146 Zenbakia 2001-11-30 / 2001-12-14

Gaiak

Arantzazu, tradición y vanguardia medio siglo más tarde

KORTADI OLANO, Edorta

Arantzazu, tradición y vanguardia medio siglo más tarde Arantzazu, tradición y vanguardia medio siglo más tarde Edorta Kortadi Olano Muchas veces he escuchado al escultor Jorge Oteyza hablar con admiración y con fuerza de la figura del P. Pablo Lete. Preocupado, a su vuelta de Cuba, por la imagen pobre y rancia del Santuario, se lanza a la aventura de su completa renovación en conexión con las Vanguardias Artísticas de la segunda mitad del siglo XX. Arantzazu se convierte desde la década de los 50 en punto de atracción y en foco de renovación de la religiosidad popular vasca. Arte y religión, tradición y vanguardia van a procurar coexistir en un intento de fecundación y plasmación de auténticas obras de arte válidas para el hombre vasco moderno del siglo XX. Arantzazu se convierte así, por derecho propio, en símbolo de modernidad y de vanguardia de todo un pueblo. Pero ¿ fue el intento histórico válido y resiste todavía hoy una crítica histórica desapasionada?. ¿ Siguen existiendo hoy en día las mismas tensiones y contradicciones que se produjeron en el momento de su creación y de su apertura?. Lo cierto es que el recién nombrado Provincial de Cantabria, P. Lete, hombre de dotes de gobierno y con una clara perspectiva de futuro, empujó a sus frailes en el año 1949 a una fuerte campaña de renovación y de reinserción del Santuario en su pueblo y en las nuevas vanguardias culturales. Se trataba de incorporar a todos los sectores de la población vasca, especialmente al pueblo llano. Se trataba de conectar con las vanguardias artísticas culturales del país, para ofertar modelos válidos de comportamiento religioso desde dentro de la misma práctica artística. El intento, cuanto menos hay que reconocerlo, fue duro, profundo, recio. Hoy, con una perspectiva de medio siglo, creemos que la propuesta se mantiene viva, sobria y abierta casi como en el momento de su creación y plasmación. La cuestación popular fue amplia y sonada. Los religiosos pidieron ayuda de pueblo en puebloy de casa en casa. Gentes sencillas y hombres de empresa, artistas y religiosos, parroquias y ayuntamientos se vieron involucrados en una empresa de cierta envergadura y resonancia. Pronto comenzaron los "pros" y los "contras" en torno al proyecto, pero éste había iniciado ya un proceso irreversible en el espacio y el tiempo. Así surgió primero la arquitectura tras la convocatoria de un Concurso Nacional para hacer de Arantzazu, al decir de Oteyza, "la capital religiosa y de cultura popular de nuestro país". Los arquitectos ganadores Luis Laorga y Javier Sáenz de Oiza levantarán un templo robusto y agreste, de líneas nada femeninas y académicas, y con una torre campanil de piedra en punta, símbolo del espino. Los arquitectos proyectan una basílica con planta de cruz latina de cortos brazos y gran ábside, en la que se remarca y se diseña un amplio espacio central, unitario y acogedor para la gran masa de fieles y peregrinos. Una luz tenue y opalina penetra por las ventanas lucernarios abiertas en la parte alta de la nave central y una luz azulverdegrisácea baña el espacio de celebración litúrgico desde unas maravillosas vidrieras ubicadas en los muros de la nave transversal. El ojo sobrio y potente del arquitecto Sáenz de Oiza da ciertamente en la diana. En dicho empeño le ayudarán también un magnífico plantel de escultores, herreros, vidrieros y pintores que trabajarán en equipo y con verdaderas ganas. Jorge de Oteyza realizará su potente Apostolado y su Piedad sobre el frente y la entrada a la Basílica. Eduardo Chillida ejecutará sus sobrias Puertas de acceso en planchas de hierro. Xabier Eulate construirá esas mágicas vidrieras que lo envuelven todo de azules perlinos. Lucio Muñoz tallará y pintará ese espléndido retablo expresivo conectado con el entorno bronco y fuerte paisajístico. Más tarde vendrá a completar el ciclo las pinturas murales de Néstor Basterretxea ubicadas en la cripta , las de Xabier Egaña en el Camarín de la Vírgen y las de Xabier Eulate en laCapilla Penitencial. Todo un conjunto y una suma de aciertos y concatenaciones artístico religiosas que han hecho de Arantzazu un hito cultural y religioso del País Vasco y de Europa. Tradición y modernidad se suman en muchas de las propuestas artísticas en este paraje único y espléndido de Euskal Herria. La figura de la Madre y el Hijo siguen bendiciendo al montañero, turista o peregrino desde ese alto Santuario colgado como un nido de águilas en medio de ese paisaje de embrujo. Edorta Kortadi Olano, historiador del Arte y museólogo. Universidad de Deusto Fotografías: De la colección de la Diputación Foral de Gipuzkoa Bertan 3 "Arantzazu tradizioa eta abangoardia". Edorta Kortadi. Fotos: Antton Elizegi Euskonews & Media 146.zbk (2001/11 30/12 14) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria