41 Zenbakia 1999-07-09 / 1999-07-16

Gaiak

Algunos retos estratégicos culturales

ZALLO, Ramón

Algunos retos estratégicos culturales Algunos retos estratégicos culturales Ramón Zallo En el caso vasco el futuro está lleno de incertidumbres. ¿Lograremos crear un espacio cultural propio con suficiente inercia como para que se autodesarrolle?. Además de receptores ¿seremos productores de cultura?. En lo económico ¿lograremos ser una euro región o, sólo otra zona transformadora invertebrada más?. En lo político, sabiendo que no nos anclaremos en la autonomía ¿vamos hacia un modelo federal asimétrico, confederal o a la independencia?. En cualquier caso deberemos aprender a movernos entre incertidumbres. En mi opinión, los retos generales de la cultura vasca son básicamente tres. En primer lugar, la recreación de la cultura vasca como una cultura social e internacionalmente abierta e hibridada, con una discriminación positiva en beneficio de la parte histórico/estructural de la cultura, especialmente del euskera, puesto que nos fueron hurtadas tanto nuestra memoria histórica como el desarrollo normalizado de nuestra lengua. En segundo lugar, la modernización cultural que se expresa en una capacidad de creación y producción cultural en cantidad y calidad suficiente como para renovar nuestra simbología y darla a conocer e intercambiarla dentro y fuera de la comunidad. En tercer lugar, la democratización y extensión social de la cultura vasca. Se ha ido por el buen camino en el primer reto, se ha avanzado algo en el segundo y hace tiempo que abandonamos el tercer camino. En cualquier caso en los tres niveles hay déficits importantes. Ordenación integrada del territorio La cultura ha estado ausente de la política de ordenación territorial como si la comunicación intrarregional solo fuera posible físicamente, mediante carreteras y ferrocarriles. Y, sin embargo, una pregunta básica es cómo favorecer la comunicación entre focos y ámbitos culturales más allá de esos espacios estancos que son los "territorios históricos" (las provincias vascas), en suma, cómo integrar de verdadel país ( ). Sería conveniente apostar por un concepto de red cultural interterritorial en la formación artística, cultural y comunicativa, por centros de creación especializados, por la producción horizontalizada de pequeñas y medianas empresas (PYME) y por la investigación cultural, y todo ello comunicado con el conjunto de Casas de Cultura municipales también vinculadas en red. Los retos exigen abandonar la absurda competencia entre las ciudades por la capitalidad cultural lo que constituye un auténtico despilfarro e iniciar una estrategia común en torno a iniciativas de cofinanciación, de enganche con programas de la UE, de promoción de la creatividad. En este sentido una red de parques de industrias y servicios culturales ( ) hubiera constituído un punto de partida, coherente con un concepto globalizador e integrado. Implicación social participativa Especialmente en esta época de cambios es necesario un revulsivo que ponga encima de la mesa todos los problemas con una convocatoria de unos "Estados Generales" de la Cultura Vasca que reúnan las distintas disciplinas de la cultura, agentes, generaciones,... Se trataría de lograr una puesta en común, un diagnóstico, unas ideas centrales de futuro para una estrategia cultural y el suficiente consenso como para un redespegue cooperativo. Política y mercado Sería suicida para una cultura minoritaria sin economías de escala, de tamaño, con un mercado limitado y en un contexto de encarecimiento contínuo de la producción cultural dejarlo todo a la espontaneidad del mercado, aunque hayan de seguirse muchas de sus indicaciones. Ello nos obliga a indagar en economías de especialización y experiencia y para mercados más grandes que el nuestro; en economías de aglomeración, de concentración física o reticular de empresas e iniciativas culturales; en economías de transversalización, de cruce de tecnologías y aplicaciones. Cooperación pública y privada Es decisivo el papel de la Administración en el ámbito cultural tantoen lo relativo a inversión y planificación directas como en el apoyo y promoción de actividades creativas privadas. Ese papel público no ha sido pequeño en la CAPV pero debiera reorientarse hacia la creación, producción y difusión cultural, ejerciendo un papel de líder. Abrirse a la iniciativa de la sociedad civil requiere