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La comunidad vasca de San Francisco: Los orígenes (1849-1949) (II/II)
La comunidad vasca de San Francisco: Los orígenes (1849-1949)(I/II)
A qué se dedicaron los vascos
La historia de población vasca estable en la ciudad de San Francisco tiene varios periodos: El primero llega hasta los días del terremoto (1906). Hasta entonces, por ejemplo, residían en la ciudad algunos de los más importantes tratantes de ovejas y de lana que, a partir de entonces, se trasladaron mayoritariamente a Fresno. El segundo periodo llega hasta los días de la I Guerra Mundial y de la Revolución mexicana. Es cuando se produce la llegada de marinos mercantes: tanto desde México, desde algunos puertos del Este, como desde el País Vasco. Este periodo se prolonga hasta el final de la guerra mundial. Otros oficios que identificaban a los vascos de San Francisco fueron los de panaderos, lavanderos, cocineros o jardineros. Aunque de forma temporal, vivieron en la ciudad pastores de ovejas, especialmente en los meses de invierno, o cuando llegaban a la espera de trasladarse a su destino definitivo.
Marinos
San Francisco iba a convertirse en el puerto más importante de la costa pacífica, y uno de los mejores puertos naturales del mundo. El desarrollo comenzó a partir de 1863 cuando se levantó un rompeolas frente la franja costera. El puerto cobró un impulso definitivo cuando, en 1869, se completó el ferrocarril transcontinental. Asimismo, era la puerta de entrada de la inmigración y de los productos de Asia. Y, por lo que afecta a los vascos, especialmente de Filipinas. No hay que olvidar que, después del tratado de Paris de 1898, que supuso la anexión de Filipinas por parte de Estados Unidos, los puertos americanos se convirtieron en el primer destino de los productos y de los barcos filipinos. En ambos casos, los vascos asentados desde antiguo en el archipiélago tenían importantes intereses. Tanto en el comercio de determinados productos como la azúcar o la copra como en el transporte marítimo[1].
Muchos marinos vascos, especialmente pilotos, trabajaron en California para conseguir la nacionalidad y, de esta forma, poder conseguir el registro para mandar barcos con pabellón americano. Es cierto que la mayoría acababan en Filipinas donde podían prosperar de forma más rápida. Este fue el caso de los capitanes Martín Aguirre, de Ea, o de Angel Barandica, de Elantxobe, Vicente Artadi, de Mundaka, …
Como ocurre en los puertos atlánticos, también en los del Oeste se necesitaban marinos formados en vapores: maquinistas, engrasadores, bomberos marinos, … Más tarde, cocineros y camareros. Hacían las rutas del Lejano Oriente y del Pacífico Sur, entre los puertos californianos y los de Latinoamérica y también trabajaron en los ferries que hacían las rutas de la bahía. En los periodos que pasaban en tierra, se instalaban en las pensiones vascas de la ciudad[2]. Un porcentaje apreciable trajo a sus familias y fijó su domicilio en la ciudad. Uno de casa cinco era propietario de lasa en que habitaban (US Federal Census, 1930-1940).
Como en el caso de Nueva York, los marinos se implicaron en las actividades de la comunidad vasca. Así, Doroteo Albizua, de Mundaka, o Eugenio Naverán, de Gautegiz Arteaga, formaron parte en 1924 de la primera Junta Directiva de la Sociedad Euskaldunak Denak Bat, con sede en San Francisco.
Estibadores y astilleros
Hasta la década de los 1940 fueron muchos los vascos que trabajaron en los muelles de San Francisco y en otros puertos de la Bahía como Oackland. Algunos se emplearon sobre todo como carpinteros en los astilleros. La mayoría como estibadores (longshoremen) en su mayoría afiliados a la Waterfront Employers Association.
Panaderos
Muchas veces se ha identificado la comunidad vasca de San Francisco con los jardineros y no con los marinos o, sobre todo, con los panaderos. Durante más de medio siglo, la panadería fue la principal ocupación de los vascos de ciudad. Trabajaban tanto en la tahona como de repartidores que transportaban el pan del día en vistosas furgonetas. Seguramente, en el momento de máxima actividad, había un centenar de vascos trabajando en las panaderías de San Francisco.
Dos familias vascas -que, en realidad, eran una- estuvieron al frente de dos de las más importantes panaderías de la ciudad durante casi un siglo. Ambas, además, tienen en común que proceden de dos comunas vecinas entre sí de la Baja Zuberoa: Onize Pea (Abense de Bas) y Bildoze (Viodos) y que, hoy, forman una única entidad. Como ocurre en otros casos, muchos paisanos trabajaron para ellos.
La primera fue la de los hermanos Sehabiage (Jean Pierre, Arnaud y Thomas) nacidos en Onize Pea. Tenían su sede en el 814 de Greenwich St. Arnaud llegó en 1883 y, cuatro años más tarde, llamó a su hermano Thomas. Ese año, en 1887, abrieron una panadería en sociedad. Dicha sociedad se disolvió finalmente en 1909.[3] Otro Sehebiague, Michel, hermano de los anteriores, que había llegado en 1882, tenía su propia panadería en el 1701 de Hyde St. Jean Pierre dejó pronto la panadería y se trasladó a Napa, primero como encargado de bodega de vinos y, luego, regentando su propia bodega, Palmow Winery, además de una tienda.

A la izquierda, Saint-Jean. A la derecha, Jean.
Vinculados a los Sehebiague, los hermanos Larraburu, originarios de Bildoze, estaban llamados a ser unos de los panaderos más famosos de América. Jean comenzó trabajando como panadero para Hillou & Bissou y, brevemente, abrió una panadería en Taylor Street en sociedad con sus mediohermano Ardaud Sehabiague. Por su parte, su hermano Saint-Jean Larraburu fue un tiempo jardinero, quizá por ello fue miembro de la French Gardeners Association. Este último se casó con Louise Sehebiague. Los hermanos establecieron su panadería, en 1896. La panadería de los Hermanos Larraburu (Larraburu Bros) creo un pan de masa cuya fórmula llegó a identificarse con la propia ciudad. Con motivo de la aparturra del Canal de Panamá, se organizó una gran exposición, Panamá-Pacific- en la que en pan de los vascos recibió una copa de oro. Fueron propietarios asimismo de la Higienic Baking Company y de la New Parisian Daily Bread. Vendían sus productos a hoteles, restaurantes, líneas aéreas, … En 1946, los Larraburu se retiraron y vendieron la compañía a tres de sus empleados. Durante cincuenta años, la mayor parte de sus empleados eran vascos y franceses.[4]
En 1976, Larraburu Bros. tuvo que cerrar. El cierre tuvo su origen en un accidente. Un camión de reparto atropelló a un niño de seis años y la compañía tuvo que pagar una indemnización de 2.000.000 de dólares. La póliza solo cubría 1.250.000 lo que generó problemas financieros crecientes (San Francisco Chronicle, 29-V-1976)
Como se ha dicho, fueron muchos los paisanos que trabajaron como panaderos, o como conductores para los Sehebiegue y, sobre todo, para los Larraburu. Algunos eran vecinos. De Bildoze, por ejemplo, eran Jean Mendibil, Jean Baptiste Sallaberri, Pierre Hastaran, Jean Etchegaray, Luis Sallaberry… de Maule, Guillaume Maysonave, Jean Hastaran, Louis Sallaberry…
Otra saga de panaderos vascos en San Francisco es la de los Yoldi Amorena. El primer en llegar, en 1917, fue Juan, el mayor de los hermanos que. En 1910, trabajaba en una panadería en Powell Street. Luego, lo hizo en el 729 Broadway. En 1912 se reunieron con él sus hermanos Bernardo y Lorenzo que ya eran panaderos en Otano, Nafarroa, donde vivían. Juan tenía su propio establecimiento en el 3587 de las 19th St. Juan falleció en 1920 y, ese mismo, año, Bernardo y Lorenzo, con John Matich, un yugoslavo que ya había sido socio de su hermano, formaron la European Baking Company en el mismo lugar.
