146 Zenbakia 2001-11-30 / 2001-12-14

Gaiak

Arantzazu y su paisaje vegetal

MEAZA RODRÍGUEZ, Guillermo

Arantzazu y su paisaje vegetal Arantzazu y su paisaje vegetal Guillermo Meaza Rodríguez 1. 2. 3. 4. INTRODUCCIÓN Si algún rasgo define cabalmente a Arantzazu es la manifiesta imbricación entre su pasado y su presente, y la articulación armoniosa entre sus valores naturales y culturales. Tomando como referencia y eje vertebrador el paisaje vegetal de la zona, se ofrece una perspectiva bidimensional e interactiva espacio/tiempo y naturaleza/cultura del entorno de Arantzazu. De acuerdo con ello, consideramos de la máxima importancia atender a los aspectos etnobotánicos, frecuentemente soslayados o minusvalorados frente a los naturalísticos, pero que coadyuvan a explicar la estructura y dinámica de los sistemas y paisajes vegetales. Dichos aspectos culturales y, en general, las pautas de manejo pretérito y actual de los paisajes vegetales se encuentran íntimamente relacionados, incluso condicionados, por la relación perceptiva del hombre respecto a la vegetación. Por otra parte, la diagnosis natural y cultural de la vegetación para su evaluación con fines, principalmente, conservacionistas resulta un importante instrumento para la ordenación y gestión territorial. Hoy por hoy, las actividades más emblemáticas del entorno de Arantzazu están conociendo notables transformaciones. La declaración de la Sierra de Aizkorri como Parque Natural y su inclusión en la Red Ecológica Europea ha de contribuir a racionalizar el impacto de estos cambios, teniendo por objetivo, conforme a las directrices de los planes comunitarios para las zonas de montaña, la armonización de los usos y gestión tradicionales con la sensibilidad y exigencias de los nuevos tiempos en un enclave de múltiples atractivos naturales y culturales. 1. LOS BOSQUES La jurisdicción potencial del hayedo se extendería a la práctica totalidad del entorno de Arantzazu. Hoy por hoy, las manchas más importantes, en sus versiones acidófila y basófila, revisten las umbrías y roquedos de los principales cordalesmontañosos circundantes. El haya (Fagus sylvatica) desarrolla un vuelo arbóreo tan tupido que llega a ser prácticamente monoespecífico. El efecto de pantalla lumínica del dosel superior limita el desarrollo del sotobosque, apenas revestido de especies que se ven obligadas a adaptar sus estrategias y ritmos vitales al corto intervalo de tiempo que media entre el fin del período frío y el cierre primaveral del dosel superior. El pastoreo y la explotación forestal (aprovechamiento ancestral de leña, hojarasca y fruto; carboneo) dibujaron las líneas maestras del proceso regresivo del hayedo, sustituído por matorrales y pastizales. Aunque el estado actual de los hayedos del entorno de Arantzazu es, en líneas generales, aceptable, su elevado interés de conservación, sobre todo el de los rodales más maduros, hace imprescindible regular los niveles de extracción maderera y controlar el pastoreo y excesivo tránsito del ganado. En el entorno inmediato de Arantzazu se advierte la presencia de robledales de roble pubescente (Quercus humilis) hibridado con su congénere el quejigo (Quercus faginea) y, en cotas bajas, del roble pedunculado (Quercus robur). El robledal de pubescente (solanas de los barrancos de Arantzazu Araotz) configura una formación pluriestrata, por lo general abierta (bosque matorral); el de pedunculado (jirones dispersos en Madinamendi, Gesaltza, Azpilloste), por su parte, presenta un vuelo que puede alcanzar porte y cobertura notables, mientras que a nivel del suelo abundan los tocones, testigos de talas antiguas y recientes. Si la integridad de los robledales de roble pubescente ha sido históricamente afectada aún poseyendo un interés maderable nada más que discreto era destinado al carboneo y leña , los de roble pedunculado han sufrido una degradación aún mayor. Los requerimientos de la industria ferrona y naval fueron los principales determinantes de su esquilmación; pero los mermados remanentes sufrieron, ya en el siglo actual, el golpe definitivo conla proliferación de plantaciones forestales. Dado que el grado de interés natural y cultural de estos bosques, sobre todo del robledal de roble pedunculado, alcanza muy alta calificación, se hace ineludible arbitrar y aplicar medidas que garanticen su recuperación y, en su caso, restauración. 