte proyectos culturales que en cierto modo aunarían a los euskaltzales del País Vasco peninsular y continental y que, además de Eskualzaleen Biltzarra y Euskal Esnalea, darían lugar a la creación de Eusko Ikaskuntza Sociedad de Estudios Vascos y Euskaltzaindia Real Academia de la Lengua Vasca. Por otraparte, hay que tener en cuenta que Sabino Arana interiorizó el sentimiento patriótico (1882) gracias a la celebración de los Juegos Florales de Elizondo, fundando en 1894 la nueva organización política. ¿Hasta qué punto le habrían afectado los poemas de Arrese Beitia? Se afirma que al avistar el peligro que amenazaba a la patria sintió tal añoranza por su país natal que, bajo la finalidad de preservar la misma, procedió a asentar las bases políticas. El propio Sabino Arana y los miembros de su partido participaron activamente en las mencionadas instituciones culturales. Azkue y Broussain R.M. Azkue y P. Broussain se conocieron en el transcurso de los Juegos Florales que tuvieron lugar en San Juan de Luz en 1897, que se celebraban en memoria del creador de los mismos, Antoine Abbadia, fallecido ese mismo año. A sus 33 y 38 años respectivamente, ambos compartían un ferviente interés por todo lo relacionado con el euskera. La grandiosidad del padre Azkue se refleja magníficamente en su fastuosa obra, entre la que cabe destacar Diccionario Vasco Español Francés, Morfología Vasca, Euskalerriaren Yakintza y Cancionero popular vasco. Su faceta como escritor es más humilde, y más aún su empeño por fortalecer las instituciones arriba señaladas, hasta la puesta en funcionamiento de Euskaltzaindia. Era tal la magnitud de las tareas que asumía que casi requerían una atención exclusiva, de forma que, como bien se desprende de la lectura de las cartas que escribiera a Broussain, concedía mucha mayor importancia a la preparación del diccionario que a la organización de las asambleas de Hendaya y Fuenterrabía, en las que Broussain desempeñó un papel mucho más relevante, ya que en noviembre de 1901 Sabino Arana a punto estuvo de dejar la vicepresidencia en sus manos. Broussain, en la primera carta que enviara a Azkue (30 8 1897), manifestaba que aunque ellos no llegarían a ver la unificación de los dialectos vascos literarios, sí lo haría la generación venidera. En su segunda carta(27 9 1897) declaraba que la Academia no debería ocuparse de temas políticos, filosóficos ni religiosos, sino única y exclusivamente de purificar, enriquecer y conservar el euskera. En 1900, la necesidad de crear el euskera batua era evidente para Broussain: Je ne sais pas si vous êtes de mon avis, mais quant à moi, je suis un partisan énergique de l'unification de notre belle langue. Il est absurde qu'un petit peuple de 600.000 âmes continue à s'exprimer en huit dialectes, sans compter les sous dialectes et les variétés. Il est impossible que dans ces conditions, une littérature vivace et florissante se forme, condition indispensable pour lutter contre nos langues ennemies: l'espagnol et le français. Si nous voulons que la langue basque et la nation basque continuent à vivre, il faut absolument que tous les Euskariens parlent le même idiome. Para ello vislumbraba dos posibilidades: escoger uno de los dialectos vascos, o crear un euskera batua que reuniera lo mejor de cada dialecto. Veinte años más tarde, un año antes de fallecer (1919), tras la aprobación en Oñati por parte de Eusko Ikaskuntza de los estatutos para la creación de Euskaltzaindia, pero sin que todavía se hubiera celebrado su primera asamblea, y existiendo desavenencias entre sus impulsores, enumera en una carta enviada a Azkue lo que él considera axiomas: 1) L'euskara ne peut survivre que si de l'état de patois dans lequel il végète actuellment, il devient une langue de civilisation, une langue cultivée, une langue appuyée susr une littérature. 2) L'euskara ne peut devenir une langue civilisatrice, à l'usage de tous les Basques depuis Bilbao jusqu'à Mauleón, que s'il est unifié. 3) Cet euskara unifié ne peut être constitué que par un groupe de Basques connaissant bien leur langue, et dans lequel entreraient les représentants des principaux dialectes... 4) Cet euskara unifié et enrichi, ne pourra devenir, avec le temps la langue nationale, la langue usuelle de tous les Basques que si elle est enseignéedans les écoles et principalement dans les établissements secondaires, afin de devenir, au bout d'une ou deus générations, l'idiome unique de la bourgeoisie et du clergé, les classes laborieusses adoptant tôt ou tard la langue des classes dirigeantes. Manifestaba que, en caso contrario, en un periodo de 100, 150 ó 200 años el euskera desaparecería en alguno de los rincones de Baja Navarra. Le parecía más difícil no era necio que la burguesía vasca adoptara el euskera como lengua propia que la tarea de enriquecimiento de la que estaba necesitada. Ahí es donde descubro la grandeza de Broussain: él era burgués, burgués vasco, lo cual no le impedía reconocer al euskera como su lengua nacional, y no le faltaba perspicacia para saber de lo que precisaba el euskera para convertirse en lengua nacional de los vascos, y por ello luchó en las asambleas celebradas en Hendaya y Fuenterrabía, en