Siguieron llegando hermanos: En 1920, llegó Marino. En 1923, lo hicieron Leandro y Tomás(1923). Leandro trabajó con sus hermanos hasta que se casó con María, una joven que trabajaba en una tienda como dependiente. Entonces, Se fue a Arizona donde su suegro Saturnino Moler Iturri, también Navarro, tenía una panadería.
A finales de la décado de los 1920, Bernardo (que falleció en 1927 con 39 años), Marino, Lorenzo, Tomás y su cuñado Pedro Erdozain, de Rocaforte, casado con Mercedes Yoldi, tenían una panadería en el 95 de Larkin Street. Posteriormente, Lorenzo, en sociedad con su cuñado Pedro Erdozain puso en marcha la Franco-Californian French Bakery. Mientras tanto, Tomás y Gabriel comenzaron a trabajar para los Larraburu. Tomás, en la New Parisian. Años más tarde, el hijo de Gabriel, Gabe, llegó a ser el general manager de la planta de los Larraburu Bros.
Lavanderías
A finales del siglo XIX y principios del XX, la mayor parte de las lavanderías francesas de San Francisco y de área de Bahía eran propiedad de bearneses. Muchos de sus empleados eran vascos de Zuberoa, algunos de comunas vecinas. También hubo vascos propietarios. Así, en 1898, los zuberatorrak Jean y Marie Urruty regentaban una lavandería en Filmore Street. Tras el terremoto, la trasladaron a Geary Street. En el Almanach des Français en Californie de 1925, aparecen cinco lavanderías (French laundry) regentadas por vascos. [5] No todos los vascos eran zuberotarrak. Por ejemplo, Benoit Bentaberry, de Azkarate, se empleó en la Canderan French Laundry o Gratien Ospital, de Banka, que lo hizoen la Golden Gate Valley Laundry…

Cocina del Hotel Saint Francis. Gregorio Salegui el segundo por la izquierda.
Cocineros
Desde la década de los 1860, por lo menos, siempre ha habido cocineros vascos en San Francisco. Hombres y mujeres. Trabajaban en hoteles de todas las clases, restaurantes, clubes, casas particulares y en los barcos que hacían las rutas de Pacífico. Estos últimos, los cocineros de barco fueron mayoría hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Muchos de estos últimos trajeron a sus familias y se instalaron en la ciudad. Algunos de estos cocineros marinos se emplearon, luego, en hoteles y restaurante o abrieron sus propios establecimientos. Entre 1920 y 1940, llegaron a residir una media de 100 cocineros vascos en la ciudad. Según el Censo Federal de 1940, alrededor del 30 por ciento de los cocineros vascos eran propietarios de la casa en la que residían. Algunos de estos llegaron a gozar de cierta fama en su tiempo.
La historia de Gregorio Salegui, un antiguo carpintero de Deba. Había llegado a Nueva York en 1909. Vivió un tiempo en la ciudad trabajando en una heladería de Manhattan. En 1911, se trasladó a Oregón donde vivían su hermana y su cuñado Eufemio Lizarzaburu (n.Mendaro). Este estaba embarcado en un vapor (river steamer) que hacía las rutas por el río Columbia, el más caudaloso de la vertiente pacífica. Gregorio lo hizo en el Beaver de la Clatskanie Transportation Company. Durante cinco años, marinero de cubierta, ayudante de cocina y cocinero hasta que decidió probar suerte en California. En 1917, trabajaba en el Symmes Café de Ocean Park, Ca. Residía en Santa Mónica. En 1920 era cocinero en un restaurante en San Diego. Fue posteriormente cocinero en el Cliford Hotel y el Saint Francis Hotel. En este último se encargó de los postres y, singularmente, de los helados, que tenían mucha fama.

