199 Zenbakia 2003-02-14 / 2003-02-21

Gaiak

Los ámbitos educativos no formales, entornos históricos para el desarrollo de la alfabetización en euskera.

EIZAGIRRE SAGARDIA, Ana

Los ámbitos educativos no formales, entornos históricos para el desarrollo de la alfabetización en euskera. Los ámbitos educativos no formales, entornos históricos para el desarrollo de la alfabetización en euskera. * Ana Eizagirre Sagardia Tenemos la costumbre de considerar la alfabetización y la escolarización como partes integrantes de un binomio inseparable. En cierto modo, no es de extrañar, puesto que en los Estados lindantes, como por ejemplo en España y en Francia, durante los últimos doscientos años el medio más importante mediante el que los ciudadanos se han alfabetizado en la lengua estatal ha sido la escuela. Con la expansión del fenómeno de la escolarización se ha pretendido, y, de hecho, se ha conseguido, castellanizar a los vascoparlantes y alfabetizarlos ya sea en castellano o en francés. De igual modo, llegado el momento de fijar ciertos límites al proceso de sustitución que ha venido de la mano de la imposición de las lenguas estatales, la escuela ha cumplido un papel fundamental en la recuperación el euskera en los niveles tanto social como cultural. Este país ha invertido mucho tiempo y energía en las labores de euskaldunización: desde las ikastolas que empezaron a funcionar en la clandestinidad para poco a poco ir convirtiéndose en realidades más normalizadas y formalizadas, hasta los actuales proyectos de escuela nacional vasca. En los últimos cincuenta años, y gracias a la escolarización básica, el número de niños alfabetizados en euskera ha ido creciendo. Ciertamente, durante las últimas décadas la escuela ha desempeñado un destacado papel en la difusión de la alfabetización en euskera, como antes sucediera con el castellano y el francés. Sin embargo, los estudios históricos más recientes realizados sobre la alfabetización demuestran que el binomio "alfabetizado escolarizado" no ha existido ni siempre ni en todas partes. El fenómeno de la alfabetización no se circunscribe al modelo que adoptan las escuelas, que a pesar de ser un importantísimolugar en el que aprender a leer y a escribir y poner en práctica tales conocimientos, no han sido ni serán el único entorno en el que poder alfabetizarse. En tanto que fenómeno social, cultural y educativo, y tal y como demuestran varios casos que hallamos en nuestra propia historia, la alfabetización se ha desarrollado en distintos espacios y ámbitos de comunicación. Existen distintos contextos de alfabetización, distintos contextos socioculturales de aprendizaje y de uso. Y más aún en el caso del euskera, puesto que las características históricas del modelo de su alfabetización las tenemos que encontrar en ámbitos no formales. Cuando las escuelas cerraron sus puertas al euskera (durante el siglo XIX y primera mitad del XX fue en la doctrina donde el euskera halló más estabilidad), e incluso más tarde, durante el boom de la enseñanza aprendizaje del euskera, las posibilidades sociales de aprender a leer y escribir en euskera y poner tales conocimientos en práctica había que buscarlas fuera del ámbito educativo escolar. En los últimos doscientos años podemos encontrar abundantes casos de experiencias educativas tendentes a impulsar la alfabetización de niños y adultos vascos fuera del ámbito escolar, bajo cierta estructura formalizada, como por ejemplo el movimiento de Alfabetización y Euskaldunización de Adultos al que se dio comienzo en los años 60 del siglo XX, y que ha conocido un proceso de formalización e institucionalización similar a la evolución que ha tenido el movimiento de las ikastolas. En este sentido, cabe destacar los modelos no formales de enseñanza aprendizaje no formales como las gaueskolas, euskaltegis o barnetegis, que han realizado una ensalzable labor en alfabetizar en euskera a adultos tanto euskaldunes como castellanoparlantes. Pero la experiencia que queremos trasladar a estas páginas tuvo lugar hace ya varias décadas. Se trata de una actividad que se aproximaba más al espacio informal de la cultura oral que al modelo formativo que ofrecenlos ámbitos formales, y que, haciendo de puente para la introducción y el desarrollo de la cultura escrita, fue una extraordinaria manifestación cultural educativa y alfabetizadora dirigida a promover la enseñanza y la práctica tanto pública como privada de la lectura y la escritura en euskera. Nos estamos refiriendo a los "Euskal itz jostaldiak" de San Sebastián (1879 1895) y a las "Fiestas Vascas" de Gipuzkoa (1896 1913), celebraciones que tenían lugar en un momento en que los ámbitos institucionales escolares apenas permitían espacio alguno al euskera, y que si bien en un principio no tenían ninguna característica en común con los espacios educativos, los consideramos auténticos espacios educacionales por la iniciativa y actividades desarrolladas por sus organizadores que dotaron a la alfabetización en euskera de un contenido cultural e ideológico concreto (identidad vasca basada en las tradiciones). Diputación de Gipuzkoa, ayuntamiento y demás autoridades durante las Fiestas Euskaras en Irún. 27 de setiembre de 1903 Los "Euskal itz jostaldiak", que se desarrollaron durante casi cuarenta años, tenían como objetivo recuperar el euskera y reivindicar la producción literaria en dicha lengua. Según lo establecido en los estatutos de la Comisión organizadora (formada por miembros del Ayuntamiento y de la Diputación), "el