Kultur Iritzia Franklin Schargel: "Los centros educativos vascos han conseguido logros pero no son ni constantes ni coherentes" Con una puesta en escena lúdica y amena, el evaluador del Premio Malcon Baldridge de New York, Franklin Schargel, participó en la jornada de clausura del Curso de Verano "Calidad en Educación. Calidad en el Aula", disertando sobre la "Calidad en las aulas: el lugar del aprendizaje". Schargel hizo un llamamiento al cambio en el mundo de la educación. "La sociedad está cambiando. A las escuelas se les exige cada vez más. Pero todavía seguimos utilizando técnicas educativas de hace cientos de años. Debemos darnos cuenta de que a medida que los alumnos cambian, las técnicas también deben cambiar". Pero antes de cambiar, "debemos cambiar nuestra manera de pensar y nuestras creencias". Franklin Schargel destacó los logros obtenidos en el mundo de la educación en el País Vasco, "pero son logros aleatorios, no constantes ni coherentes". La concepción, el nacimiento, el desarrollo y la madurez son las cuatro etapas de desarrollo que debe experimentar un sistema educativo que quiera mejorar. "Partimos de una situación en la que las partes son independientes en un mismo espacio. Tras pertacarnos de que cada parte tiene algo en común, nos convertimos en interdependientes. Con el objetivo común de difundir la palabra, esos elementos aleatorios de un sistema educativo caminan en una misma dirección. Si se consigue la alineación de todas las partes en la consecución de un mismo fin, el sistema habrá madurado". La mejora de un país se consigue a través de los centros educativos. Esa es la máxima del evaluador del Premio Malcon Baldridge. "Los centros son como la gelatina. Adoptan todas las nuevas formas que queramos pero si no mantenemos esos cambios de forma sistemática, volverá a su forma original". Todos los cambios no constituyen, sin embargo, mejoras en sí mismas. "Debemos tener muy presente esta idea". Otra de las ideas que debemos tener presente esla de que el objetivo de la educación debe desplazarse desde la docencia mejorada hasta el aprendizaje mejorado, pues enseñar no es aprender. "Las escuelas ya no tienen que enseñar a leer, escribir y calcular, sino el valor del aprendizaje conducido por el estudiante. Hay que enseñar a los estudiantes cómo pensar, no qué pensar". El profesor debe bajar al nivel del alumno para desde allí subirlo a su nivel. "El fracaso de los alumnos siempre se achaca a los profesores pero cualquier profesor puede tener éxito con alumnos que quieran aprender. No hay excusas para que los alumnos no aprendan. Cometemos el error de olvidar que cada alumno tiene su ritmo y manera de aprender. Un profesor es el entrenador de alumnos, cuyo aprendizaje se desarrollará a lo largo de toda su vida". La mayor parte de la educación que tiene lugar en el mundo es la denominada por Schargel "educación umbilical". Los estudiantes aprenden a causa del miedo, al fracaso u otras formas de castigo. La educación está ligada al proceso de enseñanza, no al del aprendizaje, que tiende a ser memorizado, repetido mecánicamente y fácilmente olvidado. El siguiente nivel de aprendizaje es el de "aprendizaje independiente", donde el alumno considera que el material que debe aprender es importante y quiere aprenderlo. "El problema de este aprendizaje es que el estudiante se descentra enseguida. Es atraído hacia materiales que son divertidos pero no útiles". El nivel más alto de aprender es el llamado "aprendizaje conducido por el estudiante". El alumno tiene el control de aprendizaje y el profesor simplemente determina la dirección y velocidad del aprendizaje. "Este aprendizaje es a largo plazo y se centra en la resolución de problemas, toma de decisiones, ejemplos de la vida real..." Existen cinco categorías de escuelas: las que no funcionan, las que funcionan mal, las que se están reformando, las que funcionan muy bien y las de clase mundial. Para conseguir esta última categoría Franklin Schargel considera quedeben conseguirse "los doce puntos de calidad": un liderazgo dinámico, madurez, alto rendimiento de los alumnos, una misión y visión de futuro, saber cómo desplegar esa misión u objetivo, la mejora continua de los resultados, aprendizaje de los alumnos, compartir responsabilidades, satisfacer a los clientes, crear partenariados con las empresas, implicar a la comunidad y crear alianzas de escuelas. Cuando una escuela consigue estos doce puntos de calidad, es una escuela de clase mundia.. De cara al futuro, Schargel subrayó los desafíos que los educadores deberán afrontar en los próximos diez años. "El aprendizaje, fuera del aula, ha pasado de ser pasivo a ser interactivo. El profesor de antaño que lo sabía todo no funcionará el siglo que viene. No sólo no sabemos las respuestas, tampoco sabemos las preguntas". Texto elaborado por el Departamento de prensa de los Cursos de Verano de la UPV / EHU.
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