772 Zenbakia 2022-05-18 / 2022-06-15

Gaiak

Las esferas del futuro en la sociedad vasca

GURRUTXAGA ABAD, Ander

Universidad País Vasco/Euskal Herriko Unibersitatea

Resumir algunas ideas del texto “Verdades que Unen, Mentiras que Atan” es una labor necesaria, los contextos que mueven el mundo se transforman y el País Vasco encara situaciones nuevas y novedosas. De estos hechos sabemos algunas cosas: los cambios estructurales construyen la época que adquiere características singulares en relación con situaciones pasadas. Hay dos características significativas; i) el poder tecnológico modifica las esferas de la vida; ii) los sentidos de la globalización transforman el orden económico y geoestratégico. La conexión condiciona el mundo nuevo. El éxito del encuentro define la nueva época: la cuarta revolución industrial, pronto se hablará de la quinta, emerge con la carta de presentación de este nuevo tiempo.

Hay tres hechos que emergen de esas encrucijadas; i) el incremento de la desigualdad. La sociedad tecnológica crea marcos sociales que discriminan y fracturan los ámbitos en los que se mueve; las clases medias se debilitan y “el motor de la historia”, la movilidad social ascendente y los mecanismos del ascensor social- la situación en el empleo y la educación, sobre todo- provocan dudas sobre su estatus social; ii) la mirada asiática impacta en la perspectiva occidental. Asia- especialmente China, Japón, India, Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Indonesia, Malasia o Vietnam- invaden, con sus productos, inversiones y capacidad productiva los mercados occidentales. La experiencia, además, demuestra que pueden sostenerse procesos de crecimiento económico sin seguir la senda trazada por la modernización occidental; iii) la democracia liberal se encuentra con tres problemas: i) la fatiga de materiales; ii) el crecimiento electoral de aquellos que la niegan y; iii) la competencia de modelos autocráticos en proceso de expansión.

La sociedad vasca no es ajena a esto; el hierro y los barcos ceden la hegemonía detentada a lo largo de más de un siglo y sus símbolos desaparecen. Es el tiempo del “antropólogo industrial” que asume las reglas de oro de este tiempo; las conexiones, la interdependencia, la competitividad, la productividad y el cambio tecnológico. Los procesos inciden en aspectos significativos; repercuten en el empleo, transforman los sentidos del trabajo, debilitan la cultura obrero-industrial y amalgaman el individualismo con la praxis del consumo. En el mercado de valores, el peso de la tradición, la austeridad, el esfuerzo, el trabajo bien hecho  o el valor del encuentro en el tajo pierden capacidad de penetración social, pero mantienen el recuerdo del poder social de la cultura obrero industrial y las estructuras comunitarias.

La desaparición de ETA en dos plazos -2011 y 2018-, quita dramatismo a las relaciones sociales y políticas, pero el periodo tiene costes significativos. La Euskadi autonómica se acoge al proceso de cambio estructural; la política se rutiniza, pierde dramatismo, se reduce la radicalidad del conflicto con el Estado y los objetivos de los programas máximos de unos y otros. El bienestar atraviesa las paredes de los edificios vascos y su praxis se transforma en la fuente de legitimación de los entramados políticos y sociales.

En el año 2022, el País Vasco es una sociedad de clases medias. Los datos del EUSTAT son elocuentes: la renta familiar media se sitúa en 43.648€ en el año 2018. No obstante, el Informe Iseak -2020- recoge que Euskadi es en el año 2018 una sociedad más desigual que en el 2008. Según los datos del Eurostat, el coeficiente Gini en España en el 2018 fue de 33,2, el de la UE es 30,9; en la CAE de 26,8 , punto y medio más alto que al inicio de la crisis.

Verdades que Unen, Mentiras que Atan.