un modelo de intermediación entre Administración y sociedad, de tipo anglosajón, mixto, un Consejo independiente de la Cultura Vasca, integrador, global sobre el conjunto de tramas de la cultura , representativo, autónomo, decisorio y fiscalizable, sin perjuicio de articularse con otros Consejos especializados ( ) . En ese plano y en el de la democracia participativa la televisión pública vasca tiene un papel central a jugar de modo coordinado con todos los sectores de la cultura. Las industrias culturales públicas y privadas vascas son parte de un patrimonio social. Una política de servicio social y público que alcance a ambas, puede y debe huir tanto del dirigismo como de la mera transferencia de fondos públicos para negocios privados. Asimismo, el apoyo decidido a las iniciativas industriales privadas o mixtas debiera conllevar obligaciones rigurosas de los beneficiarios, acordes con los vectores de desarrollo estratégicamente definidos, así como su evaluación regular. Las ayudas a los creadores e instituciones sociales de creación y difusión cultural deben discriminarse en favor de lo que la experiencia indique en calidades y eficiencias. Apuesta audiovisual informática, plástica y gestión de redes No hay conciencia todavía del propio potencial económico de la cultura. Existe la oportunidad de construir la cultura vasca, al mismo tiempo, que se diversifica la economía con producciones con futuro. No hay más opción que producir hacia más allá de las imaginarias fronteras vascas, con niveles de calidad aceptables, especializarse en cultura, desde la propia identidad. La industria cultural deviene en sector estratégico desde el lado cultural yeconómico. No es posible generar cultura sólo desde fondos públicos. Estos deben promover una estructura económica cultural lo más autosostenible posible. Pero un pequeño país difícilmente puede hacer una apuesta generalizada por el desarrollo del conjunto de las industrias culturales y de todos sus segmentos. Aun abordando todas las industrias y artes y cultivando una formación integral en todas las especialidades posibles, parecen necesarias algunas prioridades. Por ejemplo la consideración de cluster para el ámbito audiovisual informático, como un "nuevo sector industrial" o un "sector estratégico emergente", particularmente cuando el audiovisual ( ) entra de pleno dentro del concepto de tecnología de la información aplicada y de alto valor añadido (creación, diseño de nuevos usos y aplicaciones de los programas..). Ello significa que la cultura industrializada debe ser objeto de coordinación entre los distintos Departamentos implicados (Cultura, Industria, Ordenación Territorial, Investigación y Hacienda) del Gobierno Vasco. Asimismo y ya que se hizo una inversión dispendiosa en el Guggenheim Bilbao convendría aprovechar ese escaparate para promover la valiosa nueva generación de nuestros artistas plásticos, además de reapropiarse estratégicamente de sus destinos y función. También se requiere avanzar en el diseño de implantación de las tecnologías, viejas y nuevas, tanto de producción como de transmisión y difusión (cable, redes,..) y, particularmente, sobre su lugar social en el mapa de las comunicaciones sociales. De lo contrario, ocurrirá que las necesidades de rentabilización de los grandes grupos transnacionales y sus apéndices locales impongan sus modelos, y la cultura propia no encuentre ámbito de aplicación. Democratizar la política cultural Sin perjuicio de entender que estratégicamente hay que generar una estructura de industrias y equipamientos culturales lo más autosostenible posible, los retos culturales de una pequeña comunidad en construcción comola vasca sólo pueden abordarse desde una imprescindible y orientativa política cultural. En los primeros años el gasto del Gobierno Vasco se dirigió a promover la difusión cultural, el apoyo a las iniciativas sociales, la promoción industrial cultural (edición y cine), la euskaldunizacion y la puesta en marcha de un sistema público de comunicación, EITB. Fue un acierto. Por su parte, las Diputaciones además de hacerse cargo del patrimonio cultural heredado y las plantillas hicieron un notable esfuerzo en promover circuitos de difusión cultural y se emprendió un proceso de apoyo a la creación de Kultur Etxeak (Casas de Cultura) en municipios medianos y grandes o de equipamientos ligeros en todos los más pequeños. Sin embargo, con los importantes costes funcionales de las Casas de Cultura, se fueron reduciendo las ayudas de los Ayuntamientos a la cultura viva de los grupos locales y a la difusión cultural mientras se hacían rutinarias muchas de sus programaciones. En 1992 se dio un punto de inflexión en la política cultural del Gobierno Vasco y de las Diputaciones, especialmente la de Bizkaia. Además de confirmarse la tendencia de la Administración a convertirse en el agente decisorio y destinatario inmediato del gasto, la apuesta por las grandes obras e imagen de ciudad, significó el sacrificio de los gastos antes destinados a difusión cultural, creadores o mantenimiento del Patrimonio Histórico. Esa política agotadora de infraestructuras centrales y de exhibición, y de gastos fijos en unos pocos programas (EITB, HABE, Orquesta, Euskal Media y museos) alcanzó el 90% de los presupuestos culturales del Gobierno vasco, dejando poco margen para una política cultural orientadora. En el caso de la Diputación vizcaína la caída de la difusión cultural su antes labor principal fue espectacular mientras que en Patrimonio y Equipamientos por el peso especial del Guggenheim ( ) y el nuevo Palacio Euskalduna han llegado al 75% del gasto cultural, lo que significa una hiperespecializacióninstitucional y el abandono de otros aspectos centrales de la política cultural. Lo mismo está ocurriendo en Gipuzkoa. El dirigismo cultural, la política de Grandes Obras a la francesa orientadas al campo de la exposición, exhibición o servicios y no a la producción o creación cultural y que han condicionado los presupuestos durante toda la década, y la competencia interinstitucional han sido los pecados capitales de la política cultural vasca. A pesar de que la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco puesta en marcha en 1995 inició otra política (reordenación de la financiación infraestructural, acuerdo financiero con AEK, nuevo plan de normalización lingüística, compromisos con Egunkaria, algún avance en audiovisual y teatro..) reduciendo el arbitrismo anterior y compartiendo con los agentes sociales algunas decisiones, no ha tocado los aspectos estratégicos de la política cultural del decenio anterior (EITB autonomizada aunque algo más democratizada, continúan los grandes equipamientos de exhibición eso sí con cargo a un presupuesto especial de infraestructuras que no es del Departamento de Cultura, la estructura industrial cultural continúa al albur del mercado….). Acción integral El nivel de Gasto Público Cultural conjunto de Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos por habitante en la CAPV posiblemente sea el mayor de todas las Comunidades Autónomas ( ). Pero los problemas están menos en el volumen como en los programas y capítulos y, sobre todo, en las directrices y capacidad de liderazgo. Una intervención pública requiere operar sobre todos los eslabones de la cadena cultural, sean públicos o privados. Es necesario un equilibrio dinámico en el apoyo a cada una de las fases: creación, producción, distribución y difusión, aunque con preferencia por los dos primeros. Ello significa un estable apoyo público presupuestario a la cultura, entendiendo que la producción cultural es, además, un vector de desarrollo. Desarrollar la capacidad de producción culturalpropia significa, por una parte, realizar productos capaces de desbordar las propias fronteras y, por otra parte, explotar artísticamente las propias identidades en lo que tienen de universal y de específico. Es más, la homologación en el exterior de la producción propia es la condición misma para que ésta satisfaga los gustos de un país educado en patrones internacionales de calidad. En cualquier caso un Programa Estratégico para la Cultura Vasca, elaborado desde un estudio exhaustivo previo de las estructuras, problemas y retos de la cultura vasca, y debatido socialmente, es una necesidad actual insoslayable. NOTAS 1) Sería deseable que el vitalismo urbano del Bilbao metropolitano fuera capaz de compensar mediante un mayor contacto con las comarcas vizcaínas los evidentes riesgos de uniformización transnacional inherentes a las metrópolis hipercomunicadas; que el mayor equilibrio entre cultura moderna y cultura heredada de todas las comarcas guipuzcoanas se irradie de forma activadora, incluyendo a su propia capital Donostia San Sebastián; que la innovadora idea de lo cultural y lo urbano de la capital alavesa, Vitoria Gasteiz, se imite y comparta con redes suficientes como para desactivar la lógica del distanciamiento cultural que algunas fuerzas alavesas propugnan sobre el resto de los territorios vascos; y que la polivalente y desvertebrada culturalmente Navarra tienda puentes internos y hacia la CAPV sin el recurso victimista a la "invasión vasca". ( ) 2) En algunos países, los parques de servicios e industrias culturales son un caso interesante de hibridación de la iniciativa pública y privada. Es preferentemente el Estado (central, regional o local) quien cubre el capítulo de formación, una parte de la infraestructura del polo de servicios, la mayor parte de laboratorios de investigación o experimentación, mientras que la gestión del polo en su conjunto, de su identidad e imagen y sus servicios de apoyo (semilleros, relaciones externas) tiende a ser mixta Estado, empresas, entidades financieras , y la propiedad y gestión de las empresas y de las transferencias tecnológicas privadas. Para un análisis de los parques culturales ver P.Azpillaga, J.C. de Miguel y R. Zallo "Los parques culturales en Europa" Telos nº 41. Fundesco. Madrid, marzo mayo 1995. ( ) 3) Por ejemplo, la definición de la programación de los entes de Radio y TV no tendría que ser objeto de decisión de un director general o de un Consejo de Administración político sino de expertos y asociaciones ciudadanas con la fiscalización de la Administración que definirían, en debate social, modelos de programación equilibrados entre lo lúdico y lo informativo y cultural, entre lo propio y lo foráneo y sujetos al debate parlamentario anual. También sería necesaria una "alta autoridad del Audiovisual" para el conjunto (Consejo del Audiovisual como parte del Consejo de la Cultura) , haciendo cumplir las misiones de servicio público y de dinamización e integración del subsector en una política cultural, industrial y de comunicaciones global. ( ) 4) Sin perjuicio de hacer incursiones en el cine sobre productos bien meditados y que tan buenos resultados creativos están teniendo con los nuevos realizadores en los últimos años una opción coherente de cara a un desarrollo industrial estable, incluso para el propio cine, es la apuesta por el desarrollo de infraestructuras y capacidades técnicas videográficas y multimedia y, dentro de ambas, la opción por la especialización empresarial en producciones y servicios, en contenidos. Este tipo de decisiones podrían generar sinergias importantes con la televisión, actividades sociales diversas (enseñanza, sanidad, comunicaciones horizontales) así como con la industria en general, instituciones y publicidad, tanto vascas como foráneas. Además, forman cantera para otras líneas: series de TV, animación, films, imágenes de síntesis, post producción. ( ) 5) El Guggenheim es un edificio, un continente más que un museo, uncontenido o un proyecto cultural. La genialidad de la escultura arquitectónica de Gehry y no el absurdo diseño cultural en el que se inscribía el museo/franquicia transnacional es el único factor que explica el éxito social, publicitario y económico del Guggenheim, un proyecto que hubiera sido una catástrofe con un edificio un poco menos espectacular diseñado por alguno de los otros arquitectos concursantes. El proyecto respondía a una política neoliberal de nuevo cuño que tomando como excusa a la cultura respondía a la única fe en el marketing caro e infraestructural de ciudades para el puro desarrollo de la economía. Ese marketing lo suministrarían las arcas públicas mientras que el espacio de negocio tanto urbanístico como de actividad inducida se apropiarían de forma privada. Además se avalaba una concepción metropolitanista del territorio en perjuicio de la opción por los equilibrios integradores territoriales. Jean Clair decía que "el aumento exponencial del número de museos parece no tanto un signo de realización como de decadencia espiritual, de la misma manera que la multiplicación de los templos romanos no marcó el apogeo sino el fin de una gran civilización". ( ) 6) En la CAPV en 1992 era de 20.000 ptas. por habitante. Hoy rondará las 25.000 ptas. por habitante, doblando al de Navarra . El gasto del Gobierno Vasco tiene gran peso (37% del total de la CAPV). El resto corresponde a Ayuntamientos (38%) y Diputaciones (24%). ( ) Ramón Zallo, Catedrático de Comunicación de la Universidad del Pais Vasco Euskal Herriko Unibertsitea