Angelita con Ann Rogers.
Angelita Zalba, fue la cocinera del hotel La Vaporina y, luego, del restaurante del mismo nombre en el Hotel Martín Español, propiedad ambos de su marido Martin Abaurrea. Como recordaba Angelita, la mayor parte de sus clientes eran vascos y gallegos. La fama de Angelita llegó hasta Ann Rogers, autora del famoso libro de cocina “para poetas pobres”. Se fue a San Francisco y, tras muchas horas con Angelita, en 1968, publico A Basque story cook book. [6]
En el 915 de Columbus Avenue donde hoy se encuentra el Cobb’s Comedy Club, estuvo el famoso Club Lido. Allí trabajaron dos de los hermanos Garcés, de Sohüta, Zuberoa, Joseph y Félix. Fueron camareros y cocineros y, finalmente, Félix se convirtió en manager y copropietario (en sociedad con un italiano) del cabaret. Otros hermanos, como Máximo, trabajó un tiempo como camarero, aunque, luego abrió una lavandería con su mujer Angelita (navarra). Jean Baptiste también trabajó como camarero. Lo hizo durante muchos años en el Plaza Hotel.
Los jardineros
En los primeros años, los jardineros de San Francisco eran de origen francés (en su mayoría bearneses), italiano y chino. Luego, fueron japoneses quienes predominaban en el negocio hasta el estallido de la II Guerra Mundial cuando muchos de ellos acabaron en campos de internamiento. Después de la guerra, intentaron volver a hacerse con el control del negocio aunque no lo lograron porque “eran incapaces de trabajar tan duro como los vascos”. [7] Los vascos comienzan a hacerse visibles en las postrimerías de la década de los 1910 (tras la I Guerra Mundial). Aunque hay, al menos, un precedente a finales del siglo XIX trabajaba como jardinero el que llegó a ser famosao panadero, Saint-Jean Larraburu. Este no olvidó sus origines y fue hasta su muerte miembro de la French Gardeners Association. El primero del siglo XX fue Jean Pierre Ihitçague, de Aldude. El segundo fue Jean Etcheverry, nacido en Buenos Aires, pero, cuando emigró, residía en Bidarrai. El tercero era Jean Harguindeguy, de Iholdy (US Federal Census, 1920/1930). En la década siguiente, además de algunos de los citados, trabajaban en San Francisco Jean Pierre Biscay, de Eskiula, Saint-Jean Biscay, de Eskiula, Sam Bidart, de Urepel; Bernard Sallaberry, de Irisarri, Jean Sallaberry, de Bithiriña, Dominic Indiano, de Aldude, Edouard Etchecopar, Donapaleu, Martin Harguindeguy, de Iholdi, Philipe Esperben, de Baigorri, Michel Jean Echebers, Donazaharre, Pierre Noel Duhalde, Pierre Bonat, Sarrikotapea, Martin Bonnat, de Ezpeize, Dominique Bordachar, Maule, George Arhancet, Pascal Heuga, de Lacarra, Etienne Dartiguenave, de Ibarra, Dominique Bordachar, de Maule (US Federal Census, 1940/WWII Civilian Draft). Casi la totalidad de aquellos jardineros habían llegado a Estados para trabajar como pastores en Nevada y en California.
A mediados de la década de los 1950, más de dos tercios de la población vasca de San Francisco estaba empleada en trabajos de jardinería. Según Adrien Gachiteguy, de los 250 vascos que residían en la ciudad de San Francisco, 100 se dedicaban a la jardinería.[8] Pero, esto no se explicaría sin la casi treintena de vascos que se dedicaban a esta actividad en los inicios de la década de los 1940.
Los hoteles
Los hoteles vascos de San Francisco formaron parte del paisaje durante muchos años. Fueron, desde el primer momento, agencia de inmigración, fonda de viajeros y residencia permanente o temporal de vascos que se dedicaban a diferente tipo de actividades. En algunos hoteles vascos, por ejemplo, como recordaba la prensa solo se alojaban marinos (San Francisco Chronicle, 27-04-1943).
El primer hotelero vasco de Estados Unidos con consideración de tal fue Juan Miguel Aguirre. En 866, abrió su establecimiento en el 1312 de Powell St. Llamó a su sobrino Juan Miguel Arburua que vivía en Etxalar para que le ayudase a construirlo. Arburua llegó el 22 de junio de 1866 y tenía 22 años. En 1870, la mujer de Aguirre, María Martina llamó a su sobrina Josefa Lavayen que vivía en Areso para que se casase con Juan Miguel. El hotel era un edificio de madera de dos pisos y se convirtió, además de en una importante agencia de empleo, un lugar de encuentro para los vascos[9].
En 1885, había dos hoteles frecuentados por vasco-franceses el Basses Pyrenées (Broadway) y el Escualdunechea (10 Stockton Place). Este último estaba regentado por J. Ansolabehere y su esposa Marie. Estaba considerado como el “cuartel general” de los vascos.[10]

Fachada del Hotel Vasco de J.F. Yparraguirre en San Francisco.
De Etxalar era asimismo Juan Francisco Yparraguirre, donde nació en mayo de 1851. En 1873, hizo el viaje directo desde Europa bordeando el Cabo de Hornos y el estrecho de Magallanes. Tardó cuatro meses. A su llegada, trabajó como vaquero en el condado de Merced. En 1893, los Yparraguirre alquilaron el edificio de un hotel en la esquina de Powell Street y Broadway, al que bautizaron como Hotel Vasco. Un año más tarde, llamó a tres de sus hermanos para que trabajasen con él en el establecimiento. No mucho tiempo después, los hermanos Yparraguirre construyeron un frontón en el 823 de Broadway (cerca de la esquina de Powell). En 1906, un gran incendio arrasó una parte de la ciudad, llevándose por delante el Hotel vasco y el viejo Hotel Aguirre (que no fueron reconstruidos).
Como ocurre en el Este, algunos de aquellos marinos abrieron sus propios hoteles, frecuentados por marinos vascos y galegos. Uno de ellos fue Román Elorrieta. Todo un personaje. Nacido en Muxika, Bizkaia, el 4 de agosto de 1873. Llegó en 1892. Durante unos años trabajó como marino en los barcos mercantes que hacían rutas por el Pacífico desde San Francisco. En 1908 era hotelero (719, Broadway St.). En 1910, abrió una licorería y, más tarde, una tienda de ropa de caballeros (1300 Powell St). Con él trabajaba su sobrina Julia Ezcurra, y 1928, de nuevo, era hotel keeper (Globo Hotel) en San Francisco (771 Broadway). En 1930, figuraba como recepcionista en el hotel de Emilio Ezcurra en San Francisco (su sobrino que antes había sido su empleado). Durante la II Guerra Mundial, estuvo embarcado en el SS President Johnson y en el SS Richard Yates (uno de los famosos “liberties”) barcos de transporte militar que hacía la ruta entre Hawaii y Nueva Caledonia. Tenía entonces 70 años. Falleció en San Francisco el 20 de febrero de 1945.
De Muxika era asimismo Jerónimo “Antón” Meabe. En 1909, figuraba como socio de la herrería Meabe & Zubizarreta (Vallejo St.). Estuvo unos años embarcado como bombero marino en el Santa Rita que hacía la ruta desde San Luis Obispo a puertos de la Polinesia francesa y Hawaii. En la tripulación del barco había otros dos vascos residentes en San Francisco: Domingo Ozamiz (bombero) y A. Arrieta (watertender). En 1917/1945 era manager de un hotel en el 850 Pacific St. de San Francisco, Ca. El hotel contaba con un frontón de mano donde se celebraron algunas partidas muy recordadas. En 1940, trabajaba para él como cocinero Serafín Arruti. Cuando se jubiló, se instaló en Oakland..
