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La Economía del Bien Común y el caso de BIKOnsulting

Javier GOIKOETXEA SEMINARIO

Hace no mucho estaba en la idea de que era un superhombre, un hombre de negocios que desde el “pedestal” que me daba mi posición de jefe de ventas en una multinacional, estaba haciendo una gran labor. Entendía que el éxito estaba en conseguir superar las cifras de ventas que mi equipo conseguía una y otra vez, sin tener otro objetivo ni reparar en “gastos”. Hasta que un día, no se bien porqué tuve un ictus, no cerebral sino mental. Mis síntomas eran claros pero no sabía a qué era debido. Sobre todo los primeros días de mes y los domingos por la tarde me dolía el estómago a la par que recordaba que al día siguiente lunes, tenía que despedir a alguno de mis subordinados y cada mes les marcaba una cifra de objetivos (económicos) que ni yo mismo creía. Con el tiempo me dí cuenta de que era la falta de coherencia entre lo que yo era el fin de semana y lo que tenía que ser entre semana, la que me provocó aquel ictus mental. Lógicamente llegó un momento en el que los resultados comenzaron a bajar y no había incremento de ventas en mi zona, comencé a tener llamadas de atención de mis superiores a las que no podía responder porque algo dentro de mi no me dejaba. Pasado un tiempo llegó lo que entonces entendí como un fracaso, llamada de la central en Madrid y el cese acordado de mis actividades, era un mes de julio del año 2011. Yo no lo sabía, pero un “yo” había muerto, para dar paso al nacimiento de otro bien distinto. Mi anterior “yo” hubiera sentido lo sucedido como un fracaso, pero en aquellos momentos no sabía porqué, mi sentimiento era de paz.

No me lo pensé mucho para decidir realizar mi viaje soñado, aquel que toda mi vida me había rondado la cabeza y que, circunstancias del destino, podría hacer ya que tenía lo que me había faltado hasta entonces, TIEMPO. Lo preparé todo y me fui casi un mes a la India. Fue un viaje que casi sin querer fue organizado de manera perfecta. La primera mitad la centré en conocer Bombay, ciudad apabullante y un cóctel rebosante de estímulos, que hacía que todas las tardes volviera a mi hotel saturado y feliz. A pesar de viajar solo en todo momento me sentí acompañado, realmente estaba acompañado. Bombay me provocó sensaciones muy dispares pero todas positivas a pesar de la crudeza de algunas de ellas. La segunda de las dos etapas la pasé en la zona Sureste del país, donde la algarabía de gente era menor, pero aún así te podía llegar a saturar. Cierto que estar en las playas del Golfo Arábigo siempre ayuda a la calma y la reflexión, algo que buscaba después de haberme zambullido en Bombay entrando de cabeza en su vida. Pasaron los días, y muchas cosas algunas de ellas increíbles (literalmente) hasta que llegó la hora de volver a occidente, a la “comodidad” de nuestro occidente. El avión de vuelta salió de Bombay y según despegábamos un sentimiento extraño se apoderó de mi. En mi cabeza solo se repetía una pregunta ¿cómo podría ayudar a esta gente? No obtenía respuesta...

Javier Goikoetxea

El avión de vuelta salió de Bombay y según despegábamos un sentimiento extraño se apoderó de mi. En mi cabeza solo se repetía una pregunta ¿cómo podría ayudar a esta gente?.

Paradojas de la vida, llegado a mi confortable occidente no me encontraba cómodo. Suponía que era normal que después de un vapuleo tan fuerte como el que me dio la India sería lo normal, era un “jetlag” provocado por el cambio de ambiente y no por el cambio horario. Un jetlag que puedo asegurar no se pasa con el tiempo.

No pasadas tres semanas de mi vuelta a la realidad, recibí una llamada de un conocido, antiguo jefe y hoy amigo, socio y confidente.

—Hola Javi, soy Iván ¿cómo te va?
—¡Qué sorpresa Iván! Bien, ¿qué es de tu vida?
—¿Porqué no quedamos y tomamos un café para simplemente hablar?
—¡Hecho!

Allí que fuimos, sin más objetivo que el de hablar de nuestras vidas, no nos veíamos desde hacía unos 5 años cuando un proyecto truncado nos separó. Hablamos de lo divino y de lo humano, se nos unió a aquellos cafés el amigo Vicente una máquina de hacer Bien Común. Llegamos a la conclusión de que había que hacer algo por arreglar la deriva que todo estaba tomando, pero ¿qué hacer? Siguieron a aquel café algunos más, seguimos buscando la forma de “arreglar el mundo”, una de ellas estaba madurando, la de crear una asociación que pudiera ayudar a las personas, a través de pequeños gestos cotidianos, a hacer las cosas mejor ya que pensábamos firmemente que los valores humanos estaban en crisis. Fue durante uno de ellos que Iván me habló de un libro que había leído y le enganchó, se lo pedí para poder intercambiar opiniones al respecto. El libro se titulaba “La Economía del Bien Común” y estaba escrito por un profesor austriaco del que jamás había escuchado hablar, Christian Felber. Aquel libro fue todo un descubrimiento, las cosas que allí se decían estaban llenas de sentido común y se defendía lo que nosotros habíamos concluido, que la crisis en la que estábamos metidos era una crisis de valores. Un libro y una idea que aportaban luz a través de su propuesta de un cambio de paradigma, firme y con base. Además, como si de un regalo añadido o un CD adjunto se tratara, presentaba una matriz que permite medir lo que las organizaciones hacen hacia el Bien Común. La reflexión y la solución en unas pocas páginas.

La idea de crear una asociación para reflejar valores y un libro que hablaba de valores y Bien Común, no había otra, tenía que ser una asociación por el Bien Común. Comenzamos a darle vueltas y más vueltas, hasta que a Iván se le encendió una luz.

¿Qué os parece el nombre de BIKO para nuestra asociación?

Lo miramos como miran las vacas al tren y se explicó.

Steve Biko fue un activista que en tiempos del “apartheid” buscaba el Bien Común, luchando para que los negros en represalia por lo que los blancos les hacían, no hicieran lo mismo con ellos.

Teníamos nombre para nuestra asociación, “PlanBIKO, por el Bien Komun”. Los tres estábamos ilusionados como niños con la idea.

Pasó un tiempo y no siendo suficiente para nosotros el tiempo que pasábamos trabajando en la asociación, decidimos poner todo nuestro conocimiento en línea al Bien Común y durante las 24 horas del día. ¿Porqué no crear una cooperativa abierta de consultores por el Bien Común? Dicho y hecho. Así nació BIKOnsulting el año 2014, hoy somos 6 socios y varios colaboradores.

Jóvenes y monitores integrantes de Udaleku posan frente al Basque Cultural Center de San Francisco

En BIKOnsulting y así lo reflejan nuestros estatutos y objeto social, nos declaramos “Impulsores del cambio hacia el Bien Común” somos una cooperativa especializada en “Nuevas Economías Transformadoras” (NETs), Economía Circular, Colaborativa, Azul, del Bien Común, BCorp, RSC, Monetización del Valor Social, etc. que acompañamos a las organizaciones y administraciones ayudándoles en su transición hacia la sostenibilidad, gracias a determinadas herramientas que las diferentes opciones económicas nos ofrecen.

Militamos en las diferentes propuestas económicas ofrecidas por lo que en este caso y debido al motivo por el que estoy escribiendo este artículo, voy a detenerme en la economía que hizo que Eusko Ikaskuntza me invitara hace unos días a dar una charla y ahora a escribir este artículo, “La Economía del Bien Común - EBC”.

La EBC nace como una propuesta de modelo económico, social y medioambiental, centrado en las personas, que se presenta como una palanca de cambio en tres ámbitos fundamentales: económico, político y social. Es una alternativa concreta, posible, viable y aplicable a empresas y sociedad.

Actualmente la EBC es un movimiento internacional que ha puesto en marcha un proceso abierto y participativo, que está en continuo crecimiento y que busca cambios socioeconómicos a nivel local y global.

El movimiento de la EBC empezó a ser visible gracias a la publicación en Austria, en agosto de 2010, del libro de Christian Felber “La Economía del bien común” (traducido al castellano en 2012.Reeditado 2015). Desde entonces el movimiento no ha parado de crecer. La sociedad actual está inmersa en una auténtica crisis de valores y por ello la EBC propone aplicar en la economía y en la política aquellos valores que hacen florecer las relaciones humanas: honestidad, empatía, confianza, cooperación, solidaridad, etc. De esta manera, todas las propuestas nacidas de la EBC están impregnadas de una serie de valores fundamentales que conforman el ADN del modelo, y que no buscan más que el bien común de todas las personas. Estos valores son:

La EBC no ha inventado nada nuevo, pues la mayoría de las Constituciones de los países democráticos presentan estos valores como la manera de alcanzar el bienestar de todos los ciudadanos a los que amparan. Pero la actualidad no deja de demostrar que efectivamente, los estados no están cumpliendo con sus constituciones, sino que se están anteponiendo las prioridades de las empresas transnacionales y otros grupos de presión, frente a las necesidades de las personas.

La EBC propone que la economía debe ponerse al servicio de la sociedad, recuperando su función primitiva, que no es otra que la creación de riqueza y su distribución de forma racional con el objetivo de cubrir las necesidades humanas y promover así su bienestar.

La EBC busca introducir cambios en tres ámbitos fundamentales para lograr el bienestar de todas las personas:

De lo que se trata en definitiva, es de reconducir el fin de toda organización hacia el Bien Común, teniendo el dinero como herramienta, nunca como finalidad. Y llevando su actividad económica hacia la cooperación, el bienestar ciudadano, la protección del medioambiente, el apoyo a los derechos humanos y un desarrollo sostenible acorde con las necesidades humanas y ecológicas.

Para que las organizaciones puedan redirigir su objetivo último desde la maximización del beneficio hacia la maximización del bien común mediante la cooperación, la EBC propone la utilización de la Matriz del Bien Común, como herramienta de gestión del cambio.

Por otro lado se proponen 20 puntos de partida para el debate entre la población, sobre un nuevo orden económico orientado al bien común. En la web de la Economía del Bien Común se pueden encontrar dichos puntos explicados con más detalle. Son éstos:

Acabo este artículo volviendo a BIKOnsulting, para decir que hoy es el día en el que el círculo se cierra, Anesvad nos acaba de contratar durante dos años para hacer un proyecto BdP (Base de la Pirámide) para la comunidad leprosa de... ¡Bombay!

¡Salud y Bien Común!

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