Otros datos dicen que: i) la ciudadanía vasca no tiene “gran interés” por la política (poco-30%-, nada- 33%-); sólo el 12% está “muy” interesada y el 24% está “algo” interesada; ii) en el continuum izquierda-derecha ( en la escala entre 1 y 10) la ubicación mayoritaria es entre el 4 y el 4,2. En síntesis, los ciudadanos vascos se sienten cómodos en el Centro, ese espacio socorrido paro carente de definición empírica; iii) en la escala entre el 1 y el 10, las personas que dicen “ser nacionalistas” se ubican entre el 4,9 y el 5 a lo largo de la serie histórica, es decir, en el centro del espectro de respuestas, con amplio margen para la interpretación; iv) si miro por la ventana descubro el “carácter moderado” en otros valores sociales, lejos de la hegemonía excluyente de cualesquiera de las pretensiones sobre cómo y qué somos. La gestión de la moderación es el objetivo, como si los extremos estuviese fuera de las coordenadas valorativas; v) se invierte en afán analítico para medir el grado de independentismo. Los datos deslindan los territorios de respuestas: “sólo” el 21% se declara independentistas, el 41% están en desacuerdo y el 32% contestan que depende de las circunstancias, lo que otorga verosimilitud al sesgo pragmático de las respuestas. El recorrido empírico por dos décadas de respuestas insiste en la pugna mantenida (el pico más alto se alcanza en 2014, con el 30% favorable), lo que, paradójicamente, más se incrementa es el desacuerdo (pasa del 28% al 41% en veinte años); vi) con el sentimiento de pertenencia ocurre que los resultados de la identidad nacional subjetiva percibida: “sólo vascos”, siendo relevante, no es mayoritaria (19%), alejados de “los mejores momentos” (el 32% en el 2005), mientras la tendencia, “sólo español” está en el mismo lugar (el 4% de la población encuestada); vii) se afirman opciones más complejas que acogen la mayoría de las opiniones (el 25% dicen ser más vasco que español y el 40% tan vasco como español ); viii) las dudas las suscita la pérdida de la opción “sólo” y la opinión “además”, es decir, más pluralidad y moderación de las posiciones valorativas en la ubicación socio política y el sentimiento de pertenencia.

El futuro se desliza hacia la gestión de la moderación. Los datos empíricos dibujan tres opciones: i) moderación en las posiciones sociopolíticas; ii) deserción progresiva de las opciones no inclusivas; iii) la gestión de la gobernanza “pasa” por la complejidad en las respuestas a las preguntas sobre quienes somos y qué queremos. El interrogante abierto es el siguiente: la llave del futuro, ¿quién la tiene? Expresado de otra manera, ¿cómo gestionar el cambio y el futuro? La llamada de los datos es precisa: gestionen la moderación.

Es la seguridad material la que marca y asegura los contenidos que importan. La hipótesis es que cada vez se está más lejos de la ideología de los valores primordiales y el uso de la identidad como el espacio de confrontación para remarcar la posición “sólo”. La institucionalización de la diferencia y el poder social de la autonomía política se dan la mano para ofrecerse, junto al pragmatismo de la seguridad material y la consolidación del dosel sagrado, como los dos recursos que gestionan las expectativas vascas. Los datos analizados explican que las elecciones no se ganan con la confrontación identitaria excluyente sino gestionando la seguridad material y la identificación con los rasgos que ofrece (bienestar, calidad de vida, confianza institucional, identidad y democracia). La sociedad vasca se aleja de “retiros identitarios” y promesas sin evidencias empíricas para promover la identificación inclusiva y el pragmatismo de la seguridad material. Desde la luz que arrojan los datos empíricos se mantiene la idea fuerza: la oferta política es relevante si las recompensas sociales tienen el suelo en la seguridad material y la bóveda en la identidad inclusiva.

¿Se adivina un nuevo mundo para Euskadi después del Covid-19? Responder a la cuestión es preguntarse; ¿qué hay que transformar para crear lo nuevo? En el País Vasco se reflejan tendencias y tensiones pero las respuestas ante los interrogantes no son definitivas. Mi hipótesis es que el mundo que “emerge” estaba ya, la pandemia provoca su aceleración y la radicalización de las consecuencias que promueve. Algunas cuestiones a tener en cuenta son: i) la estructura demográfica señala desajustes internos en la distribución de la población. El envejecimiento es una tendencia imparable, sus consecuencias se mueven en planos cada vez más complejos y ; ii) el relevo generacional emerge con dificultades al estar en cuestión los mecanismos que hacen posible que los jóvenes se transformen en adultos; iii) la modernización de la modernización económica se sustenta sobre la innovación de la innovación lo que conduce a definir con precisión los sectores estratégicos que ocuparán los lugares productivos que quedan después de la sociedad industrial clásica. Preparar y prepararse es el acontecimiento generacional para aceptar y acertar con las transformaciones de la era tecnológica, pero ¿cómo estar y construir la 4ª o la 5ª Revolución Industrial? Su poder y disonancias, la expansión de lo global, el capitalismo de vigilancia, el impacto de Asia, la reubicación de la desigualdad y las mutaciones del mensaje democrático, configuran las características que canalizan el nuevo siglo. Las dos preguntas que hay que contestar son: ¿qué nos ata y conecta? ¿cómo y quienes somos?

En resumen, cambian los contextos externos pero, por otra parte, su presencia cada vez es más significativos en realidades como la vasca. Las respuestas se encuentran con el mundo global y las leyes con las que se construye la nueva época. Las verdades y las mentiras los miran para ofrecer respuestas a las preguntas. La velocidad de los cambios y su aceleración, junto a la interdependencia e interconexión, son reglas con las que hay que entenderse.


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