177 Zenbakia 2002-07-26 / 2002-09-06

Elkarrizketa

Roge Blasco: "Ante todo soy un viajero mental; viajo con las historias que me cuentan los oyentes"

EZKERRA, Estibalitz

Elkarrizketa: Roge Blasco Roge Blasco, periodista "Ante todo soy un viajero mental; viajo con las historias que me cuentan los oyentes" * Traducción al español del original en euskera Estibalitz Ezkerra Cuenta Roge Blasco que lo suyo con el periodismo viajero era algo que siempre soñaba pero nunca acababa de llegar. Tras dirigir Muskaria revista sobre el rock vasco , las únicas colaboraciones que le pedían eran de temas meramente musicales. Admite que la música le apasiona, pero empezaba a sentirse un tanto agobiado. Un día se le ocurrió entrevistar a todo viajero que se topara en el camino, y de aquella idea curiosa surgiría Levando anclas. A pesar de que el trabajo le deja poco tiempo para viajar, mentalmente dice haber recorrido los lugares más recónditos de la tierra. ¿Qué le llevó a estudiar periodismo? Ya desde niño me gustaba el periodismo. Con once años hacía tebeos y una revista que se la solía vender a mis primos. Así que desde pequeño ya estaba entrevistando a la gente. Creo que es vocacional y además no sé si sabría hacer otra cosa. Y el destino le unió al periodismo digamos "viajero". Se unieron las dos cosas: la vocación periodística con el aspecto romántico del viaje. Por aquel entonces éramos muy pocos los que tratábamos el viaje con algo de contenido. En el año 84 empecé con Levando anclas, en el 87 me llamaron para ETB y allí estuve hasta el 95, luego entré en TVE2 en un programa que se llamaba Tierra a la vista. En Levando anclas he continuado hasta ahora, y domingo tras domingo me he llenando de toda esa gente que he ido entrevistando. Son mis dos pasiones: el periodismo y los viajes. ¿De dónde le viene a Roge la pasión viajera? Yo creo que es algo que todos llevamos dentro. Tal vez sea por nuestros ancestros, que eran nómadas. Desde que el hombre se incorporó y se puso a andar sobre sus dos piernas el viaje ha ido unido a él. Tampoco hay que hacer demasiado esfuerzo para tener pasión por el viaje. Por otra parte, recoge todos esos aspectosrománticos que todos llevamos dentro: la libertad, el ir más allá de los límites, la curiosidad. Quizá yo lo tenga más desarrollado que la media, no lo sé. Desde pequeño he tenido interés por la geografía. Ver un mapa siempre me ha hecho soñar, quizá también tenga algo que ver con eso. Cuando oía hablar del Tibet, de Bhutan... Eso me ponía la imaginación al cien por cien. Siempre pensaba en cuando podría ir allí, al Himalaya, o conocer los Andes, Vietnam, estar metido en la selva. Cuando eres pequeño ese tipo de pensamientos te encienden la imaginación. ¿Cuál fue el primer lugar que visitó? Recuerdo que uno de los primeros lugares que visité con mis padres fue Sevilla. Una vez empezados los estudios me gustaba ir en Inter rail, así fui a Roma o a Amsterdam. Con unos amigos y la furgoneta me fui a Londres. Y en 1984 llegó Cuba, el primer viaje que hice fuera de nuestro continente. Cuba fue un impacto para mí. Tras aquello estuve en Nicaragua, allá por el 86, en plena época sandinista. Luego vinieron Ladakh en el Himalaya, al norte de la India y Sri Lanka. Por aquel entonces estaba a punto de terminarse el contrato que tenía en Doctor Livigstone, supongo; era verano y aproveché para irme con un amigo cámara Javier Angulo a Uganda, y hacer unos cuantos documentales por nuestra cuenta. Nos fuimos en busca de las fuentes del Nilo, aunque también estuvimos en Benin haciendo un reportaje sobre el vodoo, en Guinea Ecuatorial, siguiendo los pasos del explorador vitoriano Manuel Iradier y por cierto, estuvimos con su bisnieto Alvaro Iradier . Iradier fue el primer europeo que llegó al río Munik. Muchas veces se tiende a idealizar los viajes, pero luego la realidad no cumple con las expectativas que uno se había hecho. ¿Le ha ocurrido alguna vez eso? No, una vez sobre el terreno a mí siempre me ha aumentado la perspectiva. Quizá de los lugares en los que he estado Sri Lanka me desilusionó un poco. ¿Por qué? Después de estar por América Latina fue el primer viaje quehice a Asia, y vi que la mentalidad era bien diferente a la nuestra. Ya había estado en África o en América, y al llegar Asia me pareció que la mentalidad era tan distinta... Los africanos eran diferentes, pero de alguna manera llegas a conectar con ellos. Sin embargo en Sri Lanka no había manera. No podía conectar con la gente, primero porque me detuvieron nada más entrar en el país. Cometí el error de poner en el papel para entrar por la aduana que era periodista, y se armó una buena. Cuando por fin me dejaron entrar estuve condicionado, porque en todo momento iba con un militar al lado. El lugar en sí me pareció precioso y la cultura ancestral que tienen es increíble. Sin embargo, me pareció que los lugareños se aprovechaban continuamente del turista que por aquel entonces era yo. En ningún momento vi la hospitalidad que sientes en otros países. De todas maneras fue una pequeña disgresión; todos los demás países me han llenado mucho más de lo que pensaba. Precisamente antes comentaba el enorme impacto que le causó Cuba. Me impactó muchísimo. Era mi primera salida al continente americano, y por aquel entonces se vivía una de las mejores épocas del socialismo cubano. Era una sociedad en desarrollo, estaban situados en una clase media baja, pero todo el mundo vivía bien y se notaba. Había una tremenda educación, una tremenda cultura. Me pareció un país no ideal pero sí en vías de serlo. Todo esto cayó cuando volví en el año 91. Hacia un tiempo que se había caído el muro de Berlín y ya no existía la Unión Soviética; Cuba mismo estaba en un período especial. Cuando vi en lo que se había convertido La Habana siete años después, estuve a punto de llorar. Me encontré un país bien diferente. Pero aún así no me desilusioné y prueba de ello es que visité Cuba en otras tres ocasiones. De todas maneras no sólo me impactó Cuba, también me impactó Perú cuando estuve por los Andes. Me pareció mágico, había cosas que no entendía porqué sucedían pero disfruté mucho. ¿El hecho deque esos destinos tan exóticos se hayan convertido en zonas de turismo masivo ha sido beneficioso? Supongo que son las dos caras de una misma moneda. En el caso de Cuba, por un lado los turistas que llegan a la isla van de vacaciones y a derrochar más dinero de lo habitual. No se dan cuenta de que están en una sociedad socialista donde el dinero no corre tanto como en la sociedad capitalista; somos unos privilegiados que tenemos la oportunidad de viajar, la oportunidad de ir a Cuba. Entonces ¿qué imagen les damos? Ellos ven que nuestra sociedad es muy derrochona, que tenemos la oportunidad de viajar allí cuando ellos no pueden ir ni al lugar que tienen más próximo. Eso en el caso de Cuba, pero se puede trasladar a otros países. ¿Qué imagen da el turista? La de derrochón. Pero el caso es que aquí no lo gastamos de esa manera, en cosas tan superfluas. Sin embargo ellos se quedan con la imagen del extranjero que tiene dinero de sobra. Para una sociedad subdesarrollada es un impacto muy fuerte y además es malo. Por otro lado, el turismo es beneficioso para Cuba porque es una de las fuentes en la que se sustenta la economía cubana. Es un arma de doble filo. Yo creo que, al viajar, cuanto menos se note tu paso mejor. No hay que dejar huella, ni aparentar nada, ni creerte más que ellos porque no lo eres , y hay que demostrar un respeto absoluto al país y a la sociedad donde estás. Eso es básico; si no vas con esas características mejor que te quedes en casa. ¿Quizá no se deba también a que se está perdiendo esa visión romántica de viajar y hoy en día, se vaya donde se vaya, sólo se buscan las comodidades? No sé si se podría llamar viajar a cuando una persona va todo el rato viendo el paisaje a través del visor, tanto de vídeo como fotográfico. Para mí eso no es viajar. Irte a la República Dominicana para estar todo el día en la playa no sé si se le puede llamar viajar. Ahora, si quieres decir que has estado en el Caribe, tal vez te sirva. Viaja más el que se queda en casaleyendo sobre México. Es muy relativo eso del viaje, hay mucho marketing alrededor de él y no te deja ver lo que es el viaje en realidad. Pero tampoco estoy en contra de los viajes organizados. ¿Cuál sería el viaje ideal de Roge Blasco? Iría a muchos sitios, pero por poner un ejemplo a Mozambique. Es un país del que desde hace mucho oigo hablar de él. Es como cuando de pequeño oía hablar de Cuba y soñaba con ir algún día a ese país tan exótico. Con Mozambique me pasa lo mismo. Una vez se me presentó la oportunidad de ir, pero no tenía el visado y desde entonces me ha llamado mucho la atención. Me gustaría ir porque es africano, porque todavía no ha llegado el turismo, porque tiene cientos de kilómetros de costa y también porque hablan portugués que me parece un lenguaje fácil para conectar con ellos . Ya por el nombre me suena muy bonito. Es como cuando ves en un mapa un nombre que te llama la atención y sientes que tienes que ir allí, sólo por el nombre y su situación en el mundo. Eso me pasa con Mozambique. Pero no se cuando iré; llevo años diciéndolo. A pesar de tener un programa sobre viajes no parece que viaje mucho. Yo no me considero viajero, viajero mental sí, pero nada más. La verdad es que no viajo mucho, viajo con las historias que cuentan los oyentes. Tengo programa casi todos los domingos del año, y como comprenderá el oyente mis viajes son más bien mentales. Tengo la oportunidad de irme de vez en cuando pero como simple turista. No era como en una época que me iba con la cámara y vivía aventuras. Entonces iba por mi cuenta y a la suerte que corriese. De todas maneras supongo que algún día volveré a retomar ese tipo de viajes. Comentaba antes su etapa por televisión; tendrá muchos recuerdos de entonces. Muchos, sí. Sobre todo de vivir el riesgo de lo que te va a pasar, tanto con el equipo como a nivel personal. Porque en realidad nunca sabías lo que iba a pasar al día siguiente. Era todo muy frágil. Un par de veces estuvimos a punto de ser detenidos,hasta que lo hicieron seriamente en Guinea Ecuatorial nos acusaban de tráfico de estupefacientes . En Guinea Ecuatorial mismo, el anfitrión que nos acogió nos siguió con un machete toda una noche. Allí existe un protocolo y nosotros le dimos dos botellas de whisky. Pero por lo visto estaba en tratamiento psiquiátrico y el alcohol le afectó. En Benin se me acabó el dinero y sólo cenábamos. El encuentro con los gorilas en Uganda fue muy especial, ocurrió en un sitio que se llamaba la selva impenetrable. También fue apasionante llegar a las fuentes del Nilo después de haber estado haciendo el programa Doctor Livingstone, casualmente eran unas fuentes a las que nunca llegó el propio Livingstone. También recuerdo los cuarenta días que estuvimos por Perú, que cada media hora era una auténtica aventura. Fue también el viaje más duro que he hecho. En La Habana se nos quemó una habitación del hotel. Saltó el transformador, toda la habitación empezó a arder y el cámara no murió asfixiado de milagro. En las Antillas íbamos por el mar navegando, entró una gota de agua a la cámara y se estropeó. Fue horrible, para mí fue como si se me cayera el mundo encima. Las experiencias más extremas las he tenido en estos lugares, porque te jugabas todo. Pero a la vez, me lo pasé muy bien porque una cosa compensa otra. Ser periodista también cambiará la manera de percibir las cosas. Sí, porque quieras que no te obliga a meterte de lleno en los temas. Cuando vas de viajero tienes la opción de elegir, pero cuando vas de periodista tienes que buscar lo que se te pide, tanto sean lugares remotos como gente interesante. Te obliga a involucrarte en lo que tienes que hacer, en la sociedad a la que vas. En cambio cuando vas por tu cuenta, vas a disfrutar. Debe de ser duro unir un hobby con la profesión. Compaginar lo que para algunos es oficio con lo que para otros es afición. Yo me divierto mucho haciendo lo que hago y tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta. En ese aspecto soy un privilegiado,y para mí trabajar entrevistando gente que viaja es un placer. Es muy satisfactorio porque aprendes cosas, y además es gente maja. Tuve la suerte de que se me ocurriera hace más de 18 años entrevistar a este tipo de gente y todavía sigo haciéndolo. No me lo creo pero todavía me dura. Tiene, por lo tanto, una gran responsabilidad. No sé si es tanta responsabilidad, porque yo me lo tomo como si hablara a cuatro personas. Pero sí, tal vez sea responsabilidad porque cada domingo intento hacer un programa distinto. ¿Qué le queda por hacer? Me queda por hacer todo, tanto en viajes como en la vida misma. Me gustaría empezar de nuevo. En cuanto a viajar está todo el mundo por ver. Incluso me gustaría repetir los países a los que he ido. Es lo bueno que tiene esto: que siempre es nuevo, siempre es distinto. Roge Blasco (Bilbao, 1956) Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. En 1980, con la ayuda de unos compañeros de clase (Oscar Amezaga y Pedro Mari Azkorraga), crea Muskaria, revista sobre el rock vasco. En 1984 recaló en Radio Euskadi y pronto se puso al frente de Levando anclas, programa viajero en el que sigue en la actualidad. En el mismo medio ha presentado Marea gora (programa musical) y La casa de la palabra (todavía en emisión). Desde 1987 hasta 1995 fue presentador del programa Doctor Livingstone, supongo de ETB y también lo fue de Tierra a la vista de TVE 2 Ha hecho diversas colaboraciones para Egin (Rock and Klik), Deia, Diario Vasco y Gara. Fotografías: Estibalitz Ezkerra Euskonews & Media 177.zbk (2002 / 7 26 / 9 6) Euskomedia: Euskal Kultur Informazio Zerbitzua Eusko Ikaskuntzaren Web Orria