Otro marino convertido en hotelero fue John Basabe “Gernika”. Nacido en Gernika, Bizkaia, el 18 de febrero de 1886. Antes de emigrar era marinero. Llegó a Nueva York a bordo del Noordam procedente de Boulogne el 13 septiembre de 1904. Se dirigió a Boise. En 1918/1920, era propietario de un saloon en 1140 Grant Avenue. En 1923, cuando solicitó pasaporte era hotel keeper en 1256 Powel Street. “Gernika” había comprado el Hotel Ibérico un edificio de tres plantas construido en ladrillo y lo regentó hasta los 1930. “Gernika” rebautizó el establecimiento como Iriarte Hotel y Jai Alai bar.[11] En 1942, estaba al frente de Rancho Grande en el 720 de Broadway. Casado con Marcelina era padre de Emma y Leonor. Falleció en San Francisco el 3 de diciembre de 1955.
La vida en los hoteles
Desde el primer momento y durante años, los hoteleros vascos de San Francisco fueron tanto agentes de inmigración (en relación con agentes en el País Vasco) como en agentes de empleo. Los recién llegados (casi siempre sin dinero) o los desempleados debían hacinarse en pequeñas habitaciones, produciéndose conflictos o accidentes. Para ahorrar, se amontonaban hasta cuatro hombres en una pequeña habitación individual. La dieta consistía en pan, queso y vino. Escape de gas de una lampara estuvo a punto de acabar con la vida de cuatro vascos alojados en el hotel de Yparraguirre que no estaban acostumbrados a aquel tipo de sistema. Acabaron en el Central Emergency Hospital (San Francisco Call, 1-01-1905).
Euskaldunak Denak Bat
En 1907, hay un intento fallido de crear una asociación vasca de asistencia mutua en Stockton, California. Pasarán casi veinte años hasta la puerta en macha en San Francisco de la Euskaldunak Denak Bat En marzo de 1924, fue elegido presidente de la Sociedad, Francisco Meabe. Las gestiones habían comenzado el año anterior. La directiva estaba formada, además, por Bautista Sarparat, vicepresidente, Emilio Ezcurra, tesorero, Matías Q. Cebriain, secretario, F.R. Orella, doctor, y como vocales Teodoro Maiz, Doroteo Albizua, Pierre Apezetche, Ventura Armaolea, Celedonio Barainca, Victor Zubiri y Ramón Artadi[12].
Tras una década de actividad, se disolvió debido a los enfrentamientos entre navarros y vizcaínos por razones políticas. Como en el caso de Nueva York, los marinos se implicaron en las actividades de la comunidad vasca. Así, Doroteo Albizua, de Mundaka, o Eugenio Naverán, de Gautegiz Arteaga, formaron parte en 1924 de la primera Junta Directiva de la Sociedad Euskaldunak Denak Bat, con sede en San Francisco. Decross habla de una sociedad Zazpiak bat, pero, se refiere a la Euskaldunak Denak Bat[13].
Los frontones de San Francisco
Desde el primer momento, el frontón se convirtió en el centro de reunión de los emigrantes vascos. Muchas veces este no era mucho más que una pared de madera. Y era algo más: unía a los vascos al margen de su lugar de origen. Carmelo Urza afirma que “la pelota fue uno de los imanes que contrarrestaron las fuerzas centrífugas de aculturación que siempre amenazan con separar a los inmigrantes de sus raíces culturales en el viejo continente”.[14]
Juan Miguel Aguirre construyó el primer frontón de la ciudad de San Francisco, antes de que levantase su hotel, localizado en lo que luego se convirtió en Post Street, entre Kearny y la avenida Grant. Ahí se jugaron grandes partidas (y mucho dinero). En la década de los 1850, se jugó un partido entre vascos e irlandeses. La bolsa fue de 1000 dólares. Sin contar las apuestas. Ganaron los vascos (San FranciscoCall, 2, Sept, 1897). En 1890, el propio Aguirre que entonces tenía 78 años, disputó un partido a mano con el irlandés E. Dolhegry que tenía 70. La apuesta era de 20 dólares. Ganó el vasco por 30 a 13. No hay más noticias de desafíos entre vascos e irlandeses, pero sí que, para sus competiciones de gaelic handball, estos últimos contrataban pelotaris vascos. Pete Aguerreberry, el famoso minero, fue contratado por el irlandés MacDonald para que jugase en su cancha de San Francisco[15]. Hay incluso noticias de una partida de guante jugada en San Francisco en 1892. En la cancha se enfrentaron A. Iturria y B. Echeverria contra J.B. Etchart y G. Zubiri (Subirri) (San Francisco Chronicle, July, 18, 1892).
Llega el Jai Alai
Un terremoto en la ciudad de México, hizo que se derrumbase la pared del frontón Eder Jai en 1899, la primera cancha profesional de Mexico (Defiance Daily Crescent March 17, 1899). El frontón lo había inaugurado en 1895 Porfirio Diaz. El intendente se llevó a todo el cuadro a la ciudad de San Francisco de California. La prensa de California aseguraba que este “sport vasco” se jugaba “por primera vez en Estados Unidos” (The San Francisco Call, November, 21 1901).

El cuadro estaba formado por Zubicaray, Estudiante, Aristi, Tucumán, Guerrita, Zabala, Urcelay, Verastegui, Ondarrés, Vergara, Careaga, Zalacain, Amiano, Madrileño, Leceta, Lasa y Aldazabal A éstos se sumaban R. Prido, manager, Fermín Alonso, asistente del manager y Fermín Yribarren, capitán (The San Francisco Call, Novemberm 20, 1901 January, 26, 1902).
Los partidos se jugaban tanto el por el sistema de quinielas como partidos “largos” en los frontones que había entonces en Central Park (The San Francisco Call, december 27 de 1901). En un primer momento, se jugaban tres partidos a la semana. La falta de ingresos suficientes y la apertura de nuevos frontones en México, además del de Saint-Louis hizo que la pelota (cesta) profesional desapareciese en California en 1902.
[1] Ver Marcelino R.de Borja, Basques in the Philippines, Reno (2006): University of Nevada Press.
[2] Ann Rogers, A Basque history cookbook, New York (1968): Charles Scribner’s sons, p. 65.
[3] Amaury Mars, Opus cit, p.XXXI.
[4] J. F. Decroos, Opus cit., p. 24.
[5] J.F. Decroos, Ops cit., p. 31.
[6] Ann Rogers, A Basque history cook book, New York (1968): Charles Scribner’s sons.
[7] Ibidem, p. 33.
[8] Adrien Gachiteguy (1955), Les Basques dans l’ouest américain, Urt. Ezkila, pp. 61-63.
[9] Echeverria, Jeronima. 1999. Home Away from Home: A History of Basque Boardinghouses. Reno, NV: University of Nevada Press.
[10] “An Ancient race. The Basques of France and Spain” Cit.
[11] Echeverria, Jeronima. 1999. Home Away from Home: A History of Basque Boardinghouses. Reno, NV: University of Nevada Press.
[12]La Prensa, New York, 2 de febrero de 1924/Hispano América, San Francisco, 8 de marzo de 1924.
[13] Jean Francis Decroos, The long journey: social integration and ethnicity maintenance among urban Basques in San Francisco bay region, Reno Associated Faculty Press Inc. & Basques Studies Program, 1980, p.35 y ss.
[14] Carmelo Urza (ed.) (1994), Historia de la pelota vasca en las Américas, Donostia: Elkar-University of Nevada-Reno, p. 22.
[15] George Pipkin, Pete Aguerreberry. Death Valley prospector. Gold miner, Littlerock (1971). South Antelope Valley Publising Co, pp. 9-10.