Consistorio tiene por objeto procurar por cuantos medios estén a su alcance la conservación y propagación de la lengua bascongada, y estimular el cultivo de su especial literatura. Podrá además extender su esfera de acción, en cuanto se lo permitan los recursos con que cuente, a la conservación y propagación de nuestra música popular". En tal sentido, la Comisión no sólo se dedicaba a organizar las Hitz jostaldiak, sino también a fomentar el uso del euskera en otros campos sociales y educativos, a asesorar tanto a la Diputación como a cualquier otra entidad pública o privada, a prestar su apoyo a otra serie de iniciativas, a actuar en determinados actospúblicos, etc. En definitiva, esta Comisión tomó parte activa en la vida cultural de San Sebastián y Gipuzkoa en tanto que establecía relaciones institucionales y preparaba todo tipo de actividades encaminadas a difundir el euskera. Fiestas Euskaras en Zestoa (Gipuzkoa). Setiembre de 1898. Los itz jostaldiak (Juegos Florales vascos) vascas constaban de cuatro apartados principales, concretamente del concurso literario, del concurso de música, del concurso de txistu y tamboril, y de la sesión de bertsolaris, a los que en 1884 se les sumó una nueva actividad que premiaba al joven "de entre 10 y 15 años que en veinte minutos mejor leyera y escribiera en euskera". Estos festivales donostiarras, cuya entrega de premios solía tener lugar en el Teatro Principal de San Sebastián, tenían un marcado carácter literario y artístico. En 1896 pasaron a formar parte de las Fiestas Vascas o "Euskal Festak", como consecuencia de lo cual se expandieron a un amplio número de localidades guipuzcoanas. Debido a la determinación de la Diputación Foral de Gipuzkoa de impulsar las ferias de ganado, procedió a fusionarlas con los concursos literarios, dedicando dentro del programa festivo un apartado especial a los Juegos Florales. La fiesta literaria seguía contando con apartados muy similares a los que tenía en un principio: el concurso literario, el concurso musical, la sesión de bertsolaris, y el concurso de escritura y lectura para menores de 15 años (que a partir de 1902 incluyó además ejercicios de traducción euskera castellano/castellano euskera). En el año 1899 se le agregó otro concurso más, concretamente el que galardonaba al joven de entre 15 y 30 años que mejor leyera en el dialecto guipuzcoano y en otro señalado por el jurado. Cubierta del primer volumen (año 1880) de la revista "Euskal Erria" No vamos a detenernos a analizar el valor que puedan tener estos concursos desde el punto de vista de la historia de la literatura, pero estudiemos, en cambio, la repercusión que han tenidoen la perfilación del modelo histórico de alfabetización en euskera. En tal sentido, estas fiestas se configuraron como un nuevo espacio cultural dedicado al euskera hablado y escrito, fuera de la iglesia y de la escuela. La promoción de la expresión oral en euskera, integrada en la cultura tradicional, la podemos ver en las sesiones de bertsolaris, en la lectura pública de los trabajos galardonados, en los ejercicios de declamación, en las obras de teatro, en los ejercicios de lectura y escritura de los jóvenes, etc. Desde la perspectiva de la escritura y lectura en euskera, estas fiestas nos ofrecen una importante nueva dimensión, debido a su efecto multiplicador. En tanto que las obras premiadas se publicaban en las memorias anuales, en monografías, en hojas sueltas y, posteriormente, en los periódicos "Euskal Erria" y "Euskalerriaren Alde", el volumen de los textos en euskera y del número de nuevos lectores no cesaban de aumentar. Gracias al soporte que ofrecían el periódico Euskal Erria (portavoz oficial de las fiestas) y la publicación de las memorias anuales y trabajos monográficos, el acontecimiento de un solo día que venían a ser el concurso y la fiesta, se fue acrecentando hasta convertirse en una consolidada red de lectura y escritura. Las publicaciones creadas en torno a estas fiestas brindaron la posibilidad de desarrollar la costumbre de leer asiduamente en euskera, por lo que podemos afirmar que nos encontramos ante una nueva forma de socializar la escritura y, especialmente, la lectura en euskera. No podemos evaluar el alcance de la acogida de estas publicaciones, pero lo que sí podemos afirmar es que abrió una nueva oferta de lectura en un ámbito poco desarrollado hasta ese momento. Por otra parte, en lo que respecta a las actividades dirigidas a intensificar el uso del euskera, cabe destacar otro aspecto más de estas fiestas, como son los ejercicios o exámenes de lectura y escritura que se organizan para los menores de 15 años y que en cierto modonos hace pensar que es posible que existiera un proceso de enseñanza de lectura y escritura vascos. En ese contexto en el que la escuela limitaba la enseñanza en euskera a la impartición de la doctrina, nos vemos obligados a considerar otros planteamientos o estrategias de enseñanza aprendizaje de la lectura y la escritura que permanecen fuera del curriculum escolar. Además, en vista de la ulterior proyección que han tenido algunos de los que tomaron parte (Loyarte, Echegaray…), es posible que tales ejercicios tuvieran entre los jóvenes un efecto alentador de dar continuidad a la lectura y escritura en euskera. Ana Eizagirre Sagardia, Departamento de Teoría e Historia de la Educación, Euskal Herriko Unibertsitatea Fotografías: Auñamendi Euskonews & Media 199. zbk (2003 / 02 / 14 21) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria