Efemerideak
Efeméride. El 28 de enero de 1787, los representantes de Izaba, Urzainki y Roncal expresaron el deseo de que se siguiera utilizando el traje tradicional roncalés
Roncalesa del siglo XVIII. El derecho a usar el traje de Roncal no era general en el valle. Solamente podían utilizarlo los nacidos en él, mientras que los forasteros no tenían derecho a vestirse con él, aunque estuvieran casados con mujeres de estos pueblos. En estos casos, debían llevar el ribete de los capotes de color amarillo, para diferenciarlo del colorado, reservado roncaleses; si no cumplían esta norma, se les ponía multa y se quitaba el capote.
Las diversas estados de cada persona quedaban reflejadas en el traje, siendo distinto si son forasteras, viudas, casadas o solteras. El traje era un símbolo de la nobleza colectiva del Valle, por lo que se le daba gran importancia a su mantenimiento y a su reglamentación rigurosa, con penas y multas económicas si no se seguían al pie de la letra.
Sin embargo, las estructuras mismas del valle iban a temblar cuando se hizo fuerte el deseo de las mujeres de intentar cambios en el traje, para verse diferentes y más guapas llevando algo novedoso y más en consonancia con los tiempos. Los hombres, que mandaban en las Juntas del Valle, no querían cambios, así que se produjo el conflicto. El 28 de enero de 1787, los representantes de Izaba, Urzainki y Roncal en la Junta expresaron el deseo del concejo de que se “procure por todos los medios la subsistencia del traje roncalés, que de tiempo inmemorial a esta parte se ha usado en este valle”.