Eskualzaleen Biltzarra, en Cercle d'Etudes Euskariennes y en Euskaltzaindia. Lafitte y Aitzol No siendo posible hacerlo a principios del siglo XX, Euskaltzaindia se fundó al cabo de dos décadas. En 1928 Azkue nombró a Lafitte, una figura ya involucrada en la actividad cultural vasca, miembro correspondiente de Euskaltzaindia, y en los años 30, 40 y 50 llegaría a ser uno de los escritores y periodistas más renombrados desde la perspectiva de las relaciones entre los autores del País Vasco peninsular y continental. Fuera de toda cuestión queda la relevancia de Aitzol, aun cuando dada su temprana muerte y el establecimiento del régimen franquista sólo pudo trabajar durante seis años. En cualquier caso, su sombra ha perdurado mucho más. Así como las relaciones entre Azkue y Broussain se limitaron al ámbito cultural, las de Lafitte y Aitzol, mucho más amplias, revistieron una clara connotación política. Así se expresaba Aitzol en el semanario donostiarra El Día : En verdad es cosa bien chocante que nuestros hermanos de las regiones de Laburdi, Benabarra y Zuberoa no se hayan adherido aúnni siquiera a la Federación regionalista. No es nuestro propósito estudiar las causas de esta postración política. Solamente nos contentamos con poner de relieve unos síntomas significativos que nos anuncian que, aunque lentamente, empieza a despertar la conciencia racial de nuestros hermanos de las regiones norteñas de Euskalerria (3 1 1932). En el artículo que escribiera ese mismo mes describe magníficamente la curiosa impresión y el cúmulo de reflexiones que suscitó el encuentro de los euskaltzales del País Vasco peninsular y continental: Hénos en Ustaritz. Apenas hemos invertido hora y media en el recorrido, desde nuestra salida de Donostia. Nos aguardan a los euskaltzales gipuzkoanos los euskaltzales laburtinos. Blazzy, Oxobi, Dassance, etcétera, los depositarios del espíritu renacentista de los vascos norteños, nos reciben con el más legítimo cariño de hermanos. Siempre que en Laburdi, Suberoa o Benabarra estrechamos la mano de este denodado grupo de patriotas, sentimos una emoción extraña. Una lacerante impresión que despierta en nosotros un torrente de reflexiones. Reflexiones de dolor y de alegría que, generalmente, acaban por sobrecogernos dándonos aire de encogimiento y timidez. (20 1 1932). Aquel mismo año Lafitte fundó la sociedad "Euskalherrizaleak" y publicó un manifiesto de quince puntos , donde declaraba que los miembros de la sociedad tenían como lema "Jainkoa eta Lege zaharra". Asimismo, reivindicaba la oficialidad del euskera: Eskuara frantsesa bezain ederra zaiku eta onhartarazi nahi ginuke bai eskoletan bai auzitegietan. Se posicionaba en contra del centralismo y difundía un mensaje en defensa de las regiones naturales, en oposición a los artificiales departamentos: Eskualdunek ez dute onesten ahal Frantziako eskualdeen artean koropilatu duten lokharri hertsi eta galgarria; herri aldeak berechago utziz elgarretarik, on gehiago dukete denek. Del mismo modo, deseaba cooperar con otras regiones de Francia: Eskualerrizaleak ez dira bakharrik lotukoberen lanari. Flandre, Bretania, Auvergne, Provence eta Alsaziako herrizale lagun batzuekin batean ariko dira eskuz esku. He aquí la opinión de Aitzol respecto al manifiesto de "Euskalerrizaleak": El partido que pretenden organizar no es regionalista, aunque en su base 13 declaran que guardarán estrecha relación con las Asociaciones federativas de Flandes, Alsacia, Bretaña, Aubernia y Provenza. Ni, por lo visto, nuestros buenos amigos han creído conveniente como táctica inicial hacer una declaración franca de nacionalismo, aunque en todo el escrito reluce el sentimiento puro y exclusivo del patriotismo vasco. Nosotros, que los conocemos a fondo, respetamos su iniciación táctica, convencidos de que ella será, por el momento, la más beneficiosa para Euskadi continental (13 1 1933). No disponemos de más espacio para seguir hablando sobre este tema, conque finalizaremos el artículo con los vaivenes que se terciaron entre Lafitte y Aitzol. El programa de "Euskalherrizaleak" que redactara Lafitte recibió, antes de su publicación, el visto bueno de los profesores del Instituto Católico de París, en especial el de Yves de la Briére. No así el de Aitzol. Parece ser que éste, aun respetando la actitud política de Lafitte, abogaba por un nacionalismo más explícito. En las elecciones de 1936 Lafitte pidió el voto para el conocido derechista Ibarnegarai, y adoptó una postura de neutralidad ante la guerra civil española. Relaciones culturales condicionadas por la política entre el País Vasco continental y peninsular. La imposibilidad de establecer relaciones políticas. Aquí es donde nos detenemos. (1) Véanse RIEV, XIX (págs. 58, 280, 425, 449); RIEV, XX (pág. 152); RIEV, XXI (págs. 70, 334); RIEV XXII (págs. 44, 310). (2) Zubiri, Sabin: Felipe Arrese ta Beitia, Bilbao. 1999. (3) Véase: Aitzol. Idazlan guztiak, tomos 5 y 6. Erein. Donostia. 1987. (4) Eskual herriaren alde, La Presse, Bayona, 1993. Fotografías: Enciclopedia Auñamendi y Colección Bidegileak (Gobierno Vasco) Euskonews& Media 149.zbk (2002 / 1 / 4 11) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria