67 Zenbakia 2000-02-18 / 2000-02-25

Gaiak

La Universidad de Oñati y la historia de las universidades

MORALES, Juan Antonio

La Universidad de Oñati y la historia de las universidades La Universidad de Oñati y la historia de las universidades Juan Antonio Morales Arce No podemos entender debidamente el nivel actual de la historiografía de la Universidad de Oñati sin conocer previamente el panorama imperante en Europa en los últimos 30 años. En la década de los 70 del siglo XX las universidades comenzaron a captar la atención de un gran número de historiadores, provocando un auge y desarrollo sin precedentes de su historiografía, al aumentar la calidad y la cantidad de las publicaciones. La renovación metodológica fue importante, y podría sintetizarse en cuatro cambios fundamentales con respecto a la historiografía anterior. Primero, rechazo del aislamiento, e integración de las aportaciones de otras materias afines, como la historia de las ciencias o del derecho. Segundo, escritura de la historia de una universidad concreta sin perder de vista a las demás. Tercero, conocimiento con detenimiento de los dos principales colectivos humanos que intervienen en la actividad universitaria, los profesores y los alumnos. Cuarto, análisis de las bases económicas de la vida universitaria. Universidad de Oñati. En cuanto al incremento del número publicaciones el papel de dos organismos coordinadores ha sido y es primordial. Nos referimos a la Comisión Internacional de Historia de las Universidades y a la Conferencia Permanente de Rectores, Presidentes y Vicecancilleres de las Universidades Europeas. La Comisión ha promovido las recopilaciones bibliográficas, habiéndose publicado en la década de los 70 dos volúmenes, referidos a las universidades de España y Portugal y a otras como Lovaina, Praga, etc. . Además ha editado un boletín anual donde se recogía la bibliografía que iba apareciendo. Por otro lado, la Conferencia decidió en 1982 la formación de un equipo de investigación que redactase una rigurosa historia de la universidad en Europa. Siete años después se publicó el primero de los cuatro volúmenesconcebidos. Por lo que se refiere a las universidades hispánicas, a pesar de la ausencia de un organismo que constituyese un foro de encuentro e intercambio similar a la Comisión, el despegue historiográfico es claramente perceptible. Por un lado, la renovación metodológica está cada vez más presente. Por otro lado, la proliferación de monografías es tal que se considera, muy acertadamente en nuestra opinión, a esta disciplina uno de los núcleos historiográficos del presente. Así, por ejemplo, la serie de Congresos Internacionales de Historia de las Universidades Hispánicas, comenzada en Valencia en 1987, está ya para el año 2.000 en su séptima edición. Además, la intensa actividad de los historiadores de las universidades está llevando a la creación de centros de investigación acogidos por las universidades. Dos de los más recientemente fundados son; el Centro de Historia Universitaria Alfonso IX de la Universidad de Salamanca, y el Instituto Antonio de Nebrija de la Universidad Carlos III de Madrid, ejemplos que sin duda deberíamos imitar ya que la situación de la historiografía de las universidades vascas está comparativamente en un nivel muy inferior. Así, por lo que respecta a la Universidad de Oñati, el centro universitario más importante de cuantos ha habido en Vasconia, sólo desde 1995 comienza a ser visible la penetración de una metodología renovadora. El mérito de su introducción corresponde a la profesora Margarita TORREMOCHA, que en tres interesantes investigaciones analiza las reformas carolinas y la población estudiantil de este centro entre 1640 y 1799. Por mi parte en 1990 comencé una investigación de largo alcance que me ha permitido elaborar una tesis doctoral y de la que están saliendo un número considerable de publicaciones que espero serán incrementadas notablemente en el futuro. Sin embargo a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años, la triste realidad es que la historiografía de esta Universidad está actualmente muy por debajo delnivel alcanzado por otras como la Universidad de Salamanca, la favorita de la historiografía universitaria española, que cuenta con una bibliografía compuesta de más de 800 referencias, mientras que la de Oñati no llega ni al 5% de esta cifra. Las razones de esta debilidad historiográfica son complejas. Pudiera pensarse a primera vista que una de estas, quizás incluso la más importante, sería la escasa actividad o entidad de este centro, por tanto si hay poco que historiar sería normal que hubiese una escasa historiografía. Sin embargo esto solo es cierto muy parcialmente. La Universidad de Oñati dentro de su área de influencia, las actuales comunidades del País Vasco, Navarra y La Rioja, ejerció un papel similar al desarrollado por otras universidades, como por ejemplo la de Valladolid en Castilla y León. La diferencia estriba en que tras la primera guerra carlista el centro de Oñati fue suprimido, dejando desde entonces un enorme vacio que solo en fechas muy recientes se ha podido llenar. Por otro lado, en nuestra opinión la dispersión y el alejamiento de las fuentes documentales también puede haber tenido un efecto importante disuasorio ya que buena parte de estas se encuentran fuera del País Vasco. Sean cuales fueran las causas, lo cierto es que, salvo las excepciones mencionados, son aun muy pocos los historiadores que se han acercado al pasado de las universidades vascas. Las consecuencias de este hecho son en nuestra opinión bastante graves. Así, por lo que respecta a la Universidad de Oñati, la visión histórica difundida y asumida hasta la actualidad no se corresponde en absoluto con la real y choca frontalmente con la que nosotros exponemos en nuestra tesis doctoral. Para el periodo final de su existencia (1772 1842) se habla de crisis y decadencia, justificándose su cierre en criterios técnicos, es decir las reformas carolinas no produjeron el efecto deseado y por ello el gobierno la suprimió, junto otras. Sin embargo un análisis minucioso de sus finanzas,sus matrículas y sus cátedras, sobre la base de documentación inédita, nos indica que gracias al apoyo de las instituciones forales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, la Universidad experimentó una profunda reforma a finales del siglo XVIII, mejoró su nivel académico y prestigio social y entró en un periodo de auge y desarrollo. Así entrado el nuevo siglo la afluencia de estudiantes, lejos de disminuir aumentó progresivamente. Por tanto, no siendo ciertas las razones esgrimidas por el gobierno, parece evidente que es necesario buscar nuevas motivaciones. Existen claros indicios de que su actitud estuvo impulsada por la situación política, sin embargo aun es necesario profundizar en investigaciones ya en curso para precisar debidamente el fenómeno. A modo de conclusión queremos señalar que hemos demostrado como el nivel actual de la historiografía de la Universidad de Oñati es muy bajo en comparación con el de otras, como las de Salamanca, Valencia, Valladolid o Valencia. Las soluciones para resolver esta situación están en nuestra opinión en la genuina sucesora de la Universidad de Oñati, la Universidad del País Vasco, que imitando la labor desplegada por estas universidades hispanas debería promover las investigaciones de los historiadores de las universidades. La razón de este apoyo es doble, ya que esta disciplina es; por un lado, una contribución sectorial a la historia en general, y por otro, un instrumento para el cabal conocimiento de la situación actual por la que pasa la institución universitaria y por tanto para el encuentro de soluciones a los graves problemas que se le plantean. Juan Antonio Morales Arce, Doctor en Historia Contemporánea Nota: Las fotografías son de la página web sobre el pueblo de Oñati creada por José Ramón Txintxurreta Euskonews & Media 67.zbk (2000/ 2 / 18 25) Eusko Ikaskuntzaren Web Orria