2. LOS MATORRALES Y PASTIZALES Los matorrales asociados a los hayedos y robledales acidófilos están protagonizados por la landa de brezo, arándano, argoma y helecho, que ocupa amplias parcelas en el entorno de Arantzazu (cotas altas de Urkilla Artia; entre Enaitz y Duru Malla). En el ambiente de hayedo basófilo y robledal de roble pubescente ese mismo papel lo ejercen los espinales zarzales (pequeñas manchas en el entorno del Santuario y del barranco de Araotz, de gran valor simbólico "Arantzazu" ), y, sobre todo, la landa calcícola de brezos, enebros y genistas. Los avellanales, por su parte, se instalan en las barranqueras pedregosas de Arantzazu Araotz. En lo que atañe a los pastizales, la visita estacional del ganado conformó en las cotas altas la emblemática pradera montana de diente (las "campas" de montaña), que tiene su más cumplida representación en los majadales entre Oltza y Gorgomendi. En zonas bajas del entorno inmediato de Arantzazu y Araotz el antiguo paisaje de bosque ha sido transformado por la mano del hombre en uno de los elementos más genuínos de la campiña atlántica: los prados de siega y diente. Todos ellos presentan manifiesto interés de conservación: los matorrales porque, además de cicatrizar y contornear, en muchos casos, los claros y lindes de las manchas forestales, constituyen etapas previas y remanentes de muchas de las especies propiamente forestales; los pastizales, porque configuran uno de los elementos clave del paisaje mosaical de la campiña atlántica, en general, y del entorno de Arantzazu, en particular. 3. LAS PLANTACIONES FORESTALES El paisaje vegetal de Arantzazu está, también, protagonizado por las plantaciones forestales, principalmentede coníferas foráneas. Una de las más utilizadas es el pino laricio (Pinus nigra) y, en menor medida, el insigne o de Monterrey (Pinus radiata=P. insignis). Ambas ocupan parcelas en las inmediaciones del Santuario y umbrías de Urkilla Artia. Con todo, las más abundantes son las de alerce (Larix ssp.); en tanto que las de abeto rojo (Picea abies) y abeto Douglas (Pseudotsuga menziesii) tienen un presencia bastante reducida (Malla). Las plantaciones de frondosas son, por el contrario, anecdóticas. De los antaño ubícuos castañares (Castanea sativa) no quedan sino restos dispersos y maltrechos (inmediaciones de Araotz). Aparte de por el antiguo uso forrajero de sus hojas (ribazos entre prados y junto a caseríos de Arantzazu Araotz), son de destacar, por su carácter simbólico religioso, las plantaciones de fresno (Fraxinus excelsior) junto a las ermitas y bordeando los caminos serranos (Urbia). Las lleven a cabo la iniciativa privada o la pública, los requerimientos inherentes al concepto de "explotación sostenible" aconsejan arbitrar directrices de uso y gestión forestal tendentes a compatibilizar rendimiento económico y preservación de la dinámica natural. 4. BIBLIOGRAFÍA ASEGINOLAZA, C. et al. (1988): Vegetación de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Gobierno Vasco. Vitoria. AYERBE, E. (Edit.) (1980): Mendiak. Montes de Euskal Herria Naturaleza y huella humana. San Sebastián, Editorial Etor. AYERBE, E. (Edit.) (1989): Ibaiak eta Haranak. Valles y ríos del País Vasco. San Sebastián, Editorial Etor. MEAZA, G. et al. (1997): Suelos, vegetación y fauna. En MEAZA, G. y RUIZ URRESTARAZU, E. (Edit.): Geografía de Euskal Herria. Tomo IV. Editorial Ostoa. San Sebastián. URZAINKI, M. A. (1990): Comunidades de Montes en Gipuzkoa: Las Parzonerías. Tesis Doctoral. Universidad de Navarra. Guillermo Meaza Rodríguez, Catedrático de Geografía Física. Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología. Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea Fotografías:Auñamendi y de la colección de la Diputación Foral de Gipuzkoa Bertan 3 "Arantzazu tradizioa eta abangoardia". Edorta Kortadi. Fotos: Antton Elizegi Euskonews & Media 146.zbk (2001/11 30/12 14) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria