143 Zenbakia 2001-11-09 / 2001-11-16

Gaiak

Resurrección María Azkue, narrador

TOLEDO LEZETA, Ana

Resurrección María Azkue, narrador Resurrección María Azkue, narrador * Traducción al español del original en euskera Ana Toledo Lezeta Resurrección María Azkue fue lexicógrafo, gramático, recopilador de la sabiduría popular, operador, fundador de periódicos y gestor. Pero también impulsor de la narrativa e incluso narrador, ya que además de alentar a la gente a cultivar la prosa narrativa, también él mismo se adentró en dicho género literario. La narrativa vasca nació en una época tardía con respecto al resto de la literatura que forma la literatura vasca. A pesar de que los inicios de la prosa vasca datan del siglo XVI, la narrativa no se introduciría hasta haber transcurrido los dos primeros tercios del siglo XIX. En los primeros años de la narrativa, a finales del siglo XIX, Azkue realiza su aportación a la narrativa creando en 1897 un periódico que dirigiría hasta 1899: el semanario Euskalzale. En vista de las flaquezas y lagunas que presentaba la literatura vasca, Azkue realizó en el primer número de la mencionada publicación el siguiente llamamiento: "EUSKALZALEK, adiskide batzun laguntasunaz, gure liburuteri urri banakatua ugaldutearren, eta euskereak, beste berbeta edo izkeraak daukezan lako irakurtekoak euki daizan dei bat egin nai dautse euskeraz eskutiztuten dakienai. Lan bi sarituko dira batzaldi onetan. Lenengoa: Biltoki edo teatrorako lan bat: musika ezarri leiona. Bigarren lana: Erderaz novela edo roman deritxon lako liburu bat". ("EUSKALZALES, con el objeto de ampliar nuestra pequeña biblioteca, y para que el euskera pueda contar con lectores de igual modo que otras lenguas, queremos hacer un llamamiento a todas las personas que saben escribir en euskera. Se van a premiar dos tipos de trabajo. Por una parte: una obra teatral, que puede incluir música. Por otra parte: un libro de los que en castellano se llama novela, y en francés roman". He aquí el que sería el primer certamen de novelas, convocado gracias a Azkue. La obra vencedora fue AuñemendikoLorea, de Txomin Agirre, que antes de editarse como libro fue publicado por capítulos en el periódico Euskalzale, en 1898. La prosa narrativa tuvo una considerable presencia en las páginas de Euskalzale, ya que el semanario incluyó las secciones de "lecturas" y cuentos con carácter permanente, secciones que Azkue quería que permanecieran abiertas para todas las personas que quisieran enviar sus narraciones. Azkue no sólo fomentó la narrativa, sino que también se prestó a cultivarla, antes incluso de crear el semanario Euskalzale. Publicó la narración Peru Matraka ta Pedr'anton en la revista mensual de Bilbao La Abeja (1889 1890), cuyo último número, el sexto, editado en mayo de 1890, concluía con un "Iarraituko dau" (Continuará). Suscribió esta narración bajo el seudónimo de "Ezti Abauak", uno de los muchos empleados que emplearía. En su segunda narración abandonó los sobrenombres para pasar a firmar con su verdadero nombre, y del formato de revista al libro: Lenengo irakurgaia. Bein da betiko (1893). Luego vendrían los cuentos y lecturas publicadas en la revista Euskalzale; así, en los números de 1897 editó las lecturas "Urkiolako igarlea", "Kristobal andia", "Eremutarra" y "Batxi guzur", y en 1898 se publicó la segunda edición de Bein da betiko. En 1918 publicó el libro Ardi galdua (1918). La más larga de sus narraciones, Latsibi, quedó inédita, hasta que en 1989 fue publicada por Euskaltzaindia y Labayru Ikastegia. Son los primeros años de la narrativa vasca. Antes de que Azkue editara por primera vez el libro Bein da betiko, apenas existía material que se pudiera leer en euskera. Se contaban y escuchaban muchas historias, pero el lector tenía ante sí una oferta muy limitada que no pasaba de las traducciones (no más de un par), alguna que otra adaptación, y unas breves narraciones publicadas en algún periódico. En este contexto, Azkue partió de una leyenda que le contó un lekeitiarra para escribir Bein da betiko, leyenda que el Azkue recopilador de la sabiduría populartambién recogería en Euskalerriaren Yakintza, declarando que la conoció gracias a Jose Francisco Maruri. Por tanto, se puede sostener que Azkue elaboró dos versiones de la narración Bein da betiko: la primera, con la finalidad de trasladar el relato de Maruri al libro Euskalerriaren Yakintza, y la segunda para llevarlo al libro Bein da betiko, en 1893. Es fácil percatarse de que el relato de Azkue tiene su origen en una fábula transmitida oralmente, y no sólo por la presencia de personajes tan típicos en la tradición verbal como brujas, diablos, espíritus, etc., o por el reducido número de pausas, sino por la fuerza que cobra la palabra. La palabra infunde un enorme respeto. La palabra, el mensaje, cobra una importancia de primer orden. Tanta, que puede conducir al personaje a la enfermedad o a convertir los deseos expresados en realidad. El Azkue narrador y el Azkue músico y lingüista son inseparables. Así, mientras el Azkue músico introduce canciones en Bein da betiko, el Azkue lingüista incluye al final del libro una "Aclaración de voces menos usadas", y, tal como él mismo indica, presenta la misma historia en dos versiones lingüísticas: "Eskerreko erreskadaan Bizkai guztiko izkera edo berbeta bat egiña oitu dogu, eskumakoan Lekeitiokoa". (En la columna de la izquierda tenemos el habla de Bizkaia, y en la de la derecha la de Lekeitio). El lingüista Azkue pasa en su segunda novela breve, Ardi galdua, del dialecto vizcaíno al guipuzcoano, y deja atrás las historias fundadas en narraciones orales para recurrir a una figura muy popular en su época, la del Indiano, personaje que emigra al continente americano enriquecerse y volver a su país. El Indiano de la novela de Azkue pierde su fe en América y la recupera en unas Misiones realizadas en su pueblo natal, Leaburu. Para contar esta historia se sirve del intercambio de correspondencia. Y a pesar de la idoneidad tanto de la temática la pérdida de la fe y su posterior recuperación como de su tratamiento mediantecartas para mostrar el desarrollo del proceso en la conciencia del personaje, Azkue "llena" las cartas con otra serie de elementos. El Azkue músico sigue introduciendo canciones, y el Azkue lingüista en ocasiones emplea el paréntesis para facilitar el sinónimo de una determinada palabra, y en otras el asterisco, para ofrecer en el "anexo" del libro una serie de comentarios sobre la misma. Para escribir Latsibi se inspiró en las elecciones de Mungia de 1890, acontecimiento que aprovechó para contar la historia sobre la lucha entre los cartaginenses (liberales) y los romanos (carlistas), y que se sitúa en la línea de las anteriores narraciones, dado que acompaña el texto de canciones y destaca la función metalingüística. Azkue fue, ante todo, un "militante del euskera". Si se dedicó a la narrativa, lo hizo más por "ampliar la pequeña biblioteca vasca, para que el euskera pueda contar con lectores, al igual que las otras lenguas", que por satisfacer su anhelo de contar historias. La narración era para este militante del euskera algo más que un mero medio que le permitía demostrar la validez del euskera en la praxis. La palabra clave en Azkue es "normalizar": "normalizar" el empleo del euskera y los textos euskaldunes, para que el euskera "cuente con lectores, como cualquier otra lengua" (1) Ik. "Batzaldia" in Euskalzale, I, 1897, 8. or. (2) AZKUEKO, Resurrecion Maria: Lenengo irakurgaia. Bein da betiko, Imprenta de la Casa de Misericordia, 1893, 102. or. Ana Toledo Lezeta, Universidad de Deusto, Donostia Fotografías: De la colección Bidegileak nº5 del Gobierno Vasco Euskonews & Media 143.zbk (2001/11/9 16) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria