201 Zenbakia 2003-03-02 / 2003-07-28

KOSMOpolita

Posta de diligencias de los vascos Etcheverry

MAYTIA ROMERO, Danilo FERNÁNDEZ, Renée

Posta de diligencias de los vascos Etcheverry Posta de diligencias de los vascos Etcheverry Renée Fernández y Danilo Maytía La "Antigua Posta del Chuy" aparece señalada en los mapas y es referencia turística en la zona. Ubicada al noreste del Uruguay, en el Departamento de Cerro Largo, está próxima a la frontera con Brasil. El puente que dio origen a esta Posta de Diligencias, fue una de las primeras obras de vialidad nacional de construcción particular, bajo el régimen de concesión pública. Conocerlo resulta una experiencia gratificante para el visitante. A escasos 11 kilómetros de Melo, capital de Cerro Largo, hay que tomar la vieja ruta que la vinculaba con Río Branco. El camino de tierra se abre en diagonal desde la Ruta 26 y zigzaguea el auto al recorrerlo, en medio de una nube de polvo que levanta en un intento audaz por esquivar piedras y pozos y, en caso de lluvias, charcos barrosos que sorprenden tras las curvas. A la vuelta del último recodo surge, enmarcada por el ramaje de añejos álamos carolinos, la solitaria construcción de la antigua "Posta de diligencias del Chuy del Tacuarí". A la derecha de Melo en el mapa, en el camino hacia Río Branco, junto a la frontera con el Brasil, aparece indicada la antigua Posta de Diligencias, junto al puente de piedra que le diera origen, conservando aún los recuerdos de sus constructores, los vascos Etcheverry . La sólida prestancia del puente de piedra que la precede, invita al visitante a recorrerlo a pie. Cuando el motor se apaga pareciera surgir, desde el silencio del campo, el rumor de historias pasadas en el suave tintinear de las hojas de los álamos. Por muy tenue que resulte la brisa, logra mecer las ramas de estos árboles custodios y el particular murmullo que brota del roce de sus hojas envuelve al caminante, mientras sus pasos resuenan sobre la pétrea estructura de los tambores del puente de los Etcheverry. Acceso al puente desde el camino que parte de la Ruta 26, en sentido Melo Río Branco, al fondo a laizquierda se van las construcciones de la Posta. Construido a mediados del siglo XIX este puente es el resultado de la conjunción de intereses estatales y privados. A partir de 1858, en respuesta a intereses de orden económico y estratégico, la coordinación regional de los sistemas de postas del Uruguay, complementados con los de Argentina, se entroncan con postas del territorio de Río Grande, al sur del Brasil, en la localidad de Artigas, actual Río Branco, departamento de Cerro Largo. Al finalizar la Guerra Grande (1851) se dinamiza la producción agropecuaria a instancias de una mayor exportación. La comercialización de ganado a los saladeros riograndenses intensifica el intercambio comercial en la frontera con Brasil. A esta determinante económica se une la necesidad estratégica de nacionalizar estos territorios fronterizos. Para ello surgen durante el siglo XIX, diversas propuestas promoviendo asentamientos productivos, incluyendo sistemas de comunicación que permitiesen el abastecimiento de estos pobladores, a la vez de significar una vía para comercializar sus productos. Bajo el régimen liberal del Estado se promueve la iniciativa privada a través de un sistema de adjudicación de obras y servicios basado en la libre competencia ( ). Esquema de itinerarios de postas en diligencia en el año 1860. Con la construcción del puente de los Etcheverry sobre el arroyo Chuy, afluente del río Tacuarí, la ciudad de Melo está comunicada con la Villa Artigas, actual Río Branco. ( ) En ese marco institucional, se promulga el 4 de junio de 1855 la Ley N° 429, bajo el rótulo de "Peaje, pontazgo y barcaje", en la cual se establecen los impuestos que podrían percibirse por puentes, balsas, botes, canales, acueductos o calzadas públicas, pudiendo ser a cargo de las Juntas Administrativas Departamentales o por aquellas sociedades con quienes éstas contratasen ( ). Increíblemente, a escasos dieciocho días de promulgada dicha Ley, el veintidós de junio de 1855, se firma el contratoentre la Junta Administrativa del Departamento de Cerro Largo y los señores de la sociedad Juan Etcheverry y Juan Etcheverry (tío), cuyo objetivo era la construcción de dos puentes, uno en el arroyo Chuy y el otro en el arroyo Conventos; el primero con un año de plazo y el segundo con año y medio. En dicho contrato se establece el tipo de construcción de los puentes así como las habitaciones anexas, de acuerdo con los planos presentados por los señores Etcheverry y aprobados por la Junta ( ) . Los empresarios no cumplieron con todo lo pactado. Nunca llegó a iniciarse la construcción del puente sobre el arroyo Conventos y la ejecución de la obra correspondiente al puente sobre el arroyo Chuy fue largamente demorada. Estas faltas, unidas al monto excesivo que cobraban a los usuarios, motivaron varios intentos de rescisión del contrato por parte de la Junta y del Gobierno. Lo cierto es que a pesar de estas intervenciones del Estado, la explotación del puente sobre el arroyo Chuy, el único construido, fue explotado por estos vascos y por sus descendientes, hasta el año 1919. El puente, de casi 85 metros de largo de calzada, está construido totalmente en piedra y conformado por una serie de arcos escarzanos, contenidos por un sistema de grandes tambores espaciados regularmente a lo largo de la calzada. Resulta único en Uruguay por estas características. Los pretiles, anchos y altos, dan la seguridad necesaria a los transeúntes, aún ante la eventual coincidencia con el pasaje de tropas, pues brindan refugio en el remate de los contrafuertes. Nuestra investigación sobre este "puente de los vascos Etcheverry", tal como se lo denomina en el lugar, ha implicado varios viajes a la zona y largas jornadas de mediciones y fotografías, siempre con la idea de trasmitir este legado presumiblemente vasco. Grande fue nuestra sorpresa y satisfacción, cuando observamos un puente, con idénticas características, en el Volumen N°1 de los videos correspondientes al documental "Todavía Ayer"editado por DEIA y EUSKAL TELEVISTA; ello confirmaría las referencias al oficio de canteros con que se identifica a ambos Etcheverry. La circulación por el puente era regulada mediante una gruesa cadena, siempre tensa, tendida entre el lugar del cobro y el pretil opuesto. Una vez satisfecho el pago del impuesto, la cadena era bajada, siempre desde el interior de la construcción, permitiendo el pasaje del usuario. Según el contrato de construcción, los montos de los impuestos eran regidos por lo indicado en el punto 3° de la mencionada Ley N° 429, que establecía que el monto máximo para rodados era de 400 centésimos, 120 para quienes transitaran a caballo y 20 para cada animal suelto. Recordemos que uno de los motivos para promover la iniciativa privada en la construcción de este puente, era precisamente el incremento en la comercialización del ganado hacia los saladeros riograndenses; ello significó, sin duda, un importante tránsito de animales sueltos. A la derecha se observa la cadena en su posición de permitir el paso libre. El cobro excedido de los montos establecidos fue uno de los motivos por los cuales la Junta intentó rescindir este contrato. En sesión del 21 de octubre de 1856, la Junta pide explicaciones al señor Etcheverry sobre la demora en la ejecución del puente del Chuy y sobre el cobro de 5 reales a cada rodado, en vez de los 4 que establecía la Ley. El empresario excusó dicho cobro en la consideración que el real que aparecía de más era por el peón conductor del carruaje, a lo cual un vocal de la Junta le contestó que el peón o peones que condujeran los rodados no debían pagar derecho alguno, porque se suponía que el carruaje no podía caminar solo y que al establecer la Ley que todo rodado pagase cuatro reales, era claro que incluía los peones necesarios. Tras ello se prescribió al empresario que en adelante no cobrara más que los cuatro reales. Aparentemente las transgresiones no se limitaron sólo a esto, ya que los comentarios de la época señalanque debido al escaso caudal del arroyo en las cercanías al puente, quienes lo administraban recortaban las márgenes del arroyo, obligando al paso por aquél, cobrando así el peaje. Rescindido finalmente el contrato en 1919, luego de un largo trámite, el puente y sus construcciones anexas pasan de la Sucesión de los Etcheverry a la Intendencia Municipal de Cerro Largo. Cabe destacar que en esa época, todos los caminos y puentes estaban en manos del Estado y eran de libre tránsito, sin embargo, tal cual se indica en el expediente de rescisión, la Sucesión Etcheverry seguía cobrando los montos de peaje de acuerdo con la ley de 1855. Fuera de uso, las obras fueron deteriorándose con el tiempo, pero durante la presidencia del Gral. Arq. Alfredo Baldomir (1938 1943), quien propició la restauración de obras con carácter histórico, fue designado el historiador Horacio Arredondo como responsable de la reconstrucción y acondicionamiento de las obras correspondientes a las casas de la posta y del propio puente ( ). Situación de las construcciones antes de su restauración. Las construcciones destinadas a habitación, con gruesos muros, consisten en un cuerpo principal de dos plantas. La planta baja albergaba las habitaciones de relación y la planta superior se destinaba exclusivamente para dormitorios. Al acceso principal se ingresaba a través de un patio empedrado y enrejado. Se accedía a un recinto distribuidor al centro de la construcción, desde el cual se podía acceder a dos habitaciones de similares dimensiones; a la derecha, el comedor y a la izquierda, un espacioso recinto, desde el cual se manejaba el mecanismo de la cadena, permitiendo o impidiendo el pasaje a través del puente. Otra puerta vinculaba esta habitación a la pulpería. Esta pulpería, hoy recreada como las de atrio interno, con amplio mostrador y altas rejas de madera, oficiaba como todas las de campaña, no sólo como lugar para compartir el vaso de ginebra o vino, sino también como comercio de ramos generales.La planta baja se completaba con amplia cocina de fogón a leña. Tanto la pulpería como la cocina corresponderían a construcciones posteriormente adosadas al cuerpo principal. A la planta alta se accedía por sencilla y rústica escalera de piedra, la que llegaba a un amplio recinto que oficiaba de dormitorio también para los pasajeros. Según la tradición oral se utilizaban ocasionales separadores para dar intimidad entre los diferentes pasajeros. El dormitorio del propietario se ubicaba inmediato a la escalera y sus dimensiones eran de 3,50 m por 4,15 m con dos ventanas al exterior. El entrepiso que separaba ambos niveles consistía en tablones de madera y la cubierta de tejas coloniales se apoyaba también sobre estructura de madera. Las ventanas, de pequeñas dimensiones, remataban en arcos escarzanos; las aberturas de madera se ubicaban cercanas al exterior, permitiendo con ello agrandar el vano hacia el interior, dada la profundidad de los muros. Este tipo de ventana da un aspecto macizo al exterior mientras que otorga cierta liviandad hacia el interior. Construcción frontal Otras construcciones completaban el conjunto. Separada de las anteriores se encontraban las cocinas para peones y troperos. Hay que recordar la cercanía de la Posta con la ciudad de Melo, por lo que, salvo las ocasionales crecidas del arroyo, la Posta resultaba una simple parada de relevos de caballos y eventual refrigerio. Sin embargo, para los troperos que iban al paso de sus animales, significaba un punto de descanso y un albergue nocturno. La habitación destinada a ellos consistía en un amplio rectángulo con fogón al medio, circular y a nivel de piso, limitado por llanta de hierro de carreta para evitar la dispersión de brasas y cenizas. Adosados a las paredes se ubicaban bancos corridos de piedra, que oficiaban tanto de asiento como de camastro. La cocina de los peones, adosada a la pulpería, era también un lugar de recreo, contando para el descanso con una habitación lateral . Las letrinasse ubicaban al exterior. Construcción posteriors Aún hoy se destaca en el paisaje el antiguo aljibe de piedra, que aseguraba el agua fresca a todos los usuarios, permanentes o transitorios. Además, de acuerdo con el contrato de 1855, se completa el conjunto con un corral de piedra con cierre de tranquera, Corral La Posta de Diligencias del Chuy del Tacuarí, obra de los vascos Etcheverry, ha perdurado como patrimonio histórico y es mantenida en la actualidad como "Museo del Gaucho, del Campo y de la Frontera", el cual es visitado por turistas de todas partes. Su encanto no sólo tiene valor para los lugareños, es también simbólico para el Uruguay entero. También ha trascendido fronteras, así en 1993 se trasladó desde España el equipo de Sancho Gracia para filmar, en ella, episodios de su serial "Curro Jiménez". La Posta fue reproducida en los sellos editados por la Dirección Nacional de Correos a partir del 11 de enero de 1995, en varias ediciones de diferentes precios según el color de impresión. Fue motivo de inspiración para niños de la Escuela N° 7 de Cerro Largo, quienes la plasmaron en la obra con la que participaron en el concurso escolar organizado anualmente por la fábrica de pinturas INCA. "Posta del Chuy" obra realizada por: Silvia Patricia Vila Cecilia Iliana Hastings María Laura Pereyra Ana Valeria Da Fonseca Leticia Machado Stefanía Arellano ( ) Pero tal vez, lo que más conmueve a quienes investigamos la presencia vasca en esta tierra a la cual pertenecemos, es la "Copla Puestera" del cantautor de nuestro canto popular, Francisco Etcheverry, más conocido por su nombre artístico Tabaré Etcheverry. Descendiente directo de aquellos vascos constructores de la Posta, ha plasmado con notable sentimiento, el diario quehacer de su familia en la misma, sitio que también fue su lugar de nacimiento. Es tal la emoción que trasmite con su letra, que resulta imposible cerrar este artículo sin transcribirla. Copla Puestera Puestero, apúrese don puestero voy rumbo pa¨la ciudad llevando esta majadita pues ya no me queda más, perdone que no le pague no me queda capital, mañana cuando regrese le pagaré don Beltrán. Las cadenas se recogieron el paso libre al puente quedó, una palabra, un saludo, un silbido largo el Chuy se llevó. Le ruego no se detenga está esperando la diligencia y según tengo entendido trae un mensaje de mucha urgencia. A ver Antenor y Alberto arrejúntenme la caballada y que Jesusa y Casilda vayan sirviendo la carne asada. Vieja casona de piedra Posta del arroyo Chuy, ya tus cadenas no existen pero reviven en mí cuelgo en tus rejas mi canto pequeño como el colibrí hoy me embarga el recuerdo casona donde nací. Las cadenas se recogieron el paso libre al puente quedó, una palabra, un saludo, un silbido largo el Chuy se llevó.( ) (letra y música de Tabaré Etcheverry) ( ) BARACCHINI, Hugo, s/a "Historia de las comunicaciones en el Uruguay", Montevideo, Universidad de la República, División publicaciones y ediciones, Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura, pág. 45 84. ( ) ibídem, pág. 115. ( ) ARMAND, E., CERDEIRAS, J.C., ARCOS, L., GOLDARACENA, C., 1930 "Compilación de leyes y decretos, 1825 1930, tomo IV (1854 1858), Montevideo, pág. 42. ( ) ETCHEVERRY, Carlos, "Fotocopia del expediente de expropiación del puente del Chuy del Tacuarí. 1917 1919", Intendencia Municipal de Cerro Largo. ( ) ARREDONDO, Horacio, 1956 Informe de H. Arredondo en "Revista de la Sociedad Amigos de la Arqueología", Tomo XIV, pág. 400 ( ) Reproducción de la obra presentada por alumnas de la escuela N° 7 de Cerro Largo, al concurso escolar organizado anualmente por la fábrica de pinturas INCA. ( ) Los personajes nombrados pertenecen a su familia directa padre, tío y tías, según genealogía investigada. Renée Fernández y Danilo Maytía Fotografías de los autores Euskonews & Media 201. zbk (2003 / 02 28 / 03 07) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria