De Melide a Santiago De Melide a Santiago. Ultimas etapas del Camino. 1 5 de abril de 1999 Ricardo Cierbide "No se entiende por peregrino sino el que va hacia la casa de Santiago, o vuelve de ella" Dante. Dedicado a todas y a todos amigas y amigos de la Asociación y en especial a cuantos habéis marchado en estas hermosas etapas hasta Santiago 1 IV 99 6'15h. Salida. La mañana está tibia, no sopla el aire y el autobús va repleto de amigas y amigos Camino de Santiago. Era noche cerrada y hasta que no llegamos a Burgos no vimos nada. Poco a poco se fue cubriendo el cielo de nubarrones oscuros, cargados de humedad. Yo me decía lo del gallego, cuando le preguntaron,"¿ Como queres o enterroiro na Coruña, si veves en Vigo? Y él respondió seguro: Pois por joder". Así se fue poniendo el tiempo y ya en tierras de Palencia comenzó el aguachirri que ya más adelante era orballo espeso. La primavera se mostraba cauta y sin prisas por el páramo castellano leonés, el cielo plomizo y el fresco casi invernal nos saludaba a su manera cuando paramos a almorzar a las 9'30h. A la salida de Astorga comenzamos el puerto del Manzanal atravesando la dura y agreste Maragatería por la autopista y dimos inicio al Alto Bierzo con los derrubios de las minas de carbón, por un paisaje triste, agrio y hecho trizas por los desmontes y la escoria. En el Bajo Bierzo, a ambos lados de las laderas, viñicas pobres asomaban las cepas con la ilusión de romper y asomar los pámpanos al sol. A nuestra izquierda las cumbres del Medulio o Teleño coronadas de nieve y como a unos 15 kms. Las Médulas que narró Plinio el Viejo y donde se empeñaron los romanos en extraer pepitas y pepitones de oro sirviéndose de los Astures mediante la "ruina montium" o "arrugia". Merche nos fue contando que a lo largo de más de 200 años, obteniendo 3 gramos del codiciado metal a razón de una tonelada de tierra excavada, llegaron a conseguir como unos 1.800.000 kms. de metal precioso. Total nada. Como lloviznaba y el paso se ponía feo,se decidió tirar adelante y dejar la visita a las minas para el lunes. ¡A ver si hay suerte!. De Villafranca del Bierzo seguimos carretera arriba hasta O Cebreiro, que apareció fresquiño, con restos de nieve. Visitamos a Nossa Señora DO Cebreiro que sigue desde el siglo XII acogiendo a todos y deseándoles buen viaje. Bajó una amiga para ayudar como hospitalera en el albergue. Estaba animosa. Ayer pasaron por él más de 200 caminantes. Se nos hace violento pensar que por este camino fluyese antaño copiosamente la vida. Por él pasaban los peregrinos jacobeos, rumbo a Santiago. El Camino entraba en Galicia por el monte O Cebreiro, cuyo hospital había fundado San Gerardo, conde de Aurillac, y seguía por aquí, por Incio, Triacastela y Portomarín, hasta Santiago. O Cebreiro "Como un corazón aberto berce de dozura e paz, durme unha ermida acochada do cume na soleá. Alí, senlleiro, en silenzo, de soenllos rende a espada Galahaz. ¡Seus ollos ven o miragre!. ¡En col da ara do altar. A luz infinda relumbra O caliz do Sant Grial!" Ramón Cabanillas La vista desde la cumbre era espaciosa, dilatada, de mucho alcance, con retazos de prados y bosque hasta perder la vista y así sin pararnos desde Pedrafita proseguimos hasta Lugo, entrando por a Rúa do Xeneral Franco. Ysa se inquietaba por saber dónde comer y como las viandas preparadas son cosa de guardar y de provecho, fuimos desde la parada camino del Centro y en un bar y con permiso del dueño, alli nos quedamos, como unos 12. Sacaron ribeiro común de 10º y nos comimos el pescadito albardado, la tortilla con gusto y el pan común de cada día. Después, café y una copita de orujo. Todo santo, bueno y de provecho. Vamos, como Dios manda y sin excesos, a lo peregrino. Después, de postre paseo hasta la Catedral, visita a Nossa Señora dos Ollos Grandes, el ambulatorio o girola. Contemplamos los retablos interiores de las puertas del transepto, gozamos viendo el triforio y las naves románicas de granito bien labrado. Es una Catedral pequeña,recatada, sin perifollos barrocos, como los gallegos, recia y digna. La fachada que da a la muralla es otra cosa, con pretensiones y la talla de San Froilán. Este santiño lucense debió de ser un rapaz de mucho aguante y cachaza, vamos, como "un galego da terra con os ovos ben temprados". Por eso le quieren tanto y lo tienen por patrón y valedor ante las insidias del fisco y os preguntoiros de Fraga. Nos gustaron mucho las jacarandás en flor, la fachada del Ayuntamiento y el paseo por la muralla contemplando como pájaros el caserío de la ciudad a nuestros pies. Vamos que nos dimos un paseo ilustrado y de postín, sin exceso de gasto y abuso de propinas, o sea a lo peregrino y casto, como San Froilán. A las 18h. inciamos en Melide los 6 kmts. hasta Boente, por corredoiras, entre eucaliptos gigantes, carballos de toda edad y toxos en flor. El paseo ha sido manso y suave, como grupa de pollino o cutis de moza, como un tobogán sin sobresaltos. Nos gustó mucho un vado de riachuelo por pedrones de granito, grandes como muelas de dinosaurio. Los huerticos, abonados, con esmero. El minifundio está patente, la propiedad parece chica, como a retazos, muy cuidada, mimada. Que vivan a su gusto y antojo. Que acompañen a sus vaquiñas y las traten bien. Amén. Son las 21h. y nos vamos a cenar al Hotel Xaneiro II. A ceia no Hotel: "Viño Xoven Xovial y tinto a lo botijo. Sopa de verduriñas salteadas y de tomar. Auga Cabreia, montaraz, autóctona y salutífera. E pois a escoller: Sola de peregriño con pataquiñas prestadas o chuleta de mula dura de fronteira para andar más presto. Y a los postres, tortiña do santo". Amén. 2 IV 99 De Melide a Arzúa. Cuentan las crónicas que en Melide había un hospital "pelos pobres e romeus que quisessen albergar", que se llamaba de Sancti Spiritus y que dormían en él, yacían o regoldaban "dos per leito". A la mañana siguiente, si surgían sendos, que no multiplicados, proseguían "O Camiño". Nos levantamos a las 7h. y después de las abluciones de rigor y así,como renovados, bajamos a las 7'30 a desayunar "café co leite", mermelada espesa y dorada, madalenones orondos y vale. Arrancamos a los pies de la iglesita románica de Santa María, que fue de la Mitra Compostelana. Anexo al templo, su cementerio y unas velliñas charlaron amables con nosotros. El amigo J. Corcuera debió sacarles unas fotos. Al entrar en el autobús eran "as oito da maña" y Teodoro alias Todor el obispo fue haciendo propaganda de sus artículos: paraguas, chuvasqueiros, bordones y otras vituallas. ¿Y los biquinis?, alguién preguntó. Respondióles: Esos "para o verao", los tengo de diversa medida y envergadura, según la dimensión. Después Juanjo nos dio la orden del día: De Boente a Arzúa, con unos 6 kmts. Así que suave, piano y ahora comenzamos. En la pendiente bajando al Boente, una fontiña de dos chorricos cantarines, un merendeiro y as vaquiñas pastando, sin borroka ni kalea, mansas. En la costanada otra fuente "mais forte", de chorro grande como de caballo bravanzón, de culo orondo y pecho poderoso. ¡Qué chorro, hermanos, qué chorro, así como airoso y de remango!. Más adelante comenzó la cuesta "Das Barrosas". Javi Corcuera nos dijo a la oreja: "Para las cuesta arriba quiero mi burro, que para las cuesta abajo yo me las subo". Unos metros más arriba alcanzamos "O Camiño de Preguntoño" y le pedí consejo a Alberto "cabaleiro de Nanclares" y me contó que una vez le dijo a un mozuelo :" Y adónde vas tan decidido? Y respondió: "A preguntar por j." Y así nos va cuesta arriba. En el sendero subía una rapaza de carnes prietas, cumplida y garvosa, de buen donaire. Y ala, con sus rotundideces nos ofrecía plácido mirar, casto y bueno. Buena contemplación. Ya en el llano, apretó el trote tan buena inspiración para mejores paisajes. ¡Que el Señor le dé "O bo Camiño"!. Cerca de Portela pasó un grupo de cabaleiros y les pregunté si eran "da cofradía do carallo do cabalo de Santiago" y ellos asintieron con sonrisa. Volví a la carga y les pregunté: ¿Os carallos doscabalos son como os de Fraga?" La respuesta fue como de consuelo, pues dijeron que los tenían redondos y de peso, como "Cabalos da serra". En la costanilla encontramos a Mario con paraguas grande, como de cofradía y era tal el rumor del regato que lo escuchamos en silencio y con reposo. De mucho reconfortamiento. Más adelante empalmé la hebra con un paisano para saber la diferencia entre "o orballo y a chuva". En fin, cosa de sutileza, vive Deus. Y respondió: "O orballo comenza fino y mais tarde segue a chuva mais o menos forte". A las 10h. parada y bocata en Arzúa en A cervexería dos queixos. Había un letrero sobre la caza "do porco bravo", alias jabalí, que decía: "Consellamos a caza dos vellos y con infirmidades". Yo me dije: Kontuz, no te asomes mucho y se equivoquen. A la salida de la villa topamos con "a carballeira do Prof. Díaz y Díaz", eminente erudito en latines y palimsestos y catedro de la cosa en Santiago. Le recuerdo como persona recia, de vigote amplio, pescuezo a lo toro casi, de estampa mandona, con poderío. Vamos, persona de pro y con obra de calidad y fuste. En el trayecto de Arzúa a Salceda, a mano derecha me topé con una rinconada donde una placa de bronce recordaba la muerte súbita de un peregrino belga, de 69 años, Guillermo Wat, que abrazó al Señor el 23 de agosto de 1989. Una pedriña tenía una plegaria chica en catalán y en ella se leía: "Entre nosaltres terminarem el camí per tu". Estamos a una etapa de la tumba del santo. Un poco más adelante un labrego vejete encapuchado, bajito y con paciencia tenía tres vaquiñas cogida de un cordel, de color overo y cornamenta ancha que pastaban a lo suyo, obedientes y mansudas, bien aplicadas. ¡Qué cosa más grande, son el sostén de la familia y de sana compañía!. A nuestro paso por A Calle, aldeiña con olor a "merda de vaca", todo sentía a eso, la hierba, la calle, las piedras, el aire. Con ese olor tibio y envolvente en el que nacen, crecen, se reproducen y mueren "os paisanos da terra". O Camiño pasadebajo de un hórreo a modo de arco, descendiendo. En la loma, vacas amarronadas con terneros de pocos meses pastaban, mientras un mamón insistía en los pezones "da sua nai" con golpes de morro glotón y ella permanecía serena. Se quería llevar hasta el calostro. Y por fin, yo con la patica izquierda renqueante y dolida, ayudado por mi bordón amigo, cumplía la etapa a las 13'30h. en el Empalme, a 24 kmts. del final, tras haber hecho con el resto los 21'30 kmts. desde Boente. No me penó, por Santiago, haberlo hecho por entre carballeiras a las que la hiedra golosa verdea, escuchando los arroyos cantarines, oliendo los eucaliptos y esparciendo los ojos por las floricas chicas, moradas y blancas. A las 14'15h. llegamos al hotel y tras lavarnos fuimos pasico a paso Ysa y el menda para yantar una sopica de arroz, lentillas para comer, que no para ver, lacón con pataquiñas, previa licencia de la autoridad eclesiástica y de postre flan de la casa. Ysa tomó merluza a la gallega. A las 16h. volvimos los dos a descansar porque mi rodilla lo pedía. Para mañana nos quedan otros 20 kmts., desde Ras al Monxoi Monte del Gozo, en dos tramos, el primero hasta Lavacolla y el segundo hasta el Gozo. Por la noche fuimos al Restaurante Xan Xaneiro de la misma familia, al pueblo de Toques, en plan de sacrificio, ayuno y mucha penitencia, a degustar cigalas. Los vinos mejoran, branquiños sin sombre, pero de gusto y tinto Rioja Berberana, carta de Plata, tempranillo con garnacha. ¿Y el IVA?. Estos galeguiños no dan al fisco ni bon día, por aquello de Vota a Fraga y te quedas con la b. Y ahora os contaré A ceia de Trimanción de mucha vigilia y trinque. Primero llegaron las cigalas, grandes, fresquiñas. A dos por dente y después más. Con branquiño ribeiro las fuimos comiendo sin recelos, a lo penitente y sin remilgos. Los cuatro de la mesa final éramos: Mariví, Milagros, Ysa y el cronista. De segundo, lo mismo, troceado y con salsa marisqueira. Y a lo tercero, merluza a la plancha y yo tomé untrocet más por lo de la etapa siguiente. El amigo Unzalu se preguntó preguntoiro y ¿qué dispones del tinto Berberana, así sólo comenzado?. Y yo le errespondí como indígena, lo guardamos para el almuerzo de mañana con recaudo. Y así fue con autorización y acierto. Llegaron los postres, un helado de buen corte y un chorrete de wisky de acompañamiento. No tomé café, sino orujo Martín Codax de 45º, robusto, claro y de trago recio. Un consuelo. Falamos de todo, de los Vascos en el Oeste y su p. vida solitaria, de la martingala "da nossa casa" y tanto majara que se lo cree y traga y de otras cousiñas más simples, como el gusto de vivir y convivir, del andar y ver, de los caminos hechos, sus colores y sabores. Eso es todo. Buen provecho. On egin dizuela, denontzat. Juanjo y consorte habéis organizado una cena guapa, generosa y de buen gustar. Se cantó con alegría y buena voz. Yo sólo recuerdo las que siguen: 1. Ondiñas venen, ondiñas venen e van. No te vayas riancheira, que te vas a marear. No creas que porque canto teño o corazón alegre. Que so come os paxariños que si no cantan se morren. Ondiñas venen, ondiñas venen e van No te vayas riancheira, que te vas a marear. 2. Desde Vitoria a pie una cuadrilla de amigos los lugares del Camino temos como o testigo. Desde Vitoria a pe, con alegre devoción. Es chegar a Compostela nuestra mayor ilusión. Y así otras más. Con tanto brebaje, amigos, si la rodilla se funde, me quedo en puerto. Vaya masaje. 3 IV 99 9'15h. La mañana salió serena, con nubes altas, sin peligro de lluvia, de buen presagio. El autobús nos llevó hasta el empalme de Ras, a 24 kms. de Santiago. Arrancamos a las 9'50h. para parar a las 10'30h. en el cruce de O Burgo. Yo llevaba en el macuto la garrafiña de Rioja banda de plata como repuesto y cortamos un trocico de la hogaza y le añadí el atún. Un grupo de caballistas se nos acercó, vestidos de peregrinos a lo clown y sombrero de ala ancha. Casi ortera. Nosotros paramos en un rellano de la estrada que llevaba aO Burgo y allí bebimos del Rioja, otros traían reserva del 93. A las 11h. emprendimos de frente la cuesta entre carballos y eucaliptos que nos condujo al alto de Cimavilla. A la derecha dos limoneiros con fruto casi maduro y un par de loureiros arropaban una casa de labregos, vieja y casi abandonada. La cuesta continuó unos 20 ' y pronto iniciamos un camino ancho entre toxos en flor amarillenta durante buen rato. Atrás dejamos Santa Irene con un área de descanso de buen gusto, con bancos de granito pulido, una calzadiña arreglada, fuente y asador. Se ve todo reciente. El albergue, chulo y de buen ver. Sigue que sigue, son las 12'30h. y mi patica izquierda comenzó a acusar sufrimiento y dolor que se me pegaba al muslamen derecho, sin duda a causa del descompás. El amigo bastón, alias makila, me ayudaba fiel y con su ritmo. ¡Qué bien te portas, compañero y qué bien te dejas llevar!. Poco a poco, seguimos Teodoro de Salvatierra, Eloy, Ysabel y yo y comentamos cosas del pasado , las formas de vida y entender, las penurias y el presente. Ninguno de los cuatro entendíamos tanto desquicio y protesta, tanta bronca y desperfecto, tanta violencia y chulería de la muchachada azuzada por los del oficio y sueldo en nuestra Tierra Vasca. Decíamos, ¿qué bravatadas preparán esta noche para gritarlas mañana en Iruña Pamplona, en Donostia Sanse o Bilbao. ¡Rediós, qué sinsentido!. Y así es. La bajada desde donde anuncian el aeropuerto comenzó para nosotros y nos hicimos una foto ante la estela esculpida con los símbolos del Peregrinaje. Al fondo, Santa Lucía de Sabugueira con unas casas de piedra enrojecida por el óxido de hierro. El regato mostraba la margen de tierra roya. En el ribazo una vaquiña pardona pastaba la hierba lozana y la temperatura sería de unos 20º. En el arroyo lavaba la ropa "una vella" a la vieja usanza. Uno labrego vello, rechoncho y bajo sostenía de uncabo sus tres vaquiñas y la paisana de c. ancho, también bajita y con botos de campesina iba a su encuentro. Yome recordaba unos versicos de un romance popular leonés, que viene a cuento: "Por las sendas que conducen al sepulcro del Patrón un peregrino camina con su concha y su bordón. Viene de tierras lejanas a cumplir una promesa, los pies descalzos sangrando, descubierta la cabeza. Por el tiempo que camina lleva crecida la barba. Las lluvias y los calores ya le han tostado la cara. Pide limosna en los pueblos rezando con devoción. Trae capa de paño pardo y en la mano su bordón". De allí se sigue un sendero, primero estrecho y poco a poco más amplio que lleva a Lavacolla, donde dijo Laffi a fines del s. XVII en su Viaggio "... aquí nos refrescamos bien, mudando los vestidos, porque sabíamos estar cercanos a Santiago". La palabra viene de la latina lavamentula, como escribe Aimeric Picaud en su Guía del s. XII, y allí se hacían las abluciones de afuera y de la p. de dentro, según los casos, por amor al Apóstol "apostoli amore lavare solent". Yo llegué, así como, estropeadico, renqueante y como jodido, pero llegué sano y cogotón, porque así es uno y está bien. En la tasca, según se alcanza la carretera, a la izquierda, Juanjo el guía había ordenado un aperitivo de ensaladilla. Pagamos la cerveja y me senté en un taburete. En un letrero se leía: "Pide os nossos viños Albariño e Barantes na Lavacolla". En una mesa corrida, junticos, casi apegados, comimos todos. Yo tomé caldo galego de pote: grelos, verza, tres o cuatro alubiñas y caldo con pimentón y con sabor a porco. Entraba bien. Otros, alubias con tocino do porco y después filete de vaca con pataquiñas. De vino, branquiño de 10º fresquiño. Café, dos sorbetes de orujo. Y así compuestos, arrancamos para el penúltimo tranco . En nuestro alrededor estábamos Ricardo Ruiz Marquínez, "O xilgueiro da cofradía, alias paxarin", Elena Lama, Isa y yo. Elena nos contó sus historias, las de su familia en la preguerra y sus ocho hermanos, las andanzas de su padre general y yo escuchaba pensando en el diario. Antes de comenzar el yantar,apoyado en mi bastón, durante un cuarto de hora y a golpe de lo que iba viniendo, sin papeles les conté a todos cómo se inciaron las historias de Santiago, la barca "da pedra", cómo Teodoro y Anastasio, los discípulos del Santo lo trajeros desde Jaffa. ¿Cómo, con cabeza o sin cogote?. Pues, la verdad, hay para todos. No todos opinan igual. En realidad, ¿qué más da?. La verdad es que el único testimonio histórico del inicio del culto a Santiago Boanergues, hijo de Zebedeo y Salomé y hermano de Juan, también llamado El Mayor, para distinguirlo del otro más chico, fue el supuesto descubrimiento del Area marmórea por un tal Paio o Pelayo hacia el 813. La noticia llegó a oídos de Teodomiro, obispo de Iria Flavia, esto es Padrón, y pronto lo supo Alfonso II de Asturias, a la sazón en Cangas de Onís y rey de las tierras más apartadas del Noroeste hispano, protegidas por la cadena de los montes asturianos y las montañas que se prolongan más al Oeste y la mar océana siempre brava que rompe en las costas gallegas por Finisterre Fisterra. Este era el refugio cristiano frente al Islam del Andalus de los Omeyas. El descubrimiento de las reliquias de un cuerpo santo era el santo y seña para salir de la postración, del complejo de inferioridad en que se hallaban sumidos frente la poder imbatido procedente del Sur y que en muy pocos años, allá por el 712, se había apoderado de casi toda la Hispania goda. Lo tomaron como si fuera un despertar de un sueño, y a partir de ese momento se fue creando, tomando fuerza la Reconquista. Necesitaban un empuje, como pasaría algo más tarde en Clavijo el año 842 con la leyenda de un Santiago galopando sobre un corcel, cual adalid de las tropas de Orduño II, rey de los galegos y asturianos. Así ocurriría pasados los años en tantos y tantos momentos de guerra entre cristianos y musulmanes en el Oeste y en el Este remoto. Lo que importaba no era la objetividad de un hecho, sino su aceptación, a ser posible, milagrosa, extraordinaria, portentosa, delmás allá. Y así fue. El buen rey Alfonso II, con sus cuatro acompañantes, porque no había más, se trasladó a este chico lugar, emplazado sobre un antiguo castro distinto del castornudao, Sr. Corcuera , que pasaría a romanizarse y que albergaría entre los siglos I al IV un compositum tellus o cementerio, como lo atestiguan los abundantes restos encontrados en el subsuelo de la Catedral. De la expresión latina se derivó la popular Campus stellae, de donde procedería la voz Compostela. Más tarde, en el siglo VI seguirían enterrándose los suevos y ahí termina. Entre tanto hueso y tanto resto, ¿ qué hay de Santiago?. A ciencia cierta no se sabe nada, ni falta que hace. Lo que tenemos es un sorprendente edificio, un maravilloso templo testigo de un culto que se extendió por Europa entera, a partir de un origen sencillo y pobre con más pretensiones que le podían esperar la realidad del momento. La fe, la piedad, los sacrificios de miles y miles de peregrinos convirtieron en lugar sagrado y perpetuamente vivo esta ciudad de Santiago y este venerado caamino jacobeo que nos conduce hacia ella. La figura carismática del santo insufló de energía a la España cristiana y con los reyes Alfonso VI y Alfonso VII, Cluny, el apoyo de Navarra en la persona de Sancho III el Mayor, y tantos y tantos que se pusieron en marcha a partir del siglo XI, bendecidos, animados y enriquecidos por las indulgencias papales, se convirtió, sin duda alguna, en una inmensa, continua Romería hacia el confín de las tierras del Oeste, Compostela. ¡Qué gratos suenan estos versos populares de F. García Lorca ! : "Dice un hombre que ha visto a Santiago en tropel con doscientos guerreros. Iban todos cubiertos de luces con guirnaldas de verdes luceros y el caballo que monta Santiago era un astro de brillos intensos". A través de las rutas procedentes de Alemania que confluían con las de Francia, miles y miles de peregrinos atravesaron España por la terrible cadena pirenaica por los puertos de Somport y Roncesvallesy las tierras bajas de Irún, o los caminos del mar, desde Noruega, Suecia, Dinamarca, Inglaterra, Irlanda o los Países Bajos y trajeron consigo sus cantares, sus cultos, su comercio, el arte y la literatura, europeizando la Hispania norteña, configurando su historia. Y esto, amigos, fue un milagro fabuloso. Resulta increíble leer la serie de reyes, personajes, obispos y peregrinos que llegaron al extremo de la cristiandad, peregrinando hasta aquí a Compostela, una vez que el terrible azote de Almanzor dejó de ser un peligro, pasado el año 997, desde Godescalco, obispo de Puy, el eremita Simeón de Armenia, acaso el Cid Rodrigo Díaz de Vivar, Baudoin junto con Ingelram obispo de Lille, Sigfrido, arzobispo de Maguncia, Arsgot de Burwell, el primer peregrino inglés, San Guillermo de Vercelli y San Teobaldo de Mondovi, primeros santos peregrinos de que tenemos noticia, a tantos y tantos más que se suceden a lo largo del siglo XI. Pronto comienza a levantarse sobre los restos pobricos y humildes la nueva basílica en 1075 bajo el mandato del obispo Diego Peláez que inició las obras con la ayuda económica de Alfonso VI. El mayor impulso vendría con Diego Gelmírez, hombre enérgico, ambicioso, astuto y duro y tomará las riendas de la empresa con la ayuda de Doña Urraca y Alfonso VII. En 1102 la obra de la cabecera estaba terminada, al año siguiente el Pórtico de las Platerías y en 1105, el antipendio o frontal junto con el cimborrio para el altar del Apóstol. En 1112 se colocaba la última piedra. Será más tarde cuando la obra de Gelmírez se verá ampliada y embellecida por el Maestro Mateo, en el último cuarto del siglo XII, con el Pórtico de la Gloria, entre el 1168 y 1188. Constituye la muestra más bella y lograda del románico europeo, por la calidad de su estatuaria expresiva, por los pliegues de sus vestidos, la vivacidad de sus rostros, la reproducción de los instrumentos. Toda un joya. No me voy a extender más, sólo contaros lo que quise deciros para anunciaros el gozo dela visita tan esperada por todos, desde aquel lejano 14 de septiembre del 96, cuando casi los mismos amigos que ahora estamos, inciamos con Juanjo y Julita este largo Camino. Comidos y descansados, proseguimos nuestro andar, esta vez hasta O Monte de Gozo, el Monxoi de los textos medievales, desde donde los romeros jacopitas de bordón y calabaza, esclavina, vieiras y escarcela, veían por vez primera las torres de la Catedral de Santiago. Y así fue, hacia las 6h. de la tarde. Nos agrupamos en un corroncho y los amigos emocionados se abrazaron, se besaron, se felicitaron de contento y satisfacción. Habíamos llegado. Merche invitó a cantar "El peregrino alavés". La tarde estaba radiante de luz y de alegría.Yo me acordaba del relato de Laffi y a pesar de las molestias que me causaba la pierna izquierda, me dije para mis adentros, como cada uno de los que allí llegamos: "Ha valido la pena". Era hermoso de verdad. Aquí me vienen a la mente unos versiños de Dora Vázquez que os quiero recordar: "¡Qué longo viaxe tras romeiro, meu romeiriño! ¡Cómo estará tu saial! ¡Cómo irán eses peciños!. ¿Ves os soutos de Galiza? ¿Ves a prata dos sus ríos? ¿Ves o verde dos seus abros e os piñeiros, queridiño? Ergue os teus ollos ao ceo e mira pra'quel montiño. Tras d'el está Santiago. ¡Agora xa vas pretiño!". Descendimos suavemente Y Juanjo nos fue dando las llaves de las habitaciones. A Isa y a mí nos correspondió la 344. Me reposé un par de horas para aliviar mi rodilla que me avisaba con el dolor su fatiga y malestar. A las 20'30h. nos volvimos a juntar para descender al hotel y cenar. El branquiño fresco y apetecible nos sentó pero que muy bien. Después se sirvió crema de espárragos, tronco de merluza con pataquiñas y de postre flan. Una cena sana, bien compuesta y servida. Al fin, ya a las 23h. llegaron los del segundo grupo. Como era ya tarde, nos recogimos contentos, yo muy cansado, para entrar mañana con fuste en Santiago. 4 IV 99 Entrada en Santiago y visita al santo. A las 8'30h.bajamos a desayunar unas frutas, café con leche, marmeladiña y un croissant. Salimos, así a lo guapo, colina abajo, pasamos un puente, siempre a la izquierda y ya en el barrio As Fontiñas los amigos Paco Fernández y Chelo nos saludaron desde su casa. Fue un encuentro muy sabroso y juntos todos, precedidos por los gaiteiros contratados por Juanjo, fuimos siguiendo el casi milenario trayecto que ya en su día Aimeric Picaud narró allá por 1135, por la Via Francigena que cruzaba la ciudad de Este a Oeste desde tiempos muy antiguos, continuaba por A Rúa do Camiño, dejando atrás el barrio de San Lázaro y la iglesita del santo, pasando por la Rúa de San Pedro, la Rúa dos Concheiros, la Plaza de Cervantes, la Rúa do Campo y la Azabachería. ¡Cómo sonaba la gaita y la pandereta en las ruiñas enlosadas que recordaban a tantos y tantos peregrinos que nos precedieron en los años santos jacobeos, desde que allá por el año 1181 el papa Alejandro III concedió al sepulcro de Santiago el privilegio del Jubileo. De vez en cuando se veían pintadas, la verdad hay que decirlo, así como discretas y como avergonzadiñas, que decían: "O 25 de julho día da independência", "Galiza free", y alguna otra, que para todo hay gustos. Era una delicia con el sol, la música festiva que nos precedía, la alegría en los rostros, la satisfacción de haber llegado. Yo me apoyaba en mi amigo y comentábamos las historias, los relatos, las anécdotas del viaje y el gusto de estar juntos. Descendimos atravesando el arco de la antigua Puerta Francígena, más tarde llamada Porta do Camiño y al final, la maravilla, la hermosura de la Plaza del Obradoiro con la fachada grandiosa que levantó el arquitecto Fernando de Casas Nóvoa entre 1738 y 1748, como un gran arco de triunfo dándonos la bienvenida. A su derecha en un ángulo, la gran Torre de las Campanas y al Este La Torre del Reloj. En el Centro de la gran fachada otras dos torres gemelas, esbeltas, muy altas, adornadas con pináculos y rematadas por unas torrecillasde granito bien labrado, con la cruz. La luz de este domingo de Pascua aún embellecía más el conjunto. Después de admirar y más ver, subimos la escalinata del siglo XVI para contemplar el Pórtico de la Gloria. Peregrinos y más peregrinos no cesaban de entrar, una riola de gente esperaba para dar la cabezada a los pies de Santiago sedente y después de un ratico, apoyándome en mi bordón entramos en la Catedral. El peregrino, lleno el corazón de gozo y enriquecido su espíritu por las ciudades, personas, monumentos y paisajes que el Camino de Santiago le ha ofrecido, llega por fin frente al Apóstol. Paco nos dijo que con motivo de la Misa de las 10, saldría la procesión con el busto relicario llevado por los cofrades y acompañado de los músicos con instrumentos antiguos y seguido del cortejo litúrgico de los oficiantes. Así que nos dirigimos por la nave de la epístola en dirección al crucero, cerca de la entrada de la Puerta de las Platerías y gozamos del paso cadencioso del cortejo ceremonial, a los acordes del fagot y la trompeta y en un momento dado irrumpió el órgano con la Fuga en Re menor de Bach llenando el recinto. El efecto fue grandioso de verdad. Pasados unos minutos dio comienzo la danza airosa y elegante del botafumeiro que ascendía hasta las bóvedas del transepto. ¡Qué hermosura!. Con Paco e Ysa proseguimos nuestra visita, primero a la Capilla de Santa María de la Corticela o de los Vascos, a la que se accede por unas gradas de piedra hasta la portada de seis arquivoltas. Tiene tres naves y fue edificada muy temprano, la primera de todas, por el siglo IX, casi inmediato al primitivo templo de Alfonso II. Aquí, en un principio, confesaban y comulgaban los peregrinos. Pasamos un ratico sentados y allí terminé mi plegaria, que recité muy bajo. Después visitamos despacio la Capilla del rey de Francia, donde Diego Gelmírez depositó en 1102 el cuerpo de San Fructuoso que se trajo, no precisamente con buenas artes, de la catedral de Braga, así como otros bienes deconsideración para sufragar los gastos de su grandiosa catedral. Vimos también la de Santa Fe, hoy llamada de San Bartolomé, la de Nuestra Señora la Blanca, la de San Pedro y la de Mondragón. El altar mayor, en la cabecera de la nave central, brillaba como un ascua de plata dorada, resplandeciente, barroco, con sus columnas salomónicas y su enorme baldaquino sostenido por ocho vigorosos angelotes, rematado en los extremos por las esculturas de las tres virtudes cardinales y la figura de Santiago Matamoros, que parece que va a saltar sobre nosotros. Al fondo, presidiendo el conjunto, la estatua sedente del Apóstol del s. XIII, recubierta de plata y oro en un camarín barroco iluminado por la lámpara que regalara el Gran Capitán. Unas escalerinas dan acceso a su parte posterior para abrazar al santo y a los lados de la girola descienden otras para llegar a la cripta que guarda, según cierta tradición, los restos de Santiago en una urna de plata mandada hacer en 1879 cuando fueron redescubiertos, a causa de su ocultación en el siglo XVI, por temor de ser destruidos por Drake el Corsario. La multitud impedía admirar las capillas, el claustro, el tesoro y los museos. Otra vez será. Los tres, Paco, Ysa y yo salimos otra vez para entrar de nuevo por la Puerta del Perdón, haciendo cola. Admiramos los altorrelieves del Maestro Mateo que están a ambos lados, así como las tres estatuas peregrinas de Santiago y sus discípulos del siglo XVIII. Ysa se quedó para tener un sitio bien aparente para la Misa de los Peregrinos y quedamos en juntarnos. Nosotros deambulamos por las rúas. Todo estaba muy limpio, bien puesto y nos paramos en una taberna para degustar unos albariños con unas empanaditas y hablamos de todo, de Galicia, la de antes y la de ahora, de la lengua y sus hablantes, de los vinos blancos, los ribeiros y albariños, sus clases y cepas, vendimia y vinificación. ¡Qué rato más sabroso!. A las 13'30h. cientos y cientos de peregrinos fuimos saliendo del templo, satisfechos porel encuentro en la Casa del Señor y juntos los tres nos dirigimos al encuentro de Chelo para tomar su coche hasta el restaurante cerca de su casa. La comida fue excelente y los vinos de calidad. Demasié. Subimos a casa para degustar un orujo viejo y escuchar música gallega. Las niñas escuchaban nuestro relato y estaban contentas, como sus padres y nosotros también. Hacia las 18h. volvimos al Centro, recorrimos las rúas, pasamos a visitar el monasterio de San Payo y tuvimos suerte, estaba abierto. En cambio encontramos cerrados la Colegiata del Sar, Santa María Salomé y el monasterio de San Martín Pinario. No así el claustro de Fonseca con sus azaleas en flor. A las 20'30h. teníamos la cita para acudir juntos a cenar o lo que sea y después de unos 20' llegamos al fin a un Moiño convertido en extraño chamizo, muy frecuentado para tomar productos do porco, un vinejo áspero y participar en el Conxuro da Queimada para risa de muchos, regocijo de comediantes y diversión general. La verdad es que se nos ha hecho un poco tarde y a las 12'30h. nos alojamos en el Hotel México, dando así fin a nuestra estancia en Santiago. 5 IV 99 Vuelta a Vitoria. A las 8'30h. ya estábamos desayunados y tomamos el bus en dirección a la autopista que nos iba a llevar hasta Villafranca del Bierzo, atravesando Galicia en buena parte por donde llegamos. El día era hermoso, luminoso, cálido y primaveral. Dejamos las tierras suaves de Triacastela y Samos con sus jugosos prados, los frutales en flor y las choperas verdeando. Poco a poco fuimos ascendiendo hasta Pedrafita a 1099 mts., y a nuestros paso vimos la obras audaces para la autopista, con pilares de hormigón de más de 30 mts. de altura, y allá al fondo el río cantarín y fresco descendiendo desde las cumbres. La vegetación iba cambiando y a mí me chocaba el sistema de riego de los prados chiquitines, como retazos de verde surcados por acequias del mismo tamaño, que recogían el agua de las cuestas empinadas. En las lomas altas, aldeiñas colgadas.¡Qué vida tan ruda han pasado estas gentes de la sierra, Dios Santo!. Más arriba los calveros por donde sopla el viento y la lluvia bate. La población de Pedrafita, más moderna, tenía mercado, cocían pulpo, repleta de tenderetes, como en fiesta. Descendimos por el Valcarce Vallis carceris 'valle de la cárcel' y recordamos aquella marcha preciosa desde Portela a O Cebreiro aquel 7 de junio del 98, de cuatro horas de ascenso por caminos escarpados, el castillo de Autares como guarida de bandidos, más arriba Ambasmesetas, Vega de Valcarce y el airoso castillo de Sarracín, el caserío de Ruitelán y el precioso lugar de Herrería, donde almorzamos, la aldea de Faba y O Cebreiro. Pronto comenzaron los cerezos en flor que se sucederían durante todo el trayecto hasta dejar el Bierzo. Las obras de la autovía están martirizando el valle y se ve como descostillado, partido a zarpazos, en carnes vivas. Esperemos que todo se arreglará y volverá a estar sano. Y al final, por una carretera extrecha nos fuimos encaramando para llegar a una aldea, Orellán, dejando en el fondo del valle el lago de Carucedo, donde remansaban las aguas desde las grandes minas que pronto íbamos a ver. Desde la aldea sube un camino ancho y en lo más alto los inmensos socavones de Las Médulas. Surcando las montañas se ven los regatos que conducían el agua desde los neveros del Teleño a 2000 mts. y una vez represadas, las utilizaban para el desplome de las tierras auríferas, color rojizo intenso, como nos explicó Merche. El agua llegaba por canales tallados en las laderas y una vez excavados los pozos verticales y las galerías transversales provocaban el desplome del terreno con la fuerza del agua y así iban bateando la arena, separando los rijos de los pedrones. El desplome fue inmenso, causa asombro tanto esfuerzo prolongado durante más de 200 años. Se calcula que fueron necesarios unos 30.000 mts. cúbicos de agua diarios para reventar la montaña previamente acribillada por los mineros astures, gente arrojaday experta, condenada a trabajar en aquellos pozos y galerías. Y así desventrando capa a capa la montaña llegaron a conseguir hasta 1.500.000 kgs. de oro. Fue el geógrafo Plinio quien nos dejó el relato minucioso de esta inmensa explotación. Eran ya las 13'30h. y era preciso continuar nuestra vuelta. Dejamos atrás los castillos de Corullón y Cornucel que con el Sarracín vigilaban la subida al puerto. Comimos en Benavente a las 16h. y faltaba un buen trecho. Teodoro, que tiene porte de obispo y es muy majo y ocurrente, nos contó una anécdota de sus clientes y nos hizo mucha gracia. "Una vez le llegó un cliente que quería le hiciera una filosera. Todo extrañado, nuestro amigo le preguntó, ¿qué es eso?, pues no le entiendo. Sí, hombre, sí, pues muy sencillo, como