El cómic de historia en el País Vasco El cómic de historia en el País Vasco Mikel Rodríguez A lo largo de esta centuria los tebeos tienen oficialmente 103 años el cómic ha dado algunas obras geniales y otras olvidables. Pero hoy en día es uno de los sectores más representativos e influyentes de la cultura de masas. Debido a su ductilidad y fácil comprensión resulta una herramienta extremadamente eficaz a la hora de hacer llegar cualquier mensaje a un amplio sector del público, incluyendo aquel segmento que rehusa enfrentarse con textos elaborados y complejos. En la actualidad la cultura reclama con fuerza el aporte de la imagen y el mundo del tebeo puede proporcionar a la Historia la potencia de su singular medio. En el cómic histórico, la Historia aporta contexto y un marco referencial a unos personajes, reales o no. Muchas veces este marco cronoespacial sufre una modificación consciente, supeditando la realidad histórica a los deseos e ideología del autor. Porque, para la mayor parte de los guionistas, la pura Historia no puede remplazar un buen argumento de ficción. Sin embargo, desde la década de los sesenta, algunos autores han realizado álbunes que son un trasunto fiel de la realidad histórica que quieren reinterpretar. Recreación de E. Bilal de un pueblo de Iparralde en los años setenta. Lo "vasco" en los tebeos históricos Los vascos, en tanto pueblo o individuos, no aparecen frecuentemente en obras extranjeras. Francia, la principal productora de cómic histórico, no ha prestado un tratamiento diferenciado a este tema. Esto pudiera considerarse consecuencia del carácter "jacobino" de cierta cultura oficial gala, pero otras regiones Bretaña, Alsacia o Córcega sí han llamado la atención de guionistas y dibujantes. En España, el tema vasco tampoco está tratado con profusión. En Iberoamérica , pese al origen "euskaldun" de alguno de los mejores autores, como H. Altuna, O. Zárate o J. Sasturain el vasco solamente aparece como personaje histórico relevante:Bolívar, Lope de Aguirre o Elcano. En el País Vasco Peninsular el primer tebeo apareció en 1894, unas viñetas en los semanarios La Semana Éuscara y El Thun Thun. Las primeras incursiones en el cómic histórico las realizó Juan de Zabala en Argia: el Abrazo de Vergara, la Ley de 1839 o la Ley de 1876. Durante la Guerra Civil, José Arrúe relató los hechos desde la óptica del Gobierno Vasco mientras Flechas y Pelayos daba la versión franquista de la campaña desde San Sebastián. Por cierto tiempo, Donostia fue el principal foco de producción de tebeos en España, hasta su sustitución por Valencia, donde muchos artistas de izquierda trabajaban a bajo precio desde la cárcel. Con la Transición aparecen tímidamente revistas de tebeos en "euskera", como Gomikia euskaraz o Kili kili. Pero las historietas en el País Vasco se han interesado más por el humor social que por la Historia. En la CAPV no existen publicaciones periódicas de cómic de historia. En Ipurbeltz. Euskal komikia (Erein) y Habeko Mik (HABE), bajo la fórmula de entregas, se han ofrecido bastantes tebeos de temática histórica y existe una editorial especializada, Ikusager, que bajo la dirección de E. Santolaya se ha convertido en un referente de este género en el ámbito mundial. Su fórmula de trabajo es diferente a la del resto del sector. La génesis de sus tebeos resulta muy laboriosa, alrededor de dos años, porque siempre existe un trabajo bibliográfico y de campo previo. Efectúan montajes fotográficos de los escenarios reales y a veces la búsqueda de la documentación les ha llevado a realizar auténticos periplos, como el que les condujo a la URSS para entrevistarse con el hijo de Koltsov. Este laborioso proceso convierte la mayoría de sus álbunes en preciosistas reconstrucciones del pasado. Otras editoriales como Ttarttalo, Erein y Orain han seguido esta línea de trabajo a menor escala. La prensa ocasionalmente ha editado tebeos biográficos o de aventuras de carácter histórico. Es el caso de Gabai, pretenciosaobra de más de 1500 páginas, repleta de reflexiones extemporáneas. Aunque ínfulas no le faltan, ya que declara querer cubrir el hueco que los malos profesores y sus métodos poco pedagógicos dejan en el conocimiento histórico de los alumnos. Del centenar de tebeos de tema histórico publicados, muy pocos entran dentro del género de la "historia dibujada", como la Historia de Navarra o los espléndidos álbunes de Antonio Hernández Palacios Euskadi en llamas o Gorka Gudari. Algunos son obras de aventuras bien ambientadas, como los ciclos de Justín Hiriart y de Elvira Goitia, que nos introducen en el mundo marítimo a inicios de la época moderna y en las tribulaciones de los heterodoxos durante el siglo XVII, respectivamente. Pero siguiendo una tendencia bastante habitual, los autores se han centrado en el género biográfico: existen más de medio centenar de estas obras (Sabino Arana, Koldo Mitxelena, Iradier, La Monja Alférez...). También podemos encontramos comics vinculados a acontecimientos concretos, generalmente bélicos, pero apenas si hay álbunes dedicados a procesos estructurales, de media o larga duración. Con respecto al marco cronológico, existen importantes lagunas: no hay tebeos basados en datos arqueológicos o etnográficos, con lo que las pocas historietas ambientadas en el Neolítico, Época Romana, Visigoda o la Alta Edad Media muestran escenarios ambiguos o errados. Surgidos principalmente para consumo interno del país, muchos tebeos presentan un trasfondo ideológico abertzale, lo que provoca cierto sesgo cronológico y temático: desde la delirante paranoia de Euskal Historia, pasando por la animosidad antiespañola y antifrancesa de Gabai, hasta una tenue crítica de la incomprensión de los estamentos de poder ante la cultura vasca presente en la obra de G. Muro Harriet. Otras obras, como el caso de Ikusager, no comparten esta visión nacionalista vasca o, simplemente, no presentan mensajes ideológicos explícitos debido a su carácter lúdico y evasivo. La dicotomíade lo vasco frente a lo estatal lleva frecuentemente a modificaciones del marco cronoespacial y a interpretaciones en clave contemporánea de hechos del pasado. Esta sensibilidad nacionalista se aplica también a la elección de los protagonistas objeto de las historietas. Los personajes cuya actuación se inserta en el servicio de la Corona los Oquendo, Legazpi o Blas de Lezo han merecido escasísima atención. Frente a ello, son recurrentes las referencias a Roncesvalles, a la represión inquisitorial o a diversas matxinadas, dándoles en ocasiones una interpretación muy discutible. Todas estas características son comunes a los tebeos para consumo interno de una comunidad. De hecho, los comics que tienen su mercado fuera del País Vasco presentan estas características mucho más matizadamente. La confrontación entre lo "vasco" y el estado español, francés o británico es lo previsible en un género que, como fórmula general, busca contraponer la libertad individual del desvalido héroe y las masivas e impersonales fuerzas del poder establecido. La abundancia de biografías, generalmente de carácter hagiográfico, también responde a la necesidad de proporcionar a la comunidad arquetipos de buenos vascos, una "galería de hombres ilustres". Respecto al contenido sexista de los tebeos, cuestión de candente actualidad y una de las deficiencias crónicas del género, se aprecian algunas peculiaridades. No abundan los desnudos femeninos y las escenas sexuales explícitas son todavía más raras. Sin embargo, el personaje y las actitudes masculinas el "arquetipo viril" son los elementos definidores de la inmensa mayoría de los argumentos. Mikel Rodríguez, profesor de Historia Euskonews & Media 97.zbk (2000 / 10 27 / 11 3) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria
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