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Vascos en la guerra entre pastores y cow-boys
Entre 1870 y hasta comienzos de los 1930, vaqueros y ovejeros chocaron a causa de la utilización de los pastos en Texas, Nuevo México, Arizona, California, Colorado, Idaho, Oregon, Washington y Wyoming. Durante más de cinco décadas de “guerra”, por lo menos treinta pastores y dieciséis vaqueros murieron. A esto hay que sumar que unas 53.000 ovejas tiroteadas, acuchillas, envenenadas,… Los vascos se vieron envueltos en estas pugnas. Aparecen incluso en novelas de Harry Sanclair-Drago (un autor especializado en temas del oeste), como Whispering sage (1922)[1]. “En realidad el recurso a la violencia como tal fue tan poco frecuente como restringida a individuos de carácter especialmente vehemente. Esto no quiere decir que los enemigos de los ovejeros itinerantes estuviesen intimidados o que no fuesen partidarios de utilizar medidas extralegales. Se amenazaba con la violencia para conseguir que los ovejeros se marchasen, aunque tal intimidación fuese sencillamente un engaño” (Douglass & Bilnao: 344).
Poco a poco, la prensa iba publicando noticias sobre el tema en la que aparecen vascos. En 1877, Ildefonso Urtasun, de la casa Perkain de Aurizperri-Espinal, era ovejero en el condado de Ventura. Aquel año se encontraba con sus ovejas en el monte y un vaquero, Jeff Howard, le disparó dejándole muerto tendido junto a una roca. El asesino alegó que el pastor había entrado sus tierras recién sembradas y que, además, recibió al vaquero disparando su revolver. Ambas cosas no eran ciertas. Además, había un testigo: Antonio Echarren, un joven pastor (de 17 años) natural de Erro que logró escapar cuando comenzaron los tiros. La prensa pedía una condena ejemplar para acabar de una vez con los asesinatos alevosos en el condado de Ventura (La Crónica, Las Ángeles, 20 de junio de 1877).
Andrés Indurain, de Isaba, fue asesinado el 27 de noviembre de 1917 cuando se encontraba con su rebaño a 16 millas al este de Vaughn. Como responsable fue detenido Lon Seimour, un vaquero tejano, que, para evitar que fuese linchado por los ovejeros que les esperaban, fue llevado a la cárcel de Las Vegas, NM (Estancia News Herald, 13-12-1917). Seimour fue juzgado en Santa Rosa y condenado por asesinato en segundo grado (Albuquerque Journal, 18-04-1918).

Sebastian Salutregui.
Sebastián Salutregui, de Munitibar, Bizkaia, tuvo problemas con los vaqueros, en Moss Flat, Hill City y Fairfield, Idaho. Un vaquero llegó a enganchar a un pastor con un lazo y lo arrastró varios kilómetros, casi hasta matarlo. Una noche se le presentaron dos vaqueros e intentaron cogerle con el lazo. Cargó su rifle 30/30 y apuntándoles a bocajarro, consiguió que se dieran a la fuga.
El 28 de marzo de 1921 un ranchero Calvin Clinton Loague mató a un pastor, Policarpo Anaut, porque sus ovejas habían entrado en sus tierras. En juicio el ranchero alegó “autodefensa” (The Deming Headlight, 3 de agosto de 1923).
Javier Burusco, de Orbaiceta, Valle de Aezkoa, junto a otro pastor, Raymond Thorour, dispararon contra un ganadero que trataba de dispersar el rebaño que, según este último, había invadido sus tierras. Los pastores fueron detenidos y llevados ante un juez que les impuso una fianza de 5000 dólares a cada uno (Ogden Standard-Examiner, 1921-01-15). Días antes del incidente, los dos pastores “franceses” había sido atacados por cinco hombres enmascarados, forzándoles a llevar a sus ovejas a un cañón fuera de los pastos delimitados (Salt Lake Tribune, The, 1921-02-14). El vasco fue condenado y comenzó a cumplir pena de prisión. Tras dos años en la cárcel, la sentencia fue revisada y puesto en libertad al considerar el juez que no había evidencias de que Burusco hubiese disparado ni que existiese una “conspiración criminal” entre los dos pastores para atacar al ganadero (Salt Lake Tribune, The, 1923-04-06).

El 9 de julio de 1924, Vicente Arrate Gabicagojeascoa, de Gizaburuaga, Bizkaia, conducía su rebaño a 35 millas al noreste de Austin, Nevada. A pasar cerca de las tierras de Thomas Brackney este último le increpó y echó mano al revolver. Lo mismo hizo Arrate. Brackney recibió el disparo en el antebrazo y su fue a casa. El pastor con un tiro en el costado quedó tumbado en el suelo. Cuando el agresor, llegó a su casa aún tardó en enviar aviso de lo sucedido, y lo hizo a través de un vecino. Por fin, llegaron las autoridades que se habían entretenido recuperando el caballo del agresor. Aún estaba vivo, se había desangrado y no había agua, así que fueron a buscar agua. Falleció poco después (Nevada State Journal, 11-04-1924).

Douglass & Bilbao recuerdan que a Brackney se le describía como “un granjero que sentía manifiesta aversión hacia todos los pastores de ovejas”. Fue absuelto en octubre (Douglass & Bilbao: 343). Por cierto, la prensa local, demostrando imparcialidad, deseaba una pronta recuperación al agresor. Vicente Arrate descansa en el cementerio de Elko, en Nevada .

Hayden Gilbert.
El 3 de junio de 1930, un ranchero (vaquero) tejano, Hayden Gilbert, fue encarcelado por el asesinato de Constantino Garde. El vaquero asegura que Garde le apuntó con su arma y por eso disparó “en defensa propia”. La historia fue otra.
Garde estaba atendiendo a sus ovejas en las tierras que había alquilado justamente en el Gilbert Ranch. El vaquero comenzó a avanzar con vacas por las tierras y el roncalés -que estaba junto a su automóvil con dos de sus hijos adolescentes- le gritó para que diese la vuelta. Entonces Hayden le disparó dejándole gravemente herido. Sus hijos trataron de llevarle a Carrizosa, pero el pastor falleció en el camino. La policía descubrió que la escopeta del roncalés estaba dentro de su coche. Por cierto, uno de los testigos de apellido Brady era nieto de Pat Garrett, el sheriff que mató a Billy el Niño. Con la información recibida, el juez le puso una fianza de 10.000 dólares, lo que era una cantidad respetable.
El 6 de septiembre de 1933, el tejano fue condenado por asesinato en segundo grado a entre 25 y 30 años más costas. Falleció en Texas a causa de un ataque al corazón el 1 de agosto de 1942.
Manipular el enfrentamiento
Una noticia aparecida en un diario de Nuevo México el 18 de septiembre de 1928 confirmaba algo sabido. El periódico insinuaba que los sucesivos gobernadores de Nuevo México se aprovechaban de “la vieja enemistad entre vaqueros y pastores”. Ante esto, vaqueros y pastores “de la vecindad” publicaron una nota en la que se decía el 95 % ganaderos (vaqueros y pastores) apoyaban al gobernador. La firmaban ganaderos de los condados de Torrance, Guadalupe y Lincoln. La lista la encabezan los roncaleses y otros vascos como Eugenio Pérez, Víctor Pérez, John Burguete, Leandro Garde, José Antonio Esparza o Baltasar Ara, Manuel Vicente, Andrés Arretche, Arnaud Ardans (Albuquerque Journal, 3-10-1928).
Bibliografía
Douglass, W.A. & Bilbao, J. Amerikanuak. Los vascos en el Nuevo Mundo. Bilbao (1986): Servicio editorial de la Universidad del País Vasco.
[1] Harry Sinclar-Drago, Whispering sage (2018). Forgotten books (reprint).