una ventana con unas tablicas para dejar pasar la luz. ¡Ah!, contestó Teodoro, lo que Vd. quiere es una celosía. Pues, sí, eso". Lo que son las cosas, pero se entendieron. A los postres se cantaron unas letricas en honor de Juanjo y Julita y todo el mundo se sentía contento y se les hizo entrega de un detalle por haber culminado con bien la larga Romería. Después proseguimos el viaje por la tierra llana de Castilla, Palencia, Valladolid y Burgos y a unos 16 kms. comenzó la caravana. ¡Qué vamos a hacerle!. Nos costó hora y media atravesar Burgos y a las 23'30h. llegamos al punto de salida. Un viaje hermoso. Salió muy bien y este cronista pone fin al episodio con las cuatro cuartetas del Romance de Gaiferos, que es como un retrato del duro caminar del peregrino, como un recuerdo de nuestro empeño mantenido con constancia desde aquel lejano comienzo en julio del 96. ¡Que Dios nos bendiga a todos!. ¡Qué el buen trato, la compañía y la amistad nos acompañen y que el Señor recompense con su presencia a los que nos dejaron y el consuelo ayude a los que quedaron aquí sin su grata compañía!. Romance del Peregrino ¿A ond'ir'a aquel romeiro meu romeiro, a dond'irá? Camiño de Compostela non sei s'alí chegará. Os pes leva cheosde sangre e non pode mais andar. ¡mal pocado, pobre vello! Non sei s'alí chegará. Ten longas e brancas barbas, ollos de doce mirar, ollos gazos, leonados, verdes com'auga do mar. Chegaron a Compostela e foron hasta o logar. D'esta maneira falou gaiferos de Mormaltán. Plegaria a Nuestra Señora y al Señor Santiago Recogidos ante tu tumba nos sentimos recompesados de tan largo caminar. Y con este broche, que es la oración dirigida a Santa María y al Apóstol, ponemos fin a la ruta: Geure Ama Andre Maria eta Done Yakue maiteei. Aquí estamos, al fin, poniendo término a nuestro andar y recorrer, después de tantas etapas del Camino. Venimos a ofreceros nuestras vivencias pasadas, nuestras cuitas y pesares, nuestro afán de convivir. Venimos a pediros porque sepamos perdonar y ensayar otra vez. Volver a repetir, a ayudarnos mutuamente, volver siempre a empezar. Os pedimos por nuestros mayores, porque cuenten con nosotros, que no les falte nuestro consuelo y amor. por nuestros hijos todos, los mayores, los medianos y más chicos. Que les queramos por igual, que encuentren siempre en nosotros ayuda y comprensión, cariño y mucho corazón. Os pedimos por los parientes y amigos, por los más dolidos y sin amparo, por los que esperan trabajo, por los desesperados, por todos. Amén. Por nuestra gente, dividida, enfrentada, suspicaz, cerrada por la violencia, el fanatismo, el desafecto y el malestar. Que la paz y el entendernos, que la convivencia y el respeto y la amistad, ¿por qué no? inicien un leve paso, sean posibles, ¡Señor!. Que la renovada primavera torne a nosotros, rebrote y nos traiga ilusión. Que los pueblos del Este, Kosovares, Albaneses, Macedonios y Servios se vuelvan a mirar, a no matar y a convivir. Que sus ancianos puedan vivir en paz, que sus mujeres y mozas sean respetadas, sus creencias puedan coexistir, a pesar de tanto loco, asesinos, matones y sanguinarios sin fin. Señora Santa María, Señor Santiago cuya estrella brilla en Compostela desde tantos siglos acá. Os ofrecemosnuestras etapas de andar, con frío y con calores, con lluvia y orballo, con cansancio y torceduras a lo largo de estos tres años de tozudo caminar. Geure lurraren alde, geure bihotzetik: Lagundu iezaguzue, Mezedez. Guere lagun maiteok zarete, izango zaretela, uste dugu. Anaitasunaren bidean jarraituko gara, beti. Amen, Alleluya, Gora. Vitoria Gasteiz, 8 IV 1999 Relación de las etapas 1. 14 7 96. Francia (frontera) Roncesvalles 2. 15 9 96. Roncesvalles Zubiri 3. 29 9 96. Zubiri Pamplona 4. 10 11 96. Pamplona Puente la Reina 5. 24 11 96. Puente la Reina Villatuerta 6. 1 12 96. Villatuerta Azqueta 7. 23 2 97. Azqueta Los Arcos 8. 2 3 97. Los Arcos Viana 9. 9 3 97. Viana Logroño (La Grajera) 10. 23 3 97. Logroño Nájera 11. 6 4 97. Nájera Santo Domingo 12. 13 4 97. Santo Domingo Tosantos 13. 4 5 97. Tosantos San Juan de Ortega 14. 18 5 97. San Juan de Ortega Burgos 15. 8 6 97. Burgos Hornillos del Camino 16. 29 6 97. Hornillos del Camino Castrojeriz 17. 6 7 97. Castrojeriz Boadilla del Camino 18. 12 7 97. Boadilla del Camino Carrión de los Condes 19. 13 7 97. Carrión de los Condes Calzadilla de la Cueza 20. 21 9 97. Calzadilla de la Cueza Sahagún 21. 28 9 97. Sahagún El Burgo Ranero 22. 1 11 97 El Burgo Ranero Mansilla de las Mulas 23. 2 11 97. Mansilla de las Mulas León 24. 14 3 98. León San Martín del Camino 25. 15 3 98. SanMartín del Camino Astorga 26. 28 3 98. Astorga Foncebadón 27. 16 5 98. Foncebadón Molinaseca 28. 17 5 98 Molinaseca Cacabelos 29. 6 6 98. Cacabelos Portela 30. 7 6 98. Portela O Cebreiro 31. 27 6 98. O Cebreiro Triacastela 32. 28 6 98. Triacastela Sarria 33. 10 10 98. Sarria Portomarín 34. 11 10 98. Portomarín Palas de Rey 35. 12 10 98 Palas de Rey Melide 36 1 4 99. Melide Boente 37. 2 4 99. Melide Empalme de Ras 38. 3 4 99. Empalme de Ras Monte do Gozo 39. 4 4 99. Monte do Gozo SANTIAGO. 40. 5 4 99. Vuelta a VITORIA GASTEIZ. Ricardo Cierbide, historiador Ilustraciones: Javier Corcuera Fotos: Isabel Roa
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