
Gaiak
¿Nobleza (navarra) obliga? Apuntes sobre el “Nobiliario de Bortziriak” (1500-2020)
El espectro del Comunismo que recorría Europa allá por 1848 y soñaba con un nuevo mundo que no acaba de nacer, daba por muerto en aquella fecha, hoy tan lejana, el oficio de los reyes de armas, heraldos y demás guardianes de los papeles y pergaminos de una nobleza que Marx, Engels y sus adeptos veían, también, ya muerta y desaparecida.
Probablemente el dúo germánico de poder ver las cosas tal y como han quedado hoy, casi a dos siglos vista de sus cálculos, quizás tendrían una agridulce sensación sobre sus vaticinios.
Por un lado ya hace más de cien años que Alemania, esa Alemania donde, después de todo, fracasa la revolución de 1848, es una república sin reyes ni emperadores, pero por otra parte su vieja nobleza parece, en general, haberse adaptado muy bien al cambio y sigue teniendo una especie de inmaterial superioridad sobre esa sociedad ya republicana y, al menos hasta hoy, democrática.
Basta con abrir las páginas de la llamada “Prensa del corazón” y comprobar quiénes nos enseñan sus lujosas mansiones, celebran el enlace de algún vástago (por todo lo alto) o se dejan fotografiar en playas paradisíacas o en sus refugios de montaña en estaciones de esquí como Gstaad.
Parece, pues, después de todo, que los escudos, los títulos de nobleza, siguen siendo importantes y que al público, en general, la posesión de ese rancio abolengo le sigue impresionando e interesando.
Por tanto las labores de los genealogistas no tienen visos de haber desaparecido tal y como los revolucionarios de 1848 preconizaban. Y los historiadores nos encontramos en esa encrucijada histórica a menudo.
Fruto de ello son los numerosos estudios heráldicos que hoy día aún se encargan. Y no sólo por familias deseosas de reivindicar sus apellidos con fines de alto rango, sino por lo que se suele llamar ciudadanos “de a pie”, que sienten curiosidad por saber el origen de su apellido y qué méritos se le atribuían. Un deseo que han asumido como propio numerosas instituciones públicas, tan democráticas -al menos hasta hoy- como hubieran podido soñar Marx y Engels en 1848 (gobiernos autonómicos, municipios, diputaciones…) para ofrecer a sus administrados esa información.

Bortzirietako nobiliarioa / Nobiliario de Bortziriak.
El “Nobiliario de Bortziriak” patrocinado por la mancomunidad de esas cinco villas navarras y publicado por el Gobierno de Navarra a finales de este agitado año 2020, es un buen ejemplo de esa política.
En él, como en muchos otros libros del mismo estilo, se ha reunido la Historia de 350 apellidos propios de esas cinco villas del Norte de la actual Comunidad Foral de Navarra (por sus nombres oficiales Arantza, Bera, Etxalar, Igantzi y Lesaka).
Naturalmente (y seguramente Marx y Engels respirarían con algo de alivio al saber esto) ese trabajo se ha realizado de modo un tanto distinto al que hubiera utilizado un genealogista de hacia 1848.
Así es. El “Nobiliario de Bortziriak” es fruto del esfuerzo de historiadores preparados durante largos años en la Universidad en refinadas técnicas de investigación histórica que requieren, incluso, el estudio de la propia teoría de la Historia elaborada por Marx y Engels, de los conflictos sociales y de las revoluciones que aquellos dos alemanes decimonónicos contemplaban como las parteras de la Historia.
Como autor doy fe de que así es. Y lo mismo puedo decir del principal autor de la obra, Iñaki Garrido Yerobi, DEA en Historia medieval, además de miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, académico de número de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía y casi inminente doctor por la Universidad Pública de Navarra con una tesis sobre aspectos de la nobleza navarra de la Edad Moderna a través del análisis de los palacianos de Góngora.
Toda esa experiencia y conocimiento técnico han sido empleados en el “Nobiliario de Bortziriak” para recuperar y transcribir los documentos en los que los habitantes de esas cinco villas del Norte de Navarra -como las n los documentos de época- demostraban ser de origen noble. Pero ese conocimiento técnico también ha aportado algo imprescindible para un Nobiliario actual. Es decir, una explicación histórica del significado de esos documentos, del porqué histórico que los hizo nacer y los convirtió en algo tan valioso para las personas que vivieron en las cinco villas del Norte de Navarra hace ahora cinco, cuatro, tres… siglos.
Así el “Nobiliario de Bortziriak” es una guía para los vecinos de ellas que quieran saber más de sus apellidos, de aquellos desconocidos y lejanos antepasados que reclamaron su nobleza ante una corte de Justicia, pero es también un estudio histórico -el que precede a la documentación de cada una de los 350 apellidos- en el que dos historiadores explican el significado histórico de esos documentos.
Cuestiones complejas que requieren de los métodos de la llamada “Nueva Historia”. Por ejemplo, revisando pleito de hidalguía tras pleito de hidalguía para reconstruir la historia de los vecinos de esas cinco villas que querían demostrar su nobleza, dimos los dos autores con una curiosa cuestión: los agotes de Bozate, la “raza maldita” y marginada estudiada por Julio Caro Baroja y otros antropólogos e historiadores, podía ofrecer testimonio en esos procesos para que alguien consiguiera una nobleza que a ellos les estaba negada.
También descubrimos que había mujeres, muy anteriores a las sufragistas y a la “Women´s Lib” que tenían autoridad en los procesos electorales municipales, pues eran dueñas de sus casas, de los escudos que acreditaban su nobleza y de todo lo demás necesario para ser voz y voto en aquellos Ayuntamientos.
La lista de hallazgos históricos creada por esta investigación no se detiene ahí. También dimos con numerosos documentos en el Archivo Real y General de Navarra en los que, para poder pasar del Viejo Reyno a las colonias americanas, las autoridades exigían tanto probar nobleza navarra acrisolada como no ser descendiente del emperador azteca Moctezuma o del conquistador Hernán Cortés… Una curiosa prohibición con mucha Nueva Historia detrás para poder comprenderla y explicarla...
También descubrimos elaborando este “Nobiliario de Bortziriak” cuándo empezó a ser más importante saber euskera y ser un buen cirujano -incluso con experiencia en operar bajo el fuego enemigo- que tener antiguos pergaminos y papeles que señalaban que tu apellido era noble. Como le ocurrió a José María de Uría, guipuzcoano natural de Gabiria que quería ejercer como cirujano en Igantzi en el año 1845 y alegaba buen conocimiento del euskera, sus estudios universitarios en ese campo y su experiencia como cirujano militar durante las guerras napoleónicas, cuando combatía la invasión integrado en la División Yberia del Séptimo Ejército bajo mando del célebre Longa…
Todas estas son complejas cuestiones históricas, más allá de lo anecdótico, que, en definitiva, muestran que un “Nobiliario” como el de Bortziriak, escrito ya en pleno siglo XXI, es más que un mero recitado de apellidos y antiguas hazañas que daban ciertos derechos y privilegios a los descendientes de esas casas.
A despecho del sarcasmo de Marx, Engels y sus compañeros de fatigas revolucionarias en 1848, un libro como el “Nobiliario de Bortziriak” es, pues, también, una fabulosa puerta para entrar en nuestro pasado y conocerlo mejor. Algo nada desdeñable y que mide el nivel de verdadera riqueza que ha conseguido acumular una sociedad que no ha perdido uno de sus valores más sólidos. Esto es: su propia Historia, el conocimiento del pasado que da sentido y dirección a un presente a veces un tanto desorientado, cuanta más información como ésta le falta…