9 Zenbakia 1998-11-06 / 1998-11-13

Gaiak

Escritores vascos del 98

LASAGABASTER, Txuma

Escritores vascos del 98 Escritores vascos del 98 Txuma Lasagabaster Azorín, el inventor de la famosa , discutible y discutida denominación de "Generación de 1898", en la nómina de escritores que cita en los célebres artículos del ABC, publicados en 1913 y que sirven de partida de nacimiento de la generación, cita también al vizcaíno Manuel Bueno como componente de ese grupo generacional. Se podría señalar igualmente a otros escritores, que podrían ser adscritos, y no sólo por cronología, al grupo: José María Salaverría, al que algún crítico considera más bien un "epígono del 98", o el propio Ricardo Baroja, que además de sus pinturas y grabados, dejó también una obra literaria meritoria, pero oscurecida, tal vez porque su hermano Pío agotaba las expectativas literaria de la familia Baroja. Cuando se habla de escritores vascos de la generación del 98, se piensa en esa especie de trinidad excelsa que constituyen el vizcaíno Miguel de Unamuno, el guipuzcoano Pío Baroja y el alavés Ramiro de Maeztu; incluso la figura misma de Maeztu parece quedar en cierto modo ensombrecida, no tanto por la posición ideológica ultraconservadora que adoptó tras sus primeros escarceos con una izquierda radical, cuanto por la arrolladora importancia que, no sólo en la generación, sino en la literatura española del siglo XX, ha adquirido la personalidad literaria de Unamuno y de Baroja. Curiosamente, si el concepto mismo de generación es hoy no ya puesto en cuestión, sino mayoritariamente rechazado en la historiografía literaria contemporánea, lo es mucho más en el caso del 98; y fueron los propios escritores los primeros en poner bajo sospecha una adscripción inexacta o cuando menos ambigua. Es Unamuno el que seguramente menor resistencia opone a ser incluido en el catálogo noventayochista; aunque subrayando la singularidad de cada escritor en relación a los demás del grupo; más radical se muestra Ramiro de Maeztu, al poner en tela de juicio no sólo su adscripción, sino la existencia mismade una generación de 1898, posición que también adopta Baroja, ya desde Juventud, egolatría (1917); aunque, en una conferencia en 1926, "Divagaciones de autocrítica", distingue tres generaciones literarias, la de 1840, la de 1870, en la que se incluye Baroja nació en 1872, Maeztu en 1874 y Unamuno en 1864 y la de 1900. Háblese de "Generación de 1898", de "promoción literaria de la Regencia", de "modernismo" o de "literatura finisecular", el dato es que este momento de la literatura española está definido en buena medida por el peso y la significación que tienen dos de los tres escritores vascos que, con una denominación u otra, aparecen siempre adscritos a ese grupo "generacional": Miguel de Unamuno y Pío Baroja. Y cada uno apadrinando lo que de innovador tiene el movimiento literario que nace aproximadamente con el siglo, frente a la tradición decimonónica, en los diferentes géneros que mejor los definen como escritores: Baroja en la novela, Unamuno en el ensayo, filosófico o no (¿para cuándo la reivindicación del Unamuno poeta?). Quizás uno de los aspectos más destacables es que, por primera vez en la historia de la literatura española, son vascos algunos de los escritores que mejor marcan el rumbo estético, ideológico y cultural de un momento literario, a caballo entre dos siglos, que significa la superación del realismo y naturalismo decimonónicos, para poner a la literatura española proa a las corrientes estéticas del siglo XX europeo y de la modernidad literaria. Esto no quiere decir que escritores vascos no hayan estado presentes, y en ocasiones con una presencia significativa y brillante, en la literatura española de otras épocas; aunque el elenco de escritores que recoge Elías Amézaga en su libro Los vascos que escribieron en castellano parezca dictado en ocasiones más por la buena voluntad del autor que por el rigor en la selección; es verdad, sin embargo, que, desde que el castellano existe como lengua literaria, los vascos hemos recurrido a ella parahacer literatura; no está, pues, tan fuera de lugar considerar como "uno de los nuestros" al riojano Gonzalo de Berceo, el primer poeta conocido de la lengua castellana. Pero es sin duda con la llamada "generación del 98" cuando escritores vascos cobran en la literatura española un protagonismo que nunca hasta entonces habían tenido. Pío Baroja es el novelista del 98, por antonomasia, si bien también escribieron novelas Unamuno aunque él las llamara irónicamente "nivolas" , Valle Inclán o Azorín. La novela barojiana, esa novela permeable y abierta que el escritor defiende contra Ortega en su famoso prólogo a La nave de los locos (1925), marca una frontera clara entre la novela realista del XIX y las nuevas maneras de entender la novela modernismo, existencialismo, impresionismo, simbolismo¼, e incluso subgéneros novelescos que habían sido cultivados en la etapa anterior, como la novela social o la histórica no ya en España, sino en Europa. Unamuno es, sin lugar a duda, la figura más señera del grupo, y uno de los representantes más eximios de la intelectualidad europea del primer tercio del siglo XX. Paradójico y contradictorio por naturaleza y por vocación, Unamuno cultivó tuvo que hacerlo todos los géneros literarios: fue novelista y poeta, cuentista y dramaturgo, articulista y autor de sólidos ensayos, donde la reflexión filosófica y teológica se combinan desde la agónica tensión existencial de Don Miguel. Ramiro de Maeztu es también una figura central del grupo de los "noventayochistas", aunque, desde la perspectiva de la literatura, no tenga, ni mucho menos, la significación de Baroja o Unamuno. De lo que escribió Maeztu, lo más importante sin duda es su obra periodística. Miguel de Unamuno, Ramiro de Maeztu, Pío Baroja, tres vascos singulares, distintos y hasta contradictorios, humana, ideológica y literariamente, dan contenido y significación a un grupo el del 98 , tan decisivo en la historia española de este siglo, y no sólo la literaria, sinotambién la intelectual y hasta la política.